6 to 9: ¡¡FUN-TASTIC VOYAGE!! --Acto Uno--

(NdA: ¡Buenas! Este es mi primer intento de novela erótica con tintes de espionaje (¿o será al revés?). Dudas, consultas, reclamos y consejos serán muy bien recibidos. Por cierto, es de 3 partes. Sin más que decir, ¡Espero que les guste!)

Estaba todo preparado. "Nueve" estaba vestido de chaqueta y camisa blanca, pantalón y corbata negra, y una rosa sobre la solapa de su abrigo, simbolo de los hombres que colmaba el crucero donde estaban, además del antifaz negro que era obligación llevar. Su cabello rubio estaba corto y levemente desordenado, justo como lo lleva el sujeto al que le tocaba suplantar. "Seis", mientras, se probaba el vestido que debian usar todas las damas sobre la gigantesca embarcación;un ajustado y provocativo vestido que cubria desde su exhuberante busto de blanco hasta poco más debajo de su entrepierna, sujetado desde sus antebrazos por unos cintos blancos con un pequeño bordado de tela rojo, igual a la pequeña corona de tela que llevaba en su cabeza. En su cuello, un pequeño collar negro cargaba una medalla, la cual representaba su estatus de sirvienta. Terminaba de subir su pantimedia derecha hasta la mitad de sus contundentes muslos, sentada sobre la cama donde ambos estaba obligados a compartir, bajo la no muy discreta mirada de su compañero varón, quie al verla vestida, de pie y con una enojo en su rostro, solo atinó a exclamar;

- ¡Esto va a ser fabuloso!

6 to 9: ¡¡FUN-TASTIC VOYAGE!!
--Acto Uno--

El salón principal estaba repleto de inescrupulosos hombres de negocios, quienes disfrutaban las atenciones de hermosas muchachas, dispuestas a satsfacer todo tipo de requerimientos. "Esto es repulsivo", pensó "Seis", una joven pero experimentada espia de la Policia Internacional, mientras tapaba pudorosa su pecho con una bandeja de plata. Iba del brazo con "Nueve", ex-polícia británico, ahora agente de esta poderosa organización, encargada de desbaratar grandes redes de contrabando, siendo esta la mayor reunión de criminales en la historia. El tambien miraba la escena, pero su mente estaba en otra parte.

- ¿Que piensas, Nueve? –Pensó Seis, mientras bajaban el gran escalón que daba al salón principal.
- Repaso la misión y como debo hablar con estos bastardos. –Respondió el agente con otro pensamiento. Sin duda esta organización criminal estaba bien equipada, con micrófonos que podian captar hasta el más menor ruido. Por ello la policia diseño un dispositivo que era capáz de transmitir las ideas sin necesidad de abrir la boca, siendo ambos agentes adiestrados para comunicarse de esta forma sin que se revelaran sus pensamientos más intimos. Con una sonrisa en la boca, el agente imaginó a su compañera sin su vestimenta, hasta que sintió un codazo en su costilla que casi lo deja sin aliento.
- No olvides que puedo leer tu mente, idiota. -Dijo ofuscada la espia, mientras llegaban a una de las tantas mesas de apuestas en el salón.

Rapidamente logró la atención de quienes rodeaban aquel largo mueble, y es que no todos los dias puedes conocer a Lawrence Clockwork, el más joven de los hijos de Amadeus Clockwork, señor del bajo mundo Inglés.
- Espero que estén de acuerdo que me una a su juego, caballeros. -Dijo "Nueve" con la arrogancia que caracterizaba a Lawrence, ante la alegre mirada de los millonarios jugadores que lo recibieron gustosos. Era tal el parecido en su fisico y en sus movimientos que nunca se les ocurrió pensar que se trataba de un impostor.

El agente británico probó que no solo pudo imitar el estilo y la apariencia de Lawrence; su forma de jugar era la misma, resultado de largas horas durante meses de entrenamiento.Al terminar la partida, el dinero sobre la mesa era propiedad exclusiva del joven espia. Lejos de enfadarse, los alegres millonarios festajaban la victoria de Lawrence.
- ¡¡Otra vez lo hiciste, chico!! -Dijo Benjamin Bellarua, conocido traficante de armas belga. "Nueve" iba a vanagloriarse, pero en ese momento el acople de un micrófono acaparó su atención y la de todos los presentes. Las luces de la sala se apagaron, y desde el centro de la sala emergió un domo sobre el que estaba un individuo, oculto por las sombras hasta que una luz iluminó su figura.

