Alicia es una maravilla

Transcurría el verano pasado, yo junto a algunos amigos en común nos encontrábamos veraneando en una playa de mi país el Uruguay, mas precisamente en La Paloma, cuando de repente comenzamos a notar que una gran tormenta se acerca hacia la costa, al estar acampando comenzamos a ponernos nerviosos y decidimos buscar un lugar donde resguardarnos por las dudas. Recordamos que en ese lugar se encontraban veraneando unos vecinos del barrio a lo que nos propusimos el ver que posibilidades había de pasar con ellos la noche.
La casa era algo muy lindo y confortable, enseguida se pusieron a nuestra disposición tanto Luís como Alicia, los dueños de casa. Si bien el lugar no era muy grande solo necesitábamos pasar una noche y nada mas, tenía una habitación grande que era la de ellos y otra mas chiquita para no mas de 3 personas y los bolsos, a lo que habiendo un galponcito chiquito en el fondo de la casa, dije que ese iba a ser mi lugar de pasar la noche.
Esa noche Luís recibe una llamada que tenía que urgentemente ir a Montevideo, a lo que Alicia luego de insistirle por un buen rato, se quedo con nosotros, al quedar sola, ofreció el cuarto a mi amigo y su novia, en el cuarto pequeño quedó un amigo solo con los bolsos y como en el galponcito había dos compartimentos con una cama en cada lado ella dijo que no iba a ser la primera vez que dormía ahí y que se sentía mas cómoda en la una de las camas que estaban en el galpón. Ya dispuestos a dormir, cuando la veo entrar en el galpón noto algo desconsolada a lo que le pregunto que sucedía; enseguida explotó en un llanto y me contó la verdad. “El imbecil de mi marido se fue a ver con la secretaria estoy segura, siempre se sale con algunas de las de el, ya no se que hacer para que no lo haga, capaz que pagarle con la misma moneda”, yo quede como inmóvil, sin saber que contestarle; Alicia era una mujer muy atractiva, ricos pechos, linda cola y vestida como estaba invitaba a hacerle de todo, de calza ajustada al cuerpo que le marcaba las redondas y paraditas nalgas, así como también dejaba notar su rica vagina y una musculosa sujeta al cuerpo con un corpiño que era mas para marcar que para cubrir. Mi verga se empezó a endurecer y cada vez mas se notaba su excitación, ella no decía nada pero sus ojos no hacían otra cosa que fijarse en mi pantalón, entonces sin dudarlo le ofrecí mi pene, tomándola de la mano, la senté en la cama, bajé el cierre de mi bermuda y dejé mi pija al aire para ver como reaccionaba. No lo dudó ni un instante, sin siquiera agarrarla con sus manos la metió entera en su boca y empezó a mamarla casi desesperadamente, yo sujetándola de los pelos la ayudaba haciendo presión sobre su nuca, se llenaba la boca con el tronco y gemía sin parar. Le hice tirarse sobre la cama para sacarle la ropa, primero fue su musculosa, sus pechos quedaron cubiertos apenas por el corpiño negro, llené mis manos con sus pechos, y frotándolos uno contra otro empecé a comérselos sin parar mientras mi lengua no paraba quieta o mis dientes mordían cuanto podían esos globos hermosos.
Luego cuando llegue a la calza, primero la hice ponerse de rodillas, para luego de un tirón despojarla a la vez de la calza y su tanga que apenas cubría su rosada vagina. Mi lengua empezó a recorrer su concha, mientras ella gemía y pedía un 69. Así fue, se volvió a llenar la boca con mi pija mientras yo saboreaba su húmedo agujero y dejaba que mis dedos se perdiesen un lo mas profundo de su ano. Tan bien se ve fue la sobada vaginal que le hice que no tardó mucho en dejar que sus fluidos me inundasen la cara, ella siguió mamando hasta que mi leche pegó contra su garganta, ni se inmutó, siguió prendida hasta ver la cabeza del pene totalmente limpia. “Quiero coger hasta caer rendidos, necesito que me des toda la leche que tengas, sacarme las ganas de que mi marido tenga los cuernos que se merezca y si es necesario llamamos a tus amigos”.
