El maldito subió mi falda, bajo mi ropa intima y me la metió por mi conchita haciéndome sentir como una ramera.
Relato
Esa fue una de las peores noches de mi vida y si me atrevo a contarlo es porque esos malditos ya están en la cárcel, además por este medio quiero de igual manera prevenir a otras chicas para que no se confíen en los cerdos conductores de autobuses, muchos son unos verdaderos delincuentes.
En este relato me haré llamar Blanca Estela, tengo dieciocho años y sólo era una chica más de tantas, creo no merecía vivir una experiencia así pero como dicen “a la gente buena le pasan cosas malas” yo solía ser una chica bien, quizá más de lo normal ya que fui educada en un seno familiar cristiano, en temas de sexo era muy cerrada sin embargo tuve mis primeras experiencias sexuales desde hace tiempo con un novio que tuve por lo que no era virgen pero fuera de ahí era bastante recatada para mi edad.
En fin trataré de ser breve ya que tampoco ay mucho que decir, todo paso muy rápido. Ese día lleve a mi hermanito menor de seis años a un parque de diversiones, luego pasamos al cine y por último lo lleve por unas hamburguesas, entre todo esto se nos hizo de noche en la calle, el se había divertido como nunca y no quería regresar a casa pero por ser noche debíamos volver. Supongo que fue en el restaurante donde sin darme cuenta perdí mi billetera, el sol había caído pues eran alrededor de las nueve de la noche, abordamos uno de los tantos autobuses de la ciudad de regreso a casa. Venia vestida con una blusa blanca, una falda algo larga color verde y botas de piel, no me percaté pero por estar cansada de todo el día andar de paseo me quede dormida e igual mi hermanito, fue el cobrador quien me despertó pidiéndome el pasaje y ahí me di cuenta que no tenia conmigo mi billetera con el dinero, me volví como loca buscando en mi bolso sin encontrarlo, le dije al cobrador que había perdido mi dinero y quise bajarme rápidamente pero el muy amable me dijo que le diría al chofer para que me llevaran hasta mi casa para pagarles, de hecho el señor tenía aspecto de confianza por lo que acepte ingenuamente y sin pensar lo que pasaría.
Poco a poco todos los pasajeros fueron bajando en distintas paradas hasta que quedamos solos, mi hermanito seguía dormido en el asiento pero yo estaba despierta para decirles el camino a mi casa, sin embargo pasaban los minutos sin que me dijeran nada y las calles que estaban recorriendo eran muy alejadas del centro de la ciudad, en esos momentos quise detenerlos pero ya era tarde, estaba a su entera merced.
-¡Disculpen!-
-¿Si díganos señorita?- aun me contesto amablemente el cobrador
-Es que por aquí no es mi casa- Se miraron entre si y comenzaron a reír de una manera tan siniestra que estremeció mi cuerpo, muy violentamente el cobrador vino hacia mí poniéndome una navaja en el cuello.
-Mira perra ni creas que el viajecito fue de gratis, de uno u otro modo nos vas a pagar sabes a lo que me refiero maldita y no querrás que le pase algo malo a ese mocoso que traes zorra-
-No por favor, hare lo que me pidan pero no lastimen a mi hermanito- Les dije llorando, el conductor estaciono el autobús, cerro todas las cortinas y apago las luces principales. Me llevaron forcejeando hasta la parte trasera del autobús, sentía las manos de uno de ellos tocar mis muslos bajo mi falda y agarrar mi intimidad pero no podía verlos, sólo sentí cuando me dieron a tocar un pene, no de de cual de los dos ¡Chúpamela maldita zorra! Me dijo agresivamente, le olía muy mal pero sabía que no tenía opción. Con rabia empecé a mamárselo, mis lágrimas me bajan de terror y asco. Al mismo tiempo sentí el otro subir mi falda, bajar mis pantis y su lengua recorrer mis nalgas, me tocaba mi culo y mi concha a su antojo.
El cerdo inicio a meterme sus sucios dedos en mi rajita vaginal pero lo más asqueroso fue cuando quiso meterme su mano entera. Sentía morirme de dolor, quería morderle la pija al otro maldito pero podía irme peor. No paso mucho y sentí bien como ya me estaba penetrando en mi conchita, su sucio miembro estaba totalmente dentro de mí y moviéndose salvajemente fuerte ¡Uy si, así que rico sabes zorrita! Me decía sin parar, el maldito parecía no cansarse y yo seguía haciéndole oral al otro, entre ambos me hicieron de todo, fui su puta en el amplio sentido de la palabra.
No paso mucho y el cerdo termino llenándome la concha de esperma, me la saco tan luego termino pero seguía mamándosela al otro, por un momento pensé que igual me penetraría pero este prefirió el oral solamente, el cerdo igual se vació en mi boca pero no resistí e inevitablemente vomite, por el ruido mi hermanito se despertó y en la obscuridad empezó a llorar buscándome, a prisa me vestí como pude, le tome de la mano y nos largamos de ahí, corrimos sin parar por mucho tiempo, por calles obscuras y sin conocer esos lugares. Afortunadamente me encontré a un oficial de tránsito, le dije lo ocurrido por lo que de inmediato me llevo a un hospital junto con mi hermanito, lo bueno fue que pude memorizar la matricula del autobús y luego de un par de semanas los identificaron y ahora están donde deben estar, pudriéndose en la cárcel.
...Hermanito, ya no sigas. No sabes lo que haces”.-Me decía llorando Astrid.
Yo, cegado me dije a mí mismo que si ya había llegado hasta ahí, no podía irme sin meterle el polvo...
Relato erótico enviado por charly_bo el 11 de June de 2012 a las 00:00:02 - Relato porno leído 247198 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:59) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:33) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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