señora Leticia se sube sobre un cajón a media altura, pero al agacharme para recoger la cajas y levantar mi vista desde el piso que espectáculo de piernas, su bata apenas cubría su medio muslo y al subir sus brazos mas corta mostrándome ese par de piernas hasta su entrepiernas observándole esos diminutos calzones que dejaban salir fuera de el a unos rizos de los vellos vaginales entrecanos, me tenía sobreexcitado,
Relato
Contaré lo acontecido este último año de mi vida, soy un chico de 14 años y de los doce que me masturbo, pensando en diferentes hembras que están a mi disposición en mi mente solamente; desde hace dos años vivo con mis abuelos mi madre se fue a la capital y para ella era una molestia llevarme por lo que me dejó a a cargo de ellos. Mi abuela es joven recién cumplió sus 52 años no así mi abuelo de 62años, todos los viernes se reúnen en casa un grupo de mujeres amigas de mi abuela, todas casi de su edad la mas joven Leticia 48 años casada con don José Manuel, un simpático viejo de 65 años, hoy apenas camina apoyado en un bastón por un daño vaso encefálico que le impide casi sus movimientos, desde hace 3 años. Cada vez que se reúnen estoy por ahí observando estas maduras mujeres, sobre todo cuando se sientan una vez que se han servido las copas de bienvenida y algunas dos o mas c opas y alegres se sientan sin cuidar sus posturas y veo sus piernas y al agacharse sus prominentes senos que me excitan y esa noche son mis proveedoras de las pasiones en mis desesperadas maniobras en mis masturbaciones.
Conocidos los personajes que este último año juegan un rol en mi vida antes de cumplir mis quince años..., don José Manuel solicita a mi abuelo mi ayuda para su mujer que debe ordenar unas cajas y esta impedido de ayudar, mi abuelo le dice que cuente conmigo que iré en ayuda de su señora Leticia..., a mi la señora Leticia era una de mis favorita en mis sueños nocturnos al manosearme mi órgano viril por las noches. Tenía unos senos prominentes, unas piernas bonitas y su cuerpo aún mantenía su estampa de una juventud que estaba próxima a abandonarla.
Llegue a la casa de los vecinos a las diez como me solicitaron, doña Leticia aún andaba en camisa de dormir y esta era tenue y casi traslúcida, al verla mi pene comenzó a endurecerse de pasiones incontroladas, ven me dice y me lleva a una pieza semi oscura en donde había un sofá antiguo mas parecía cama que sofá y unas desordenadas cajas que doña Leticia me dice que ordenaremos. Sirvo el desayuno a José y estoy contigo me dice y al salir con la luz de trasfondo veo a través de esa delgada, tenue y traslucida bata su cuerpo casi desnudo solo con un pequeño calzón tapando su entrepiernas me dejó excitadísimo y medio incomodo con la vista, trate de calmarme y me costo bastante, mis hormonas se revolucionaban muy rápido debido a mi juventud y a los deseos de aparearme con alguna mujer y ser un macho en potencia, mis compañeros en las duchas del colegio dicen que mis genitales son de un hombre y no de un adolescente, comienzo a separa por tamaño las cajas a la espera de la vuelta de doña Leticia se demoró como una hora en volver, venía con su delgada bata y un chaleco sobre esta y nada más. Comenzamos a revisar y ordenar las cajas, luego subirlas a una estantería, la señora Leticia se sube sobre un cajón a media altura, pero al agacharme para recoger la cajas y levantar mi vista desde el piso que espectáculo de piernas, su bata apenas cubría su medio muslo y al subir sus brazos mas corta mostrándome ese par de piernas hasta su entrepiernas observándole esos diminutos calzones que dejaban salir fuera de el a unos rizos de los vellos vaginales entrecanos, me tenía sobreexcitado, después de un rato de trabajo aparece don José Miguel diciéndole a su señora que aprovechando la ida al banco de mi abuelo el lo acompañaría a este para ver sus cuentas corrientes con el banco..., ella le dice con cuidado sin caerse y te demoraras como media hora en ir, otra media hora en volver y en el banco otra media hora llegaras como a las una de la tarde a almorzar, me apagaste los fuegos de la cocina o sino se quema el almuerzo..., si mujer los apague le dice este, te ayudo en algo..., no le dice ella tengo aquí a mi súper macho que me ayuda y me toma la cabeza acariciando mi pelo y besándome en la frente... mi pene casi estalla en mis pantalones de tenis que andaba trayendo con las caricias, se va el esposo y ella me dice treme la silla esta banqueta quedo chica, mientras me dice ahora que esta libre ese sofá lo limpiaré y ordenaré, le traigo la silla y el sofá estaba arreglado como para