-¡¡CABALLEROS; SEAN TODOS BIENVENIDOS A ESTA PRIMERA NOCHE DE NEGOCIOS Y PLACER!! –Dijo el anfitrión y lider del narcotráfico a nivel global Adolf Chamberlain, para luego tomarse unos segundos para oir los aplausos. Caminando sobre el podio en el domo al centro de la sala, volvió a hablar: -Es un placer ver a los integrantes de las mejores familias en el negocio. Es emocionante, tanto como saber lo que les espera esta noche. ¡¡ADELANTE AMIGOS; DEJENSE LLEVAR POR SUS MÁS PROFUNDOS DESEOS, Y UNA VEZ MÁS SEAN BIENVENIDOS AL CRUCERO DE LOS SUEÑOS!!
Todos los presentes aplaudieron, y rieron, mientras Chamberlain levantaba sus brazos como un presidente recién electo ante su pueblo. Bajo la mascara, "Nueve" miraba atento al hombre, que junto a "Seis", vinieron a buscar.

La noche transcurrió tal y como debia ser. La agente disfrazada de sirvienta tuvo que esquivar tocaciones de parte de los alcoholizados millonarios en la sala, excitados luego de una presentación de stripers, que concuyó en una escena de sexo en vivo. "Nueve", entre sonrisas y elucuentes frases, logró recabar información de mucha utilidad para la operación. Todos estos movimientos debian hacerse con mucho cuidado, pues el lugar estaba plagado de camaras de vigilancia y micrófonos. Durante la jornada, El agente británico tropezó accidentalmente con una de las sirvientas de Mark Ellahzur, un neurótico y agresivo traficante de armas de Holanda. La sala entera enmudeció luego del estruendo de un fino conjunto de taza para el té y su respectivo platillo, ahora convertidos en pequeños trozos.
- ¡Imbecil, mira lo que has hecho! ¡Me vas ha hacer quedar mal ante todos, estúpida!-Gritó indignado Ellahzur a la chica, aún en el suelo y apunto de llorar. La muchacha en cuestión era baja, de figura estilizada y cabello rubio y corto hasta los hombros, y un mirada enternecedora.
- Fue mi culpa, Mark; cálmate. -Dijo "Nueve", poniendose de pie y sacudiendo su caqueta. El de Holanda quedó perplejo, y luego extendió su mano al de Inglaterra. La chica lo miró con sus expresivos ojos verdes, acompañados por lagrimas quese deslizaban sobre sus delicadas mejillas.
- Disculpa por este bochorno, Lawrence. Esta tarada es nueva, y aún no aprende bien las cosas. ¡Parate ya, pedazo de proqueria! -Exclamó el traficante a "Nueve", para luego gritarle a su inexperta sirvienta.
- No te preocupes, Mark. Está todo bien. - Respondió el agente, viendo a la chica como se alejaba junto a su dueño, mientras este la sostenia con violencia de su brazo. De alguna forma la imagen de esta chica se habia quedado en su mente. "Seis" lo miraba con una expresión en el rostro que podia interpretarse como rabia, pero que en realidad reflejaba celos.

Al llegar a la habitación encontraron en la puerta del baño un letrero con algunas indicaciones en él, incluyendo uno que llamó la atención de ambos; se trataba de una regla donde sirvienta o sirvientas junto a su amo debian tomar la ducha juntos. "Seis" se sintió enfadada por esta vergonzosa situación, pero no podia demostrarlo por el bien de la operación.
Los baños eran el único lugar donde no se encontraban cámaras ni micrófonos por una cuestión de privacidad, según Chamberlain. "Seis" entró con una toalla que cubria su torso hasta la mitad de sus muslos , mientras que "Nueve" solo puso una toalla alrededor de la cintura. Apenas entró el británico, la agente de origen ruso lo increpó.
- ¡¡Te saliste del rol, tarado!! ¡¿Que acaso no aprendiste que Clockwork es demasiado orgulloso como para admitir un error?! –Dijo la espia enojada, pero evitando gritar para no llamar la atención. Esta apuntaba con el dedo indice de su mano derecha a su compañero, hasta que este tomó su mano con rapidez, pero con delicadeza.
- ¡Tienes razón. lo hice, pero es que no pude evitar que ese imbecil tratara de esa forma a la chica! –Respondió con rabia el agente, cuyos ojos marrones se quedaron fijos durante varios segundos en los ojo de su compañera, cuyo blanco rostro se puso colorado.

