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Atendiendo a mama (La historia continua)

Relato enviado por : rohambole47 el 10/01/2013. Lecturas: 6958

etiquetas relato Atendiendo a mama (La historia continua)   Amor filial .
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Resumen
Después de mi último encuentro con mi madre, transcurrieron algunas semanas, como era un oficial nobel en el ejercito, andaba al pedo un día sí y el otro día también, a partir de la relación con mi madre, mi vida dio un giro enorme, pues a pesar de que yo ya tenía trabajo, jamás había sido responsable de nadie más, solo de mi, Todo lo que ganaba me lo gastaba echando desmadre. Pero a partir de nuestro encuentro sexual, mi madre dejo de trabajar, teniendo que cargar yo, con la responsabilidad del sustento de ella y de mis hermanas, de mis hermanos no, porque ellos ya se habían ido a vivir con mi papa a Puebla, desde que se separaron mis padres.


Relato
Mi madre, siempre había sido una mujer dedicada a su familia y a su casa. Como les dije, las responsabilidades de la casa recayeron en mi, mientras mi madre se encargaba de cuidar a mis hermanas y del cuidado de la casa. Así transcurrió todo por unos meses, yo no había podido estar con mi madre desde la última vez y la verdad, si ella no me lo pedía o me lo insinuaba, yo no iba a volverme acostar con ella, así eran las reglas del juego no escritas, entre mi madre y yo, y había que cumplirlas.


Hasta que un día se dio la ocasión para que volviera a tener e3n mis brazos a mi madre, ese día, cosa rara, nos dejaron salir francos muy temprano, para esa época ya vivíamos por el rumbo de Tlalpan, al llegar a la casa, entre como si nada, supuse que para esa hora, mis hermanas ya estaban en la escuela y mi madre en el mercado, al pasar por la cocina vi a mi madre que estaba sentada sobre la mesa, masturbándose con sus dedos, y con una trusa mía en la cara, ella vestía una batita casi transparente.


Yo me quede viéndola unos instantes, observaba como tenía los ojos cerrados y el cuerpo arqueado hacia atrás, la metida de los dedos comenzó a acelerarse, en ocasiones se llevaba los dedos a la boca y los lamia, en un momento dado sostuvo la trusa únicamente con la boca, y con la mano libre comenzó a sobarse las tetas y a jugar con sus pezones, mientras que los dedos de su otra mano, entraban y salían frenéticamente en su conchita, era impresionante verla así, luego de unos minutos tuvo un orgasmo que la hizo gritar de placer, recostándose flácidamente en la mesa.


En ese momento estaba yo ya muy excitado, y decidí acercarme, al verme, mi madre se levanto como resorte, mal se acomodo la bata, dejando de fuera una de sus tetas, me dijo. “lo siento hijo, lo siento” y salió corriendo de la cocina, rumbo a su recamara. Yo me quede allí, apoye mis manos en la mesa, las cuales se mojaron por el pequeño charquito de fluidos que había soltado mi madre, olía riquísimo, levante mi trusa caída y limpie los jugos de mi madre y luego salí de allí.


Anduve por la casa un rato, y luego fui a ver a mi madre, para ver cómo estaba, ella se encontraba sentada en su cama, vestida únicamente con su batita casi transparente, cuando entre, ella no levantó la vista para verme, respetando su silencio, la salude como si no hubiera visto nada, me acerque y le di un beso en la mejilla, y sentí su aroma a hembra. Salí de la habitación y me dirigí a mi recamara todo excitado, por la hermosa vista que había presenciado, me cambie de ropa, me puse una camiseta y un calzón de deportes bastante holgado, el de reglamento lo había tirado a la basura por malo, tenía dinero y por eso me compre algo mas cómodo.


Me dirigí a la cocina para prepararme algo de desayunar, en eso estaba, cuando mi madre regreso a la escena del crimen, vestida con esa batita casi transparente, completamente desnuda, deje lo que estaba haciendo y me acerque a ella preguntándole, ¿Por qué hizo eso?, al escuchar esto, mi madre se puso roja y su carita reflejaba vergüenza y como vi que casi rompía en llanto, me acerque y la abrace tiernamente.


Ella tímidamente balbució, lo siento hijo, es solo que ya han pasado muchos meses desde que tu y yo hicimos el amor y por esa misma causa, yo he estado en abstinencia, así que no resistí mas y desahogue mis ganas, lo siento de verdad, tú has sido tan bueno, que no te merecías esto, me dijo ya con algunas lagrimas en los ojos. En ese instante me puse detrás de ella, y comencé a hablarle mientras me apoyaba en su espalda.


