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Al que cazaron fue a mí… ( CON fotos)

Relato enviado por : narrador el 10/05/2015. Lecturas: 8048

etiquetas relato Al que cazaron fue a mí… ( CON fotos)   Gay .
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Resumen

Estando el año pasado, visitando a un amigo mío, en su hacienda, que tiene entre Brasil y el sur de Venezuela, salimos de cacería. Acompañados por un guía, o baqueano como le dicen por esos lugares. Yo la verdad, no tenía muchas ganas de acompañarlos, además era mi primera vez en que salía a cazar. Y la verdad, lo hice por el compromiso, ya que la caza, no es algo que me haya llamado nunca la atención.



Relato

Pero bueno, desde luego que aparte de varias armas, dentro de todas las cosas que llevamos, algo que al parecer no puede faltar en esas salidas, son varias botellas de ron. Así que prácticamente ya antes de salir, los tres comenzamos a beber. Claro que por no estar acostumbrado, el ron me afectó bien rápido, y de eso se dieron cuenta Julián, y Miguel el guia. Cuando tuve a tiro a una especie de jabalí, que ellos llaman cochino de monte. Lo bueno fue que después que disparé, quizás porque estaba ya bien mareado por el mucho ron que había bebido, o porque realmente no sabía ni como apuntar, ni tan siquiera herí al animal, y él y toda la manada, al escuchar el tiro salieron corriendo, por lo que desaparecieron, sin dejar rastro. Fue cuando mi amigo Julián, y el indio que nos servía de guía, comenzaron a burlarse de mí. Bueno yo ni me molesté, la verdad creo que en realidad, no quería matar a ese pobre animal.

Pero Julián, junto con Miguel insistió en enseñarme a disparar. Bueno por no hacerlos sentir mal, comenzamos a practicar, entre tragos de ron, y tiros. Ya después de un rato, al tal Miguel se le ocurrió, decir que como seguramente todos los animales se habían espantado por los tiros, lo mejor era que regresáramos. Pero Julián, y yo habíamos comenzado una especie de competencia de tiro al blanco, al principio, por el placer de hacerlo, pero al rato, a pedido de Julián comenzamos apostar, hasta que yo perdí todo lo poco que llevaba encima, y tras darnos otro trago, Julián me propuso que apostase alguna prenda de mi ropa.

Por lo que al poco rato, sin dejar de beber, y de disparar, teniendo al indio Miguel como el encargado de ver quien había dado en el blanco, y quien no, yo prácticamente me había quedado del todo desnudo. Ya únicamente me quedaban los interiores, los que también perdí, al fallarle por unos pocos centímetros, a una lata vacía de refresco, que Miguel colocó, como a veinticinco metros de distancia, de nosotros.

Después de eso no sé que me dio, que pensé que seguramente el próximo tiro, si lo iba a acertar. Fue cuando a Julián que junto con Miguel ya estaban recogiendo todo, le dije casi cayéndome de la borrachera por tanto beber ron. Vamos a ver si ahora si le acierto, mi amigo, me vio y me preguntó, bueno ok, pero dime que apuestas. La verdad es que ya lo había perdido todo, lo único que se me ocurrió decirle fue, lo que tú quieras, Julián intercambió miradas con Miguel, los dos se sonrieron, y de inmediato me dijo. Bueno dispara, pero ya sabes si fallas vas hacer lo que te digamos.

Ya con el rifle apoyado en mi hombro, de momento pensé, y si fallo, ¿qué me van a pedir estos dos? Yo mismo mentalmente me respondí, de seguro te van a querer dar por el culo, para que no seas pendejo, y no estés apostando cuando no debes. Así que en lugar de retirarme, y decirles que no iba la apuesta, procuré darle a la lata de refresco.

Bueno no sé si fue la borrachera que yo tenía, pero de todos los tiros que realice, fue el peor de todos. Además para completar, el condenado indio, sonriéndose con mi amigo le dijo, vamos a darle otra oportunidad, oportunidad que yo debí aceptar para retirarme, pero no, tontamente pensé que si le iba a dar, y desde luego que fallé. En esos momentos Julián acercándoseme por dé tras, se me quedó viendo las nalgas, y me dijo. Bien Riqui, perdiste verdad, a lo que yo respondí que si, y tú nos dijiste que vas hacer lo que te digamos, ¿verdad? A lo que yo respondí que sí. Bueno queremos que nos des el culo. Yo me quedé como paralizado, y aunque era algo que yo había pensado que podía sucederme, al escuchar a mi amigo decirme esas palabras, no lo podía creer. Fue cuando el indio, al mismo tiempo que mi amigo, los dos comenzaron a bajarse los pantalones, dejando al aire sus respectivas vergas.

