Por mucho tiempo viví obsesionado con poseer a una niña que no estaba a mi alcance hasta que por fin logre metérsela por su culo y panocha de mujer.
Relato
Esto gracias a uno de mis mejores amigos que accedió a compartirla conmigo. Y es que Abigail es una niña de buena familia y como toda típica niña rica ella es fresa, altanera y muy superficial con todos, sólo se reúne con chavos de su clase social y pues a mí un chico de clase baja nunca me había ni dado una mirada pero siempre supe que era toda una zorra desde que la conocí en el bachillerato, en esos tiempos era buen estudiante y con mis buenas notas obtuve una beca que me permitió estudiar en un colegio privado donde iban muchos chicos y chicas de bunas familias, entre todos estaba el amor de mi vida: Abigail.
Tenía ella dieciocho años en esos tiempos, no se imaginan todas las cosas que hice para ligarla pero nada funciono, ella sabía perfectamente que estaba becado y sólo por eso estudiaba ahí, ella no volteaba ni a mirarme un segundo y cada que me acercaba a ella para por lo menos ser su amigo me contestaba grosera de manera muy directa. Todo el tiempo se la pasaba coqueteando con chicos de su clase, varias veces presencia las tremendas manoseadas que le daban y otras más me llegaban rumores de los chicos que platicaban como se entregaba a ellos y se la cogían. Envidiaba profundamente a todos esos riquillos que tenían oportunidad con ella, de besarla y hacerla suya. El tiempo pasó, terminamos el bachillerato y nunca conseguí ni su número aunque si sabia donde vivía, sus padres tenían una bello pent-house en la ciudad y sólo para estar cerca de ella quise trabajar en su casa pero no quisieron contratarme, quizá por órdenes de ella misma.
Pasaron cuatro años y mi amor por Abby no tenía fin, solía espiarla cuando iba de compras siempre acompañado de su chofer o con algunas de sus amigas, le gustaba lucir sus bellas piernas de mujer usando minifaldas bien cortas, muchas veces le tomaba fotos sin que se diera cuenta. Les contaba a mis amigos de esto y todos coincidían que lo mío ya no era amor sino una inmensa obsesión por hacerla mía. Abby ahora tenía veintidós años y era toda una mujer, una chica VIP que soñaba con tener en mi cama algún día, quizá el destino estuvo de mi lado el día que vi a Fernando uno de mis mejores amigos de la infancia y estaba trabajando como jardinero en la misma casa de Abby. Casi por conveniencia para que me contara de ella lo contacte y le invite unos tragos, platicamos de varias cosas para no ser tan obvio pero cuando considere el momento le pregunte sobre Abby, le dije que desde hace mucho estaba enamorado de ella pero que no me daba ni la mirada por ser pobre.
Fernando me escucho y al momento se pego a risas, por un momento no pude entender por qué se reía de tal manera hasta que de manera directa me confesó que ella estaba aflojando con él y que varias veces ya se la había cogido. Tuve que contenerme para no romperle la cara mi propio amigo, la rabia e impotencia que sentía era inmensa y es que Fernando debo aceptarlo era más guapo que yo, tenia ojos cafés y cabello claro, además de estar bien mamado de cuerpo y esto es lo que volvía loca a Abby sin importarle que fuera de mi misma clase.
En fin me calme y continuamos charlando en buen plan, entre tragos y tragos le pregunte que si la amaba a lo que me contesto que nunca podría amarla, que era toda una puta sucia y que hacía de todo en la cama sólo por eso se la echaba pero no sentía nada por ella, aunque por ciertas cosas que me platico creo Abby si sentía algo por él. Ya borrachos me propuso lo que no pude rechazar, me dijo que para compensar todo y por los años de amistad él me iba hacer el paro con ella pero le dije que sería inútil que ella no me aceptaría no tocarla, fue en ese momento cuando planeamos la idea de hacerla nuestra entre los dos y me dijo que él la tenia controlada que Abby haría lo sea por él.
Me dijo que casi todos los fines de semana iban de antro y después la llevaba a su departamento toda tomada para gozarla como la zorra que era, esos tres días que faltaban para sábado me parecieron eternos, al fin cumpliría mi deseo de poseerla a la mujer de mi vida. El sábado al fin llego, me vestí bien elegante para ella y hasta use perfume por esa vez, aunque pude notar que a Abby no le hizo gracia que los acompañara al antro y es que ella estaba bellísima usaba un hermoso vestido blanco ajustado y con falda corta, tenia también un saco negro y tacos altos, sin duda se había puesto linda para mi amigo. Abby no le importaba pagar las bebidas ella, Fernando no saco ni un centavo de su bolsa para pagar el cover del antro ni para bebidas, era obvio que ella estaba vuelta loca por Fernando y que haría lo que sea por él.