Le dije, madre, de verdad que yo te entiendo, a veces nuestra mente nos pide cosas y nuestros deseos son más grandes que nuestra razón, en ese momento yo estaba frotando sus brazos, sus hombros y sus tetas, las cuales acariciaba suavemente. Le dije, madre, yo también te debo una disculpa, ella se volteo y me miro extrañada, me pregunto ¿Una disculpa? ¿Por qué?, yo le dije, porque te he descuidado mucho, porque me prometí, que no les faltaría nada a ti y a mis hermanas, cosa que he cumplido a medias, ya que, te he descuidado bastante y no te he atendido en el aspecto sexual.


Mientras le decía lo anterior, mis manos estaban sobándole la espalda y las nalgas muy suavemente, mi madre al sentir mis manos trato de separarse de mí, pero yo fui más fuerte y la contuve, así como estaba, logre tomar una de sus tetas y empecé a jugar con su pezón con mis dedos, no tardándose en endurecerse, mi madre, me pedía sin mucha convicción que la dejara, pero en vez de eso, mi otra mano, fue en busca de su vagina y la encontró, hice a un lado la parte baja de sus pantis y mis dedos recorrieron la rajita de sus labios vaginales con toda calma, mi madre abrió ligeramente las piernas, para qué pudieran mis dedos explorar su conchita divina.


Mi madre estaba como ida, empecé a sentir a mi madre muy húmeda, así que, sin pensarlo, la senté en el sillón y me hinque frente a ella, tome sus piernas, las abrí, cuando trataba de quitarle las pantis, me sorprendió gratamente ver como levantaba sus caderas para facilitarme las cosas, coloque sus piernas abiertas sobre mis hombros, fue entonces que mi boca busco sus labios vaginales y me di un festín. Comencé a chuparle su vagina de una manera por demás desesperada, mi madre cerró los ojos y arqueo su cuerpo hacia atrás, con la vista al cielo y apretándose los labios., me dijo,
hijo, que rico lo haces, entre susurros de placer ella me dijo, que esto no estaba bien, porque soy tu madre, yo le dije, no digas nada mama, solo déjate llevar, le dije también, que yo sentía que era mi obligación hacerle el amor y mantenerla contenta y feliz.


Mi madre, se quedo en silencio, ya que solo salían gemidos callados de su boca, se notaba que estaba disfrutando lo que le estaba haciendo. Mi lengua penetraba hasta el interior de su vagina y mis labios chupaban delicadamente su clítoris, mi madre comenzó a hacer movimientos de cadera, restregaba su sexo en mi cara, mientras yo estrujaba con las dos manos sus grandes tetas, por un momento en su cara, vi una expresión de autentico placer.

Yo continúe dándole una buena mamada como nunca se la habían dado, ella no tardo mucho en venirse, cuando con ambas manos, atrajo mi cara a su vagina y se vino todita en mi rostro. Al despegarme de ahí, mi madre tuvo un momento de conciencia, bajo las piernas y trato de levantarse diciendo. “Gracias hijo, pero esto no debe seguir”.


Cuando trato de ponerse en pie, yo ahí hincado, le dije, “no, madre, no me des las gracias” y le pregunte, señalando mi verga erecta, ¿mami me vas a dejar así?, dicho esto, cambiamos de posición, yo me senté en el sillón y ella, dudando, se hinco frente a mí, rápidamente me quite el short y la trusa, quedando al aire mi verga erecta, se la ofrecí a mi madre, ella la contemplo dubitativamente y de nuevo la lujuria se apodero de ella, solo basto, que ligeramente se la acercara a la cara, la agarro y se la llevo a la boca, para después, empezársela a comer sabrosamente.


El espectáculo era grandioso, ahí estaba mi madre hincada frente a mí, mamándome la verga deliciosamente, se notaba que mi madre no dominaba la técnica del sexo oral, pues a pesar de mamarme, chuparme, y lamerme la verga, no lo hacía con una buena técnica, aunque eso sí, con muchas ganas. Mi madre en forma alternada, primero se la comía todita, luego la sacaba poco a poco de su boca, saboreando su largura, para después lamerla despacito, después empezaba a masturbarme con ambas manos, para terminar con una rica chupada a la cabeza de la verga, y posteriormente repetía el procedimiento, mirándome fijamente a los ojos, como diciéndome “hijo lo estoy haciendo bien”, mientras yo me revolcaba por el placer recibido.


Mientras me la seguía mamando, yo jugaba con sus cabellos, se sentía tan rico, que no quería que acabara nunca, sus ojos estaban vidriosos por las lagrimas, cuando se saco mi verga de su boca, mi verga vino con una gran cantidad de saliva y liquido seminal, mi madre solo me veía con cara sumisa, y después de unos instantes, volvió meter mi verga a su boca, comenzando a mamarla de nuevo, yo estaba en el séptimo cielo, desesperado, yo le decía, “Ohh madre, que rico me la chupas, sigue así, me voy a vennnnnir, me voooy a vennnir”. Cuando mi madre se dio cuenta de que estaba a punto de venirme, se la saco de la boca y la apunto a su pecho, y fue allí, donde mi leche fue a parar.


