Estaba temblando en brazos de Luis Ángel, tenía una confusión de sentimientos encontrados.
Relato
Tengo sólo catorce años y apenas hace pocas semanas perdí mi virginidad con Luis Ángel un niño lindo de veinte años. Trabaja en casa de mis padres en varios oficios, la hace de jardinero, mesero y hasta de chofer a veces, él es sólo un chico sencillo que busca ganarse la vida en trabajos como esos. La verdad yo me siento afortunada porque he crecido en un seno familiar con buena posición social y esto ha dado lugar a otras cosas como ser algo caprichosa, obstinada y algo egocéntrica, bueno quizá hasta algo fresa también. Una de las cosas que más me aburren es el colegio pero mis padres me obligan a estudiar la secundaria en aburrido colegio de niñas y además católico. Casi no tengo contacto con chicos que no sean de mi familia y a mi edad ya estaba más que ansiosa de iniciarme en el mundo del sexo y todo lo relaciono con eso.
Al principio me funcionaba masturbarme yo sola pero al paso del tiempo mis ganas iban aumentado mucho más, sentía mi rajita mojarse mucho y cosquillarme demasiado. Fue así como elegí a Luis ángel para ser quien me estrenara en este mundo. Ya lleva algo de tiempo trabajando para nosotros, me conoció de niña y sólo era seis años mayor que yo, un chico atlético con cuerpo de hombre que desencadeno mis pasiones de niña virgen. Previo a esto se sucintaron en muchas ocasiones diversas cosas que fueron abriendo paso a esto, día con día coqueteábamos más, él entendía que no tenía contacto con otros chicos así que obviamente sabia de mi virginidad, afortunadamente logramos ocultar bien todo ante mis papas hasta el día que todo paso. Y como olvidar mi primera vez, el día de mi estreno. Aquello paso un domingo maravilloso, mis papas junto con sus socios tenían una fiesta en un salón privad0. Entre los meseros estaba desde luego mi Luis, la verdad estaba más que aburrida entre pura gente grande que no paraban de hablar de negocios, política y temas que para mí eran aburridos. Sin embargo entre todo eso estaba él. Yo estaba bien coqueta con un vestido rosa y sandalias importadas color crema. No sabía que me pasaba pero estaba bastante alterada al verlo pasar frente mí y cada vez estaba más decidida a perder mi inocencia esa tarde, desde mi mesa me tocaba yo misma mi intimidad e imaginaba estar a su lado.
Entonces llegué al punto que nada pudo detenerme ya. A prisa fui al baño, me quite las pantis y volví a salir a la fiesta, ahora solo debía espera el momento indicado. Luis estaba ahí acomodando las mesadas, yo llegue donde él, me senté cruzando las piernas y me miraba como queriendo adivinar el color de mis pantis, yo deje caer un arete al piso. Al momento que se inclino ante mí yo abrí las piernas dejándolo verme ahí en medio y sin pantis. Luis se quedo perplejo contemplando y deleitándose con el regalo que le había dado, mire alrededor para cerciorarme que nadie nos viera, mi amado coló su mano entre mis piernas y me agarro de sorpresa mi concha, pude sentir lo mojadita que ya estaba.
Sin que nadie nos viera nos salimos de la fiesta. Tomamos el auto de papá y nos regresamos a la casa, los dos estábamos muy alterados, respirábamos muy rápido. Entremos por la parte trasera cuidando no ser vistos por el resto de los sirvientes, entramos a mi recamara, asegure la puerta y comenzamos a besarnos desenfrenadamente, se lengua se fundía con la mía y fue entonces cuando escuche sus palabras que me llenaron de confianza.
-¡Se que eres virgen! ¿Estás segura que deseas entregarme tu primera vez? A mí un simple criado.
Pero le tape la boca con besos, era bastante claro que me deseaba tanto como yo. Estaba temblando en brazos de Luis Ángel, tenía una confusión de sentimientos encontrados. Miedo, emoción, placer pero de algo si estaba segura es que deseaba perder mi inocencia con él. Luis separo mis muslos, derramo un poco de yogurt en mi intimidad e introdujo su cabeza entre mis piernas, ame sentir su lengua tocarme en mi zona intima, era un experto con las chicas, sus ded0s acariciaban mis labios y quería penetrarme con delicadeza, para est0s momentos estaba hirviendo de placer y si algo quería es que me hiciera el am0r. Al parecer ya me había venido porque me sentía muy mojada y él seguía comiéndome a su antojo, me chupaba las piernas en círculo, besaba mis pies, yo estaba como gata en celo. Al m0mento buscaba su paquete con ansias, se lo tocaba arriba abaj0 sobre su pantalón, tan luego pude tenerlo en mis man0s lo acaricie con amor, amaba sentir su suavidad y textura de aquel miembr0 que iba a desflorarme en breve.
