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Alguna vez tenía que sucederme…

Relato enviado por : narrador el 08/09/2008. Lecturas: 9619

etiquetas relato Alguna vez tenía que sucederme… .
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Resumen
Yo he pasado por varias y diversas experiencias sexuales, desde estar teniendo sexo con dos mujeres, acostarme con la esposa de mi mejor amigo, darle por el culo a uno vieja de sesenta, en fin no hay cosa que no haya hecho, pero siempre con mujeres. Salvo la vez que saliendo borracho de una fiesta, me tope con un trasvertí, pero a ese nada más le di por el culo, y me di cuenta que era un tipo, cuando quise agarrarle el coño.


Relato
Nunca hasta ese momento, había pensado en metérselo a un tipo, como quien dice iba contra mi naturaleza. Pero cuando fui a trabajar a una farmacéutica, me sucedió algo increíble, por lo menos para mí. No les contaré todo lo que tenía que hacer en esa planta, porque de seguro se mueren del aburrimiento, pero la cosa es que me tocó realizar mis gestiones, durante el turno de la noche.

Desde que llegué el gerente que me recibió, de nombre Luis, me presentó a varios de los supervisores de ese turno, y luego me indicó que por razones de salud y seguridad, antes de abandonar la planta me debía dar un baño, que luego le diría a alguno de los empleados, que me mostrase donde era. Terminé de hacer lo que tenía que hacer, y cuando pregunté por el baño, uno de los operadores se ofreció a mostrarme su ubicación. Me acompaño hasta la puerta del baño y se retiró, ya dentro siguiendo las instrucciones escritas por todas partes, me dediqué a darme una buena ducha. Estaba enjabonándome, cuando justo en ese momento entró Desiderio, uno de los supervisores de la línea de ensamblaje, que me habían presentado cuando llegué a reparar el problema. Tras el cortes saludo de rigor, se dedicó a desnudarse. Yo realmente después del saludo, ni atención le puse, hasta que él entró en la ducha.

Dos cosas me llamaron la atención de ese tipo en ese instante, una fue lo delgado de su cuerpo y lo bien parada que tenía sus nalgas, y lo otro fue la insistencia con que desde que entró en la ducha y se comenzó a duchar, se mantuvo mirando mi verga. Procuré no ponerle atención, pero su interés en mi miembro era tal, me lo miraba de una manera tan descarada. Que bastante molesto por su manera de mirarme, no se me ocurrió otra cosa que preguntarle ¿Quieres tocarlo? En principio el tal Desiderio se quedó patidifuso, quiero decir como confundido, y algo avergonzado. Pero cuando el tipo ese abrió su boca y me dijo con su cara bien fresca, que con todo gusto, y al tiempo que lo decía se fue arrodillando frente a mí, y con su mano agarró mi verga. Yo me quedé cortado, sin saber cómo responderle, entre otras cosas me preocupaba, que no fuera a ser que llegase alguien y nos encontrase así ¿Qué pensarían de mí? Además cuando le dije esas palabras lo hice en un tono bien cínico, no pensé realmente que me tomase en serio, ya que eso de llegar a metérselo a otro hombre nunca había sido algo que me llamase la atención.

Desiderio debió notar en mi rostro preocupación o quién sabe qué, pero ya con una voz más melosa mientras comenzaba a masturbarme suavemente, me dijo. No te preocupes, que hasta dentro de tres horas por aquí no pasa nadie. El que su mano recorriera toda mi verga, mientras que con la otra suavemente, acariciara mis testículos, como que fue suficiente, como para que mi verga prácticamente tomase vida propia, poniéndose dura entre sus dedos. Tras lo cual continuó acariciándola, mientras que lentamente se la fue llevando a su boca, ante mi inacción.

En cosa de segundos, mientras el agua de las ducha caía sobre nosotros, él retiró el poco de jabón que aun se mantenía sobre mi miembro con sus dedos, y dirigiendo mi verga a su boca, comenzó a pasar su lengua por encima de la cabeza de mi verga. El que yo sintiera su lengua lamiendo mi glande, como que me desarmó, yo pensé durante unos breves segundos, hasta darle un empujón para separarme de él. Pero su manera de comenzar a lamer y mamar, y lo que comencé a sentir, fue algo que yo francamente no esperaba que sucediera, por lo que lo dejé sabrosamente continuar. Por lo que pude ver, el tal Desiderio era todo un experto en eso de mamar, como les dije, comenzó lamiendo mi glande, pero lentamente se lo fue introduciendo dentro de su boca, mientras que con sus finos labios comenzó arropar mi verga.

