Mi nombre es Maura, y recientemente aprovechando el asueto de la Semana Santa, a mi novio se le ocurrió, que en lugar de ir a visitar los siete Templos, nuestras dos familias compartieran, el viernes Santo, pasando el día en la playa. En ese momento lo menos que pensaba yo era, que ese día exprimiría hasta la última gota de leche a mis primos.
Relato
Como yo me quedé a cargo de ir bien temprano a la playa y separar un sitio para pasar el día, ya que a última hora resultó que mi novio, debía pasar por el aeropuerto a buscar a su abuela, me puse de acuerdo con mi primo Ignacio, para que en la madrugada del viernes, me pasara buscando por casa de mis padres. En el trayecto a la playa de Piñones hablamos ligeramente de mi novio, de su ex-novia, y cosas así sin importancia, apenas llegamos con una soga, separamos el lugar que habíamos escogido, y después de eso, me quité la blusa, y el pantalón corto que tenía puesto, para quedarme únicamente con mi biquini amarillo, tipo tanga puesto. Por lo menos hasta que llegase mi novio, ya que a él no le gusta que lo use, y que porque es muy revelador.
Ignacio y yo nos sentamos en la arena, y continuamos hablando, y a mi primo le dio por recordar cuando él yo hace unos cuantos años atrás, jugábamos a mamá y papá, realmente nunca pasamos mas allá de besarnos con ese juego, pero yo me acordé cuando él y sus dos hermanos menores les daba porque jugásemos al doctor. Juego en el que por lo general yo terminaba siendo siempre la enferma, acostada semidesnuda dejándome tocar por todos lados por ellos tres.
Entre recuerdo y recuerdo, Ignacio se me fue acercando poco a poco, y al principio tan solo colocó una de sus manos sobre la mía, luego nos juntamos más, y como si aun estuviéramos jugando a mamá y papá, comenzamos a besarnos y acariciarnos por todas partes. Una de sus manos que la había colocado sobre mi vientre, se fue deslizando lentamente hacia abajo, y sin que yo se lo llegase a impedir, la colocó directamente sobre mi coño, al tiempo que continuábamos besándonos. Apretándolo divinamente, e introduciendo sus dedos por uno de los lados del tanga, hasta comenzar a penetrar mi vulva.
Ya prácticamente estábamos por irnos al asiento trasero de su auto, cuando comenzó a llegar la familia. Por lo que tanto él como yo nos quedamos con las ganas de seguir. Pero pasado un rato, después de que mi novio me llamó y diciéndome que demoraría más de una hora, por que el vuelo de su abuela venía con retraso. Cuando mi primo Ignacio me hizo señas para que lo siguiera, discretamente me comencé alejar del grupo, y lo seguí hasta la carretera que va de Carolina a Loiza, rápidamente la atravesó y se metió en el cocotal, que está al otro lado de la carretera, unos terrenos bastante llenos de monte y maleza, además de las palmas de coco.
Caminamos por un corto rato, ya ni la música se escuchaba, cuando él se detuvo en un claro. Apenas nos detuvimos sin excusa alguna volvimos a besarnos, Ignacio se detuvo por un instante y tiró sobre el suelo una gran toalla que se había traído, los dos nos recostamos sobre ella, y continúanos besándonos, a medida que él hábilmente me fue desatando los lazos de mi tanga, por lo que en cosa de segundos, quedé completamente desnudita ante sus ojos.
No les diré que no pensé en mi novio, pero como él fue educado a la antigua, ni cuando estamos solos se aprovecha de la situación. Por lo que la verdad, no me sentí mal por hacer lo que estaba haciendo. Ignacio me beso apasionadamente, me acariciaba todo mi cuerpo, mis pezones me los chupaba ocasionalmente, y de momento que se coloca frente a mí, separa mis rodillas, esperando yo que me introdujera su miembro. Pero lo que sentí fue su lengua que comenzó a besar, lamer, y chupar deliciosamente todo mi depilado coño, me chupaba, mordisqueaba, y lamía mi clítoris, una y otra vez, produciéndome intensas e inmensas oleadas de placer, jamás en mi vida había sentido algo parecido, mis gritos, risas, y gemidos no los podía controlar, a medida que mi primo, continuaba mamando mi coño desesperadamente, yo coloqué mis manos sobre su cabeza, y con mayor fuera restregaba su rostro contra mi coño, hasta el punto, que por primera vez en mi vida disfruté de un mojado orgasmos.
