Aventura en un trailer

Hola, hace unas semanas publiqué una historia y me han escrito con propuestas buenas, les agradezco esos detalles, aunque nunca faltan los patanes que ni escribir saben pero también agradezco la intención.

De esas propuestas, me interesó una que me hizo un chico, al que llamaré Luis, él me mandó un correo donde me decía que le gustó el relato y me preguntaba si deseaba cumplir mi fantasía de estar con dos hombres, pues que tendría un amigo para ayudarnos. Me gustó su sinceridad, ya que decía que no estaba muy dotado pero que era fogoso y rendidor, incluso me despertó la curiosidad, así que le contesté y me dijo que tiene un amigo que podría ayudarnos para realizar el trío que deseaba.

Le contesté que si me invitaba a comer al otro día, lo pensaría pero me comentó que estaría ocupado en la tarde, por lo que me invitaba a desayunar a las 9:00 a. m., yo acepté y nos citamos en una tienda Chedraui, ubicada cerca del parque de diversiones Six Flags. Cuando llegué, lo vi y lo reconocí por la foto que me envió, enseguida nos saludamos y me dijo que pensó que lo dejaría plantado; era un chico normal de cuerpo, sin sobrepeso ni cabello largo, entonces nos dirigimos a la tienda y pasamos al área de comidas. Ahí platicamos como 30 minutos de cosas comunes y simples pero divertidos, él supo llevar la charla conmigo y eso me gustó, no soporto ser la única en hablar y que al otro se le terminen las palabras, o “me dé el avión”, como se dice.

Llegó el momento y le dije que primero me gustaría conocer al amigo del que me habló, para que cogiéramos los tres, enseguida noté su nerviosismo y me preguntó cuándo seria el evento, le contesté que si gustaban desde ahora mismo. Rápidamente, él le llamó a su amigo a su teléfono celular y acordamos vernos a las 18.30 horas, en el mismo parque de diversiones, luego nos despedimos y me fui a visitar a unos parientes allí cerca. Luego, como 16:30 horas, me fui a mi casa, a ponerme cómoda para mi noche de trío con Luis y con su amigo.

Llegué a las 18:40 horas al sitio de la cita y Luis ya estaba esperándome, enseguida me estacioné, lo saludé con un beso y con intención, le rocé la orilla de la boca con mis labios, diciéndole “¿qué crees?, no traigo calzón debajo de mi falda”. Para eso, me puse una falda holgadita que me quedaba arriba de las rodillas, también me depilé mi puchita y me lavé el anito para usarlo en mi cita ese día. Obviamente, además arreglé mi casa para el evento y preparé bocadillos con figuras cachondas pero su amigo no había llegado, así que platicamos un rato y me enteré que Luis manejaba un tráiler, lo que hizo que mi imaginación diera vueltas.

Al instante, le pregunté dónde estaba su tráiler, me contestó que en la base de carga, ya que saldría para la provincia en dos días, luego le cuestioné si estaba cargado, me respondió que no, así que le dije que sería bueno, que si no había problema, de usarlo para echar pasión, comentándome que no había problema, que le llamaría a su jefe para avisarle que lo usaría y podríamos ir por el tráiler a la base. Así lo hicimos y nos dirigimos a San Ángel, lo llevé y retiró el tráiler del estacionamiento, luego le pregunté si conocía un lugar para que no nos cacharan, me sugirió ir a la zona del Ajusco pero no me agradó mucho la idea de estar tan lejos, así que le propuse si íbamos a mi casa, a dejar mi auto, para irme con él en su tráiler, enseguida aceptó y como en 35 minutos, llegamos a casa, ahí guardé mi carro y me subí a su tráiler, que es de esos que tienen cabina grande.

Ya arriba, me mostró su camión y le pedí que subiéramos a la altura de Ecoguardas, sobre la carretera Picacho Ajusco, allí hay un tramo donde se puede estacionar y hay buena vigilancia. Al llegar, le gustó el lugar y nos estacionamos, ya estaba casi oscuro, eran como las 20:00 horas, luego puso música suave y me agradó que no pusiera de esas canciones gruperas, regaeton o de ese ruido que parece música de naquitos. Después, le pregunté por su amigo y le llamó pero no contestaba el ingrato hasta que a la tercer llamada, por fin le contestó pero le dijo que se rajaba y que lo disculpara, que no estaba listo para algo así, todo lo escuché por el altavoz, así que me decepcioné de lograr mi trío pero la idea de coger en la cabina de un tráiler me excitaba mucho.