Liberando su mano de la de "Nueve", la agente rusa dió la vuelta y se cruzó de brazos, evitando que su compañero viese su rostro. En el transcurso de la noche, Chamberlain ofreció a "Nueve" la posibilidad de acostarse con cualquiera de su "colección personal", un grupo de hermosas chicas de lujurioso mirar, pero este se negó aduciendo que es "hombre de una sola mujer". ¿Quien era esa mujer?, pensaba la espia. A pesar de su duro entrenamiento, la agente rusa parecia dominada por sus sentimientos. El intenso palpitar de su corazón se aceleró aún más cuando "Nueve" la rodeó suavemente con sus fuertes brazos.
- ¿Recuerdas cuando nos conocimos y me invitaste a unirme a la policia? ¿Quieres saber porqué lo hice? -Dijo el joven agente al oido de su compañera, cuyos ojos se abrieron de la sorpresa que le provocarón las últimas palabras del británico; -Porque sabia que esa era la unica forma de poder seguir viendote.

La joven agente volteó y se quedó mirando a "Nueve" a los ojos, mientras ambos juntaban sus frentes. El mirar de "Seis" cambió drasticamente; ahora era calido, nervioso, tierno. El británico levantó el mentón de la espia y suavemente acercó sus labios a los de ella hasta darle un largo beso. Cuando separaron sus labios, "Seis" subitamente volvió a besar al agente, y luego lo volvió a hacer. Eran besos rápidos, intensos y nerviosos, algo impensado para los pocos que conocian a esta fria ex-soldado, experta en combate sin armas. "Quiero más" dejarón escapar sus carnosos labios rojos, y luego "Nueve" la tomó de la cintura y se inclinó para darle otro beso. Sus lenguas jugaban en sus bocas entreabiertas, mientras que las manos de ella desarmaban el moño que habia hecho, para dejar libre su largo cabello café y después deslizarlas sobre el atletico fisico de su compañero, para luego jugar con la toalla que cubria la entrepierna del agente, quien besaba intensamente el cuello de su compañera y agarraba las grandes nalgas que ella ocultaba bajo la toalla. Entonces, súbitamente, ella lo empujó suavemente, y con una sonrisa complice, lo invitó a entrar juntos a la ducha.

Allí ella le permitó ver su exhuberante cuerpo desnudo, mientras quitaba la toalla que cubria la entrepierna del británico. Un suave gemido de aprobación vino de la espia al ver el tamaño del pene de "Nueve", el cual tomó con su mano derecha y comenzó a masturbar. El agente inglés estaba al limite del extasis, besando la boca de su compañera para luego bajar a sus enormes y naturales pechos, los cuales disfrutaba de lamer. Estos eran suaves como almohadas, mientras que sus pezones estaban duros producto de la fogosa situación.

El agua caia sobre ellos en la ducha, deslizandose sobre sus cuerpos, pero estos ni la sentian. Sin que ella lo esperara, "Nueve" se arodilló y comenzó a besar y lamer la vagina de la rusa, lisa y rosada, sin vello púbico alguno. La espia disfrutaba apoyada en la pared los rapidos movimientos de la lengua y los labios del británico en su vagina, tratando de aguantarse el orgasmo al que estaba apunto de llegar. El ex policia inglés entonces subió con sus labios al ombligo de su compañera, para luego pasar a sus pechos y finalmene sus labios. "Lo quiero...quiero tu pene en mi...Nueve, no puedo aguantar más...", decia "Seis", mientras su compañero se ponia a su lado y le levantaba la pierna derecha, quedando la espia apoyada en las baldosas de la pared, y su joven compañero tras ella pudiendo meterle su grueso miembro con un poco de dificultad. La vagina de "Seis" estaba apretada, y de ella salió un poco de sangre. La espia lo miró con sus ojos humedecidos, para luego ambos juntar sus labios de nuevo mientras él la volvia a penetrar.

Sus movimientos eran rápidos y duros, los que acompañaban los exitados gemidos de la joven agente, Mientras las manos del inglés tocaban todo el cuerpo de la espia. "Seis, yo..." decia con dificultad "Nueve" a su compañera. "Adentro...¡¡Correte adentro!!", respondió la chica tambien al limite, seguido de un largo gemido que ambos compartieron. La policia gustosa sentia como el semen de su compañero llenaba su interior. "Nueve" bajó la pierna de "Seis", mientras esta dejaba salir el espeso liquido que llenaba su vientre. Ambos respiraban exhaustos en los dos extremos de la tina, hasta que ella volteó y miró a los ojos a su compañero, ahora amante. Durante esa noche lo hicieron un par de veces más hasta que "Nueve" cayó dormido entre los brazos de su amada, mientras ella pensaba en como esto cambiaba las cosas, y como esto podia interferir en la misión, antes de rendirse ante el sueño, con una sonrisa en su rostro.

--Fin acto 1--