Yo la verdad es que me quedé con mis piernas bien abiertas, y tremendamente satisfecha por lo que mi primo me había terminado de hacer. Cuando abrí los ojos lo vi como se bajaba el pantalón, y como emergía entre la tela su erecto miembro. Con el que sin demora alguna dirigió directamente a mi vulva y comenzó, a penetrarme sabrosamente. Su boca no dejaba de besarme por todas partes, sus dedos mágicamente recorrían toda mi piel, mientras que yo como una desenfrenada, movía mis caderas. Pidiéndole a mí primo que me diera más y más duro.
Por un buen rato los dos permanecimos recostados sobre la toalla, hasta que a pesar de no querer levantarnos, lo hicimos. Tras lo cual me medio limpie con la toalla y volví a poner mi tanga, y mi primo sus pantalones, y entre risas y varios comentarios preguntándome cuando volvíamos a jugar a mamá y papá, regresamos a la playa.
Apenas regresé a la orilla, de inmediato me tiré al agua y discretamente alejándome de la orilla, me quité la parte inferior de mi tanga y prácticamente frente a toda la familia me dediqué a lavar mi coño, claro que bajo el agua, sin que nadie se diera cuenta de lo que realmente hacía. Después regresé a la orilla, justo a tiempo antes de que llegase mi novio, por lo que para no escucharlo criticarme por estar usando mi tanga amarillo, me puse mi blusa y el pantalón corto, para luego tirarme en una de las tantas hamacas que mi familia había colocado.
Mi novio al llegar se dedicó a saludar a todo el mundo, y a mí me dejó de última, pero no por nada en especial. El resto del día lo pasamos tirados en la hamaca y ocasionalmente nos metíamos en la playa. Sin prestar atención al sinnúmero de insinuaciones que le hice, para que metiéramos los dos solos en el cocotal. Por el hecho de andar cargando a su abuela, mi novio después de las once del día se despidió de todos. No bien él se había marchado, que yo me quedé viendo a mi otro primo, que tiene mi edad más o menos y se llama Alex, tras acercarme a él, nada más me bastó recordarle lo mucho que nos divertíamos jugando a los doctores, que cuando sin decirle nada tomé una toalla, y discretamente me fui separando del grupo, hasta nuevamente atravesar la carretera e internarme en la espesura. Alex me siguió a cierta distancia, y apenas llegué al mismo claro en que me había acostado con su hermano, Ignacio, y actuando como si yo pensara que me encontraba sola, tendí la toalla sobre el suelo, y sin tan siquiera ver a los lados me quite el tanga, me recosté sobre la toalla y comencé a pasarme el bronceador. Ya eran cerca de las doce del día, el sol estaba bien picante, así que mi excusa era que deseaba broncearme un poco bajo el sol y que no me quedasen marcadas las líneas del tanga.
Al poco rato sentí que mi primo Alex se encontraba a mi lado, y yo actuando con toda naturalidad le dije a manera de explicación, que me encontraba así porque deseaba tostarme pareja, sin la marca del traje de baño. Alex se tiro a mi lado, sin quitarme los ojos de encima, y casi de inmediato se puso a recordarme de cuando jugábamos a los doctores, y que él en más de una ocasión introducía sus dedos dentro de mi coño, al tiempo que yo lo masturbaba.
De inmediato de la palabra pasamos a la acción, era algo como que lo hubiéramos hecho todos los días. Sus dedos ágilmente se deslizaron dentro de mi húmedo coño, mientras que yo estiré una de mis manos y comencé acariciar por encima de la tela de su pantalón su dura verga. A los pocos minutos, el mismo Alex se terminó de quitar los pantalones, y nos dedicamos a continuar tocándonos y comenzamos a besarnos. Fue cuando sentí unas ganas locas de ponerme a mamar su verga. Cosa que comencé hacer de inmediato, al tiempo que él también se dedicó a mamar todo mi coño.
