Este muchacho, alumno del curso de mi hija y un año menor que ella,me ha satisfecho con sus semen fecundándome, en castigo a mi marido por no mirarme ni poseerme tendrá un hijo que lo llamará papá, pero fue engendrado por otro macho, mi macho Leo, desde ahora soy su mujer y si desea hacerme mas chiquillos le colaboraré abriéndome de piernas, lo hace exquisito.
Relato
Soy apoderada de la escuela en donde asiste Lucrecia la profesora de matemáticas y también mi hija Nirvana una muchachita de 18 años que es más loca que su madre. Estamos en una fiesta de finalización de actividades y el solo recuerdo de la conversación que tuve con la profesora Lucrecia, humedece mi entrepiernas contándome como ella era poseída por uno de sus alumnos y ahora estaba preñada de este, buscaba con mi vista a ese semental mientras mi vagina se empantanaba deseando a ese macho juvenil que había maltratado a su profesora hasta preñar, de repente he ahí al macho…, estaba loca por querer ser poseída por este muchacho mi marido trabajando en los camiones tenía mucha pega y llegaba tarde a casa y no me miraba ni para saber si lo amaba, estaba estresado el pobre por su trabajo…, pero que culpa tengo yo si me casé fue para ser ojala todos los días masacrada en a cama.
Ahí estaba ese fenomenal muchacho, lo miraba y lo admiraba, en eso me mira y le sonrío, este se acerca y me saluda con un beso en mi mejilla y le miento diciéndole que si me puede ayudar a traer unos trabajos para la fiesta, me dice que si a una dama como usted nada se le priva… me acompaña a casa entramos apenas entramos tropiezo y este me afirma entre sus brazos…, estamos tan cerca que no me reprimo y beso sus labios este reacciona tomándome entre sus brazos besándome en mi boca … nada digo y entramos a mi dormitorio en penumbra, suspiraba y bufaba desesperada al ser sobada, quedando su respiración entre cortada, mirándome con unos ojos abiertos como esperando mis próximos movimientos, continuo con unos masajes al acomodar sus brazos y acercándome a su sexo se lo rozo varias veces y cada vez ella se agita y suspira…, apetecía a ser manoseada por un macho, su respiración cada vez es mas irregular y agitada, al acomodarme sobre la almohada está sobre mis labios y me besa con delicadeza y firmeza. No digo nada permitiéndole besarme nuevamente y ahora aprovecha de recorrer mi sexo y abriéndome la camisa saca uno de mis senos chupándolo con fervor y complacencia mientras me acomodo en la cama tratando de sacar mi ropa, saco mi calzón y adentro este aprovecha para meterme su pene, varios minutos estamos apareándonos gozosamente hasta que me riega con su semen, tanto semen entra en las tres copulas dadas por este hombre Leo en este noche. Hoy soy una de las mujeres de la familia fecundadas por un amante….mi joven amante Leo me ha fecundado.
Me he acostado en los momentos menos propicios con este macho…, estoy en mis días fértiles, pero no me arrepiento aquí estoy satisfaciéndome como mucho tiempo no me satisfacía ningún macho. Mi hija y menos mi hijo ni se han enterado que no estoy en la fiesta y que llevo mas de tres horas apareada por mi nuevo marido…, recibiendo a su pene tieso, duro, sabroso entregándome a sus destrezas y gritando de placer y aullando de gozo… oh cuanto necesitaba un escape como este. Si este si que es un macho como dice la profesora, mi marido no lo equipara, aparea mi muchacho gozador soy tuya.
Este muchacho un año menor que mi hija y compañero de curso de esta me ha satisfecho con sus semen fecundándome, en castigo mi marido por no mirarme ni poseerme tendrá un hijo que lo llamará papá, pero fue engendrado por otro macho, mi macho Leo, desde ahora soy su mujer y si desea hacerme mas chiquillos le colaboraré abriéndome de piernas, lo hace exquisito.
Aquí estamos yo con mis piernas batiéndolas en el aire de regocijo, apareándome y exigiéndole más semen, más espermas para saturarme mis entrañas, ah que placer… sigue mi carnal amo, sigue soy tuya…, dame tu leche tibia, aunque me fecundes, dame más.
...-“Espera”.-Le dije. Me terminé de quitar la blusa, me desabroché el sujetador y liberé mis senos.
Él ni corto ni perezoso acercó los labios y me los empezó a chupar uno a uno. Yo ya no daba, mi vagina se humedecía anhelando tener su erección dentro. Sergio me acariciaba y me chupaba las tetas y pronto puso su mano por encima del pantalón en mi vagina, lo que me hizo soltar un gemido de excitación...
Relato erótico enviado por charly_bo el 19 de February de 2013 a las 00:00:03 - Relato porno leído 150516 veces