A ella le gusta saborear mi leche y a mi sus flujos mas que nada

Me remonto a mi época de joven, y todavía tengo presente cuando, tuve una novia que se llama Sandra, en aquel entonces vivía en la ciudad de Montevideo no puedo dejar de recordarla por que me quedo lo más delicioso que aprendí con ella y hasta la fecha me encanta hacer.
Me costaba hasta ese día, poder lograr queme entregara algo de placer aunque siempre supe que no era virgen y además no era una inexperta, Con muchas excusas logre llevarla a casa. En realidad ya ese día en cuestión ella venía con un vestido ligero pues era época de calor, marcaba bien sus atributos con algo de descaro, se le notaba mucho sus senos, sin sostén detrás de esa tela se marcaban dos botones en flecha dos hermosos pezones, aparte de su marcado culo ingredientes que me habían puesto al palo en aquel tiempo tenía 19 años.
Como conté luego de pintarle alguna fabula, entramos a mi cuarto a ver una peli, video casetera, digo que lo único que miraba sus piernas, aparte me encantaban sus senos, bien formados y me excitaban muchísimo.
Como nunca había podido tenerla tan cerca y me arme un mil de fantasías, iba pensando en un sin fin de escenas, cómo deseaba cogérmela, mi mente estaba puesta en ese cometido, mi pene estaba al tono excitadísimo, tanto era que de una forma que ni yo mismo sabia, lo que si sabía, que no se me escaparía, o me daban tantas ganas que bueno. Nos sentamos en la cama y sin querer prender, ni la video casetera ni la TV, comencé a acariciarle su cabello y hombros, respondió a mis caricias ya que comenzamos a besarnos y acariciarnos, cada caricia iba de mas en mas pase mis manos a sus piernas que me tenían loco de calentura, de a poca entramos en clímax, no se pero de pronto de una le quité el vestido, aforaron dos tremendas tetas, con dos pezones como pasas tentaban morderlas, que no deje pasar, y ella se quitó la tanga y, me quedé contemplando, perplejo su cuerpo desnudo en mi cama, parecía que era la primera vez que la veía a una mujer desnuda, claro el verla ahora así a mi merced tema que tenía loco de deseo, y saber que estaba dispuesta, acceder, me llenó de locura, recorrí mis labios por su piel y a medida que me deslizaba explorando, su cuerpo, supe qué ella es lo que quería y faltaba solo tomar la iniciativa, ella gemía contestando, a mis lamidas, lo que aumentaban cuando tenía en mis labios sus pezones, los que chupaba y lamía sin parar, ella creo que cuando suspiraba estaba diciendo ponemela.
Me desnudé frente a ella, quise que me viera, que supiera cómo estaba por ella, que viera lo excitado que me encontraba por lo que estábamos experimentando.
Ya desnudo con mi verga erecta, a su vista, comencé a besarla, seguí dándole pequeñas mordidas y chupadas en sus pechos deliciosos, escuchar cómo combinaba el ritmo de su respiración, con gemidos y luego, alaridos me hacía poner aún más caliente, bajé y bajé, a medida que me acercaba a su monté Venus depilado, ella se inquieto, como apretó sus entrepiernas, le pedí “sólo cierra los ojos y no pienses, sólo siente lo que te voy a hacer” de lleno me dediqué a hacer lo que más me gusta, comencé a acercarme más y más a esa parte deliciosa, besando sus piernas, acariciándolas, pasando mi lengua y labios desde los pies hasta el muslo, en su cara interna, sabiendo que me acercaba más y más, iba sintiendo su olor y me gustaba mucho retrasar lo más posible el llegar hasta ahí, quería que se prolongara todo lo posible, me fui acercando y primero rocé sus pocos pelitos con mis labios, qué delicia, si olor más fuerte, cómo cambiaba su respiración, sabía lo que venía y eso me encantaba.
