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Atrapada Sin salidas 4

GTSololeveling Relato enviado por : GTSololeveling el 20/05/2022. Lecturas: 908

etiquetas relato Atrapada Sin salidas 4   Amor filial .
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Resumen
Llegué a mi casa, dejé el coche en el garaje y subí a mi habitación que se encuentra en la segunda planta, me desnudé y me di una ducha de agua caliente y como sucede habitualmente aproveché la ducha para acariciar mis pechos, mis pezones, mi entrepierna, pero en esta ocasión mis pensamientos no se recreaban en mis fantasías habituales. En esta ocasión mis pensamientos giraban en torno a lo que esta mañana habían visto mis alumnos, en la posibilidad de que Lucas se atreviese a mostrar la foto que me había sacado subiendo al coche y que había puesto como fondo de pantalla en su móvil, en la que, aunque no se me viese la cara, resultaban fácilmente reconocibles la falda y la blusa que llevaba esa mañana. Esta situación me producía al mismo tiempo temor y morbo. Me puse un albornoz blanco que me quedaba ligeramente por encima de la rodilla, es mi vestimenta habitual dentro de casa, albornoz o bata sin nada debajo.


Relato
Con El Sello De Placer y Morbo…
Llegué a mi casa, dejé el coche en el garaje y subí a mi habitación que se encuentra en la segunda planta, me desnudé y me di una ducha de agua caliente y como sucede habitualmente aproveché la ducha para acariciar mis pechos, mis pezones, mi entrepierna, pero en esta ocasión mis pensamientos no se recreaban en mis fantasías habituales. En esta ocasión mis pensamientos giraban en torno a lo que esta mañana habían visto mis alumnos, en la posibilidad de que Lucas se atreviese a mostrar la foto que me había sacado subiendo al coche y que había puesto como fondo de pantalla en su móvil, en la que, aunque no se me viese la cara, resultaban fácilmente reconocibles la falda y la blusa que llevaba esa mañana. Esta situación me producía al mismo tiempo temor y morbo. Me puse un albornoz blanco que me quedaba ligeramente por encima de la rodilla, es mi vestimenta habitual dentro de casa, albornoz o bata sin nada debajo. Siempre me ha producido una excitación especial salir a abrir la puerta con albornoz, es una prenda que normalmente da a entender que debajo no se lleva nada y que en más de una ocasión ha creado situaciones muy escabrosas dignas de ser contadas en estos relatos y que seguramente las relataré algún día. A veces también ando por casa completamente desnuda pero nunca se me ha ocurrido abrir así la puerta de la calle, me parece demasiado, ni en un puticlub se está completamente desnuda para que el cliente te elija, esta tarde sería la primera vez obedeciendo a Lucas, supongo que esta exigencia de Lucas es consecuencia de su inmadurez, es mucho más excitante la insinuación que el desnudo total. Bajé a la primera planta donde se encuentran el salón comedor y la cocina y en esta última me preparé una ensalada de pasta que comí sentada en una butaca de mi salón, mientras veía la televisión. Terminada mi frugal comida lo recogí todo y decidí tumbarme un rato en el sofá. Me desperté a las 6 de la tarde, mire mi móvil y pude ver que Lucas me había mandado un mensaje diciéndome que vendrían a las 7, todavía disponía de una hora. Subí a mi habitación, me quite el albornoz y tras dejarlo en el baño, volví a mi dormitorio y contemple mi cuerpo desnudo en el espejo que tenía frente de la cama. Actualmente mi sexo estaba completamente depilado, la primera vez que me lo depilé completamente fue hace 7 años por indicación del fotógrafo con el que realice los reportajes video fotográficos, en su opinión los tíos preferían coños depilados en lo que todo quedase perfectamente visible. Desde aquel momento nunca he dejado que creciese mi vello púbico de forma natural, a veces he dejado una fina línea, en otras ocasiones he dejado un pequeño triángulo encima de mi coño y en la