Un sinfín de mujeres me lo han mamado, pero como lo estaba haciendo el tipo ese ninguna. Su manera de chupar y la forma en que su lengua jugaba con la cabeza de mi miembro, primera vez que la sentía. Mientras seguía chupa que chupa, sus dedos continuaban acariciando mis bolas, era una experiencia única en mi vida, tratándose de que era otro hombre, el que me la estaba haciendo. Ocasionalmente dejaba de chupar, y tragarse casi por completo todo mi pedazo de carne, para dedicarse a pasar su lengua y labios por mis testículos, lo que siguió haciendo de manera alternada, mientras el agua de la ducha continuaba cayendo sobre nosotros.

Por lo que cuando sentí su lengua rosando mis nalgas, creo que me dio algo de pánico, pero el tal Desiderio continuó pasando toda su lengua desde mis nalgas hasta nuevamente ponerse a mamar mi verga. Yo perdí la cuenta de las veces que realizó todo ese trayecto, esa sabrosa sensación de que su lengua me lamiera el centro de mi culo, fue algo que jamás pensé que me agradaría que otro hombre me hiciera, si tengo una conocida que es loca con hacerme eso, pero es mujer, y con ella nunca me llegué a sentir amenazado, como me sentía con Desiderio en esos instantes.

Pero después de un corto rato, mientras me volvía a mamar la verga, Desiderio se me quedó viendo directamente a los ojos, como pidiendo que lo ensartase por el culo. Eso fue como toda una comunicación, pero sin una sola palabra. Algo igual debió ver en mis ojos, ya que después de eso, simplemente dejó de mamar mi erecto miembro, y permaneciendo tirado en el piso de la ducha, se colocó en cuatro patas, ofreciéndome completamente todas sus nalgas.

Yo tomé mi miembro entre mis manos, lo enjaboné ligeramente, y agarrando a Desiderio por la cintura, comencé a acercar mi cuerpo al centro de sus nalgas. Las que al igual que todo su cuerpo, se encontraba sin una solo vello. Su colorado y oscuro esfínter, que contrastaba con lo pálido de sus nalgas, parecía palpitar frente a mis ojos, a medida que mi glande comenzó a rosarlo, poco a poco.

Con calma comencé a presionar mi cuerpo contra el de Desiderio, y a medida que lo hacía, veía ante mis ojos, como mi verga iba siendo tragada sin dificultad ninguna por el culo de él. No escuché un solo quejido o acto que reflejase incomodidad, mal estar o dolor alguno. Todo lo contrario, Desiderio casi desde el inició movía sus nalgas sabrosamente, y definitivamente sus gemidos eran de placer. Yo sé de sobra, que mi miembro no es nada del otro mundo, digamos que está dentro de lo que se puede considerar promedio. Pero las palabras que el supervisor de la línea de ensamblaje me fue diciendo a medida que se lo continué metiendo, me hicieron sentir o pensar que el de un caballo se quedaba chiquito al lado mío.

Al enterrárselo por completo, Desiderio cambió su manera de mover las nalgas, en lugar de moverlas de lado a lado, comenzó a mover sus caderas de atrás hacia adelante y viceversa. Pero al mismo tiempo apretaba y soltaba el esfínter de sus nalgas. Produciendo en mí un mayor placer, sus gemidos y palabras, me excitaban y calentaban más aun, la verdad es que estaba tan y tan envuelto en darle por el culo a él que de haber llegado alguna persona, ni cuenta me hubiera dado.
Después de un largo rato, en los que ocasionalmente Desiderio ocasionalmente me jalaba los testículos, para evitar que yo me viniera rápido. Nuevamente sin pronunciar palabra alguna, como dicen por mutuo acuerdo y consentimiento, cambiamos de posición. El supervisor, se quedó puso con las espaldas pegadas al piso, levantó y separo sus piernas, ofreciéndome nuevamente su sabroso hueco. Yo lo tomé por los tobillos y nuevamente dirigí mi verga contra su culo, el que al comenzar a penetrarlo sentí un placer tremendo.

Quizás por lo envuelto que me encontraba en esos momentos, de manera accidental toqué su miembro, y casi sin darme cuenta lo agarré entre mis dedos y quizás por la misma excitación, sin darme realmente cuenta, comencé a masturbarlo, cuando lo escuché decirme. Deja eso, que luego yo mismo me la hago, por lo que en parte sorprendido por lo que yo mismo, estaba haciendo, inmediatamente me detuve. Para dedicarme únicamente a clavar mi verga con mayor fuerza, entre sus nalgas, mientras observaba en su rostro el placer que yo le proporcionaba.

