La encerrona de mi mujer con un contacto en el hotel
Relato
La opción era clara , ella ya había elegido la persona y había puesto sus condiciones .
pero yo también opiné, sería todo grabado y los dos estarían con un antifaz.
El ambiente era tenso , no se conocían y la cita debía estar esperando ya más de media hora hasta el aviso final por el móvil.
Ella se dispuso aún nerviosa a acicalarse más y estar sexy.
Sólo sabía su edad , que nunca se sabe si es cierta pero su voz le había embrujado.
Lo cierto es que pertrechada con sus mejores galas de lencería , le esperó tumbada ya en la cama.
No hubo presentaciones y se dejó todo al interés mutuo , había pacto , besos , penetración oral y vaginal y condón.
Ambos debían llevar un antifaz de tal forma que no se notara su rostro y la luz iba a ser tenuepero suficiente.
Los nervios de la presentación fueron lo inicial , se saludaron con la mano y se recostaron ambos cogiendo sus manos.
El antifaz de él tenía ojos , pero el de ella no , no debía ser vista y su cinta de seda era suficiente de ancha para no reconocerla nadie.
la peli la hacía yo, realizador , productor y director. Los personajes actuaban sólos y yo me
deleitaba mirando y grabando.
Tras una larga sesión de besos , se ciño en las tetas .
Ella ya empezó a ronronear.
Un poco más y comienza mi función.
Otro poquito, un 69 y tras más de media hora empezó la samba.
Un poquito palante maría y un poquito patras.
Ritmo cadencioso , gritos oportunos y cabalgada final apoteósica.
Los dos rendidos disfrutaron .
Pedía prórroga por si ella se atrevía . Y dijo que sí.
Tras una parada técnica volvió de nuevo el ritual.
Ahora aquí , luego allá.
Ya no podía más , había aguantada la primera sesión pero esta no sabía bien mi propio aguante.
Deseaba entrar pero ella había mandado que no y me contuve.
Entre los dos actos estuvieron más de dos horas y con un beso se despidió.
Le despojé de su antifaz y su cara de satisfacción era total.
Ahora era mi turno y no me importaba lo anterior, mi botín estaba allí postrada y con las piernas abiertas.
No hizo falta mucho porque yo estaba para poco , lo que había visto me enervó demasiado y cumplí como nunca.
Nos reímos y nos fuimos a cenar .
A la vuelta , cayó otro y esta vez a oscuras.
Le dije ¡esto! He inmediatamente le subí la falda metiendo mi mano entre sus piernas tocando su zona vaginal, puso resistencia y trato de gritar pero yo le dije severamente que o me entregaba su cuerpo o la denunciaba.
Relato erótico enviado por reycolegial el 30 de July de 2009 a las 12:08:52 - Relato porno leído 100018 veces