mayoría de las ocasiones lo he dejado tal como lo tengo ahora. Mi experiencia me dice que es como más os gusta, aunque siempre hay alguien que me dice que prefiere los coños peludos, pero son los menos. Llegó el momento de elegir mi escasa indumentaria, entre mis zapatos de aguja elegí unos negros, entre mi colección de ligueros me decidí también por unos de ese mismo color y lógicamente las medias también deberían ser negras, dudé entre las lisas que había llevado todo el día o unas de rejilla. Teniendo en cuenta que Lucas en todo momento me había tratado como a una puta, decidí finalmente ponerme las de rejilla, siempre he pensado que es el tipo de media que más se relaciona con las putas, seguramente a mi amo le agradaría. Me quedé contemplando mi amplia cama de 1,80x2, cama en la que había disfrutado mucho con un antiguo amigo al que le gustaba inmovilizarme en la cama, mediante un sistema de correas que se pasaban por debajo del colchón y que finalizaban en cuatro correas a las que se acoplaban dos muñequeras y dos tobilleras de cuero ajustables con hebillas. Este artilugio aún lo conservaba en el cajón superior del sifonier, pensé en dejarlo a la vista, pero pensándolo más detenidamente decidí que era demasiado atrevido para el primer día, además tampoco sabía si me follarían directamente en el salón o preferirían la cama. Aún faltaban unos minutos para que llegasen, por lo que baje al salón y me puse a ver la televisión. Poco antes de las 7 sonó el timbre, fui hasta la puerta y comprobé en la pantalla del video portero que eran ellos. Abrí la puerta, sin encender la luz del recibidor, estábamos ya a finales de octubre y la hora se había cambiado hacia una semana, por lo que ya había anochecido, esperé, intentando mantenerme pegada a la pared lo más posible para que no se me viese desde el exterior, a que recorriesen los pocos metros que había desde la puerta exterior, hasta la propia entrada de la vivienda. Cuando llegaron frente a la puerta, fue Lucas el primero en hablar.
--Buenas tardes puta ¿Qué haces ahí medio escondida tras la puerta y con la luz apagada? Ponte en el centro y enciende la luz.
--Me pueden ver, amo.
--Puedes estar segura de que te verán si no obedeces, porque nos acompañaras hasta el final de la calle y te quedarás allí a unos metros de nosotros hasta que alguien pregunte por tus servicios, entonces me acercaré yo y le diré un precio que resulte muy asequible y si acepta le invitaremos a que venga, evidentemente puedes negarte, en ese caso, como ya sabes daremos publicidad a cierta página web, tú eliges. Seguro que a más de un vecino le encantará verte hacer la esquina.
Obedecí, pulse el interruptor de la luz y me puse en el centro de la entrada, expuesta a las miradas de cualquiera que pasase por la calle y desviase su mirada hacia la puerta o a cualquiera que mirase desde las viviendas que se encontraban frente a mi casa. Pedro se quedó fuera mientras Lucas pasaba al interior, se ponía detrás de mí, y posando sus manos en mis tetas, comenzaba a manosearlas, pellizcándome de vez en cuando los pezones.
--Ooohhh amoooo. -Dije yo mordiéndome los labios.
Poco a poco una de sus manos fue bajando hasta llegar a mi entrepierna, entreteniéndose primero en acariciar los pliegues de mi rajita y después en introducir y sacar sus dedos, mientras me decía.
--¿Te imaginas que tras esas ventanas a oscuras haya alguien observando, descubriendo lo puta que eres?
No conteste, finalmente tras unos instantes que se me hicieron eternos, y en los que afortunadamente no pasó nadie por la acera, dijo.
--Venga Pedro vamos para dentro.
--¿Siempre que vengáis me vais a hacer pasar por esto?
--No, únicamente cuando te resistas a ser exhibida, en esos casos la exposición a la que serás sometida será más larga y fuerte, aquí, entrando o saliendo del coche o en cualquier otra situación en la que cualquiera pudiese verte semidesnuda o completamente desnuda. Ahora enséñanos tu casa.
