A escondidas quiero verte , quiero hablarte ...

Y aquel jueves querido y anhelado la cita casual hizo que reverdeciera tanto en mi como en ella el camino del amor.
Mi desazón con mi esposa , la atonía de la relación y el escaso interés por el sexo me provocó deseos y sueños sexuales insospechados.
Y en aquel encuentro fugaz en el bar algo surgió .
Al acompañarla en mi coche a su casa y no permitir acercarme a ella para que nadie pudiera hablar dejaba notar algo . ¿ Estábamos cometiendo algo raro ?. NO.
Pero parecía , al menos a mi me lo parecía .
Nuestro segundo encuentro a solas fue más atrevido y generoso sin llegar a culminar nada .
Sus ojos intrigantes y embriagadores me miraban y me deseaban.
Eso creía .
Y en el siguiente encuentro fue la diana.
Ella lo deseaba , yo también y juntos nos besamos .
A partir de ahí , sin mayor dificultad nuestros destinos cambiaron.
Y hasta hoy que estamos juntos.