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Hola soy Esther. Tengo 41 años. Morocha conservada mediante gimnasia, dietas y alguna cirugía. Casada con Damián desde hace 13 años. Los hombres me dicen cosas en el club, por la calle y en las reuniones a que vamos. Tengo un grupo de amigas muy divertidas que nos contamos todo lo que nos pasa y lo que querríamos que nos pase. Asi fue que Patricia nos conto que había empezado a tomar masajes modeladores con un kinesiólogo brasilero. El hombre era un escultural negro de 45 años mas o menos que siempre estaba dispuesto hacer lo que se le pidiera. Cuando Patricia nos dijo eso todas nos reimos e hicimos bromas. Yo, por mi parte , me quede pensando. Me di cuenta que había llegado el momento de darme el gusto de mi vida. Aclaro, siempre quise hacer el amor con un negro. Sere mas clara: siempre quise que me cogiera un negro. Al principio no sabia como lograrlo. Tanto pensé que se me ocurrio pedir yo también masajes. Patricia me dio la dirección y me aclaro que era muy correcto y que el masajista era como un ginecólogo. Una mujer podía desnudarse completamente que no iba a tener ningún problema de conducta por parte del masajista. Mi caso era todo lo contrario. Me conto, también, que ella solo se dejaba el tanga y recibia masajes aun boca arriba. También me dijo que el brasileño nunca se le había insinuado. Le masajeaba los glutuos, la parte interna de sus muslos, los senos, etc. Me decidi y lo llame. Quedamos en que el viernes vendría a casa a las 15.00 Le comente a mi marido lo que iba a hacer y ni se preocupo. Dijo que los masajistas eran , generalmente, homosexuales. El dia y la hora llegaron y Mario, asi se llamaba, se presento en casa en jogging. Era alto, muy moreno, totalmente calvo y delgado. Una verdadera estatua de ébano.Una vez presentados me pidió un lugar para extender su camilla. Me informo que saldría de la habitación hasta que yo estuviera lista. Le pregunte como debía estar. Me respondio que lo mejor era que estuviese con la menor ropa posible. Eso me gusto. Me quite toda la ropa y me acosté , boca abajo, en la camilla cubriéndome los glúteos con una toalla. Mario vino al rato y comenzó la sesión. Se unto las manos con aceite y comenzó a masajearme los hombros. Después de 10 minutos me pidió que me diera vuelta. Era el momento de empezar a probarlo. Lo hice rápido de forma que la toalla cayo al suelo. Quede totalmente desnuda frente a el. El se agacho y tomando la toalla me la entrego. Yo me cubri el sexo quedando con los senos al aire. El continuo con los masajes. Al llegar a las piernas note que le incomodaba la toalla. Cuando su masaje se acerco a los muslos le dije que podía quitar la toalla. Asi lo hizo y mis labios vaginales quedaron expuestos. Noto que los mismos estaba rojos por mi exitacion pero no dijo ni hizo nada. Luego de otros 15 minutos , me pregunto si quería un masaje de relajación total. Cuando le respondi afirmativamente, la cosa cambio. Sus dedos se centraron en mi pubis. Un dedo comenzó a recorrer de arriba a abajo mi raja . Luego con su mano izquierda entreabrió mis labios vaginales mientras introducia, primero uno y luego dos dedos dentro de mi vagina. Comenzó a acariciar mi clítoris. Deje escapar un gemido. El se detuvo. Nuevamente comenzó con sus movimientos. Senti que llegaba el orgasmo. Me arquee y acabe libremente suspirando y gimiendo. Mario retiro muy despacio los dedos de dentro de mi vagina y me tapo con la toalla. Quede descansando por otros 10 minutos. Me levante y me meti en mi baño. Desde afuera el me dijo que me llamara para fijar la próxima sesión. Ya les contare.
Relato erótico de infidelidades enviado por Anonymous el 9 de September de 2013 a las 00:30:51 (4809 Lecturas)
Ella siente como esa cabezota trata de apartar sus pliegues vaginales y trata de introducirse en su vagina, es colosal, es mas grande que el que ella acostumbra a recibir de su Jorge, abre aún más sus piernas acomodándose para la embestida contra su vientre…, siente como ese monstruo poco a poco dilata la entrada de su vagina hasta llegar a un máximo que la desespera, siente su vagina punto de agrietarse y ser partida ella en dos
Relato erótico de infidelidades enviado por learcu el 9 de September de 2013 a las 00:42:17 (3836 Lecturas)
. Todas tienen varios años de casadas por lo que saben aparearse uniendo sus cuerpos a los de un macho y saben extraer de un macho el semen necesario para fecundarse, pero sus machos en este aspecto son débiles. Por lo que tú serás ese macho semental y las investirás, las disfrutarás, las deleitarás, las regocijarás preñándolas y ellas estarán felices de copular contigo embarazándose esa noche.
Relato erótico de infidelidades enviado por learcu el 9 de September de 2013 a las 01:59:51 (25085 Lecturas)
Desde hace varios de años, en que mi esposo Luis y yo nos mudamos a la urbanización, conocimos a nuestros vecinos, en particular a Raimundo y su esposa Lourdes, que desde que la conozco, la mayor parte del tiempo se encuentra embarazada. Es la misma época en que Raimundo no deja de verme como con ganas de comerme. Cosa que la primera vez que sucedió, no le presté mucha atención realmente, ya que mi esposo y yo estábamos recién casados, y nuestro constante interés era el de estar metido en nuestra cama manteniendo un salvaje sexo.
Relato erótico de infidelidades enviado por narrador el 9 de September de 2013 a las 15:49:42 (9136 Lecturas)
Desde hace varios de años, en que mi esposo Luis y yo nos mudamos a la urbanización, conocimos a nuestros vecinos, en particular a Raimundo y su esposa Lourdes, que desde que la conozco, la mayor parte del tiempo se encuentra embarazada. Es la misma época en que Raimundo no deja de verme como con ganas de comerme. Cosa que la primera vez que sucedió, no le presté mucha atención realmente, ya que mi esposo y yo estábamos recién casados, y nuestro constante interés era el de estar metido en nuestra cama manteniendo un salvaje sexo.
Relato erótico de infidelidades enviado por narrador el 8 de August de 2013 a las 15:46:31 (5657 Lecturas)
Es la primera vez que tengo el valor de escribir lo que me sucedió, así que les ruego me tengan paciencia. Ya que para mí ya es bastante fuerte lo que me pasó, y todo por culpa mía. Ya que nadie me obligó hacer nada, fui yo dentro de mi estupidez que permití que todo lo que les voy a narrar me sucediera.
Relato erótico de infidelidades enviado por narrador el 8 de August de 2013 a las 00:36:05 (10047 Lecturas)
Resulta que tras muchos años de estar casados, mi esposo y yo apenas y nos hablamos, lo que no me incomodaría para nada, de no ser que en ocasiones cuando se acuesta, lo primero que hace sin decirme una sola palabra tierna, o preguntarme como me fue durante el día. Es colocar su mano sobre mi coño, al tiempo que comienza a pegarme su erecto miembro contra mi cuerpo, en repetidas ocasiones, hasta que yo abro las piernas y encaja dentro de mi coño su verga.
Relato erótico de infidelidades enviado por narrador el 8 de August de 2013 a las 00:41:04 (8917 Lecturas)
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