Dejaron sus mochilas y chamarras en la entrada y les fui enseñando mi vivienda, en primer lugar bajamos al sótano, donde hay espacio para aparcar dos coches y un pequeño trastero, volvimos a subir a la planta baja, estuvimos en la cocina, en el salón comedor, también les indique donde estaba el servicio, durante todo el tiempo se dedicaron a toquetear todo mi cuerpo, subimos al piso superior, donde hay tres habitaciones y dos servicios más, uno de ellos en el interior de mi habitación al que se acede a través del vestidor. Les encantó mi dormitorio y Lucas comentó que sería una gozada follarme en aquella cama para añadir a continuación.
--Me gustaría buscar la forma de inmovilizarte sobre la cama, bien abierta de piernas tal como vas vestida ahora.
--¿Vestida?, querrás decir completamente desnuda.
--Vamos mujer, no puedes decir que estas completamente desnuda, los zapatos, medias y liguero te quedan de maravilla, realzan tu belleza mucho más que si estuvieses completamente desnuda.
Volví a tener la tentación de mostrarles lo que había en el sifonier, me apetecía un montón que me tuviesen a su disposición, que supiesen que ya había coqueteado con la sumisión pero finalmente no lo hice. En ese momento su teléfono le aviso que en su WhatsApp había un nuevo mensaje, pude ver que de fondo de pantalla continuaba la foto que había puesto pocas horas antes, en la que a pesar de no vérseme el rostro, si se veían una blusa y una falda que permitían suponer de quien era el coño que aparecía entre aquellas piernas abiertas de par en par. Leyó el mensaje y escribió algo, cuando terminó le dije.
--Amo, por favor, cambia ese fondo de pantalla. -Se me quedó mirando y finalmente dijo.
--Esta bien puta, si obedeces en todo sin protestar, aceptaré cambiar el fondo, pero a la más mínima desobediencia o queja, este será el fondo que verá cualquiera que a partir de mañana vea la pantalla de mi teléfono y cómo puedes suponer esto es algo que sucede habitualmente entre los compañeros de clase. ¿Aceptas?
--Si… ¿Puedo hacer una pregunta amo?
--Si claro.
--¿Ha visto alguien ya ese fondo?
--Que te conozcan no, personas que no te conocen, si. En concreto, el que me acaba de mandar el mensaje ha recibido la foto original, le conocerás dentro de unos días, por lo que no tenía sentido que no te viese la cara, me ha dicho que está deseando conocerte en persona.
--Al final, la foto puede llegar a cualquiera que me conozca.
--Igual que las de la web, si ha pasado con nosotros puede suceder con otros. -No contesté, a continuación añadió.
--Siéntate en la cama y abre las piernas todo lo que puedas, apoya las manos a los lados y sonríe.
Así lo hice, sacó su móvil y me hizo un par de fotos, a continuación me las enseñó, eran de cuerpo completo y me dijo.
--Supongo que preferirás, que la que utilice para el fondo de pantalla, la recorte y que no se te vea la cara.
--Si amo, si así lo hace se lo agradeceré mucho.
Tras manipular su teléfono durante un tiempo, me mostró su nuevo fondo, en el que se me veía desde los zapatos hasta el cuello.
--¿Te gusta?, sólo te podrían reconocer por las tetas, y eso me parece un poco difícil que suceda.
--Si, amo, está muy bien.
--Desde mañana tus alumnos van a empezar a verte completamente desnuda sin saber que eres tú. -Mientras lo decía, se sentó junto a mí y comenzó nuevamente a acariciarme el coño percatándose de su humedad. --¿Te pone cachonda? Parece que sí.
Sentí que los colores subían a mi cara por la nueva indiscreción de mi coño.
--¡Que colorada te has puesto! ¿Te da vergüenza que te vean el coño?
