Alex el ayudante de mi clase de surf II

Me temblaban las piernas, todos se habían ido y allí estaba yo, con el chico con el que tantas veces había soñado
- Alex, verdad?
- si, y tu eres Gabriela, no?
Asentí mientras notaba como algo de rubor subia a mis mejillas y notaba como mi vagina se contraía
-no eres de aquí verdad? – no, pero vamos que espero no llevar un cartel en la frente- el se rio mientras se comía la gran mayoría de cosas que tenia que estar tirando
- no, tampoco tanto pero casi, el acento de pija de Madrid te delata - oyeee, como que pija? Además en Madrid no tenemos acento- dije haciéndome la ofendida
- ya, eso es lo que te gusta creer, pero no, en el fondo sabes que si- dijo mientras me daba un golpe en el hombro
me rei, la verdad es que era fácil hablar con el, me miraba con esa media sonrisa y yo me estaba derritiendo viva, hubiese hecho cualquier cosa por estar mas tiempo con el
entonces se choco con la mesa y se movió del soporte, se coloco detrás de mi y quedándome aprisionada entre el y la mesa intento colocarla, me quede muy tiesa, quería darme la vuelta, quería poder besarlo, arañarle aquella espalda y acariciarle cada centímetro de su piel
la mesa ya estaba colocada, pero el no se movió, notaba su aliento en mi cuello y podía intuir su dura polla a escasos centímetros de mi culo – crees que ya esta bien?
-tal vez debas moverla un poco mas- susurre, ya que no quería que se moviera, con un ataque de confianza acerque mi culo a su polla, notando lo dura que estaba el bajo una mano y la coloco en mi cadera y me apretó mas contra él
sus labios acariciaron mi cuello y justo cuando pensaba girarme y hacer realidad lo que llevaba toda la semana soñando alguien abrió la puerta
Alex se separo muy rápido e hizo como si allí no hubiese pasado nada
-aun sigues recogiendo? Llegas tarde- grito marcos
suspiro y comenzó a subir la cuesta, justo cuando llegó al marco de la puerta de hierro verde se giró
-oye, nos volveremos a ver - Yo asentí mientras me mordía el labio, definitivamente aquel chico me volvía loca
paso el largo fin de semana, le buscaba en cada esquina, no hacía más que imaginar que hubiese pasado, hasta donde habría estado dispuesta a llegar con él en aquel garaje. Nunca me había pasado nada así, claro que me habían gustado chicos, pero aquello que sentía, uff, aquello no era normal.
Al fin llego el lunes, no podía controlar los fuertes latidos de mi corazón, había decidido hablarle, ir, tomar la iniciativa y decirle que desde que le conocí no había podido parar de pensar en él. Pero aquel día no apareció, no estaba, ni rastro de el, quise preguntarle Marcos, o incluso a Nacho, pero la frustración mezclada con el deseo insatisfecho no me dejaron.
No dije ni una palabra, no me salía hablar, cuando llegue a casa me encerré en mi cuarto, no quería ver a nadie y cuando acabe de comer mi madre me recrimino que tenia que sacar al perro. En un principio pensé en ponerme cualquier cosa, ya que no tenia ganas de nada, pero luego por alguna extraña razón, decidí que no, que me pondría algo ajustado, algo pequeño, unos buenos tacones, quería que cada hombre de la calle se diese la vuelta
Me puse unos pantalones cortos, muy cortos que me resaltaban el culo, una camiseta de tirantes blanca que dejaba entrever mi sujetador de encaje, tenia aun el pelo algo mojado y al mirarme en el espejo me di cuenta que ojala Alex me pudiese ver así, porque me veía increíble.
A lo largo del paseo conseguí lo que buscaba, todos me miraban aunque fuese de reojo, alguno me guiñaba un ojo y yo como si nada caminaba con paso mas fuerte, no sabia a donde me dirigía hasta que al torcer una esquina le vi. El corazón se me paro como cada mañana, estaba con un grupo de amigos y decidí devolvérsela, así que pase a su lado sin decirle nada, todos se dieron la vuelta, uno incluso silbo, y el le dio un codazo. Sonreí para mis adentros, di gracias de haberme vestido así y me pare a mirar un escaparate, que realmente no me interesaba pero bien, quería ver si se atrevía a venir a hablar conmigo.
