A medias

Estamos en la cuarentena los dos y es una última oportunidad ya que gozamos de armonía , complicidad suficiente y ganas de recreo sexual.
Mi sed de sexo la alimento continuamente con videos y pelis y correspondo a ella con ataques inusitados en lugares inhóspitos, hoteles fantásticos y viajes inolvidables .
En el último viaje que hicimos el ambiente caribeño nos envolvió y a punto estuvimos de cometer la locura deseada.
Pero había llegado el día acordado .
Lugar adecuado , persona adecuada no elegida por mi sino por ella y ganas , muchas ganas.
El encuentro de ella en el hotel con dicha persona fue todo un misterio que me ocultó.
Un mozalbete de apenas 22 años , un pipiolo de muy buena planta era el elegido .
Habían hablado por teléfono los dos y ella disponía de foto . La muy muy no la enseñó .
Nos saludamos y ellos dos se examinaron de arriba a abajo.
Mi primera puesta de largo en este examen donde te coronan y se supone que gozas al disfrutar de tu mujer invadida por otro iba a ocurrir ya.
No debía molestar me dijeron los dos .
Solo mirar y dejar plazo de tiempo suficiente para que todo fuera bien y acabara mejor .
Desde el balcón del hotel hicieron arrumacos previos para entrar en ambiente .
Mi cuerpo convulso no sabía qué hacer y puse la tele para no perder los nervios.
Ellos a su aire y yo entre cachondo y nervioso.
Se dispusieron para el cortejo nupcial y se entregaron de verdad .
Noté de repente que mis sensaciones cambiaban y eran favorables a la percepción y el placer de contemplarla .
Estaba como nunca la imaginé . Su boquita abierta y sus ojos cerrados disfrutando del momento.
El mozalbete tenía experiencia y modos .
Su cuerpo atlético era abrazado por ella con fuerza y se dejaba llevar y en los descansos tomaba la iniciativa.
Comprendí que hiciera lo que hacía tiempo no me hacía a mí.
Su golosa boca acariciaba el glande y lo chupaba con deleite .
Mi miembro llevaba mucho rato más tieso que tieso y deseaba salir de la jaula .
Bajé mi pantalón y me provoqué placer .
La escena duro más de dos horas y todo salió bien .
Ella ya le había remunerado previamente sin decirme nada .
Se despidió cortésmente y ya a solas nos miramos .
Me abrazó, me dió las gracias y me acarició la frente . Ya eres lo que deseabas .
Bueno bueno le dije , el placer ha sido mutuo .
Es una experiencia satisfactoria para mi y compartirla contigo espero que sirva para tener sexo más ardiente.
Y allí mismo firmamos el pacto gritando como loca .