Posteriormente, platicamos un ratito y sacó unos aperitivos de su mochila, llevaba jugos y un vino suave, por si se nos ofrecía y aunque no tomo, me agradó el detalle que tuvo. Ya a punto de oscurecer totalmente, vi que no dejaba de verme las piernas pero nunca se propasó conmigo, entonces le pregunté cómo metía las velocidades, enseguida me lo explicaba y hasta prendió la luz de la cabina, luego agarré la palanca de velocidades y sentí el relajo que es cambiar y usar los pedales del clutch y de aire, diciéndole que era más fácil manejar hombres. Ambos nos reímos y le pregunté si ya deseaba darle un uso útil a su tráiler, me contestó que cuando quisiera, ya que mi puchita estaba mojadita.

De inmediato, le pedí que se descubriera la verga y así lo hizo, la verdad es que no era muy grande pero se veía deliciosa, luego me pidió que le enseñara mi cuquita pero le comenté que debía descubrirla él mismo. Al momento, él bajó de su asiento y se arrodillo junto al mío, tocándome mis rodillas y me las besaba, luego las separé un poco y me subió mi faldita despacio hasta descubrirme mi panochita peladita y mojadita, la que me acarició suavemente, así que separé más mis piernas y me recosté sobre la puerta.

Cuando me vio así, me indicó que si quería, podríamos poner las cortinas, para que no nos vieran los que pasaban en la banqueta, así que mejor las cerramos y quedó más oscuro, solo entraba la luz de los autos que subían por la avenida Picacho. Después, le pregunté si alguna vez había mamado papayita, me respondió que no pero se imaginaba que era deliciosa, enseguida le señalé que era mi debilidad, así que me levantó mi falda y se acomodó entre mis piernas, para lengüetearme mi clítoris, lo que hacía deliciosamente, como si fuera un experto, así que no le dije cómo lo hiciera. Con eso, yo ya estaba bien caliente y no me importaba que nos estuvieran viendo los curiosos, nunca había cogido en la vía pública y menos me había subido a un tráiler, el lugar me excitaba muchísimo.

En un momento dado, subí mi pierna pero se veía mi rodilla por el parabrisas, entonces Luis me dijo que así nos podrían cachar las personas que pasaban o una patrulla, proponiéndome si deseaba pasar a la parte trasera de la cabina, allí estaría más cómoda. Rápidamente me levanté y nos pasamos, su cama es muy cómoda, acojinada y con un refrigerador pequeñito, de donde sacó juguitos y tomamos un vasito cada quien, pues la noche se sentía caliente.

Después me recosté, entonces Luis me descubrió las piernas y siguió con su labor de mamarme la rajita del placer, también me empecé a acariciar los senos y a descubrírmelos; para entonces, mi panochita estaba a mil y su lengua entraba a lo máximo que podía, diciéndome que estaba muy rica.

Posteriormente, él me levantó más las piernas y alcanzó a darme una pasadita en mi anito con su lengua, inmediatamente dejé escapar un gemido y le dije que eso había sido delicioso, luego la pasó otra vez por ahí y se quedó a lamérmelo por unos momentos, pidiéndole que no me metiera su dedo, sino solo la puntita de su lengua; naturalmente, yo me retorcía ante tal lengüeteada. Luego le pedí que se quitara el pantalón pero solo se lo bajó a la altura de las rodillas, enseguida le agarré su pene, que ya estaba babeando, me lo acerqué y se lo besé, después se lo masturbé unos minutos y como hambrienta, me lo metí a la boca, mamándoselo como desesperada y casi me entraba completo a mi boca, pues le medía como 14 cm pero era suficiente para lo que deseaba.

Luego, lo acosté y me subí en él para cabalgarlo pero antes, le pedí su condón y me lo dio, poniéndoselo con la boca y me le acomodé encima, dirigiéndome su pene a mi panochita y me la metí despacito pero hasta el fondo. Así, subía y bajaba ante las embestidas que me daba, incluso el tráiler se movía mucho y Luis se asomó para ver si no había curiosos, no vio a alguien fuera, enseguida regresó y me acosté para que me la metiera de piernas al hombro, metiéndomela hasta donde más podía, eso me gustaba mucho y tuve mi primer orgasmo a los pocos minutos, fue delicioso.