llegar y tenderse en él, ¿Cómo está? Me dice moteándome el sofá, como para acostarse en él me dice, quieres probarlo..., solo no tiene gracia le digo acompañado si que sería delicioso..., anda a buscar una chica y lo pruebas me dice sonriendo, no me gustan las chicas..., a mi me gustan las mujeres maduras con experiencia y bien proporcionadas de sus anatomías, digo goloso me dice, tendré que tener cuidado entonces y ríe..., trata de subirse a la silla y resbala cayendo en mis brazos quien la recibe y por el impulso caemos sobre el sofá, al atraparla sin darme cuenta una mano estaba sobre una de sus tetas y la otra metida en medio de sus piernas a la altura de su vagina..., suéltame me dice que llevo mas de tres años sin macho y mi cuerpo es joven y necesita hombre para satisfacerse y tu eres muy joven..., si le digo veamos si soy joven para usted, probemos aquí en el sofá digo insolentemente..., me mira y dice te atreverías conmigo mira que necesito desde hace tiempo un macho soberbio, enérgico y embestidor aunque me destroce mi vagina..., en eso baja mis pantalones y mis slip tomándome mi pene entre sus dedos me dice, estas bien provisto si entra en mi gruta sagrada me la destruye es mas grande que el de José, mas grueso, es enorme, esta extendido y rígido permíteme besártelo y como palpita..., llevándosela a su boca lo besa y lame, yo estaba que me iba con las caricias, luego lo lleva hacia su vagina y ahí en su entrada lo deja.... esta está tan húmeda que sin empujar penetra en ella ante el placer de sentirla arropada por ese órgano vaginal presiono con todas mis fuerzas apoyando mis pies en el brazo del sofá y la penetro violentamente hasta el fondo de su útero la pieza se llena de jadeadas, gritos y lamentos de placer unos, de gozo otros y algunos de dolor. Despacio me grita... tenemos tiempo... hace tres años o más que ningún pene me penetraba y tu lo haces divino, pero con mucha fuerza cálmate..., ya se que soy tuya que me aparearas hasta llenarme de tu leche..., como se meneaba esa hembra hirviendo su sangre de pasión, se estremecía ardiente con el pene que entraba y salía de su capullo..., oh..., ah..., umm gruñía Leticia..., abrazándolo y besándole le solicitaba mas apareo..., rómpemela soy tuya gemía..., no duro mucho y rápidamente la riego con mis eyaculaciones provenientes de mis testículos, ella al sentirse regada por mis ríos de semen llega a un sabroso y gozoso orgasmo entiesándose y abrasándome desesperada, para luego quedar extenuada, desmayada en mis brazos. Así estamos unos diez minutos luego ella me envía a mi casa por que puede llegar su marido y me dice vuelve a la tarde José duerme siesta de una hora a hora y media. No toques timbre entra por la cocina y al salir veo a doña Leticia tras los cristales con una gran sonrisa por el placer que le causé.
Media hora después llega mi abuelo y me dice almorcemos por que debes volver donde doña Leticia que te espera..., bueno abuelo digo.
Después de almuerzo vuelo a casa de mi deseada Leticia, entro como me dijo en silencio y sin ruidos al entrar en la pieza Leticia está reposando en el sofá, me arrimo a ella y me recuesto a su lado ella se levanta cierra la puerta con seguro y se queda a mi lado la abrazo y ella dice ya lo hicimos descansemos, la ignoro y me ubico entre sus piernas estaba sin calzones y su falda amplia me permite llegar a su matriz sin problemas, al besarla y lamerla algo duro sale a mi encuentro es su clítoris cuando lo lamo y chupo esta mujer se vuelve loca revolcándose de placer en el sofá, ese es el mi perdición y la perdición de cualquier mujer su clítoris es la parte mas sensible de nuestra sexualidad, mímamelo y soy tuya y cualquier otra mujer es igual se lo mamas y se entrega a ti..., lo lamo unos instantes y ella de pronto se endereza endurecida y con grandes suspiros llega su orgasmo sin ser penetrada..., eres exquisito me dice, hace tiempo que no me estresaba tanto con las caricias de un macho, me acomodo sobre ella, no me dice ya lo hiciste en la mañana no puede seguir reclamando por que mi pene entraba nuevamente en su matriz y acalló todo reclamo, después suspiros, quejidos y besos salieron de esa boca mientras la embutía con grandes deseos su vagina entrando y saliendo mi duro pene en su vagina..., nuevamente se atiesa y suelta sus líquidos en mi pene al llegarle un nuevo orgasmo y dos minutos después sentía mi descarga de leche en su matriz. Como se sacudía y se estremecía ansiosa por ser copulada y sentirse presuntuosa hinchada de semen esta mujer..., habíamos aprovechado muy bien la siesta de don José Manuel.