La verdad es que no sabía ni que hacer, por una parte hasta ganas de salir corriendo me dieron, pero lo verdad es que ni idea tenía hacia donde correr, pero por otra parte, yo mismo fui el que dije, que haría lo que ellos quisieran. Fue cuando sentí las manos de Julián, y de Miguel apoyadas en mis hombros, y sin mucho esfuerzo, en medio de ese frondoso bosque hicieron primero que me arrodillase, y luego que pegase mi pecho a la tierra. Casi de inmediato escuché a Julián diciéndole al indio, deja que yo le dé por el culo primero, pero mientras tanto dale un palo de ron. Seguidamente me dijo a mí, separa las piernas un poco, para que no te duela. Cosa que yo en medio de mi borrachera hice sin oponerme, ni resistirme a sus pedidos.

Yo aun estaba como en shock, como era posible que mi propio amigo, me fuera hacer eso, yo no lo podía, o no lo quería creer. Hasta que comencé a sentir sus ensalivado dedos acariciando el centro de mis nalgas, y suavemente introduciéndomelos por mi culo. Luego me dijo, relájate, para que no te duela, y así continuó metiendo y sacando sus dedos, todos llenos de saliva, mientras que el indio primero me dio un trago, y luego otro. Pero de momento sentí como esa cosa de Julián caliente, y bien dura se fue abriendo paso atravesando mi esfínter.

Yo aun, a pesar de sentir que Julián me estaba metiendo toda su polla, no lo podía creer lo que me estaba sucediendo, y a medida que Julián continuó presionado su cuerpo contra el mío, seguí sintiendo como dolorosamente su miembro atravesaba mi culo, yo estaba a punto de pedirle que me lo sacase, cuando él indio me dio otro trago de ron, el que me bebí de inmediato. Ya Julián había comenzado a meter, y sacar rítmicamente su verga dentro de mi cuerpo, cuando yo no sé, por qué razón, sin que Julián o el guía me lo dijesen, comencé a mover mis caderas, restregándolas contra el cuerpo de mi amigo, como buscando sentir más y más dentro de mí, su buen pedazo de carne.

Así que a medida que Julián continuaba clavándome su verga dentro de mi culo, yo comencé a mover mis caderas, y apretar y soltar mi esfínter, sin que nadie me hubiera dicho como hacerlo. Fue cuando de momento, al levantar mi cabeza, buscando otro trago de ron, lo que me encontré fue la verga del indio Miguel, prácticamente frente a mi boca.

Y de igual forma, sin que nadie me dijera nada, yo abrí mis labios, y él penetró mi boca con su parada verga. En cierto momento ambos hombres me tenían completamente sometido, y yo lo único que hacía era mover con gusto infinito, mis nalgas, y mi cabeza. Estaba tan excitado, que apenas agarré mi propia verga, casi de inmediato me vine. Por un largo rato ambos me estuvieron dando por el culo y la boca. Hasta que de momento Julián me apretó con muchas más fuerzas, y seguramente se vino dentro de mi culo. Mientras que yo le seguía mamando su verga a Miguel, hasta el momento en que él también se vino, y acabó completamente dentro de mi boca, haciendo que yo en lugar de escupir, comencé a tragar todo lo que salía de su verga, hasta que ya no soltó más nada.

Después de eso, quizás por lo mucho que yo había bebido, y por el esfuerzo realizado, me quedé dormido. Pero al despertarme, me di cuenta de que ya había oscurecido, Julián y Miguel se encontraban sentados frente a una fogata, que seguramente habían hecho mientras yo dormía la borrachera. Muerto de vergüenza, y completamente desnudo me les fui acercando. Al llegar los dos e saludaron como si nada hubiera sucedido, la verdad es que al verme se sonrieron, y después de que tomé asiento en un tronco caído me dijo Julián, si quieres limpiarte, por haya está una quebrada, y dirigiéndose a Miguel le dijo. Acompáñalo para que no se pierda.

