Hace unas semanas se mudó, un nuevo vecino a nuestro edificio. No sé qué le vio mi marido, pero tras encontrárnoslo en el ascensor, y saludarnos de manera muy cortés. Al entrar a nuestro apartamento, me dijo. Ese nuevo vecino, para mí como que es maricón.
Relato
Yo no le hice mucho caso, ya que Pedro en ocasiones tiende hacer, juicios a la ligera, y en ocasiones se equivoca, y en otras no. Pero al encontrarme a la beata del tercer piso, más o menos me comentó lo mismo, pero usando otras palabras, al decirme. El nuevo vecino, me da la impresión de que es algo afeminado. Yo hasta esos momentos, ni tan siquiera me había fijado en Artur, pero tras escuchar a la beata, decidí ponerle atención. Además la mujer del conserje del edificio, cuando se refirió al nuevo vecino, dejó caer su mano con la palma extendida hacía arriba, dando a entender que el nuevo vecino era loca. Y no es que yo sea curiosa, ni chismosa, pero de momento me entró una gran curiosidad, por saber si al nuevo vecino, como decían, le gustaban los hombres. Aunque cada vez que me subía al ascensor con él, su manera de mirarme, tan impersonal, realmente no me indicaba nada. Precisamente en esos días, Pedro tuvo que salir de viaje, debido a su trabajo. Por lo que a mí se me ocurrió, invitar a nuestro apartamento a Artur, La verdad es que no tenía, nada premeditado, simplemente cuando llegaba a casa del trabajo, al vernos en el ascensor, lo invité a cenar, con la excusa, de que como Pedro había salido de viaje, y a mí no me gustaba cenar sola. Artur de inmediato aceptó, por lo que en un dos por tres, calenté una pasta, y casi de inmediato nos la comimos. Yo aún no tenía claro, si Artur era gay, o no. Y en la sobre mesa, se me ocurrió brindarle algo de beber, pero en esos momentos la única botella abierta, era un whiskey americano, con un fuerte sabor a madera. Artur me agradeció el trago, aunque a pedido de él, le serví apenas un pequeño sorbo, mientras que yo, por dármelas de que sabía beber, me serví de más, y no contenta con eso, me lo bebí de manera bien rápida, mientras trataba se sacarle conversación a mi nuevo vecino. Ya iría yo por mi tercer o cuarto trago, cuando, de seguro por lo mucho que había bebido, comencé sentir un enorme calor por todo mi cuerpo. Y en cierto momento se lo comenté a Artur, quien sin inmutarse me comentó, que por suerte yo estaba en mi casa, y si yo lo deseaba me podía quitar la ropa. No sé si fue lo que dijo, o como lo dijo, pero la verdad es que mientras conversábamos sobre la administración del edificio, lo que me provocó fue quitarme toda la ropa. Y ante su cara, con cierto asombro Artur fue viendo como sin dejar de hablar, me desnudé por completo delante de él. Yo seguí hablando, hasta por los codos, como dicen. Mientras que Artur, no dejaba de observarme. Yo seguía bebiendo, y hablando sin parar, y de manera, pienso yo que seductora, frente a mi vecino, que no me quitaba los ojos de encima, comencé acariciar mi coño. Fue cuando Artur me comentó, que él me veía muy tensa, y de inmediato se ofreció a darme un masaje en la espalda. Cosa que yo acepté que hiciera, y en medio de la cocina, y mientras que yo seguía bebiendo, Artur me pidió permiso para quitarse la camisa, ya que según él, le era mucho más cómodo, darme los masajes de esa manera. Desde luego que le dije que sí, y de inmediato tras quitarse la camisa, comencé a sentir sus firmes manos, sobre mi cuello, por lo menos al principio, luego continuó acariciándome la espalda, y cuando me vine a dar cuenta, también me estaba masajeando mis senos, de manera magistral. En esos momento Artur me propuso que continuásemos con los masajes en mi cama, por lo que yo de inmediato, le respondí que sí. No hice más que recostarme, cuando él continuó, acariciando todo mi cuerpo, incluso mis muslos y mis nalgas, así como también gran parte de mi coño. Ya me estaba a punto de quedar dormida, cuando al entreabrir mis ojos, lo vi del todo desnudo frente a mí, dirigiendo su parada verga, directo a mi coño. Al sentir como aquella cosa se fue deslizando despacito, dentro de mi vulva, yo algo avergonzada, le dije, en medio de mi borrachera. Sabes que hay quienes piensan en el edificio, que tú eres gay. Pero sin decirme nada, continuó penetrándome divinamente con su miembro, mientras que yo a pesar de lo borracha que ya me encontraba, disfrutaba del gran placer que él me producía. Esa noche, Artur hizo conmigo lo que le dio la gana, ya que hasta me puso a mamar su miembro, para luego, darme por el culo. Al siguiente día al levantarme de la cama, con un gran dolor de cabeza, y de culo. Aun dando tumbos, me di una buena ducha, para nuevamente tirarme en mi cama, después de que llamé a mi trabajo, para decirles que me encontraba enferma. Desde luego que a Pedro, no le he dicho nada, para él Artur es maricón, y yo no lo voy a sacar de su error….
Hola saludos mi nombre es joselyn,
Tengo 43 anos ,
vivo en el DF,Mi marido es pablo tiene 52
anos ,Tenemos un hijo de 18 anos ,
Relato erótico enviado por Andytorres el 08 de December de 2015 a las 21:47:15 - Relato porno leído 145818 veces
Si te ha gustado A mi marido, no lo voy a sacar de su error…. ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar A mi marido, no lo voy a sacar de su error…. ( CON fotos).
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:27) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF lajuani
(1 de September de 2019 a las 00:29) dice:
Que rica cojida
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