--Bueno, mientras no vean mi cara, no sabrán que es el mío.
--Jaja, en tus fotos de la web no parece que te importase que el coño, las tetas y el culo que se veían eran los tuyos.
--Eran otros tiempos.
--¿Cuándo fue?
--Hará unos 6 o 7 años, estaba en primero de la universidad.
--¡Cómo ha cambiado nuestra profesora! En aquella época no te importaba, que los que te viesen supiesen que eras una puta, pero ahora no quieres que lo sepan. Va siendo hora de divertirse un poco.
Dicho esto, empezó a desnudarse, inmediatamente Pedro le imitó. Tras quitarse la camisa y los pantalones, ambos se quedaron en calzoncillos, en ese momento Lucas cogiéndome de la melena hizo que me levantase de la cama y me arrodillase ante él y a continuación me dijo.
--Pon las manos a tu espalda y sin utilizarlas bájamelos, sólo puedes utilizar la boca.
Me costó bastante trabajo, nunca me habían pedido semejante cosa, fui mordiendo el elástico del slip una vez a un lado y otra vez al otro lado tirando hacía abajo y así fui bajándoselo poco a poco. En un momento dado su pene quedó libre entrando en contacto con mi cara, era una cosa jamás antes vista, era enorme fácil mente era más de 20 centímetros de largo y por mucho, él se rio en mi cara al ver mi rostro de asombro, me paré por un momento e inmediatamente oí la voz de Pedro.
--Sigue que caiga al suelo.
Así lo hice, tropezando continuamente mi cara, mi nariz, mi boca con aquel trozo de carne de unos veinte centímetros de largo totalmente depilado. Finalmente por la propia fuerza de la gravedad su slip cayó hasta sus pies.
--¿Sabes lo que tienes que hacer?
--Si amo.
--Bien porque te comerás mi polla de 30 Centímetros entendido.
--Si Amo.
Cogí con mi boca su glande y en ese momento cogiéndome la cabeza con sus manos me lo metió hasta dentro, me dio una fuerte arcada, por un momento pensé en vomitar pero afortunadamente no sucedió. Continúo follándome la boca, mientras me decía:
--No quiero que desperdicies ni una gota, te lo tragas todo.
Evidentemente no estaba en condiciones de responder, finalmente sentí su cálida corrida en mi garganta, pase un rato fatal, ya que parte se fue por el sitio que no debía, finalmente terminé mi trabajo procurando dejársela lo más limpia posible.
--Así me gusta, eres una buena puta, Pedro es tuya.
Se me acercó Pedro, la tenía más pequeña, mucho más pequeña, unos 15 centímetros, sin depilar, era lo que más me desagradaba, no me gustan los pelos en la boca. Como no me dio ninguna instrucción se la agarre y me la metí en la boca, empecé a chupársela mientras que con las manos le acariciaba los huevos, se corrió bastante rápido, y como había hecho con su compañero me tragué hasta la última gota, pero en esta ocasión sin atragantarme y evidentemente se la seje lo más limpia que pude, en ese momento oí la voz de Lucas.
--¡Qué sorpresa! Nuestra puta es una sumisa experimentada.
Me volví y comprobé que había abierto todos los cajones del sifonier y tenía en sus manos las correas para atarme a la cama.
--¿Cómo se coloca esto? -Me preguntó.
--Es fácil la correa central se deja debajo del colchón, y las otras cuatro se sacan por los laterales para sujetar muñecas y tobillos, las podéis graduar para dejarme en la posición que queráis. -Tras colocarlo todo me dijo.
--Túmbate.
Me sujetaron muñecas y tobillos y tensaron las correas hasta que mi cuerpo formó una “X”. Lucas sacó nuevamente su móvil y me sacó cuatro fotos, que me mostró, había un primer plano de mis pechos y cara, un primer plano de mi coño y dos generales en las que se apreciaba mi posición en la cama tomadas desde los pies, con lo que no quedaba ninguna parte de mi cuerpo oculta.
