Josefina se estremece y sacude impetuosamente y excesivamente fuerte casi me salgo de su vagina y para no caerme me afirmo de sus nalgas lo que hace que mi pene se clave mas fuerte en esa vagina como escandaliza Josefina, me abraza y cruza sus piernas por detrás de mi trasero apretándome contra ella
Relato
Tenia 15 años y mi madre trabajaba junto con papa en un restaurante llegaban tarde depuse de las 12 de la noche, mientras me cuidaba una vecina que de vez en vez< venía a verme ella se llamaba Josefina y tenía 28 años era casada con Julián de 34 años, parece que este no sabia recompensar a su mujer por que esta siempre conversaba con mamá de lo caliente que estaba y su marido no era capaz de saciarla por que era de eyaculación precoz y ella no alcanzaba a gozar y este ya estaba acabada su relación y durmiendo... esa noche como nunca mamá y papá llegarían tarde por que había una fiesta en su local, como a la 12:30 de la noche llega Josefina, venía llorando me despertó su llanto y me di vuelta en la cama y me encuentro con su trasero casi al aire donde se había acostado enojada y no se tapó bien, sin querer le acaricio sus nalgas, ella deja de llorar y me mira, mejor súbame aquí me dice y tomando mi mano la lleva a su entrepiernas, toco una mata de vellosidades enredadas, estaban húmedas, ella comienza a gemir y suspirar..., yo seguía intruseando en su entrepiernas y me encuentro con su vagina Josefina ahoga un grito y se remece en la cama, inconcientemente mis dedos entran en ella y Josefina se meneaba desesperada y me toma entre sus brazos me coge mi pene lo acaricia y este responde desarrollándose, engrosando y fortaleciéndose lo lleva a su vagina y lo introduce en ella, estaba demasiado mojada esa zona que mi pene se escurre hacia el interior de ella, Josefina se estremece y sacude impetuosamente y excesivamente fuerte casi me salgo de su vagina y para no caerme me afirmo de sus nalgas lo que hace que mi pene se clave mas fuerte en esa vagina como escandaliza Josefina, me abraza y cruza sus piernas por detrás de mi trasero apretándome contra ella y eso hace palpitar a mi pene dentro de su sexo, gruñía desesperada esta hembra y se meneaba de tal forma que mi pene se excita y endurece aun mas y entre saltos y saltos de ella este pene entraba y salía de su agujero en que estaba y mi vecina mas me agitaba y de pronto gime me abraza se apacigua, se arquea y suspirando me sueltan sus piernas de mi trasero quedando esta quieta, me asusto y me muevo sobre ella pensando que estaba desfallecida y al moverme mi pene suelta unos ríos de espermas que creía que me meaba y ella susurra en mi oído rico tu semen es tibio ... ¡Ah que rico..., Oh que placer! todas las noches tú me darás este semen ya que mi marido no es capaz de saciarme tu serás mi macho y mi semental. Eres un macho exquisito, me dice y yo sin darme cuenta me habían violado y había por primera vez llenado de semen una vagina femenina.
No fue la única noche de esa semana, tres veces la repetimos y ella cada noche guiaba mis maniobras amorosas que manteníamos por la noche, me pedía antes de copular y me enseñaba que le besara y que le chupara sus orejas, a veces que se las lamiera, a las mujeres, me decía, nos vuelve loca que nos acaricien antes del coito y si lames o chupas nuestras orejas, pechos o cuello nos alteras las hormonas y llegamos caliente, excitadas al apareamiento, en este hay maniobras que debes realizar para excitarme aún más y así nuestro encuentro amoroso será glorioso y la mujer te deseará por muchos apareamientos más que seria lo que tú deseas de las hembras, excitarlas tanto que sean tuyas para siempre. Si lo haces bien me dice tendrás mujeres ansiándote provocadas en lo carnal por siempre. Como me tienes a mí ahora te deseo y me impaciento por estar en la cama contigo y sentir tus caricias en mi cuerpo, excitándome para copular y saciar mis hormonas entregándote tus orgasmos y esperando ser fecundada por ti. Si, si deseo un hijo tuyo en mi vientre donde lo cargaré por nueve meses antes de darlo a la sociedad. Me tienes a tus pasiones, a tus ardores, a tus entusiasmos, a tus excitaciones. Soy tuya, eres el amo de mi cuerpo, es tuyo.
Por tres años estuve al cuidado de la vecina Josefina y por dos años cada cuatro y a veces cinco veces a la semana era ordeñado de la leche de mis testículos por esta excitada hembra, hoy madre de dos hijos fecundados por mis leches y ella provocada y activada me trajo durante su activada excitación, meses antes de que se fuera al norte a reunirse con su esposo, a su amiga Nina, una hembra alta de desarrollados bustos y bonita cintura de 35 años, que habitaba un departamento del cuarto piso por esos tres meses la poseí cada dos días a la semana no por las noches sino que por las mañana o por las tarde y la última semana diariamente mañana y tarde, cuando se fue a reunir con su marido llevaba en su vientre la muestra de las pasiones que ambos habíamos engendrado con pasión y excitación al unir nuestras acaloradas entregas de nuestros fluidos hormonales.