2 trilogía de la cabeza (me cojo a mi prima + tia bebe semen sin saberlo)

Mi prima se llama Natalia. Es mulata, alta y flaca. Tiene una 90 de pecho y una 97 de culo. Su cuerpo es toda una autopista y debo confesar que hacía unos años que quería que pasara lo que el otro día pasó.
Siempre hemos tenido una relación muy tierna y mimosa. Desde chicos que somos nuestros primos favoritos, jugábamos mucho y fue con ella con quien yo descubrí por primera vez qué era una vagina. Aquel típico momento curioso e inocente en el que estás jugando a la mamá y el papá y los dos quieren ver lo que tiene el otro escondido en los pantalones.
Lo dicho, siempre cercanos e íntimos. Esta proximidad pero ha ido mutando con los años y en la adolescencia, lo que eran juegos y siestas, bailes y abrazos, se fue convirtiendo en fiestas y comidas en restaurantes, tocamientos cercanos fruto de nuestro largo conociemiento.
Ahora, si me permiten, hablaré más de Naty, de su cuerpo y de nuestro primer acercamiento. He de confesarle, para empezar, que usted dispone de una foto de Naty si lo desea. Está en mi página de usuario de esta red. Wildthing me llamo. Allí verán cómo es Naty. Su piel mulata y pálida, su pelo largo y negro que suele recogerse y que le llega al culo, sus finas caderas que anticipan un culo redondo de nalgas sabrosas, un culo que se agranda por esa cintura, unas tetas que suelen estar envueltas por ropajes que incitan a romperlos y a comer lo que de seguro son unos deliciosos pezones. Naty, la mujer de las largas piernas, mi prima, toda ella, y esto es lo mejor, envuelta de un aire inocente, una virginidad que parece perpetua.
Nuestro primer acercamiento ocurrió cuando ella tenía 17 años y yo 18. Mi tía, Mónica, quería que ella tuviera compañía por las tardes, ya que mi primita estaba sola la mayor parte del tiempo. Mi otra prima, Victoria, más pequeña que ella, estaba con su novio todas las tardes, mientras que Naty, que no era compatible con la mayoría de chicos del instituto, se veía obligada a largas y solitarias horas en su casa, aguardando a que sus padres llegaran de trabajar. Naty empezó a venir por las tardes, después del liceo. Charlábamos, yo le preparaba la merienda y ella miraba la televisión o hacía su tarea. En mi casa también estábamos solos puesto que mis padres trabajaban también. Naty solía venir uniformada la mayor parte de las veces con una larga pigtail que golpeaba su cola cuando ella hacía algún movimiento bruso. La faldita escocesa y el polo que ella usaba desabrochado aquí, se ajustaba perfectamente a sus dos grandes pechos. Todo esto lo registré yo después de aquella tarde.
Yo me encontraba mirando la televisión cuando mi prima, con su uniforme y su trenza me miró, con esos ojos grandes y negros y me dijo:
-Oye primito, ¿vos te acordás de cuando jugábamos a la mamá y el papá?
Yo me sorprendí y contesté rápido.
-Eh sí, me acuerdo. La pasábamos bien.
-Sí, es verdad. ¿Querés jugar ahora?
Ustedes no lo saben, pero Naty me miró con su inocencia pícara, con su voz dulce y yo no pude resistirme. Si ella me pidiera todo así yo sería un ente si voluntad. Acepté la preposición.
-Yo voy a ser la mamá y vos vas a ser el papá.
-Está bien; dije tragando saliva.
-Pero no tenemos hijos. ¿Cómo vamos a ser papás entonces?
-No sé; respondí contrariado y agitado.
-Tendremos que hacerlos. ¿No?
-Ehm...No sé.
-Jajajajajaja, era una broma tonto. ¿Cómo podés caer en estas jodas todavía?
Nos acostamos en la cama simulando un matrimonio y al poco tiempo nos dormimos. Yo me desperté y era de noche. Naty seguía dormida. Entreví su tanga rosado entre sus piernas, viendo debajo de su pollera. Mi polla se agrandó pegando un brinco. Le metí la mano por la conchita y empecé acariciarle el clítoris, comprovando nervioso a cada segundo, si ella abría los ojos. Al rato empezó a lubricarse y a gemir en sueños. Mi polla era enorme para esos momentos y no pude resistirme a la tentación cuando ella abrió la boca. Retiré la mano de su pollera. y fui hasta la cabecera de la cama. La estuve mirando unos minutos mientras me pajeaba. Quería metérsela pero no me atrevía. Ya apunto de correrme y muy loco como estaba me decidí y se la metí en la boca. Ella seguía durmiendo, pero mi polla entraba y salía automáticamente de la boca de Naty. Cando estaba a punto de correrme, Naty abrió los ojos. Yo estaba gozando con los ojos cerrados. Empecé a sentir que la lengua de Naty me acariciaba la punta de la verga, y entonces la miré y la vi con los dos grandes ojos abiertos, mirándome, como con un gesto de agradecimiento y me vine. Me corrí mucho y el semen estalló en su boca haciendo que se atragantara. Cuando saqué la chota de la boca de Naty, ella me abrazó y me dijo, susurrándome.