Yo estaba totalmente satisfecho, pues la dosis de placer y excitación era totalmente superior a la que sentí con otras mujeres, pero no estaba satisfecho, yo tenía que volverme a coger a mi madre.
Así que, de nuevo junto a ella le metí los dedos en su vagina, mientras mi verga se ponía dura de nuevo, estuve masturbándola unos minutos, mi madre de nuevo gemía, le indique que se levantara y así lo hizo, y le indique que fuéramos a su recamara, entramos a ella, mi madre a un lado de la cama, dejo caer la batita casi transparente que vestía, me indico que me acostara boca arriba, ella se subió a la cama y se trepo sobre mí, pero al revés.


Ya estando montada de espaldas a mí, con una de sus manos tomo mi verga y se la acomodo en la entrada de su vagina, para irla introduciendo poco a poco dentro de ella, al tiempo que se sentaba sobre mí, yo la tome de las caderas para ayudarla en el movimiento, (cabe hacer mención, que esta posición es sumamente caliente, porque se da cuenta uno como se traga la verga una vagina) cuando ya estuvo bien adentro de ella mi vergota, comenzó a mover las caderas de un lado para el otro y de arriba para abajo, regalándome el placer, de ver como se tragaba mi verga enterita, en unos suaves sentones que se daba.


Mi madre se empezó a mover como posesa, después de un rato de estar así, ella se detuvo un instante, solo para cambiar de posición, ella, sin desensartarse, se volteo hacia mí y comenzó a cabalgarme de nuevo, sus tetas desnudas brincaban a cada sentón que se daba, así que, con mis dos manos se las tome y empecé a estrujárselas, lo que no tardo en provocarle a mi madre el tercer orgasmo de la noche, mojando mi bajo vientre, como vi que ella, al parecer se estaba cansado de cabalgarme, le indique que se bajara de mi y que se colocara en cuatro patas, cuando lo hizo, pude admirar ese par de hermosas nalgas que se cargaba.


Así que en esa posición, le coloque la cabezota de mi verga en su entrada vaginal, que para entonces estaba muy mojada y de un solo envite se la metí todita, al sentirla toda adentro, ella lanzo un gritito de placer y se quedo inmóvil saboreando el grosor de mi verga, así que empecé metérsela en largos y profundos envites, solo se escuchaban mis huevos chocando contra sus nalgas, vi sus ricos melones rebotando sin parar en cada estocada que le daba.


Mi madre ya no gemía, sino gritaba como loca, como una autentica hembra en celo. Mientras se la metía, yo aproveche el momento y le metí un dedo en su ano, ella al sentirlo, respingo, lo que le provoco un último orgasmo, mientras se venía, ella me decía, ohhh si, como me hacías falta guichito, hijo como me hacías falta, no puedo más, diciendo esto, termino de venirse, yo por mi parte, seguía metiéndosela cada vez más fuerte, en el paroxismo de la excitación, yo le preguntaba, ¿Te gusta? ¿Te gusta cómo te cojo? Le dije, ahora ya nunca te faltara sexo, mi madre me contesto en medio de los jadeos de la venida, siiii, lo deseo, pero no me dejes nunca, ahora eres mía, le dije, mientras le daba con todas mis fuerza la ultima estocada, al sentirla, ella me dijo, ahhhhh, hijo, que rico, al oír esto no me pude aguantar más y le descargue toda mi leche en el fondo de su ser, (en este caso no había problema, ya que ella ya estaba operada para no tener hijos) así que, me vine dentro de ella con mucha confianza.


Le deje la verga adentro un rato mas, saboreando la dulzura del apretón maternal, después, ella se dejo caer sobre la cama boca arriba, caí sobre ella, mi madre acariciaba mi espalda y me besaba. Mientras nuestras respiraciones se regularizaban, me puse de pie y me senté sobre la cama, tenía a mi madre frente a mí, recostada en la cama con las piernas abiertas, en primer plano veía su vagina inundada por mi leche.


Mi madre se puso en pie, y fue en ese momento que mi semen comenzó a resbalar por sus muslos, mi madre se inclino para levantar su batita, como me le quede viendo de nuevo a sus nalgotas, mi madre solo me sonrió, se puso de nuevo su batita, se acerco a mí y con un beso, me dijo “gracias hijo”. Durante la noche de ese día, pensando en la soledad de mi recamará, sabía que mi vida había cambiado y me había gustado, me gustaba ahora tener el rol del amante de mi madre, eso sí, cada vez que ella me lo pidiera sutil o abiertamente, porque, como dije antes, esas eran las reglas de juego, no escritas entre mi madre y yo.


Todo esto que les narro, tiene muchos años que paso, y duro hasta que mi madre dijo no, pero mientras duro, disfrutamos del sexo en todas sus modalidades, probamos de todo, inclusive, entre sollozos ella me dio la virginidad de su ano, bueno esa es otra historia, saludos y pásenla bien.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:44) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:16) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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