--¿Estas también se las vas a mandar a tu padre? -Preguntó Pedro.
--Son las más interesantes.
--¿Tú padre? -pregunté, no dando crédito a lo que acababa de escuchar.
--Si, de él ha sido la idea, cuando le comenté que estabas desnuda en una web y te vio. Dijo que sería facilísimo convertirte en sumisa y emputecerte. Le hubiese gustado estar hoy aquí para conocerte, pero no vuelve hasta la semana que viene.
--¿Y tu madre? ¿Lo sabe?
--No se separaron hace unos años, cuando se enteró que se follaba a una sumisa.
--¿Qué pretendéis?
--Bueno después de separarse, mi padre en su segunda vivienda se montó una pequeña mazmorra donde lleva a sus sumisas, y se las ofrece a otros amos o a terceras personas, como en este momento no tiene ninguna ha pensado en ti.
--Pero, ¿Las fotos?
--Verás, en este momento mi padre está fuera por motivos laborales, pero volverá dentro de 16 días y tiene pensado celebrar una de sus reuniones para compartir sumisas, pero de vez en cuando, aprovechando que uno de ellos tiene un puticlub, hay sumisas que aceptan ejercer de putas. En esta ocasión como tú eres la nueva, se va a proceder a tu puesta de largo como puta. Lo que se hace en estos casos es, si la sumisa acepta, después de ser compartida por los amos, subastarla entre los clientes más selectos del puticlub, para más adelante ofrecerla la posibilidad de trabajar de vez en cuando en el puticlub, una vez que es conocida. Las fotos son para la propaganda que haremos de ti, hay que vender bien la mercancía.
--¿Queréis convertirme en puta?
--Si te gusta la idea, si, sumisa y puta.
--Y si no me gusta.
--Te desatamos, borramos todas las fotos del móvil y nos vamos, y seguramente se correrá el rumor, de que hay unas fotos muy interesantes tuyas, en cierta página con la que no tenemos nada que ver.
--Pero vosotros ya os lo habéis pasado bomba conmigo.
--Y tú con nosotros, tu coño se moja todo.
--¿Todos los días en el aula será como hoy?
--No, tendrás que seguir viniendo como te hemos dicho, y lo comprobaremos todos los días en tu despacho, pero prometemos no volverte a meter mano en clase. Otra cosa es que en un descuido se te vea algo, pero eso sería culpa tuya.
--¿Y la forma de bajarme y subirme del coche?
--Eso sigue vigente, tendrás que controlar tú, que nadie te vea. -Tras unos instantes de silencio continuó.
--Bueno, no me has preguntado sobre los ingresos que obtendrás ejerciendo de puta, lo que hemos decidido es que se repartan al cincuenta por ciento. Si estás de acuerdo con todo lo que hemos comentado, firmaremos un documento que tengo abajo, en el que aceptas todo lo que te comentamos en el despacho y si a partir de ese momento, desobedeces o nos mientes serás castigada, y en caso de no aceptar el castigo impuesto queda roto el acuerdo y podremos hacer público el documento. Tú decides, ¿continuamos?
--Si, lo acepto.
--Primero mandaré las fotos y bajo a por el documento.
Todavía no había salido de la habitación, cuando recibió la contestación. Respondió algo y volvió a recibir una respuesta. Se la enseño a Pedro y este comento.
--Bueno, está bien, será divertido. -Mientras Lucas bajaba, Pedro se sentó a mi lado y mientras me tocaba los pechos y la entrepierna me decía.
--Estoy deseando que vuelva Lucas para follarte.
--¿Le tienes que pedir permiso? O eres el segundón y le tienes que dejar que sea el primero.
--Puta. -me gritó. En ese momento llegó su compañero.
--¿Qué pasa?
--Que esta puta se está riendo de mí.
--Pues ya sabes, luego la ponemos un castigo por faltarle al respeto a uno de sus amos, pero primero vamos con lo más importante.