Justo cuando nos encontrábamos en lo más sabroso, que siento que se parten unas ramas, y cuando algo asustados tanto Alex como yo dejamos de mamar y dirigimos la vista al lugar de donde provenía el ruido, nos encontramos que Raúl, el menos de mis primos, nos observaba fijamente, al tiempo que por encima de su traje de baño acariciaba su miembro. Pensé que se dio cuenta de la manera en que Alex y yo nos habíamos comportado, y nos siguió.
Lo cierto es que no se me ocurrió otra cosa, que estirar mi mano, invitándolo a que compartiera junto con su hermano y conmigo. Raúl en menos de lo que canta un gallo se tiro al suelo, colocándose tras de mi mientras que Alex, se acomodó frente a mi sin dejar de acariciar mi cuerpo. De momento me encontré, haciendo una de mis locas fantasías realidad, el tener relaciones con dos hombres a la vez, pero jamás pensé que la llevaría a cabo con mis propios primos.
En cosa de segundos Alex me comenzó a introducir su verga dentro de mi coño, mientras que Raúl algo mucho más tímido, se limitaba únicamente acariciar mis nalgas. Hasta el momento en que le dije que se bajara o quitase los pantalones y me colocase su miembro entre la raja de mis nalgas. Cuando sentí el calor y dureza de su erecto miembro, supe instintivamente que todo eso terminaría dentro de mi apretado culito. Como en efecto sucedió, Raúl debió embadurnar su verga con su propia saliva, y a los pocos segundos comenzó a penetrarme salvajemente por el culo. Allí nos encontrábamos los tres, bajo el caliente sol del medio día, yo como el jamón de un sándwich, siendo penetrada por mis primos tanto por el coño como por mi culo. No es que yo sea una enferma sexual o ninfómana, pero en esos momentos deseaba sentir profundamente sus miembros dentro de mí. A medida que continuaron los dos dándome verga de la buena, por unos instantes pensé en mi novio, en lo que se estaba perdiendo por ser tan, y tan, cabrón.
Gritaba como una loca, cada vez que disfrutaba de los constantes golpes de verga contra mi coño o mi culo. Mis primos los dos se encontraban tan o quizás mucho más excitados o calientes que yo. No dejaban de besarme por todo mi cuerpo, de manosear mis paradas tetas, y decirme cuanta tontería se les ocurría. Finalmente Aléx para mi sorpresa fue el primero en venirse, pero casi de inmediato sacó su verga de mi coño y me la metió en la boca. Yo seguí moviendo mi culo como si fuera una batidora, y mamando la verga de mi primo sin descanso. Hasta que Alex en medio de un fuerte ataque de risa, se volvió a venir, pero en esa segunda ocasión completamente dentro de mi boca.
Raulito no dejaba de apretarme divinamente contra su cuerpo hasta que finalmente, abrazándome con mucha fuerza, se debió haber venido dentro de mi apretado culito. Los tres quedamos explotados, pero tremendamente satisfecho por todo lo ocurrido. Fue Raúl, quien con una tremenda sonrisa en su boca me preguntó cuando volvíamos a repetirlo. Realmente no le respondí de inmediato, nos vestimos y uno a uno fuimos regresando a la playa, donde yo apenas toqué el agua, me fui un poco más adentro, y al igual que lo hice en la mañana, me dediqué a lavar tanto mi coño como mi culo nuevamente. Sé que si mi novio se llegase a enterar, más rápido que inmediatamente, de seguro termina conmigo. Pero mientras tanto seguiré exprimiendo a mis primos ya sea de manera individual o grupal.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
Si te ha gustado A mis primos los exprimo… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar A mis primos los exprimo….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
Zak
(5 de May de 2011 a las 07:13) dice:
mm que riko se ve que sacaste la puta que llevas dentro y por que no experimentar con mas mami escribeme y platicamos zagitariounamhotmail.com katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:57) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato A mis primos los exprimo….
Vota el relato el relato "A mis primos los exprimo…" o agrégalo a tus favoritos