Amy la putita que nos regalo su vaginita virgen

La que por su propio voluntad nos entrego su primera vez a un colega a y a mí. Amaranta de carita tierna y aspecto inocente pero que guardaba bien sus obscuros deseos de mujer hasta que fuimos nosotros quien la complacimos y rompimos sus hoyos vírgenes de mujer…
La conocimos en una agrupación de música coral de la ciudad al que mi colega y yo estábamos por que nos encanta cantar. Después de clases íbamos a los ensayos del coro, en ese lugar la conocimos; al principio era fría y distante con nosotros, ella tenía sus propios amigos pero al paso del tiempo fuimos rompiendo el hielo y logramos que socializara bien con nosotros, de ella se hablaba muchos rumores de que era muy fácil con los chicos y que se dejaba manosear por cualquier tipo, todos pensaban que andaba dándole las nalgas a todo chico que ella le gustaba pero estaban en parte equivocados. Amaranta sólo era bien atrevida y liberal, le encantaba que la tocaran íntimamente o que los chicos la besaran pero nunca nadie la había penetrado, eso lo supimos esa increíble tarde que fuimos los primeros en su vida. Aunque ella tenía novio, diariamente al terminar el ensayo venia a traerla un tipo con aspecto de niño rico, sin embargo ni ese imbécil logro con ella lo que nosotros dos logramos que fue metérsela por sus dos agujeros de mujer.
Amaranta mmm… Pues si puedo decir que era bonita aunque tampoco era una modelo, es de estatura alta 1.65 quizás, tez blanca, cabello largo negro y ojos negros. Ella siempre usa lentes con los que luce muy sensual pues en lo personal me encantan las chicas de lentes, también le gustaba usar falditas bien cortas con las que sabía bien mostrar sus bien sensuales piernas de puta. De mi y de mi colega no mencionaré nada por razones de privacidad, solamente voy a decir que somos chavos muy calientes y que nos encanta disfrutar de las mujeres como lo que son unas perras para dar placer y sólo eso pero sin duda lo más rico que nos ha pasado fue haber conocido a Amaranta porque es la primera a que rompemos su panochita virgen.
En fin para no hacerles el cuento largo todo paso una bella tarde de fin de semana, quedamos los tres junto con otros chavos para ir a ensayar nuestras canciones y de paso acampar a un campo al aire libre que esta a las afueras de la ciudad, sin embargo esa tarde callo una fuerte lluvia por lo que los demás no llegaron como acordamos. Pero Amy ahí estuvo presente sin importarle el clima, igual que mi colega. Así los tres nos adentramos en el campo de pastizal, no había una alma en kilómetros.
Nuestra dulce Amy llevo una blusa blanca bien escotada que lucía bien sus pezones, una falda negra con puntos blancos con la que enseñaba sus muslos de piruja y unas botas cafés de tacón bien coquetas, ella se veía como toda una zorrita dispuesta a coquetearnos por ser la única zorra para nosotros dos. Esa tarde de junio la noche estaba por caer, ya había dejado de llover y en el aire se respiraba a hierba mojada, estuvimos primero cantando un poco luego al sentirnos cansados nos dispusimos a comer antes de descansar ahí bajo las estrellas del cielo, mientras mi amigo preparaba la tienda de acampar nosotros comíamos y tomábamos cervezas de lata, quizás el alcohol fue un buen promotor de ese momento, nosotros apenas habíamos tomado un par de latas de cervezas mientras que Amy ya había tomado casi diez, era bien notable que estaba casi ebria, empezaba a decir cosas y actuar raro.
Al poco tiempo dijo que quería ir al baño, se fue caminando unos metros lejos de nosotros, para ese momento ya no le importaba nada, ella se levanto la falda y sin importarle que la estuviéramos viendo se bajo sus bragas, mi colega y yo nos miramos ambos sabíamos que era nuestra oportunidad para hacerla nuestra. Ni lo pensé, al instante fui donde ella, la interrumpí antes de terminara de orinar y me puse bajo sus muslos, aun dejo caer sobre mi cabeza un leve chorrito de orín caliente, en ese momento pude verle claramente su deliciosa rajita de mujer mojada por sus orines. Con regocijo inicie a masturbar con mi lengua su intimidad, ella apretaba con sus piernas mi cabeza, solamente tenía poquitos pelitos por lo que podía verle toda su vaginita sin saber que era virgen.
A los pocos momentos ella empezó a gemir de placer, mi amigo sólo observaba desde donde esteba. Lentamente con mis dedos iniciaba a introducirlos en su culito y su vaginita, le metí un dedo ella suspiraba pero al querer meterle dos ella se contrajo, esto me dio sospecha de lo que momentos después averiguaríamos, ella torpemente quiso huir pero solamente cayó sobre el pasto. En esos momentos mi amigo inicio por quitarle sus botas, luego su blusa y así quedo solamente con su falda subida nada más, era obvia la excitación de Amy pues ella misma se tocaba sus labios vaginales, yo por unos instantes le chupaba sus piernas hasta que de nuevo llegue a su vaginita bien mojada. Mientras saboreaba su intimidad me las arregle para quitarme mis pantalones y bóxer. Sin que ella misma se diera cuenta me pose sobre ella, busque su entradita y con delicadeza empezaba a querer metérsela vaginalmente pero sentía que algo impedía la entrada de mi pija, sus labios vaginales me lo impedían. No me quedaba duda de su virginidad, pero honestamente me valió madres y como animal empuje con todas mis fuerzas hasta que se la metí hasta el fondo de su vaginita, ella gritaba como loca y vi que apretaba los dientes pero al fin ya estaba dentro de ella, era una sensación gloriosa por ser bien estrecha.
Al paso de unos instantes inicie a bombearla metiendo y sacando mi pija de su intimidad, su vagina me apretaba bien rico. Mi amigo se había sacado su miembro y se lo estaba masturbando el mismo pero instantes después vi como acerco su pija a Amy y ella misma se lo estaba chupando, ambos estábamos conociendo una nueva versión de ella, su lado de puta y era increíble.
Amy se incorporo, se la saque y se puso a gatas para ahora chupármela a mí. En ese momento mi amigo no espero más, escupió en sus nalgas para lubricar y al instante empezó a enterrar su pija entre sus nalgas, nuevamente mientras me la chupaba vi su cara de dolor y lo gozaba, su dolor me excitaba como nunca aunque temí que pudiera mordérmela por el dolor. El se la metió totalmente, pude ver unas lagrimillas correr por sus mejillas. Pero seguía mamándomela, mi amigo era mucho más rudo, se la estaba metiendo a toda velocidad y con coraje, se escuchaba el tremendo choque de la penetración.
Amy estaba vuelta loca, gritaba a más no poder. El dejo de penetrarla y nuevamente le dio a chupar su pija. Ella reclino su cabeza en el pastizal mientras yo nuevamente la penetre vaginalmente, esta vez con más rabia y vigor, parecía que quería destrozar su intimidad con mi pija. Yo mismo le daba nalgadas, mi amigo apretaba sus pezones, era toda nuestra puta esa noche. Pasados unos minutos no aguanté más y ni logre sacársela pues me vacié en su vaginita, mi amigo también estaba terminando, el por su lado termino en su cara, llenando su cara y lentes de leche. Los tres terminamos cesando de placer, nos tiramos en el pastizal riendo de júbilo aunque Amy estaba algo seria, quizá algo arrepentida para ya era tarde, a los dos nos había entregado su primera vez.