Amigos con derecho, recordando viejos tiempos

Mi nombre es Viridiana, tengo veinte seis años. Soy una chava liberal, muy aventurera, me encantan los encuentros casuales y disfrutar de mi cuerpo al máximo, el sexo para mi es lo mejor del mundo. Claro tampoco soy una zorra ofrecida pero si se aprovechar los momentos que tengo para disfrutar de la sexualidad sin remordimientos y sin restricciones. Vivo en el estado de México. Soy de piel blanca, mi pelo es color chocolate, poseo ojos marrones claros, tengo labios carnosos y sensuales. Gozo de un cuerpo decente, me cuido hasta donde más puedo, soy delgada, senos bien pronunciados, unas nalgas carnosas y unas piernas bien torneadas marcan la sensualidad de mi cuerpo. Debo decir que actualmente con mi edad me volví más seria y recatada pero en mis tiempos de juventud fui bien loca y lanzada, me gustaron mucho los perros, ir de antro y desde luego hacer el amor con chicos que en esos tiempos eran mis novios, claro siempre me cuide debidamente. Así fueron mis tiempos de colegiala en la secundaria donde perdí mi virginidad y hasta el bachillerato, también parte de la universidad, soy una chica que ha vivido mucho, he tenido muchas experiencias y créanme que no me arrepiento, de hecho hasta en la actualidad sigo conservando un poco de eso, pero ya con menos frecuencia, nada más cuando se me presenta la oportunidad pues además ya trabajo.

En fin en esos tiempos en el bachillerato conocí a un chico que me cambio la vida, no diré su nombre para respetar su privacidad, solo diré que era un chico muy lindo y romántico, digo lindo en el sentido de que era muy caballeroso, detallista, cariñoso y dulce. Muy diferente a tantos chicos con quien he estado, aunque no era muy guapo, tenía en ese entonces algunos kilos de más y lucia semi-llenito, aunque tampoco era obeso, fuimos los mejores amigos, en una ocasión se me declaro pero como dije no me gusta por lo menos no como para andar conmigo pero si lo quería mucho por ser tan lindo como era conmigo. Recuerdo que en una sola vez tuve un faje con él y lo deje manosearme únicamente sin sexo, solo lo deje tocarme toda, lo máximo que lo deje esa vez fue que me chupara mi vaginita y que me metiera dedos, pero lo detuve cuando ya quería metérmela. Esa fue la única vez que le complací tocarme y jamás en ese entonces le di permiso que me metiera mano pues como hombre no me gustaba. Pasa el tiempo, terminamos el bachillerato y cada uno fuimos a universidades distintas, en su caso fue a estudiar a otro estado y me quede estudiando arquitectura en una universidad cercana. Paso el tiempo y no volví a saber de él, perdí su número, sus redes sociales y por siete largos años no tuve contacto con él, hasta que hace poco menos de medio año recibí una invitación de amistad en facebook de alguien con su nombre y rápidamente lo recordé, obviamente era él, por fin en siete años nos volvimos a reencontrar, ahora él se había vuelto más guapo, había bajado de peso y ahora tenía un cuerpo atlético y varonil, chateamos un par de veces y luego quedamos en vernos, nos contamos todo de nuestras vidas en todos estos años. Era increíble pero el al igual que yo seguía soltero, y ¿saben que era lo más hermoso? Que seguía siendo el mismo chico lindo que conocí, caballeroso, educado y tierno. Desde esa vez nos veíamos frecuentemente, seguíamos siendo los mejores amigos, no sé si el recordaba lo que paso entre nosotros, aquel que sólo fue un faje pero que por poco fui suya esa vez, yo si lo recordaba y créanme que en el fondo de mi anhelaba que se volviera a repetir, sin embargo notaba que ya no me miraba con ojos de deseo como cuando éramos estudiantes.
Aquel chico que rechace sentimentalmente en esos tiempos ahora me gustaba y ahora era yo quien estaba deseando tener una relación con el, pues con mis veintiséis años ya me estaba sintiendo algo vieja y solterona. Ya quería formalizarme en algo serio con alguien, una de las veces que salimos inevitablemente le robe un beso y con aquel beso supe que lo que sentía por mí no había muerto, aun seguía vivo algo que lo que una vez sintió por mí.