-Querio que me cojas.
Y sonó el timbre. Era su madre. Naty recogió sus cosas y se fue.
Pasó algún tiempo hasta que Naty volvió a llamarme. Un par de semanas, no me compadezcan. Me invitó a su casa a dormir. Su padre, mi tío, que era camionero, se iría unos días y sólo estaríamos, ella, mi otra prima Vicky, mi tía Mónica y yo. Cuando llegué allí, todo era surreal de lo normal que era todo. Naty estuvo conmigo todo el tiempo. Jugamos a la consola con su hermana, vimos una película los tres juntos. Fue agradable tener a tres mujeres ocupadas por mi comodidad. A la hora de dormir Naty insistió para poner los tres colchones en el comedor y dormir allí. Mi tía aceptó y Vicky, Naty y yo nos acostamos allí. En ese momento no entendía lo de Vicky, qué hacía ella allí. Mi tía Mónica llevaba un camisón blanco, era toda una mujer tetona y agradable. Estaba en la cocina, haciendo un preparado de banana y coco que era el desayuno de su dieta:
-Cuidá de mis mujercitas. -Y luego me guiñó un ojo.
En cuanto a Vicky era un poco flaca y chiquita para mi gusto, pero tenía una cola jugosa y gordita.
En la oscura noche, Naty vino hacía mí y empezó a comerme la pija. Lo hacía con lengüetazos inexpertos, pero se la metía toda en su boca. Parecía ser toda una garganta profunda. Le pedí que se pusiera en posición 69. Tenía toda su vagina encima de mi cara, en la lengua el clítoris y en la nariz su gran agujero. Mis manos juguetonas fueran a parar a su culo y suavemente fui introduciéndolos. Naty era una intermitente feladora puesto que los chispazos de placer que recibía la obligaban a apretarse los dientes. Yo comía y chupaba toda su concha, ella derramaba por toda mi cara sus líquidos salados y gustosos. Estaba en la glroia, sin embargo, ya era hora de coger. Le dije que se retirara y la puse abierta de piernas. Le metí mi pija gorda dentro suyo y ella empezó a morderme el cuello para no gritar. Mientras, yo miraba la pasividad de Victoria que yacía a nuestro lado. Naty me pegó
-Mirame a mí primo. Sólo a mí. Me estás desvirgando.
Y esa responsabilidad me recordó a quien tenía que dedicar toda mi atención. Seguimos cogiendo dos horas más cuando Naty me dijo.
-Primito yo no quiero ser egoísta. Yo ya probé tu leche, quiero que mamá y Vicky también la prueben.
Y se levantó sudada y desnuda, agarrándome de la mano. Empezó a pajearme delante de la heladera y la abrió. Sacó de dentro el preparado de coco y banana. Yo estaba a punto de correrme, Naty apretaba mi polla grande, abrió la tapa del licuado y empecé a correrme dejando todo mi semen dentro. Finalmente nos fuimos a acostar.
A la mañana siguiente nos despartamos y ordenamos las camas. Mi tía Mónica con su camisón nos preparó el desayuno. Nos sirvió todo cuando ella extrajo de la heladera su licuado de coco, banana y mi esperma de dos horas de sexo. Naty me miró, pensando que yo hubiera podido olvidarlo. Para nada, vi todo eso con una excitación endemoniada. Mi tía se servía en un vaso toda mi leche:
-Esto está más lleno que ayer. Me van a tener que ayudar. ¿Quieren chicas?
Naty contestó que sí al instante. Vicky dijo que no.
-Dale Vicky, tomate un poco, es muy sano. -Dijo Naty y me guiñó un ojo.
Dale Vicky -dijo mi tía. Y Vicky aceptó
Las tres ya tenían en sus vasos los concentrados de mi semen. Se dispusieron a tomarlo las tres juntas, haciendo la broma, como si fueran tres chupitos. Naty las miraba. Mi tía lo tragó todo y Vicky tardó un poco más.
-Está muy salado, dijo mi tía.
-Sí que lo está, dijo Vicky poniendo cara de asco.
Sin embargo siguió tomando hasta acabárselo todo. Naty fue la última que me apretaba la chota mientras se lo tomaba. Finalmente, las tres chicas habían desayunado mi semen. Ocurrió pero una imagen extraordinaria. Mi tía le dijo a Vicky que le había quedado concentrado en la comisura de los labios, le dio un pico en la boca y las dos se limpiaron el semen que compartieron de los labios.
-Te quero hija, le dijo.
Naty se acercó y me dijo: quiero desayunar tu semen todos los días de mi vida.