Me soltó la mano derecha para que firmara el documento y a continuación me la volvió a atar.
--Voy a escribirte un texto que me ha mandado mi padre.
--¿Qué es pregunté?
--Ya lo verás cuando saque la foto.
Empezó a escribir con un rotulador negro entre mis pechos y mi sexo. Cuando terminó, se puso a los pies de la cama, se acercó un poco y sacó la foto, procediendo a enviarla. Casi inmediatamente recibió la respuesta.
--Mi padre dice que la foto está muy bien, mírala.
Cuando me la mostró pude leer entre mis pechos y mi coño las siguientes cuatro líneas:
--SOY PROSTITUTA
--¿CUANTO PAGARIAS POR
--ESTAR CONMIGO
--¿1 HORA?
--¿Cuánto crees que ofrecerán por una puta como tú?
--No lo sé, supongo que no tardaréis mucho en saberlo.
--Tendrías que haber puesto que es profesora, seguro que sube su cotización. -Comentó Pedro.
--Eso se dice en la información que se manda a los participantes los días previos, incluso se dice donde trabajan para que las puedan ver y comprobar que es cierto lo que se dice, normalmente todas ellas tienen un trabajo normal, por ejemplo si es una dependienta, se menciona el comercio en el que trabaja, en el caso de esta pues se dirá el nombre del Centro.
--Pero vendrán a verme y se van a enterar todos.
--No te preocupes, son personas de confianza, normalmente casados, no tienen ningún interés en que se sepa que andan con putas, lo único que quieren es comprobar que lo que se ha dicho de la puta por la que van a pagar, es cierto. -En ese momento sonó el timbre de la puerta, Lucas me miró.
--¿A quién esperas a estas horas?
--A nadie, quien sea ya se marchará.
--Parece mentira, una profesora con tan mala educación, cuando alguien llama hay que contestarle, ya voy yo.
--De verdad no hace falta. -No me hizo caso, se vistió y bajó para ver quién era. Abrió la puerta, y oí una voz que de momento no identifiqué.
--Buenas noches ¿Está Sarai?
--Si, de parte ¿De Quién?
--Vivo aquí al lado soy su vecino, quería pedirla un favor.
--Pasa, tenemos que subir al piso de arriba está en su habitación. -No podía ser, le lancé una mirada suplicante a Pedro diciéndole:
--Por favor suéltame que me pongo algo.
--Si le ha mandado subir, es que quiere que te vea así.
--Bórrame al menos lo que habéis escrito.
--Te digo lo mismo. -Pedro cogió su ropa y se metió en el servicio.
Ya estaban en la puerta. Felipe, que así se llama mi vecino, no pudo disimular su sorpresa.
--Perdón, no sabía. -Dijo azorado.
--Tranquilo. -Comentó Lucas. --No pasa nada, es que Sarai trabaja de puta en un local y estábamos haciendo unas fotos promocionales.
--No sabía, pensaba que era profesora. -dijo Felipe nervioso.
--Y lo es, esto lo hace en ratos libres, sobre todo fines de semana y vacaciones. Coméntala lo que quieras.
--Hola Sarai, venía a decirte que Ana y yo nos vamos este fin de semana, quería preguntarte, si sería posible, que como en otras ocasiones te ocuparas de nuestro perrito. Pero si te viene mal me lo dices.
--No, no pasa nada, no os preocupéis, ya me encargo yo de él.
Estaba muerta de vergüenza, no sabía que era peor, estar allí totalmente expuesta ante él, o el que supiese que era una auténtica puta, sobre todo con el texto que estaba escrito sobre mi vientre. ¿Se lo contaría a su mujer? ¿Se lo contaría a otros vecinos? La voz de de Lucas me rescató de mis pensamientos:
--Seguro que no te lo imaginabas, que tu vecina fuese puta, ¿Te apetece comprobar lo suave que tiene su coño y lo duro que tiene los pezones?