No pasaron ni 10 segundos hasta que se puso a mi lado
-estas muy guapa
-tu crees? Gracias aunque me he puesto lo primero que he visto, ya sabes para sacar al perro
-todos te miran
-también tu?- ambos seguíamos mirando el escaparate
-no he podido apartar la vista desde que te vi cayendo de una forma muy poco glamurosa de la tabla
me hizo reír, pese a la tensión de la situación conseguía ser dulce y tierno
-bueno, ya sabes, el encanto natural de una- y al tiempo le di un leve empujón
pero no me dejo volver a la posición, me agarro del brazo y con su otra mano me atrajo hacia el empujándome por la cintura
-el otro día dejamos algo a medias- me susurro a escasos centímetros de mis labios
-no veo el momento de acabarlo- sonrió
-he oído que somos vecinos, vivo en tu calle, en el portal que hace esquina con el rio, esta noche cuando salgas a pasear al perro te estaré esperando fuera
pensé que me iba a besar, pero me dio un casto beso en la mejilla y se fue
Volví corriendo a casa, no veía el momento en que al fin todas mis fantasías se hicieran realidad
Cuando mi familia acabo de cenar, me ofrecí para sacar al perro, pero al parecer ya había salido, así que bueno, como hacia una buena noche, dije que sacaría la basura. No pude ponerme nada espectacular porque hubiese levantado sospechas, así que con unos pantalones cortos y una camiseta muy ancha salí
Sentado en el banco de enfrente de mi portal estaba el, deje la basura, cogí aire, y baje a su encuentro
-pasabas por el barrio y te has acercado a saludar?- dije haciéndome la loca, al tiempo que me sentaba a su lado
-pues algo parecido, pese a que esta vez no sea tan fácil adivinar tus encantos, sigues estando preciosa- me tendió la mano y en silencio me condujo al paseo que quedaba entre el teatro que había enfrente de la playa, a esas horas por allí no pasaba nadie, y tenia unos soportales donde me llevo. Allí estaríamos tranquilos
cuando nos sentamos me coloco entre sus piernas y empezó a acariciarme el cuello, sus manos bajaron por mi espalda hasta mi tripa y de ahí subieron despacio hasta mi pecho. Sus labios me daban besos en la oreja y bajaban por mi garganta. En un arrebato me gire le empuje suavemente contra la pared y me subí encima de sus rodillas, le acaricie la nuca, y pase la otra pierna quedando a horcajadas sobre el. Acerque mi frente a la suya
-llevo soñando con esto desde la primera vez que te vi
-yo llevo soñando con todo lo que te voy a hacer desde aquel día en el garaje- su mirada era de autentico deseo, el corazón se me iba a salir del pecho
no pude evitar sonrojarme, me mordí el labio y note como su polla crecía bajo aquellos vaqueros, me balancee sobre sus rodillas y el soltó un suspiro. Acerco sus labios a los míos y me beso. Al principio suave, luego su lengua se abrió paso entre mis labios encontrando la mía. Nos comimos la boca con tal desesperación, me mordió el labio y gemí de placer, parecía que algo iba a estallar en su pantalón. No podía estar mas cachonda, parecía que estuviésemos follando con ropa. Quería a ese chico, le quería dentro de mi, le deseaba como no había deseado nunca nada
su boca bajo por mi cuello hasta mis tetas, sus manos me acariciaban la espalda, arañándola como yo soñaba con hacer con la suya, me fue levantando la camiseta poco a poco mientras su boca se acercaba a mis tetas, finalmente llego a ellas, con destreza me desabrochó el sujetador liberándolas, chupo una mientras masajeaba la otras, jugo con mis duros pezones, mientras yo echaba la cabeza hacia atrás, demasiadas sensaciones. Le levante la cabeza y la volví a atraer hacia mis labios, mi mano busco decidida su polla, la acaricie por encima de su pantalón, el embestía mi mano, me moría por verla, por tocarla, por chuparla hasta que me llegase a la garganta.
-diossss, cuanto tiempo he soñado con esto, mmm, joder, sabes cuanto me pones? Sonreí mientras le miraba de la forma mas viciosa que supe
-quiero chuparla- al tiempo que me baje de sus rodillas, mis manos le quitaron su camiseta, le bese el pecho, bajando despacio, aprovechando aquella maravilla, cuando llegue al inicio de su pantalón se lo desabroche con facilidad, y casi sin darme cuanta libere su enorme erección, yo había visto pollas antes, no muchas, pero sabia que aquella era enorme, gemí ante la idea de que aquello me penetrara
-acerque despacio mi lengua a la punta, la chupe de arriba abajo, y cuando llegue a la punta me la metí en la boca, deje que algo de mi saliva se deslizase por ella, me la metí entera, sentí que me ahogaba, apreté muy fuerte mis labios a su alrededor bajando mi cabeza muy rápido al tiempo que le miraba- ohh, joder, dios, que bien lo haces, ohhh si, si, sigue, mas, diosss
lo cachondo que estaba hacia que yo estuviese casi peor, le comí los huevos, sorprendiéndome de mi atrevimiento y de al parecer lo bien que lo hacia, pero para que engañar, me encantaba hacerlo, puse la punta en mi boca y le deje que la follara a su gusto, una lagrima me recorrió la mejilla, pero daba igual, quería esa polla en lo mas hondo de mi garganta
-ufff, joooooder, dios, estas hecha una guarra, mmm, si si, si, joder si sigues me voy a correr en tu boca
eso era lo que quería, asi que chupe mas y mas rápido, me acompase a su ritmo al tiempo que mis manos bajaban y subían, la polla estaba durísima, palpitaba en mi boca
-diossss, ahhhhh, joderrr- y se corrió, chorros de leche me llegaron a la garganta, me trague toda, no quería desperdiciarla, lamí lo que me quedaba en los labios, Alex cogió aire, resoplo me giró la cabeza y me dijo
-Gabriela, me gustas, no por esto, aunque haya sido una grata sorpresa, me muero por follarte en todas las posturas, pero no eres una cualquiera, así que no lo voy a hacer aquí, y me beso, no como antes, sino de una manera dulce, suave.
-sabes, tu también me gustas, y mucho, no sabía que podía ser, ya sabes tan zorra, pero tu me pones demasiado, pese a todo a pasado casi una hora y me tengo que ir
sonrió con una media sonrisa, así que no me vas a dejar devolverte el favor? Bueno, ven dijo mientras me tendía la mano, te llevare a casa, si quieres mañana podemos ir al cine
-claro, - porque yo con aquel chico de la mano, iría a donde fuese que el quisiera llevarme