Alba hacia como que no estaba ahí, los dos se comían a besos y todo el tiempo estuve viendo los tremendos manoseos que le daba al bailar, ella se dejaba tocar por todo su cuerpo. Entre copas, cocteles y demás licor los tres estábamos casi ebrios yo ya no estaba cohibido, me acerque a ella detrás haciéndole sentir mi paquete en su culo, sin pensarlo cole mis manos entre sus piernas, creo ella ya estaba lo suficiente pasadita para distinguir quien la tocaba ¡Ho cielos! Sus muslos eran tan suaves y su intimidad estaba tan húmeda. Fernando me guiño el ojo y me dijo que los siguiera, salimos del antro y nos subimos al auto de Fernando, Abby se lo iba comiendo a besos todo el camino y le masturbaba el paquete aun conduciendo.
Llegamos hasta un lujoso departamento en el centro de la ciudad el cual Fernando me dijo era de ella y ahí la hacía suya siempre. Ahí en la sala parecía un prostíbulo en todo sentido, había vibradores, condones, toda clase de alcohol, lubricantes y hasta paquetes de cocaína.
La puta de Abby abrió una bolsita de cocaína, libero el miembro de Fernando y le echo el polvo encima. Fernando se sentó en un sofá, ella al instante inicio a mamarle con la droga embarrada, era increíble lo atrevida que ella era, estaba con el miembro a reventar. Me lo saque y me masturbe por unos segundos viendo como le estaba comiendo la pija a Fernando, era toda una profesional haciendo oral. Pero yo no aguanté más, sin importarme nada llegue a ella, le tocaba sus pezones sobre el vestido pero seguía ignorándome. Suavemente fui subiendo su vestido deleitándome con sus muslos, con mis manos tocaba cada centímetro de sus piernas a mi antojo, ese era mi momento.
Delicadamente deslice sus bragas hasta quitárselas, al fin tenia ante mis ojos aquella concha bien jugosa que por años soñé poseer. Con hambre de lujuria inicie a comerme su culo, con mi lengua jugaba con sus labios vaginales, sabían tiquismos sus flujos de mujer. Tome un frasco de aceite lubricante sabor mango y se lo aplique en su panochita y en todo su culito, le metía dedos a mi antojo por su culo, por su vagina y ella seguía bien entretenida mamándosela a mi buen amigo. No esperé más, separe sus piernas y sólo basto un pequeño empuje y al fin se la tenía bien metida hasta dentro su culito, sentía sus nalgas apretármela un poco aunque era increíble lo aguadita que ya estaba, mi pija entraba y salía sin dificultad alguna entre sus nalgas, mi felicidad era inmensa al fin la mujer de mis sueños era mía y la estaba penetrando analmente, me sentía en el cielo.
No sabía que más hacerle para que gozara al máximo y ella continuaba con la pija de Fernando en su boca pero ella ni me dejo acabar, se aparto de mí y vi como se sentó con Fernando, tomo su pija y ella misma se lo metió en su concha, a prisa subía y bajaba de Fernando, se besaban y la zorra seguía drogándose. Yo nuevamente la tome por sus senos tocándoselos, veía el miembro de Fernando entrar y salir de su concha bien lubricada, parecían no cansarse de hacer el amor, seguía con muchas ganas de volvérsela a meter y que me hiciera las cosas que le hacía a mi amigo pero sabía que eso no sería así. Luego de varios minutos Fernando acabo dentro de ella, se separaron y la dejo tirada en el sofá, vi como toda esa corrida se le estaba saliendo de la concha, ella estaba casi ya en shock por la droga. Fernando me dijo que ya se había cansado de ella que ahora era mi turno, como loco me fui de nuevo a ella, la acosté y la volví a penetrar ahora por su vagina, al sentirme dentro volvió a gemir y susurraba el nombre de él.
Añadiendo un “te amo” a sus palabras, Abby no sabía que era yo quien la penetraba, sino pensaba en mi amigo pero no me importo. Toda rabia se le estaba haciendo hasta que termine igual dentro de ella, mi semen se mesclo con el de él. Cuando me aparté de ella Fernando ya estaba totalmente vestido, me dijo a prisa que me vistiera y nos fuimos dejándola ahí casi dormida. Esa fue la mejor noche de mi vida, la noche que cumplí mi sueño gracias a mi hermano del alma.
relato verdadero de como conoci a una nena de 12 años y en una noche en que su madre la deja sola, ella se convierte en una mujer, y le queda gustando!
Relato erótico enviado por Pezebre el 01 de November de 2005 a las 06:21:07 - Relato porno leído 574497 veces
Hola mi esposa y yo llevamos 5 años de casados y tenemos un hijo de 3 años ella tiene una hija de su antiguo matrimonio, de ella es de quien les voy a hablar ,
Todo comenzó un día que mi esposa tuvo que ir a su trabajo y yo tenia descanso
Relato erótico enviado por Anonymous el 02 de July de 2008 a las 16:37:40 - Relato porno leído 202744 veces