Inicie a besarle con ternura, nos miram0s y reíamos como dos niños jugando hacer travesuras. Aunque era algo grande me lo metí en la boca poco a poco, miraba la cara de Luis, estaba casi llegando al orgasmo con sentir como le comía su cosita de hombre, su aroma natural me enloquecía aun más. Entonces por fin llego el momento. Luis se acomodo el condón perfectamente, volví a tirarme en la cama. Luis me beso tiernamente en la boca y luego en todo mi cuerpo, nuestros cuerpos se juntaron desnudos y piel a piel. Luego me acaricio mi rajita ya bien mojadita de su saliva y mis flujos naturales. Se acomodo detrás de mí, levanto mi pierna derecha y empezó hacer presión en mi entradita, una nueva sensación para mí, la sensación del sexo real, palpe mis labios de niña que se iban abriendo lentamente, segundo a segund0 estaba más adentro y hasta que alcanzó la plenitud de penetración. Su miembro toco fondo con mi rajita y me causo un leve malestar pero se esfum0 en segundos.
Luis no dejaba de ser tierno, me seguía dando hermosos besos y caricias ya estando dentro de mí, él sabía que le había entregad0 mi primera vez y es0 le causaba una gran euforia, un brillo especial emanaba de sus ojos, cuidándome inicio a moverse dentro de mí, su cosita me entraba y salía mil veces, yo estaba vuelta loca de gozo muy perdida en el éxtasis. Momentos después cambiamos de posición, al sacármela note algo de sangre en mi parte intima per0 no me importo ya que comprendía que era normal. Yo me monté en Luis y volví a introducirme su miembro en mi conchita y creo ahora tenía yo el control, inicie a moverme lento pero quería más así que hice más presión, su miembro estaba muy adentro de mí y era delicioso.
Por momentos nos deteníamos para besarnos pero luego regresamos al vaivén y yo gritaba sin descanso, diciendo su nombre, suplicándole que me hiciera el amor. Al paso de unos minutos más los dos caímos en un glorioso orgasmo, nos separamos, el se quito el condón y yo nuevamente tomo su miembro. Estaba bien lubricado por su semen, se lo estuve masturbando unos momentos, me besaba dulcemente en mis orejas y labios, aun cuando ya había logrado hacerme suya él seguía siendo tierno conmigo, sin darnos cuenta ambos fuimos excitándonos nuevamente, una vez más fue tanto la calentura que no dude en ahora entregarle mi otro tesoro; mi virginidad anal. Luis me puso boca abajo, escupió en mis nalgas y puso su miembro ahí mismo, esta vez me estaba doliendo mucho más, era tanto que apretaba la sabana con toda fuerza y quería morderme los labios. A Luis parecía excitarle mi dolor e hizo mucha presión, tanta que casi me penetro a fuerza, pero al fin estaba totalmente dentro mi culito. No demoro en correrse dentro de mí, los dos estábamos exhaustos, tanto que sin darnos cuenta nos dormimos. Mis padres fueron quienes nos despertaron al tocar mi puerta, nos volvimos locos, bajo ninguna manera debían saberlo. Casi muero de risa al verlo vestirse de esa forma y luego ocultarse en mi guardarropa, la verdad fue muy lindo ese momento para ambos.
A mis 12 años, con unas chavas de 12 13 y 14, algo nuevo para mi, mi iniciacion hacia el sexo, practicamente una orgia con ellas y con mis amigos, simplemente algo que recordare por el resto de mis dias.
Relato erótico enviado por Anonymous el 08 de June de 2004 a las 09:55:40 - Relato porno leído 464937 veces
La lleve a su recamara dentro los aposentos de la iglesia, ella repetía que era una locura pero también ya estaba caliente, lo note por su humedad que tenía ya en su vagina, ella me dijo que nunca había estado con un hombre y que no sabía ni como se hacía el sexo más yo le dije, “No te preocupes mamacita yo te guio” le subí totalmente su vestido y le abrí sus sexys piernas.
Relato erótico enviado por reycolegial el 07 de September de 2009 a las 16:44:00 - Relato porno leído 200975 veces