Entre sus gemidos y mis bufidos, llegué al punto donde ya no pude más y disfruté sabrosamente, llenando su culo por dentro al descargar toda mi leche dentro de él. Desiderio por su parte, en esos instantes, como que se movió con mayor fuerza y sabor, meneaba sus nalgas como nunca antes lo había visto. El placer que sentí fue algo indescriptible, lo que pueda decir se queda corto ante lo que disfruté en esos segundos.

Cuando ambos finalmente dejamos de movernos, mientras el agua de la ducha aun caía sobre nosotros, nos quedamos quietos hasta que después de un corto rato, comencé a incorporarme. Fue cuando Desiderio, tomándome de la mano me preguntó, con un tono de voz bien suave. ¿Sí te pido un favor, no te molestas? Yo la verdad es que ni pensé, y le respondí que no. Fue cuando acercando su rostro nuevamente a mi verga, sin decir más nada me la comenzó a chupar. Yo me quedé en el piso de la ducha con mis piernas bien abiertas, su lengua y boca nuevamente me hacían las delicias, que tanto me gustaron.

Yo quizás por la manera tan sabrosa de mamar que tiene Desiderio, me quedé bien complacido, mientras él seguía haciendo de las suyas. Pero en cierto momento su lengua se deslizó sabrosa y nuevamente sobre mi esfínter. Pero a diferencia de la primera ocasión, me quedé de lo más tranquilo, y relajado. Mientras aun el agua de la ducha caía sobre ambos, él comenzó nuevamente a alternar sus mamadas, con las lamidas que me daba en el culo. Siendo estas últimas cada vez más profundas y sabrosas. Al punto que cuando se dedicó únicamente a hacerme eso, yo me cambé de posición quedando boca abajo, para seguir disfrutando de esa tremenda experiencia. Su lengua labios y dedos, continuaron exploraron todo mi ano. Lo cierto es que como que yo, no tenía la fuerza de voluntad para pedirle que se detuviera. Por lo que cuando comenzó a introducirme sus dedos suavemente, lejos de incomodarme, lo disfruté bastante. Al principio debió ser uno uso, luego dos y así sucesivamente, hasta que continuó con los de su otra mano. Al tiempo que yo viciosamente comencé a mover mis nalgas, como buscando disfrutar más, de ese nuevo y extraño placer que Desiderio, desinteresadamente me proporcionaba.

Por lo que cuando lo escuché preguntarme, si le permitía continuar, mi respuesta inmediata fue que sí. Por unos instantes más él continuó penetrándome con los dedos, pero poco a poco se fue colocando sobre mi cuerpo, hasta que sentí como fue separando mis nalgas y casi de inmediato, esa particular sensación de ser penetrado. Si me dolió algo, pero creo que el placer que ya estaba sintiendo desde hacía buen rato, fue superior. No tan solo sentí su verga ya completamente dentro de mi cuerpo, sino que hubo otras sabrosas sensaciones que disfruté por primera vez. Como el encontrarme en los brazos de otro hombre, su boca lamiendo mi cuello y parte de mi rostro hasta que yo viciosamente la busqué para recibir un beso. En fin en esos instantes, hice lo que jamás en mi vida hubiera pensado hacer nunca.

A medida que Desiderio continuaba sujetándome por las caderas, penetrándome divinamente, por unos segundos me volvió a atacar el temor de ser descubierto por otras personas, pero en ese mismo instante yo mismo me dije a mi, ¿y si nos descubren, qué? No será ni la primera ni la última vez que algo así pasa. Además me sentí tan excitado, que a medida que Desiderio continuaba salvajemente, dándome verga por mi culo, pensé en devolverle el favor y al terminar ponerme a mamar su miembro como él lo hizo con el mío.

Lo que estando ya él clavándome sabrosamente, se lo dije. Y a los pocos segundos, me encontraba chupa que chupa todo su miembro bajo la ducha. Hasta que él se vino dentro de mi boca. Al ya cerrar el agua de la ducha, yo de momento como que caí en cuenta de lo que había hecho, y me embargó una tremenda vergüenza. Fue cuando Desiderio me comentó. Aunque no lo creas, es la primera vez que lo hago con otro hombre, y quiero decirte que no me arrepiento de ello para nada, yo por mi parte, y aunque suene raro lo que voy a decir. Me avergoncé de estar avergonzado. Ambos nos dimos un fuerte beso y abraso, para después ponernos a vestir, ya al salir de la planta, él me dio su teléfono y dirección al igual que yo también se las di a él. Desde esa fecha nos hemos encontrado en mi apartamento en par de ocasiones más. En las cuales ambos disfrutamos intensamente el uno del otro.


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Comentarios enviados para este relato
PEDRO66 (20 de April de 2011 a las 17:31) dice: Tremendo relato!! me tuviste excitado de principio a fin....Enhorabuena.

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:16) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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