A ella le gusta por detrás

Hubo un tiempo en que en la intimidad no le decía ya nada de mis fantasías, solo singábamos y ya. Hasta que ella misma me pidió que le dijera cosas, que fuera un perverso y aberrado mientras singábamos. Un día llegó temprano de su trabajo, yo ya estaba en casa, en un momento en que estábamos solos, se me acercó y me tocó la verga sobre el pantalón presionándola. Esto significaba una cosa sexo por la noche.
Al llegar la hora de acostarnos, me bañé y me afeité mis partes, pues he notado que ella me mama la verga mejor cuando estoy completamente rasurado "ahí". Ella se puso un cachetero muy femenino con el que mostraba el nacimiento de sus nalgas, y una blusa para dormir holgada con la que puedo acariciar sus tetas sin necesidad de quitársela.
Como los hijos apenas se dormían en sus habitaciones, esperamos un momento para la acción, mientras me entretenía acariciando sus nalgas, he notado que le gusta que le acaricie el ano, y se lo frote suave, usando sus jugos vaginales como lubricante. A ella le gusta sentir mis manos en su trasero, así que se voltea boca abajo y estiró su cachetero de manera que se incrustó entre sus nalgas, lo hago a un lado para seguir jugando con su culo, ella estira su mano para acariciar mis güevos. Sus uñas largas me provocan una excitación de locura, mientras estoy hincado a su lado acariciándola. Beso su espalda hasta llegar a su nuca, su cuello y le susurro que le voy a hacer lo que tanto le gusta… ella solo gime, yo bajo lentamente hasta llegar a sus nalgas, las beso, las muerdo suave, paso mi lengua por todas ellas, entonces abro sus nalgas y poso mi lengua en su ano, lo siento ardiendo, su hoyito trasero se siente relajado…amplio, diciéndome que está dispuesto a recibir mi verga por ahí. Mis dedos entran a su vagina con cierta facilidad, está mojada como pocas veces, suspira y gime mientras contrae su ano al contacto de mis labios y lengua.
Luego se voltea para quitarse el cachetero y quedar boca arriba, me pongo de manera perpendicular para que alcance mi verga, usa sus manos mientras mamo ansioso su coño. De pronto siento el calor de su boquita en mis güevos y su respiración pesada acariciando mi verga, luego poco a poco la introduce hasta su garganta, mis dedos entran a su culo y mi lengua succiona su clítoris de forma desesperada.
Coloco dos almohadas en el respaldo de la cama para apoyar mi espalda, ella ya sabe lo que deseo, se pone entre mis piernas y sigue mamando colocándose en cuatro. Yo, mientras, le digo que haga lo que me gusta, y empieza a mover sus nalgas en forma circular como si alguien estuviera detrás de ella dándole verga. Luego se acuesta y yo trato de alcanzar sus nalgas e intento penetrar mis dedos en su culo.
La dejo en esa posición y me paro en un lateral de la cama mientras ella sigue con su arte mamario, luego me pide que me acueste, ella se coloca de manera que pueda alcanzar su raja y sus nalgas, mientras aplica el mejor momento de su mamada.
Mis manos juegan con sus nalgas, explorando su culo y raja, tratando de abrir exageradamente su culo. Ella se concentra en chupar mi verga, pasa su lengua y dientes por mis güevos. Sé lo que sigue, ahora le da por pasar su lengua entre mis güevos y el culito. Luego, llega a mi culo y lo lame delicioso, antes me resistía, pero me dijo que eso la excitaba. Ahora dejo que lo haga, no solo eso, también le gusta poner un dedo en mi ano y tratar de introducirlo. Esta fijación me intriga, me gustaría saber porqué eso la excita tanto. ¿Alguna mujer podría explicármelo?
Lo que sí sé, es que ella puede tener orgasmos deliciosos mientras la masturbo y ella mama, lame y me digitaliza. Luego la penetro fuerte mientras le digo que es mi bandida, a lo que ella responde que es "la mejor de las bandidas" provocándome una acabada especial que riego entre sus nalgas y a todo la largo de sus espaldas.
La ayudé a limpiar su cuerpo. Pero, esto nos enervó de nuevo, y vuelta a las caricias, ya lo saben, acariciando sus nalgas y digitando su ano. Ella se voltea flexionando una pierna de manera que sus nalgas quedan expuestas y semi abiertas, eso me da a entender que quiere que lama su culo mientras mis dedos la masturban. Se retuerce y convulsionando se volteó boca arriba, quedando mi verga entre sus nalgas, ella misma frota mi glande entre su culo, entendí que deseaba ser singada por ahí. Quise ponerle lubricante pero me indicó que no, que fuera crema u otra cosa, ya que con el lubricante es muy liquido y entra muy fácil. Eso me calentó pues creo que le gusta que le duela un poco, ¿O me equivoco?. Entonces uso una crema para el cuerpo, pero casi nada, también tomo de sus jugos vaginales y los embarro en su ano y con cuidado pongo mi verga en su entrada trasera, sus enormes nalgas se van abriendo lentamente hasta que siento a lo largo de mi verga el calor de su canal y la opresión del esfínter. Trata de apretar al intruso mientras se mueve deliciosamente, toma mi mano y la coloca en su vagina para que le provocara el orgasmo, eso la vuelve loca, pero enseguida siento su mano ahora se masturba ella misma y yo gozo de su delicioso culo.
