A mis primos, los exprimo… ( CON fotos)

Desde que llegué, me di cuenta de que mis dos primos, era un par de aves de rapiña, ya que de la manera tan descarada que clavaban sus ojos en mi coño, y tetas, aun estando vestida. Como que intuí que era, lo que los dos querían hacer conmigo.

Aunque al principio no les presté atención, su manera de comportarse conmigo, los delataba. Ya que de manera descarada, aparte de verme, apenas tenían una oportunidad, me daban unos agarrones, ya fuera por mis nalgas, por mis muslos, o por mis tetas, sin importarles quienes pudieran estar presentes. Lo que hacía que yo me muriera de vergüenza.

Además de eso, su forma de tratarme era como si yo fuera su sirvienta, y en ocasiones más bien parecía su esclava, aunque yo procuraba siempre mantener cierta distancia entre ellos dos y yo. Cuando no era que sin previo aviso, entraban a mi dormitorio, con la barata excusa de que buscaban ya fuera sus llaves, o cualquier cosa que se les ocurriera. Claro que justamente era cuando o yo estaba vistiéndome, o desvistiéndome para bañarme, o cambiándome de ropa para acostarme.

En fin en realidad hasta me llegué a sentir, sumamente presionada por ellos dos. Hasta que llegó un día en que no aguanté más, y tras darme una ducha, y prepararme para acostarme, esperé que los dos entrasen a mi dormitorio, con alguna vaga excusa.

Realmente no tuve que esperar mucho, ya que al poco rato, ambos aparecieron como de costumbre, con sus exageradas ínfulas de grandes machos. De momento, se me ocurrió darles una lección, a los dos. Así que al verme ya en mi ropa de dormir, como de costumbre se me acercaron mucho más de lo que deberían, al punto que podía sentir, aun a través de su ropa, como presionaban sus paradas vergas contra mi cuerpo.

Yo por lo general siempre buscaba la manera de escurrirme entre los dos, pero cuando de lo más tranquila les dije, que deseaba charlar con ellos, al mismo tiempo que salía de mi habitación y me dirigía a la sala, contoneando mis caderas, de la manera más provocativa que pude hacerlo, les juro que podía sentir su lascivas miradas sobre mis nalgas. Apenas llegamos a la sala, les pedí, que por favor tomasen asiento a mi lado, no bien me senté en el sofá de inmediato cada uno de ellos dos se colocó a mi lado.

Yo pensaba hablar con ambos, pero sin darme tiempo a pesar de mis intentos de mantener una conversación, ambos sin la menor consideración a mi persona, comenzaron a toquetearme y acariciarme por todos lados. Hasta que me di por vencida, en querer razonar con ellos, por los que siguiendo su juego, yo misma dejé que continuasen, agarrándome por todas partes.

En cosa de segundos, ya prácticamente me habían desnudado, y de forma descarada, me pidieron que les mamases sus respectivas vergas. Bueno lo cierto es que no soy una Santa, y cuando mis padres, me sacaron de casa, en parte fue por la mala situación económica que están pasando, pero también tuvo mucho que ver, la fama de putita que yo ya tengo en casa.

Mis primos al ver que yo lejos de impedir que continuasen, me dediqué a mamar sus vergas, ambos se volvieron como locos, y durante el resto de la noche, no dejaron de enterrarme sus vergas, ya fuera por mi coño, por mi boca, o hasta por mi culo. Así que a medida que los dos no dejaban de seguir enterrándome sus vergas, una y otra vez, yo movía mis caderas, o les mamaba sus vergas, lo mejor que pude.

Cuando ya satisfechos, mis primos pensaron en retirarse, fue cuando yo los reté a que no podían seguir dándome verga. Desde luego que los dos se sintieron ofendidos, al yo preguntarles si ya no podían más, y desde luego que volvieron a la carga. Lo cierto es que hice eso, en varias ocasiones, hasta que mis dos pobres primitos, no les quedaron más ganas de que yo siguiera exprimiéndolos.

Ahora son ellos los que se esconden de mí….