Me centré de nuevo y esta vez, saqué la lengua y le rocé los labios vaginales , suave, despacio, embriagaba mi lengua un sabor tan delicioso, qué locura, mi pene estaba que explotaba, mi cuerpo se estremeció al igual que el de ella, cerré mis ojos para quedarme sólo con su sabor en mi mente y se desató la vorágine de imágenes y sabores, no pude controlarme más, inicié pasando una y otra vez la lengua por sus labios, iba sintiendo cómo se humedecían, usé mi lengua para separarlos y entonces pude saborear la parte interna de esa vagina deliciosa, pude sentir el sabor de sus flujos qué mujer excitada y caliente, pude quedarme con mi lengua dentro de esa abertura llena calor y humedad, mientras mis manos recorrían de a uno sus senos, mientras que mis oídos eran invadidos por sus clamados y clamores, susurraba “así mi vida, así mi amor, qué delicioso se siente”, los ruidos que producía de la excitación no lograban más que excitarme más pero los ruidos de mis labios al succionar sus labios vaginales y su respuesta era increíble, entonces fui entre los labios, como ariete a su clítoris, lo sentí primero con mi lengua, la respuesta de ella fue instantánea, todo en ella tembló al sentir la caricia, me dediqué en cuerpo y alma a lamerlos, besarlos, frotarlos, de arriba hacia abajo, de un lado al otro y alrededor, ya sus retumbos, eran gritos de placer, que solo hacían sentirme mas animado, a seguir dándole, fuerte, con mi lengua hasta hacerla desmayar lo que escuchaba de Sandra, como se encogía y estremecía, todo era una deliciosa locura, comencé enterrar mi lengua en su cueva, de nuevo sólo para recoger más del delicioso flujo que salía de ella, despacio, quería que lo disfrutara tanto como yo lo hacía, sentí sus manos en mi espalda y cabello, sintiendo su desesperación y ansiedad producidas por el placer que sentía, bajé más y llegué al ano, nunca pensé que llegaría a lamerle al ano a alguien, pero ya no me importaba nada, lo probé y su reacción fue diferente pero igual de intensa al sentir mi lengua en su cola, separándole sus nalgas con mis manos para poder ver a quién recibiría mi lengua, la volteé y la puse en 4 patas, así era mejor y mientras me acomodaba, para comenzar a penetrarla, a la vez no deje de meter, mis dedos en su ano, mi verga comenzaba a penetrarla por la vagina, dándole placer por ambos lados, había escuchado cómo se dilata el esfínter al ser estimulado, pero verlo, y saber que mi verga la que terminaba el trabajo era de verdad excitante,
De nuevo quería cambiar, me puse boca arriba y pedí que se pusiera en cuclillas sobre mi trozo, de rodillas sobre mi verga, su vagina llena de carne y ella agarrándose de la cabecera fue como comenzó a realizar la mejor trabajo una cabalgata, que me encanto tanto esa pose, yo no había hecho hasta entonces. Ella se movía al ritmo que deseaba y yo sólo obedecía, le tomaba las tetas, veía cómo se movían para mí, las estrujaba suavemente con cuidado para que no le dolieran, creo que en ese momento no le importaba nada, por su espasmos estaba cerca del orgasmo y lo veía venir, la levantaba para que bajara sobre mi verga y que ésta entrara a fondo en ella, me maravilló lo delicioso cuando jala hacia abajo como si no quisiera, que mi pene no se saliera dentro de sí, siento cómo se tensa todo su cuerpo y comienzo a sentir como se contraía, una y otra vez fueron unos cuatro veces, , ah qué delicia aquello, por que ya apaciguada qué sabor cuanto, se dirige a mi pedazo, con una buena cantidad de su flujo, que había quedado de ella, mientras yo cerré mis ojos, lo tomo en sus labios, lo saboreo, de una forma increíble, aquello hacía que yo perdiera el sentido y en ese momento sólo desee que saboreara la mía, algo, que, me mantuvo, en una situación extrema, era impresionante la manera como me mamaba, no dejo de desplazar sus labios arriba y abajo mientras le digo al oído lo deliciosa que está, lo bien que hacia y que me había encantado cogérmela de esta forma, eso fue como un clic lo hizo más fuerte y más rápido, más rápido y fuerte, se la comía, parecía, que me la desarmaba, ya nada le importaba, por que cuando le digo que me iba a venir nunca pensó salirse, ella me pide “que largara todo que quería toda mi leche dentro de su boca que quería saborearla sentirme en su boca y en el momento que siento que termino, la tomo apretó sus labios con toda la tensión de mi venida dentro de ella, siento, que ella se contrajo así en seco, se había venido de nuevo, casi no podía hablar, se contraía, mientras toda mi leche se la engullía , claro que algo salio por su cara, deslizándose hacia abajo, se alojo entre sus senos, estábamos tan felices, que los dos el tiempo que estuvimos noviando después de ese día no dábamos la mayor de las veces al sexo oral mas que otra cosa claro los dos nos entregábamos a pleno como esa vez
Desde entonces nos encanta el sabor y aroma de ambos, sus flujos y mi leche.