No terminó de decir eso y yo ya estaba prendido de nuevo a sus tetas, las levantaba y lamía desde abajo del seno mismo hasta llenar cada parte de su pecho de saliva.”te gustan mis tetas vida, se ve que si, para que tengo algo mejor”; tomo sus tetas y apretando mi pija con ellas, comenzó una rusa hermosa, mientras hacia eso, su cara era de total y absoluta satisfacción, mientras lamía mi miembro me miraba y se reía picaronamente.
“Dame por el culo” me pidió, lo que sin mas poniéndola a lo perra de nuevo, empecé de nuevo a jugar con mis dedos, los llevaba desde la punta misma de su clítoris hasta lo mas profundo de su culo, hice eso varias veces hasta ver su ano dilatado. Entonces ahí me paré detrás de ella, y comenzando a rozar la punta de mi pene ahora contra sus labios vaginales, caliente como estaba me dijo “me vas a coger o no, dale que no aguanto mas papito, por donde sea pero dame pija”; abrí sus carnosas nalgas y sin más le enterré el miembro sintiendo un grito de placer con miedo a que nos sintieran. Empecé a fornicarla despacito, agarrado de sus caderas me movía suavemente, mientras ella no paraba de gemir y de decir cosas: “así mi vida, rompéme el culo, cogemelo todo”, “quiero que me lo llenes de leche por favor, dejámela toda adentro dulce”, “tratame como una puta si queres, hacía mucho que no le metía los cuernos, pero se lo merece por basura, voy a coger hasta caer, quiero que me hagas lo que quieras sin tener piedad de mi cuerpo”. Ahí fue que no me aguanté las ganas, la agarré de los pelos y con fuerza la empecé a coger groseramente. Con una mano tiraba el pelo, mientras la otra estrujaba su pecho, mientras la penetraba sin piedad. “Así que te gusta a lo puta, te voy a dar a lo puta entonces bebe, te lo voy a llenar de leche” le decía mientras la seguía cogiendo. Cuando estaba en lo por acabar, agarre todo su pelo y tirándolo para atrás la hice gemir mas, hasta sentir que su culo se llenaba de leche, esperé a que la última gota quedase en su orificio para sacar mi pija de su ano, se hecho en la cama y mientras seguía gozando su culo cogido, con una sonrisa me miraba y decía: “vos si que sabes coger culitos mi vida”.
Pasó un rato de calma y volvimos al sexo total, Alicia seguía tirada en la cama concha para arriba. Metí mi cabeza entre sus piernas y comencé a lamer su vulva humedecida mientras ella presionaba con su mano sobre mi nuca, “ay papito, cométela toda, que rico lo haces mi amor” decía y pedía mas. Mi verga ya estaba recta de nuevo a lo que sin más, le dije que posición quería para entrarle por la concha. Me hizo apoyarme sobre el respaldo de la cama, se montó sobre mí, mientras le comía las tetas por enésima vez, acomodó la punta de mi pija en la entrada de su concha, y en medio de los besos se dejo caer despacio, para comenzar a jinetearla suavemente, mientras al oído susurraba despacito: “ay papi…, que rica tu verga, me encanta tenerla adentro de mi cuevita, cogeme despacito, metela toda y haceme lo que quieras”. Calcé sus nalgas con mis manos abriendo sus gajos, llevaba la punta de mi pene hasta la entrada misma de la concha y la metía de golpe provocando en gemidos en Ali. No paraba de cogerme, cuando de repente suena su celular, era su marido. “Era para avisarme que mañana vuelve temprano, me da tiempo para cogerte un rato mas mi vida. Acabame donde quieras mi amor, pone tu leche donde mas te guste”, saque la verga de su concha, y tirándola en la cama apoyé el bulto en su pecho y apretándolo con sus tetas, empecé a moverme mientras ella trataba de llegar con su lengua. La pija parecía rodeada de dos panes, me movía cada vez con mas ganas hasta que el chorro de semen quedo disperso por toda su cara provocando en ella una sonrisa de placer, para luego terminar de limpiar la punta de mi pene con su lengua, mientras frotaba sus pechos.
Esta es mi historia, queda a su disposición, es real, ahora con Ali cogemos cada vez que tenemos ganas, o su marido se va a trabajar.