Mi nombre es Dora, y como se lo podrán imaginar, gracias a eso mis amistades y parientes, se la pasan haciendome bromas, a costilla de mi nombre. Aunque yo no soy del tipo de persona, que se molesta por estupideces, en ocasiones me sacan de mis casillas. Así que cuando me encuentro en una fiesta, o reunión familiar, sencillamente trato de ignorarlos. Lo que en la mayoría de las ocasiones, me ha resultado de provecho.
Relato
El detalle es que, para poder ignorar las muchas estupideces que me dicen, me da por beber. Y así estando ebria, o borracha como no se lo pueden imaginar, no le pongo atención a las cosas que me dicen. Durante la última reunión familiar, como desde temprano comenzaron mis primos, a joder como de costumbre. Yo tambien comencé a beber como de costumbre, y a no hacerles caso. Pero ya entrada la noche, estaba tan y tan borracha, después de que se comenzaron a ir los invitados, y entre ellos estaba yo, pero en lugar de pedir que alguien me llevase, seguí tomando. Yo no se que me pasó, pero que de momento, a pesar de que estaba lloviendo, sentí un calor insoportable, tanto que de golpe me dio por querer darme un baño completamente desnuda, bajo la refrescante lluvia. Ya en esos momentos, aparte de mi se encontraban dos de mis primos, y un par de amigos de ellos. Así que mientras me apuraba, no se si era una cerveza o un trago, le comenté a mi primo Alberto, el dueño de la finca donde nos encontrabamos, el deseo que yo tenía, de darme un refrescante baño, desnuda bajo la lluvia. Alberto en lugar de decirme que me olvidase de eso, o de recordarme que no estaba sola, el muy hijo de la gran puta de mi tía, me retó, diciendome. Si como no, a que no te atreves hacerlo. Y de inmediato le dijo a su hermano Efraín, y a los dos amigos de este. Dora tiene ganas de meterse completamente desnuda bajo la lluvia, pero no se atreve. Así que en el estado en que yo me encontraba, en lugar de mandarlos al carajo. Sin decir una sola palabra, me desabotoné mi vestido, y a medida que fui caminando en dirección a un gran chorro de agua que se formaba fuera del techo de zing, tambien me fui despojando del resto de toda mi ropa intima hasta quedar completamente desnuda. No tienen una idea, de lo bien que me sentí, cuando aquel chorro de agua de lluvia fría, que salía de los canales del techo comenzó a caerme encima, de mi cabello, y luego sobre el resto de mi cuerpo desnudo.
Por un largo rato, estuve bajo aquel chorro de agua fresca, sin importrme, la presencia de mis dos primos, y de sus amigos. Así que mientras el agua me caía sobre mi cuerpo, yo me tiré al suelo, separé mis piernas, y dejé que todo el chorró me callese entre mis piernas, y hasta dentro de mi coño. Mientras ellos cuatro me seguían viendo como si yo fuera una cosa rara. Fue cuando a mi se me ocurrió decirles, a ver ahora, bola de maricones, quien son los que no se atreven a bañarse bajo la lluvia. La verdad es que no se si se ofendieron por mis palabras, al llamarles maricones, o por el decirles que no se atrevían a bañarse bajo la lluvia. La cosa es que los cuatro, sin quitarse la ropa, se me fueron acercando, y rodeando a medida que la fuerte lluvia continuaba cayendo. De momento en lugar de salir corriendo a vestirme, permanecí con mis piernas bien abiertas, mostrandoles todo mi peludo coño a los cuatro. En eso que mi primo Alberto, se agacha a mi lado y me dice, a ver Dorita, te gustaría que los cuatro te metieramos mano. Yo en medio de mi fuerte borrachera, me acuerdo que le respondí. No te parece que son pocos, ustedes cuatro, para mi solita. Ya en ese momento Alberto había comenzado a soltarse el pantalón, y a medida que se lo fue quitando bajo la lluvia, su hermano y los amigos de este, lo iban imitando. Lo siguiente que recuerdo fue cuando mi primo, ya estaba colocado sobre mi, y comencé a sentir como su verga, comenzaba a entrar dentro de mi coño. Y yo casi de inmediato, comencé a mover mis caderas, de manera desenfrenada. Y Así casi al mismo tiempó Efraín colocó su verga frente a mi boca. La que sin pensarlo mucho me dediqué a mamar como una loca. El resto de la noche, mis dos primos y sus dos amigos, me hicieron disfrutar de multiples orgasmos, ya que no hubo cosa que no me hicieran, entre ellos cuatro. En cierto momento, después de que me había lavado el coño, como por segunda o tercera vez, con el agua que caía del techo, uno de los amigos de Efraín me enterró toda su verga dentro de mi coño, y a los pocos segundos, el otro tipo, sin consideración alguna me enterró la suya por el culo, para que al poco rato, mientras aquellos dos desconocidos, me estaban follando, bajo la lluvia, en medio de aquel patio, mi primo Alberto me puso a mamar su parada verga, hasta que lo hice venirse dentro de mi boca, y garganta, y él, a la fuerza hizo que me tragase toda su leche.
A la mañana al despertarme, estaba desnuda, tirada en el medio de aquel patio, con mis piernas bien abiertas, y una gran cantidad de semen chorreando de mi coño, además con un gran dolor de cabeza, y de culo. Tratando de acordarme de todo lo sucedido, y de explicarme a mi misma, como fue posible que yo dejara que me hicieran todo eso. Ya que a pesar de la gran borrachera que agarré esa noche, me acordaba de todo con lujo de detalles. Luego como pude me vestí, aunque no encontré mi ropa intima. Al acercarme a la casa, Alberto salió a recibirme, quizás pensando que yo no recordaba nada de lo sucedido, ya que actuó como si nada hubiera pasado. Diciendome, que se había quedado esperando que yo me despertara para llevarme a casa, yo le di las gracias, sin hacerle más comentarios. Durante le trayecto mi primo no me dijo, ni me preguntó nada, mientras que yo despues de un buen rato en la carretera, me puse a dormir, hasta que llegué a casa. Fue cuando le dije, a mi primo. A ver si para la proxima vez, en lugar de aprovecharte de mi con tu hermano, y dos amigos, a que no te atreves a buscar cuatro más para que yo también disfrute....