La sesión anal es larga, no deja de mover sus nalgas y presiona mi mano para que mis dedos entren en su vagina, mientras me exige que se los meta con fuerza. Ella solo gime…gime y se mueve ensartada mi tronco cárnico. Su raja muestra su estimulación con sus líquidos, como pocas veces está mojada, la observo para concentrarme en otra cosa y no correrme. Aquí tengo a mi mujer con mi verga en su culo, mi mano en su raja, sus ojos cerrados mordiéndose los labios, en ese momento quisiera saber en que piensa…me excitaría al máximo. Si me dijera que en alguien más, que piensa que otro se la coge, o que me confesara que alguien más la ha hecho gozar de esa manera…eso me aguijonea morbosamente.
Mientras me la cojo así, por ese culo, le susurro que me doy cuenta que le encanta ser cogida por el culo, que pase mi lengua por su ano, que cuando me mama la verga como lo hace, se convierte en la mejor mamadora, y que si se dedicara a mamar vergas, sería millonaria. Ella se exaspera y más se mueve intensamente…gime…gira…gimotea y ansiosa trata de alcanzar el orgasmo, ya nada la detiene y sus movimientos aumentan, es imposible aguantar tremendo culo y sin remedio eyaculo en su recto, ella sigue con sus movimientos y presiona mi mano en su raja, de pronto toma una almohada y ahoga su grito de placer, mi verga queda dentro de ella hasta que se achica.
Luego de un rato se levanta a fumar al patio trasero mientras, pienso en lo rico que mi mujer singa por el culo.
La noche siguiente, no esperaba intimidad con mi mujer, ya que, aunque es fogosa en la cama, tenemos sexo una vez a la semana. Así que me sorprendió cuando comenzó a pegar su trasero y moverlo para provocarme. Volví a lamerle el culo y a masturbarla como le gusta, creí que en esa ocasión me la singaría por la vagina, para mi sorpresa ella misma volvió a dirigir mi verga a su culo, le pregunté si así lo quería y asintió con la cabeza y oí su gemidos excitantes. Me arrodillé frente a ella, esta vez solo usé como lubricante sus jugos vaginales. Puse sus piernas en mis hombros, la levanté un poco y se la metí, primero en su coño y mojé la cabeza de mi verga y la hundí, poco a poco, por su culo caliente. Cuando estaba como a la mitad, empecé a acariciar su raja, a meter mis dedos y frotar su clítoris, ella mordía sus labios ansiosa, me miró a los ojos, entonces la tomé de las caderas y arremetí fuerte penetrándola profundamente, hizo un gesto de dolor y un gemido de placer al mismo tiempo, mientras la masturbaba ella no dejaba de mover sus nalgas usando mi verga como su eje.
Puse mi mano sobre la suya y frenéticamente frotaba su vulva para incrementar su placer y me permitiera gozar su culo. Me pedía que la ayudara. Yo trataba de concentrarme y hacer las dos cosas, pero el movimiento acompasado y la sensación de la pronta eyaculación me impulsaba a dejar de hacerlo para tomarla de las caderas y singármela fuerte, pero ella volvía a poner mi mano en su vulva indicándome que metiera los dedos porque cuando lo hacía su placer aumentaba.
Luego de un buen rato así, sentí su culo muy abierto, mi verga entraba fácilmente, a veces la sacaba por completo y de un solo golpe se la metía de nuevo a lo que ella gemía gustosa. Recuerdo que en esos momentos pensaba que mi mujer era capaz de soportar una verga mucho más grande, y que lo deseaba, pues su excitación aumentaba cuando aún con mi verga en su culo lograba meter dos dedos, sintiendo sus pliegues estirándose sin que le doliera. Entonces saqué mi verga y me agaché para lamer su vulva, succionar su clítoris y meter dos o tres dedos en su ano, ella seguía caliente moviendo sus caderas, y presionando mi cabeza contra su entrepierna. No descuidaba su culo y pasaba mi lengua sintiendo la entrada trasera tan dilatada y caliente, y volvía con su vagina alternando la acción. De repente volvió a tomar la almohada y se tapó la cara, eso indicaba que estaba a punto de tener un rico orgasmo, y mientras sus jugos caían en mi boca, mis dedos entraban con fuerza en su culo, entonces me levanté y sin piedad volví a ensartar mi verga en su ano, ella gritó de placer mientras movía su cabeza de un al otro. Ya no soporté y entre gemidos…y diciéndole que me encantaba singármela por el culo, con fuerza dejé escapar un buen chorro de semen dentro de ella, su ano se contraía, pero le era imposible apretar mi verga, su culo estaba demasiado abierto para eso.
Me quedé sobre ella con la respiración agitada, hasta que llegó la calma, ésta vez la acompañé al patio para que fumara y charlamos tonterías.
Mi sorpresa mayúscula ocurrió a la mañana siguiente, apenas desperté, ella empezó a acariciarme la verga, besaba mi cuello, se volteó para frotar sus nalgas con mi vientre, se las abrí pero se la metí por la vagina, me coloqué detrás de ella. Estaba vez de lado, para disfrutar la visión de sus nalgotas mientras me la cogía por su vulvota, ella se movía deliciosa hasta que no aguanté y la saqué y me la froté rápidamente hasta echarle mi leche en sus nalgas. Aún arrebatada y moviendo sus nalgas como remolino, la masturbé y casi de inmediato se corrió. Mi verga se estimuló y ella misma me pidió que me masturbara y se los echara en su recto, así lo hice, separé sus nalgas y la llené de semen ardiendo, mientras cerraba sus ojos pensando…en no sé qué.