--¿Se puede? -dijo, mientras me miraba con cierta timidez.
--La encanta. -dijo Lucas. --Una chica como ella, con su trabajo, sólo se prostituye por vocación. Te aseguro que está deseando que la metas mano, ¿Verdad que sí Sarai? ¿Qué lo estás deseando?
--Desde luego. -respondí con la mejor de mis sonrisas.
Se acercó a mí, se sentó en el borde de la cama y acaricio por unos momentos mis labios vaginales, introduciendo ligeramente un dedo, a continuación se levantó, y acariciando mis pechos me dijo.
--Estas preciosa Sarai, pero ahora tengo que volver a casa. Nos vemos.
--Adiós vecino. -le respondí.
--Si, que si tu mujer es celosa igual se piensa que estas metiendo mano a tu vecina. -Añadió Lucas. --Te acompaño a la puerta.
En cuanto empezaron a bajar las escaleras, salió Pedro de su escondite y cuando su compañero volvió, le pregunté.
--¿Por qué me has hecho esto?
--Es parte de tu entrenamiento como sumisa, ya sabes, ser exhibida ante desconocidos o conocidos, mientras no sean trabajadores o alumnos de tu Instituto. Es lo que te dijimos y lo que acabas de firmar.
--Pero esto ha sido más que exhibirme, me has presentado como una prostituta.
--Es lo que vas a ser, y por lo que estamos conociendo de ti, seguro que disfrutas siéndolo.
--Bueno, ¿Nos la follamos ya de una vez? -preguntó Pedro, mientras Lucas volvía a desnudarse.
--Tranquilo, antes hay que solucionar otro tema. --Mirándome me preguntó. --¿Además de estas ataduras, nunca han utilizado contigo algún otro juguete?
--No.
--¿Nunca te han azotado?
--¡No!
--Le has faltado al respeto a mi compañero y te mereces un castigo, ¿Estás dispuesta a aceptarlo, o prefieres terminar con todo esto?
Estaba un poco asustada, pero la alternativa de romper el acuerdo tampoco me atraía.
--Pero si no sabes lo que ha pasado.
--Ni me importa, su palabra es suficiente. ¿Lo aceptas, o no?
--¿Qué vas a hacerme?
--Eso ya lo verás, me estoy cansando, quiero una respuesta.
--Está bien, acepto, a estas alturas no me voy a volver atrás.
--¿Tienes esparadrapo?
--Si, en el baño, creo que está en el cajón superior de la izquierda.
Fue al baño y a los pocos instantes regreso con el esparadrapo, el más ancho de los dos tamaños que tenía, y unas tijeras que dejó en encima del sifonier, a continuación comenzó a abrir cajones buscando algo, finalmente sacó unas braguitas y un cinto. Con los cuatro elementos se acercó a la cama, se sentó a mi lado diciéndome.
--Abre la boca.
Obedecí e inmediatamente haciendo una pelota con las braguitas me las introdujo en la boca y cortando un trozo de esparadrapo me lo puso sobre los labios mientras decía.
--Es para que no grites. -A continuación cogió el cinto y dijo. --A falta de fusta o de látigo bueno es un cinto.
Pasó el extremo del cinto por cada uno de mis pezones, a continuación por mi vientre, mis muslos para finalizar deslizándolo a través de mi rajita. Se dirigió a Pedro.
--Acércame los cojines que hay sobre la silla.
Cuando Pedro se los entregó, los colocó bajo mi trasero, subió a la cama y se sentó encima de mi tripa, dándome la espalda. Vi el extremo del cinto por encima de su hombro, lo dejé de ver, sintiendo inmediatamente su impacto en mi entrepierna, lo repitió cinco veces más, sentí que mi coño ardía. A continuación se levantó y entregándole el cinto a Pedro le dijo.
--Te toca, dale otros 6 para que aprenda a ser respetuosa.