El hecho de estar copulando cuando podíamos con doña Leticia me llevo a fijarme en las mujeres mayores ignorando a las chicas de mi edad, eso hace que me fije en las amigas de mi abuela, todas mayores de edad y comenzar a ilusionarme con algunas como por ejemplo con doña Catalina una mujer de 50 años bonito cuerpo y no era fláccida de sus carnes, era delgada y de atractiva figura..., comencé a dar mis mejores atenciones a esta señora, ella se halagaba al ser atendida por mí, cuando era muy de noche la acompañaba a su casa para que nada malo le sucediera, lo que ella no sabía que quien cuidaba de esta oveja era un lobo deseosa de ella. Un día llegamos a su casa y no había nadie, ella sabía que su esposo estaba de viaje de negocio y llegaría tarde, pero su hija había salido con su esposo y sus hijos, me comunica que le da susto quedarse sola en casa me ofrezco para acompañarla, acepta, mientras llegaba su familia me atiende en su dormitorio y entre bromas y bromas le digo que esa cama esta sin entrenar por las noches, ella me dice todas las noches dormimos en ella, si le digo duermen en ella, pero no la ocupan para otros menesteres, ella ríe y me dice mi marido esta muy viejo tiene diez años mas que yo, y rara vez se le ilumina su fogosidad, llevamos mas de diez meses sin caricias, la última vez fue en vacaciones..., y usted le digo es una mujer joven distinguida no debería ser ignorada, sino cortejada y galanteada, además debería tenerla carnalmente satisfecha y no así, sin macho que la monte compensando a este hermoso cuerpo y a sus senos los cuales piden oprímanme, bésenme, acarícienme, chúpenme… me mira y me comenta, eso lo sabes tu que eres joven, me encantaría que sucediera lo que tu dices, pero con quien si mi marido duerme y duerme..., su marido le digo, pero yo no duermo me apareo con las mujeres insatisfechas, me mira y dice... yo soy vieja me dice crees que te podría satisfacer, no solo me va a satisfacer sino que ambos gritaremos de placer al copular, contesto..., mira para los lados y suspira y me dice... dime la verdad te excito yo como mujer, si me excita tóqueme el pene y verá como me lo tiene de extendido, rígido, desarrollado por su cuerpo de doncella..., ríe galanteada y me permite abrazarla, no se da ni cuenta cuando le estoy sobanda sus senos y beso su boca me responde el beso con placer y entrega, permite que mi mano entre por debajo de su falda y manosee su entrepiernas, rezonga satisfecha, y me sigue besando creo que no se entera cuando la acomodo en su lecho y levantándole sus pollera bajo calzón lamiendo su vagina buscándole su clítoris lo encuentro y lo succiono con mi boca y acaricio con mis dedos doña Catalina se estremece y agita angustiada sabiendo lo que a continuación vendrá, pero ella no es capaz de negármelo y se abre de piernas lo que aprovecho para bajarme mis ropas y acomodarme sobre ella, al sentir que mi pene acaricia sus intimidades vaginales se sacude y armoniza sus movimientos a los míos pronto gime y se queja al sentir que mi pene está entrando en sus pliegues vaginales, soy vieja me dice, no le digo eres exquisita sacudámonos... comenzando mi saca y entre contra su matriz mi calentura llegaba a tal grado que no espere a que me advirtiera de algún problema solo nos apareábamos, copulábamos y al aparearnos ella movía sus caderas exquisitamente ... que hembra como se mueve compensándose de sus deseos de aparearse. Esas caderas tenían vida y me brindaba su intimidad, la sensación fue lo mejor del momento; la madura señora sentía que sus entrañas eran invadidas por el mástil y no quería que el intruso se le escapara, por lo que apretó las piernas para aprisionar al miembro y contrajo su interior y el masaje me brindaba un placer indescriptibles movimiento de sus caderas como me meneaba, se apareaba desesperadamente con todas sus fuerzas, le daba un gozo de proporciones inimaginables, un poco de dolor mezclado con un cosquilleo placentero le anunciaba un cercano acto de clausura, la sangre se calentaba al compás de mis embestidas y de pronto se endurece su cuerpo y me entrega un gimoteado y llorado orgasmo, no duro mucho mas y mis ríos de semen y leche invaden sus entrañas y ella nuevamente me entrega otro orgasmo como gozaba, me besaba y me decía chiquillo de mi corazón, ahora no podré vivir sin tenerte zamarreándome mi cuerpo. Soy tu esclava sexual..., soy tu hembra, tu mujer y me besaba totalmente cedida.
Hoy cumplo mis 16 años y ambas mujeres mayores siguen solicitándome para que las corteje y las galantee, además de tenerlas carnalmente satisfechas. Dos años y siguen siendo mías.