Pasado esto, le pedí un descansito, en el que tomamos algo de juguito y luego de eso, me levanté y le pedí que se sentara, luego me coloqué frente a él, como si me fuera a asomar al parabrisas, de manera que le enseñaba mis nalgas y cuando sentí, su lengua ya estaba tratando de alcanzar mi cuevita, dejándolo que me mamara la puchita, luego le dije que quería su verga por mi rayita. Para esto, él se levantó, acomodó su glande en mi puchita, la metió despacito y me cogía de “a perrito”; estando así, me di cuenta que efectivamente el camión se movía mucho y el calor se sentía más, así que Luis abrió la ventila superior de la cabina y prendió el ventilador.

Así estuvimos y en un rato más, logré tener mi segundo orgasmo, fue muy rico y duró un poco más y aunque sentía ganas de ser cogida por el culo, me las reservaría para el trío que deseaba, entonces me di cuenta que Luis aún no eyaculaba, así que me recosté junto a él y platicamos unos minutos antes de reanudar nuestro faje. La cabina estaba muy oscura, pues había cerrado la cortina que separa el área de manejo y de la cama, entonces encendió la luz y vi que el lugar era bonito, luego me enseñó cómo funcionaba cada accesorio, incluso tenía una pantalla que dijo que no funcionaba.

En eso, sonó su teléfono celular y era su amigo, preguntándole en donde estábamos, enseguida le indicó el lugar y le preguntó si siempre se animaba a ayudarle con esta chica que deseaba el trío, eso me calentó más dentro de mí, mi cuquita ya deseaba ser entendida por dos vergas, además de que mi gusto por coger en un tráiler ya lo había logrado, así que le pedí que le llamara y los llevaría a mi casa, pues ya tenía todo preparado. Luis aceptó mi propuesta y nos fuimos de ese lugar, luego estacionó su tráiler cerca de mi casa y saqué mi auto, para ir por el amigo de Luis; al encontrarlo, regresamos a mi casa, notando que este amigo era un chico como de 30 años, delgado y con un acento como de Monterrey.

Estábamos comiendo bocadillos en mi casa cuando a Luis se le ocurrió iniciar un juego, el clásico de la botella y jugamos con la condición de que yo no me quitaría prendas, solo ellos y el primero en salir encuerado del juego podía apostar algunas mamaditas de sexo a quien fuera; con protestas y todo, ellos aceptaron. El primero en quedarse sin ropa fue Beto, luego en el siguiente giro, me tocó darle castigo a Beto pero como ya no tenía ropa, le dije que le tocaba darle una mamadita a Luis; obvio, ambos protestaron pero le indiqué que así habíamos quedado y con protestas y todo, les advertí que si no lo hacían, ya no jugábamos y terminaba todo.

Con tal de cogerme entre los dos, Beto le mamó la verga a Luis, casi le entraba toda en la boca, luego giré la botella, ahora le tocó a Beto ponerle un castigo a Luis y le dijo que me mamara la rajita. Rápidamente, Luis se acercó a mí, preguntándome si lo dejaba lamerme mi cuquita; como respuesta, solo me levanté mi falda y Beto se quedó impresionado, casi con la boca abierta al verme mi panochita, creo que le gustó mucho. De esa manera, Luis me pasaba la lengua a todo lo largo de mi cuquita, incluso lo tomé de la cabeza y jugueteaba con su cabello, al tiempo que Beto se agarraba su verga, que era casi del mismo tamaño que la de Luis.

A partir de allí, nos olvidamos del juego, entonces le dije a Beto que me bajara el cierre de mi blusita, así lo hizo mientras le tomaba su verga para masturbarlo con mi mano, pues estaba arrodillado frente a mí; al mismo tiempo, me quité el brasier con la otra mano y Beto me acariciaba los senos de forma suave y delicada, al tiempo que Luis me mamaba rico mi puchita y por fin, tenía dos vergas para mí solita. Pasados unos minutos, le pregunté a Beto si quería comerme la cuquita, me contestó que sí y cambiaron de lugar, ahora Luis estaba junto a mí, entonces le agarré su verga y se la mamé por un rato mientras Beto me mamaba mi rajita de forma tímida, aunque ya estaba muy caliente.