Miguel iba tras de mí, sin dejar de verme el culo, indicándome por donde caminar, yo seguía delante de él, sin levantar la vista, hasta que llegamos a la quebrada, y señalándome una pequeña poza, me dijo. Ahí te puedes lavar, para que después me des el culo a mí. Yo la verdad es que no podía creer lo que el indio me decía, procuré no hacerle caso, y tras expulsar lo que Julián me había dejado dentro, y lavarme las nalgas, apenas salí del agua, vi algo asustado, la figura de Miguel completamente desnudo, con su verga parada, diciéndome. Bueno Riqui ahora me toca a mí, así que no te hagas de rogar y ponte en cuatro.

Yo la verdad es que nuevamente me dieron ganas de salir corriendo, pero en las condiciones en que me encontraba ni idea tenía para donde ir. Así que sumisamente le obedecí, y apenas me arrodillé, Miguel se colocó tras de mí, por un corto rato me estuvo pasando la ensalivada cabeza de su verga por entre mis nalgas, cuando de momento sin consideración alguna me lo ha empujado todo, arrancándome un tremendo grito, que seguramente Julián escuchó.

Después de ese doloroso comienzo, Miguel continuó metiendo y sacando su verga de mi culo, sin consideración alguna, y a medida que él me continuaba sodomizando, yo fui dejando de quejarme, y nuevamente comencé a mover mis nalgas, restregándolas contra el cuerpo del indio ese, buscando sentir más, y más dentro de mi todo su duro miembro. Al poco rato, yo gemía pero no por el dolor, sino más bien por el placer que ese indio me estaba haciendo sentir. Así seguimos hasta que inevitablemente después de un buen rato de que Miguel estuviera metiendo, y sacando prácticamente su verga de mi culo, yo me comencé a masturbar otra vez, como loco, hasta que a los pocos segundos me vine. Al tiempo que sentí como él seguramente acababa dentro de mí culo.

Cuando finalmente me sacó su miembro de mi cuerpo, de inmediato me dijo, vuelve a lavarte, que de seguro Julián va querer volverte a ensartar. Yo sin decir nada al respecto, nuevamente me lavé las nalgas, en la cercana poza, y con mis propios dedos pude constatar que había expulsado, lo que el tal Miguel había dejado dentro de mi cuerpo. De regreso a donde se encontraba Julián, le pregunté cuantas horas había dormido, y Miguel me respondió, que casi un día entero. Seguramente por lo borracho que me encontraba la noche anterior.


Al llegar donde Julián, que se encontraba recostado, y tapado con una sabana, frente a la fogata, de la manera más desvergonzada me dijo. Al tiempo que me hizo señas con sus manos. Ven y pon tu culito aquí, y al decir eso movió la cobija que lo cubría, y bajo la cual estaba tan desnudo como lo estaba yo. Pero con su miembro erecto.

Así que no me quedó más remedio que obedecerle, y acostarme a su lado dándole la espalda, fue cuando se me ocurrió preguntarle hasta cuando me estarían haciendo eso, y su respuesta fue. Hasta que tú digas basta, fue cuando justo en ese instante comencé a sentir su ensalivada verga entre mis nalgas, yo me quedé en silenció, y frente al guía Miguel, mi amigo Julián me volvió a enterrar toda su verga, dentro de mi culo. Después de eso, tanto a Miguel como a Julián, les volví a mamar sus vergas. Hasta que regresamos al siguiente día a su hacienda. En donde, más rápida que inmediatamente todos sus peones se enteraron de lo que había sucedido en la fallida cacería.

Así que el resto de mis vacaciones en la hacienda de mi amigo Julián me la pase, de lo más feliz, dejando que tanto Julián, como Miguel, así como todos sus seis peones, me dieran por el culo y les mamase la verga, cada vez que ellos o yo queríamos. Costumbre que hoy en día la sigo practicando, pero de manera mucho más discreta. Aunque estoy planificando este año, volver a pasarme unas largas vacaciones en la hacienda de mi amigo…



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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:35) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:16) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:13) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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