Pedro imitando a su compañero, repitió el castigo, cuando se levantó vi que Lucas tenía nuevamente el móvil en sus manos frente a mí, sacándome un par de fotos. A continuación se acercó a mí, mostrándome cuatro fotos. En las dos que me acababa de sacar se me veía a partir de las rodillas, apreciándose mi coño enrojecido y siendo evidente que era yo. Las otras dos las había sacado mientras Pedro estaba sentado sobre mí, al contrario que las anteriores eran apaisadas, se me veía a mi hasta la cintura y a Pedro hasta el pecho, a ninguno de los dos se nos vía la cara, en una brazo y cinto quedaban fuera del encuadre, en la otra se apreciaba el cinto impactando sobre los labios de mi coño. Se apartó ligeramente, y tras escribir algo me dijo.
--Se las he mandado a mi padre.
A los pocos segundos recibió la respuesta, sonriendo me mostró la pantalla del teléfono, con su mensaje y la respuesta.
--Te mando dos fotos de nuestra puta, la hemos castigado por faltarle al respeto a Pedro, ahora nos la vamos a follar.
--Perfecto, que os divirtáis, ella con el coño que la habéis dejado no creo que se divierta mucho.
Dejó el teléfono, se puso de rodillas entre mis piernas encima de la cama, tumbándose sobre mí comenzó la aproximación de su glande a la entrada de mi coño, en cuanto rozó los labios vaginales, sentí que estos se quejaban por el castigo recibido, fue introduciéndolo en mi interior, convirtiéndose cada una de sus envestidas en una mezcla de placer y dolor que me estaba poniendo a cien, mientras le oía repetir una y otra vez:
--¿Te gusta puta? … zorra de mierda… ¿Te duele mucho?... seguro que estas deseando que llegue el día de la subasta, y empezar a trabajar en el puticlub del amigo de mi padre.
Sus envestidas se sucedían una tras otra hasta que finalmente se corrió en mi interior.
--Te toca, le dijo a su compañero, todo para ti. -Le dijo a su compañero tras darme un cañete con la palma de la mano entre mis piernas para que mi dolorido coño siguiera sufriendo.
Antes de follarme, Pedro me manoseo el coño, las tetas, me pellizco los pezones y finalmente me fue penetrando poco a poco, se quedo unos momentos en mi interior, mis doloridos labios vaginales seguían quejándose, repentinamente empezó con fuertes embestidas, nunca pensé que en aquellas circunstancias podría llegar a correrme, pero así sucedió, poco después se corrió él. Lucas se sentó a mi lado, me quitó el esparadrapo y me sacó las braguitas de mi boca, en cuanto pude hablar les dije:
--Son unos malditos.
--Vaya, la puta no aprende.
A continuación Lucas volvió a amordazarme con mis braguitas y el esparadrapo, y repitió el castigo con el cinto, tras él le imito Pedro. En esta ocasión, Antes de liberarme de la mordaza, Lucas me dijo al oído.
--Puta, en esta ocasión antes de hablar piénsatelo dos veces, la próxima en lugar de seis, serán doce cada uno. -Me libero la boca, y me preguntó.
--¿Algo que decir zorra?
--No, nada.
--¿No se te olvida algo? Puta.
--No tengo nada que decir amo.
--Eso está mejor. -Me soltó diciéndome. --Levántate y acompáñanos a la puerta a despedirnos, no hace falta que te vistas.
Me levanté, les acompañé hasta la puerta, la abrieron de par en par, y se despidieron de mí con un piquito cado uno, mientras me manoseaban mi dolorido y mojado coño. Subí a mi habitación, me di una ducha, y me metí en la cama, desnuda como casi siempre, en esta ocasión con mayor razón que nunca, dudo que mi entrepierna hubiese soportado ninguna prenda por suave que fuese. Espero vuestros comentarios y opiniones, siento haberme alargado demasiado, pero no me pareció oportuno dividirlo en dos partes.
Continuara…

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:25) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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