Recién Luisa había terminado conmigo, la razón según ella, fue que yo era demasiada poca cosa. Que aspiraba mucho más del hombre, con quien eventualmente se casaría. Todo porque me puse tan nervioso, en el momento en que ella, me invitó a su casa, aprovechando que sus padres no se encontraban. Que aunque me avergüence decirlo, la verdad es que al verla desnuda sobre su cama, con las piernas bien abiertas ofreciéndome su depilado coño, no sé qué me pasó, que mi verga no se paró. Es más sentí tanto miedo, y ansiedad, que mi verga casi se desapareció….
Relato
Lo que indignó a mi novia, y esa misma noche terminó conmigo, sacándome de su casa, sin dejar que yo por lo menos tratara de explicarle, lo que me sucedía. Para colmo en la oficina en que ambos trabajamos, todo el mundo se enteró. Razón por la cual, de manera descarada, algunos empleados, y empleadas burlaban de mí, sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo, motivo por el que solicité mi urgente traslado. Traslado que me concedieron, rápidamente despidiéndome. Pero después de estar buscando trabajo, y mis clases en la universidad, apenas llegaba a casa. Buscaba consuelo en la red, hasta que aminé al entrar a un chat, buscando consejos. Cuando en una de esas, me contactó una chica, pidiéndome que entrásemos a un chat privado. Sus palabras de consuelo, y apoyo. Me hicieron sentir muchísimo mejor, que me atreví a invitarla a salir. Solo que fue ella, quien me indicó, que le agradaría mucho, si nos encontrásemos en un pub, que ella frecuentaba, según me dijo, con bastante regularidad. Llegué bien temprano, y al preguntar por Susy, el mesero se limitó a decirme que aún no había llegado. Lo peor de todo, era que no tenía, ni la menor idea de cómo era ella, y me daba vergüenza preguntárselo a ese tipo. Susy solamente me dijo que siempre usaba muchísimas pulseras en su mano derecha. Me la imaginaba, de todas formas, gorda, flaca, a veces muy bajita, y otras sumamente desgarbada, además que algo desgreñada, si ningún tipo de atributo físico, con una larga nariz, y con grandes espejuelos. Cuando menos lo esperaba apareció, aquella hermosa joven mujer, con un sinnúmero de pulseras en la muñeca de su mano derecha, un poco más alta que yo, rubia, de escultural figura, pecosa, vestida de manera tan llamativa, con una corta minifalda, y una estrecha blusa, que dejaba ver sus hermosos senos. Pensé que al verme, y darse cuenta de que yo era su cita, sin decirme nada, daría media vuelta, y se retiraría. Pero no fue así, la escuché pronunciar mi nombre, con su dulce voz. Tú eres Sergio, cariño te reconocí de inmediato. Algo dentro de mí me dijo, que esa era la mujer de mi vida. Susy tomó asiento a mi lado, mientras que yo extasiado, boquiabierto, contemplaba su hermoso cuerpo, y bello rostro, casi sin poder decir palabra alguna. Ella como si nada, ordenó una bebidas, y de inmediato, me dijo. Ya que nos conocemos personalmente, cuéntame más de tú vida. Yo la verdad, como no me esperaba que ella se interesara en mí, y no tengo mucho que decir, tan solo se me ocurrió comentarle, que de no ser por la ayuda estudiantil, estaría en quiebra. Susy alabó mi sinceridad, diciéndome que en ocasiones había salido con chicos, que pretendían engañarla, contándole historias fabulosas, con el único interés de llevarla a la cama. Pero que nada más de verme, se dio cuenta de que yo era distinto a todos ellos. Y después de tomarnos los tragos que ella pidió y pagó, se puede decir que me sacó a bailar. Algo avergonzado, y molesto conmigo mismo, en ese momento, también le confesé que no sabía bailar. Susy sonriendo, con su dulce voz, me dijo. Querido solo déjate llevar por mí, no te fijes en los demás, para veas lo mucho que ambos lo vamos a disfrutar. Así fue en efecto, Susy me tomó por la cintura, y a medida que fui escuchando la música, me dejé llevar por ella. Lo cierto es que en realidad, por primera vez en mi vida, además de estar bailando con aquella escultural mujer, lo disfrutaba de manera increíble. En ciertos momentos, Susy dándome la espalda restregaba sus bien formadas nalgas, contra mí cuerpo, y en otros momentos, yo hacía lo mismo. Sintiéndome tan feliz, y libre entre sus brazos que no lo podía creer. Había quienes nos miraban como bailábamos, mientras que yo haciendo lo que ella me dijo, ni atención les ponía, lo que deseaba era que no parara la música, para estar así con Susy indefinidamente. Pero bueno, el set de música terminó, pero cuando regresábamos a la mesa, me comencé a sentir sumamente indispuesto, el salón me daba vueltas, perdí el equilibrio, fue cuando ella, bien preocupada, me dijo. Sergio, te ves algo mareado, si quieres te conduzco el baño, para que te refresques el rostro, con agua. Yo en el precario estado en que me encontraba, apenas y pude asentir con la cabeza, mientras que ella sirviéndome de apoyo, me fue llevando. En cierto momento, como que debí haber perdido el sentido, no sentía nada, si estaba consciente de que me encontraba sentado sobre un piso, y al abrir mis ojos, todo estaba sumamente oscuro. Pero algo estaba dentro de mi boca, además a medida que comencé a despertarme, me di cuenta que aquella cosa, dura, y caliente entraba y salía una y otra vez, de mi boca. Pensé por unos segundos, que se trataba