Y pude corroborarlo la hermosa noche que me entregue a él y me hizo el amor como nadie me lo había hecho jamás. Esto sucedió hace poco menos de dos semanas, ese sábado quede con una de mis mejores amigas y desde luego con él para ir de antro y recordar viejos tiempos de locura. Fuimos cuatro, mi amiga y su novio, yo y desde luego mi niño lindo. Fue una noche increíble, bebimos, nos divertimos al máximo, sin duda el alcohol hizo que nuestros deseos volvieran a nacer y yo me volví a sentir una putita como lo era antes. Mi amiga ya sabía que yo deseaba que esa noche pasara algo entre él y yo, así que nos dejaron en el antro bailando bien rico pegaditos, sin pensarlo comenzamos a besarnos bien lindo, el comenzó a tocarme mis nalgas, no sé ni cómo se me salió pero en ese instante le dije al oído – ¡Hazme el amor!- Ambos salimos del antro, tomamos un taxi y me llevo a un hotel hermoso. Esa noche me puse una blusa negra escotada, una falda corta gris y portaba unas zapatillas negras lindas, con prisa entramos dentro el cuarto, seguíamos besándonos sin descansar, estábamos como locos, pero en sus besos sentía algo que no sentí jamás con los besos de ningún otro hombre, era amor sincero el que sentía por mí, nunca olvidaré sus palabras.
-Ay Viri no sabes lo cuanto te he deseado en todo este tiempo, desde esa vez que probé tu sabor de mujer no te he olvidado, jamás encontré a otra mujer que me prenda tanto como tu ¡te amo! ¡Siempre te he amado!-
-Mi vida, ¡ahora soy tuya, tómame, hazme el amor!- Le conteste sensualmente.
El me quito la blusa, comenzó a lamer mis senos con hambre de lujuria, yo me despoje de mi sostén y quedaron ante el mis senos, el introducía sus manos bajo mi falda entre mis piernas tocando mi zona intima, era increíble sentir sus manos de hombre tocándome mi vagina aun con mis bragas puestas, mi vagina de inmediato se comenzó a mojar. Yo desabroche el cierre de mi falda y la deje caer totalmente, así quede solamente con mis calzones nada más, el besaba y acariciaba todo mi cuerpo con amor y ternura, repetía varias veces – ¡Te amo, te amo, te amo!- en voz baja. Yo me incline ante, baje sus pantalones liberando su suave pene de hombre, en mis manos poco a poco se hizo duro hasta que alcanzo su máxima erección, delicadamente se lo empecé a masturbar y a chupárselo lentamente, el solo suspiraba de placer repitiendo mi nombre una y otra vez.
Entonces yo me puse de pie, me despoje de mis bragas ante él mientras veía como se quitaba sus pantalones y zapatos completamente. Me fui a la cama, puse un pie abajo y otro sobre la cama inclinándome ante él y entregándole mis nalgas. El llego detrás me abrazo con amor, en ese momento dijo –Mierda, no tengo condón- Pero yo le dije –Tranquilo, olvidaba el condón, solo ¡hazme el amor por favor!- Lentamente sentí como me fue introduciendo su suave pene entre mis nalgas hasta que me la metió toda, no le costó trabajo ya que por obvias razones tengo el culo muy elástico, ambos gemíamos de placer y el no descansaba de susurrar mi nombre, me besaba, me acariciaba, me decía cositas lindas. Sin duda el no me estaba cogiendo, me estaba haciendo el amor. Lentamente su pene entraba y salía de mi culo una y otra vez, yo estaba derritiéndome de placer. Solo decía –Ah, ah- Varias veces. Yo me acosté en la cama con mis piernas separadas, el se poso sobre mi y comenzó a penetrarme vaginalmente, yo estaba tocando el cielo de tanto placer y por primera vez en mi vida me sentía amada, el fue cada vez más rápido y llego un instante que me la metía tan rápido que gritaba como loca de placer, ya habían pasado más de media hora y aun seguíamos haciendo el amor, no fue hasta que llego un momento en que sentía como tensaba más su miembro, quiso retirármela tras saber que estaba a punto de venirse, pero yo le dije que me lo dejara dentro, incremento un poco la velocidad y en pocos minutos sentí se vació dentro de mi llenándome mi vagina de ese liquido caliente que me volvió loca. Nos separamos, ambos estábamos cesando de tanto placer, sin duda fue el mejor sexo de mi vida pues fue con amor. Desde esa noche comenzamos una hermosa relación y creo si el me lo propone si querré casarme con él en un futuro no muy lejano.