Amiga de la escuela de mamá.

Mi madre en la actualidad tiene 44 años y tiene dos hijos, mi hermano mayor de 17 y yo recién cumplidos los 15 años, es visitada por una amiga que por lo menos diez años que no nos visitaba solo charlaban por teléfono por vivir ella por el sur en territorio remoto como para visitar continuamente.

Al llegar a casa descubre que los hijos de su amiga ya son dos adolescentes, mi hermano mayor poco la agrada con sus conversaciones casi ignorándola.

Como soy más hogareño que mi hermano tengo que distraerla y agradarla con mi conversación cuando mi madre esta ocupada o sale a trámites de negocio o compras.

Ella viene a control médico y deberá quedarse a lo menos por tres días debido a sus exámenes médicos correspondientes.

Debo dejar mi pieza y compartir dormitorio con mi hermano, pero este primero se acuesta de madrugada tipo una y luego ronca, la primer noche casi no duermo y digo a mis padres que me haré una cama provisoria en la cama en la despensa al lado de la cocina y dormiré mejor, estos se ríen y me dejan ir a esa apartada pieza del fondo de la casa.

Bien dormía súper bien en esta pieza cuando algo me despierta, escucho y son gemidos en la cocina, me levanto del suelo donde había instalado mi cama y vigilo, que veo a Adela la visita apoyada en la mesa gimiendo y llorando, eran las tres de la mañana, me apersono y ella se sorprende…, que haces aquí me dice, duermo aquí al lado le digo, oye le digo aquí hace frío, esta helado, ven abriguémonos con las frazadas de mi cama, mejor busquemos refugio en ella esta calentita, me abrigo bajo las mantas y veo que ella casi desnuda apenas tapada por un camisón de delgada tela trasluce su cuerpo y no es mal cuerpo, se vislumbra perfecto. Me mira y dice con el único hombre que he compartido cama es mi marido…, bueno le digo ahora yo seré el segundo…, ante mi desentone ella sonríe… y me dice al acostarse a mi lado no tengo ganas de reír, las noticias son malas… ¿cuáles noticias?, pregunto…, los exámenes míos salieron bien, los que traía de mi marido el médico los vio y me dice que hay una posibilidad entre un millón de que mi marido me fecunde…, que mejor busque otros semen mas potente y ojala nuevos…., Te imaginas buscarme otro macho para que me fecunde, buscarme otro semental que me preñe… amo a mi marido y si le doy por los cuernos y luego lo sabe adiós mi matrimonio…. Eso si lo sabe digo… ella me dice los hombres son bribones y siempre cuentan… y soy hombre le digo y nunca he contado a nadie mi aventuras, claro que ha sido una no más… has tenido relaciones con quien me dice…, epa, epa no soy un bocón, no soy de esos hombres como tu dices que son bribones por que cuentan, mi padre dice un caballero es un hombre por que sabe callar. Soy un macho bien caballero y no cuento nada.

Se acomoda en la cama que esta en el suelo, al hacerlo su camión se recoge y siento al pasar mi mano por su cuerpo para arreglar las tapas, los enmarañado pelos de su vulva, eso me excita soy joven, ella atraca el cuerpo suyo abrazando el mío, quiero calor me dice dámelo… no se por que, pero le dije… te puedo dar calor y abrigarte hasta calentarte y puedo solucionar tu problema por el que estabas llorando…, sorprendida ella menea su cuerpo y gira el mío, sintiendo sobre sus muslos la clavada de mi pene erecto, grueso en su glande del tamaño de una pelota de tenis y el robusto, tieso y duro miembro del grosor de una botella individual de bebida…, es mas grande que el de Juan mi marido dice, si me lo acoplas seré desvirgada nuevamente a mis 42 años, es descomunal.

Dándose vuelta me permite ubicarlo entre los pliegues de los cachetes de sus muslos… es colosal, es de un tamaño excesivo, me partirías… y menea su cadera para sentirlo mejor…, descansa un momento y vuelve a menearse al tiempo que retrocede su trasero para que lo aplaste mas y sentir su monstruoso grosor. Ardiente se gira de espalda y me toma de mis brazos subiéndome sobre ella al tiempo que dice nada de andar hablando esto será un secreto de ambos y silencio. Abre sus piernas y tomando mi miembro lo guía a su vagina, siento como mi pene escarba al introducirse en su caverna sagrada, Adela siente como le desgarran las paredes de su vagina a medida que se introduce ese pene lentamente en su vientre. Dios mío piensa estoy poniéndole los cuernos a mi marido por incompetente para fecundarme, deseo un hijo…., quiero un hijo…. ¡ah, oh… ahg!…, quien me esta satisfaciéndome y me esta gozando es casi un niño… ¡ah…oh! como me cubre, estoy en un delicioso apareamiento ¡OH soy tuya! sacudiendo, estremeciendo mis piernas las subo sobre este semental que en estos momentos esta inundándome con sus espermios mi vientre… si … este mocoso me esta fecundando estoy en los días milagrosos …¡AH estoy fecundada! ¡Ah…ah…ah! Y abrazo a mi semental besándolo, acariciándole, entregándome como su mujer. Menos mal que estamos lejos de los otros dormitorios por el ruido emitido, este hijo menor de mi amiga será padre de mi hijo… descansamos y luego me traslado a mi cama.

Al día siguiente no debo salir ya que el plan fue cumplido en la noche, debo eso si en la noche repetirlo por si me faltó semen.

En la mañana salimos con la madre de este semental una vez que dejamos listo el almuerzo, volvemos después del mediodía y almorzamos, en seguida mi semental dice que debe ir al negocio a reemplazara su padre, yo te acompaño digo así me entretengo aprendiendo y salimos , cruzamos al negocio el padre sale a almorzar diciendo que el negocio a estado flojo y que pensaba cerrar al ir a almorzar, no le digo yo acompaño a su bebe…, él sale…, creo que aún no entraba a la casa cuando su hijo me tenía con mi falda doblada sobre mi espalda y sin calzones besándome mi trasero, prontamente baja sus ropas y a lo perrito me tiene afirmada del mesón mientras clava desesperadamente su pene en mi vagina, menos mal que el mesón es firme y no cede a los reiterados placeres de incrustar el bebe en contra de mi trasero que sonaba como el crujir de una mamadera al asearla…, con su duro y tieso pene, diez minutos después me fricciono contra la madera de este al ser mi útero llenado de esperma tibia y abundante, nuevamente este semental me hizo suya. Y yo gemía de placer, menos mal que no entraron clientes mientras me unía mi semental.

Por la noche soy yo la que se traslada a su cama y suspiro por ser emparejada por este semental, el cual me recibe con los brazos abiertos mientras yo en su cama lo recibo con mis piernas bien abiertas, como me meneaba el semental si parecía que me quería destrozar clavándome con gran pasión su pene en mi rendija, sentía sus penetradas hasta la boca de mi estomago. Cuanta pasión y entrega en estos apareamientos, donde cada uno trataba de ser más poderoso que el otro. Nuevamente me aseguró mi preñez con torrentes de semen. A continuación a mi cama.

Al día siguiente a tomar el avión y regresar a casa donde me esperaba mi marido al cuel me entregaría con pasión esa noche para que él pensara que era el que me había embarazado.