de la lengua de Susy, pero aquello era mucho más grueso, y largo que una lengua. Además un par de fuertes manos, sujetaban mi cabeza, haciendo que yo siguiera cabeceando, con aquella cosa dentro de mi boca, y parte de mi garganta, sin que yo tuviera las fuerzas para evitarlo. Y a medida que seguí sintiendo como eso entraba y salía de mi boca, comencé a ver algo nublado frente a mis ojos, sin dejar de hacer que yo moviera mi cabeza, aquella figura fue tomando forma, hasta que sobresaltado, me di cuenta de que se trataba de la misma Susy, a quien escuché decirme. Querido, que bueno que te despertaste para que también lo disfrutes. Mi cerebro era un mar de confusión, como era posible que aquella hermosa chica, me estuviera empujando aquella cosa, que en esos momentos a mí, por lo largo y grueso se me asemejaba más al miembro de un hombre, que al clítoris de una mujer. No sé, si fue por un acto reflejo, o por gusto. Pero a pesar del estado en que me encontraba, comencé a chupar aquella cosa. Mientras que Susy, no dejaba de decirme lo sabroso que se sentía que yo le siguiera haciendo eso. Sus manos acariciaban mi cabeza, mientras que yo a medida que iba tomando una mayor conciencia, con más gusto chupaba aquello. Susy, me seguía diciendo, que yo era el amor de su vida, hasta que de momento, sentí como toda mi boca, se llenó de algo, algo que provenía de aquella cosa larga y gruesa que yo tan gustosamente estaba chupando. En ese instante no me quedó la menor duda de que se trataba de una tremenda verga, que ella me tenía metida dentro de mi boca. Involuntariamente, me tragué gran parte de aquel líquido espeso y viscoso. Hasta que ella, extrajo su miembro de mi boca. Fue en ese momento, que vi de pie frente a mí a Susy, imponente, con sus piernas ligeramente abiertas, y en el centro colgando aquella cosa, mucho más larga y gruesa que mi propia verga. Yo a pesar de mi estado, no podía creer lo que veía, a esa hermosa mujer, con aquello entre sus largas y bien torneadas piernas. Fue cuando ella agarrándome por una de mis manos, fácilmente hizo que me pusiera de pie. Para de inmediato plantarme un tremendo beso en toda mi boca, y sintiendo como su lengua penetrando mi boca, jugueteaba con la mía. Aún me sentía sumamente mareado, pero al sentir la manera en que Susy me besaba, y acariciaba todo mi cuerpo, no pude menos que abandonarme en sus brazos, y seguir dejándome besar por ella. En cierto momento abrí mis ojos, o simplemente me di cuenta que nos encontrábamos en una especie de covacha de limpieza. Lo que realmente no me importó, lo que deseaba era que ella siguiera besándome de esa manera. Lo que siguió haciendo, a medida que me soltó los pantalones, y me bajó los interiores, para de inmediato, dejar de besarme, y dándole vuelta a mi cuerpo, me apoyó contra la pared, mientras que comencé a sentir aquella cosa dura, y caliente, como se fue deslizando entre mis nalgas, y comenzaba a presionar mi esfínter. Yo comencé a gritar de dolor, pero la fuerte música del local, de seguro no permitía que nadie me escuchara. Susy continuó presionando su verga dentro de mi adolorido culo, al tiempo que me abrazaba amorosamente diciéndome. Sergio, tú eres completamente mío, no te resistas, relájate, disfrútalo. El escuchar su melosa voz en mi oído, hizo que de inmediato, de forma y manera bien sumisa, le obedeciera. Y en efecto comencé a sentir placer, en eso que ella me estaba haciendo. Susy seguía diciéndome, que yo era todo suya, que fuimos hechos, el uno para el otro. Yo movía mis nalgas frenéticamente, buscando sentir más y más dentro de mi toda su gruesa verga. Hasta que yo mismo, apenas ella me agarró mi pequeño instrumento, me viniera gustoso entre sus dedos, al tiempo que Susy, se venía nuevamente, pero en esa ocasión completa y totalmente dentro de mis nalgas. Diciéndome, desde hoy quiero que te vengas conmigo a casa, no te faltará nada, mientras seguía empujándome toda su verga dentro de mi culo. Somos el uno para el otro, tu culo fue echo a la medida de mi verga, tu eres bien pasivo, mientras que yo soy bien activa. Así que nos complementamos divinamente. Bueno después de eso, yo sigo siendo Sergio, y Susy sigue siendo ella. Vivimos juntos, yo sigo estudiando, y conseguí un nuevo empleo. Ella atiende su negocio de decoración. Mi familia, la ama, aunque lamentan que no podamos llegar tener hijos, ya que les dije que yo era infértil. En casa, me hace el hombre más feliz del mundo, al sentir con que amor, me da sabrosamente por mi culo.
Yadira y yo que me llamo Luis, llevamos varios años de casados, pero no nos consideramos una pareja común y corriente, ya que desde que éramos novios nos dimos cuenta que tanto ella como yo somos personas de mente abierta, ella no se considera dueña de mi cuerpo, ni yo tampoco me considero dueño del suyo, por lo que si nos place en algún momento llegar a tener relaciones con otra persona, las disfrutamos abiertamente, sin que por ello el amor que nos sentimos mutuamente se vea lesionado o disminuido. En ocasiones tanto ella como yo también le damos rienda suelta a nuestras fantasías, con la completa colaboración tanto mía como de parte de ella.
Relato erótico enviado por narrador el 13 de March de 2011 a las 21:45:11 - Relato porno leído 121138 veces