Transcurridos unos minutos, les propuse que fuéramos a mi recámara, para no estar en el piso duro, así que nos levantamos y me adelanté para dejarles ver mi culo y mi cuerpo totalmente desnudo; en el camino, les mostré mi culo inclinándome frente a ellos. En cuanto entramos a mi recámara, prendí la luz, me recosté en la cama y Beto siguió mamándome mi conchita mientras le mamaba su verga a Luis, luego separé más mis piernas y Luis me acariciaba los senos y mi abdomen hasta que le dije que ya estaba bien caliente, preguntándoles quién me la metería primero, me propusieron que eligiera y le pedí a Luis que me penetrara la vagina para iniciar, enseguida Beto se hizo a un lado.

Luego de ponerse un condón, Luis se colocó entre mis piernas, acomodó su glande en mi cuquita y me la metió sacándome un gemido suave y profundo, entonces le pedí a Beto que me diera su verga, él se me acercó y me la metí a la boca, para dejársela bien parada. Así estuvimos como 15 minutos, aunque trataba de no completar mi orgasmo, para no agotarme pero no pude más, Luis me provocó un orgasmo muy rico que me hizo soltar mucho fluido vaginal, incluso me escurrió hasta el anito y aproveché para pasarme mi dedo por allí, al tiempo que seguía mamándole la verga a Beto.

De repente, lo tomé de las nalgas para acercarlo más a mí e intencionalmente, iba moviendo mis dedos entre su culo y como no protestaba, seguí más y más hasta que sentí tocarle su ano, lo que parecía que le gustaba, pues jadeaba en voz bajita. En ese momento, le mamé los testículos y moví mis dedos alrededor de su ano y lo disfrutaba mucho, incluso le dije a Luis que me gustaría verlos coger y sin pensarlo, él se retiró de mí, creo que estaban muy calientes porque obedecían lo que les decía. Enseguida, le pedí a Beto que se pusiera en cuatro, así lo hizo y rápidamente, Luis se cambió de condón para penetrarlo, entonces me acerqué para ver la penetración lo más cerca posible, incluso le ayudé a colocar el glande en su culito.

Luego de unos instantes, Luis se empujó despacito y Beto se dejó ir hacia atrás, para que le entrara de un solo golpe, eso me excitó mucho y así estuvieron como 10 minutos, entonces me acosté debajo de Beto y le mamé la verga mientras él también me mamaba mi rajita, pudiendo ver cómo lo penetraban y al mismo tiempo, me la mamaba rico. Con todo esto, en pocos minutos ya no aguanté más y le pedí a Luis que se acostara, rápido me le subí y con otro condón, me metí su verga en mi cuquita y diciéndole a Beto que mi culo era todo suyo.

De inmediato, él se puso un condón y me tomó de la cintura, mi culo estaba a su merced, entonces me besó las nalgas y pasó su lengua por mi anito, luego me colocó su glande en mi entrada y con el movimiento que yo hacía con Luis, poco a poco se me fue metiendo su verga en mi ano hasta que logramos la doble penetración, era muy cachondo el momento y me movía con gran rapidez, estaba en celo total, besando a Luis en la boca y luego a Beto, enderezándome hacia atrás para besarlo. Por su parte, Luis me agarraba los senos al igual que Beto, a quien le pedí que sacara una cámara de mi buró, enseguida se retiró y la trajo, pues quería que me tomara unas fotos con mi cuquita y mi anito penetrados.

Así lo hacía y eso me excitaba más hasta que tuve otro orgasmo y me recosté sobre Luis para reponerme mientras ellos seguían con el mete y saca, de manera que en unos momentos, ya estaba lista para seguir, pues al parecer, mi cuquita se había contraído un poco, pues me costaba más trabajo que Luis me penetrara, por lo que les pedí que cambiáramos de posición, ahora Beto se ubicó debajo de mí y Luis dándome por el culito. El momento era fascinante y cogimos como una hora, ya mi culo empezaba a rozarse y mi cuquita también, así que les dije que quería su lechita ya; además, yo ya había completado mis cinco orgasmos pero ellos parecían no terminar.

En 20 minutos más, tuve mi sexto orgasmo y les dije que ya debían echarme sus chorros pero como mis brazos ya me dolían, me recargué en Beto, quien estaba abajo de mí y dejé que terminaran cuando quisieran. De pronto, Beto dijo que ya iba a venirse, entonces lo tomé de sus nalgas para ayudarlo y en instantes, sentí su leche caliente salir en mi panochita, ahora solo faltaba Luis, quien seguía con el mete y saca en mi culito; por su parte, Beto dejó de moverse pero mantenía su verga dentro de mí hasta que a los pocos minutos, Luis dijo que ya y soltó su chorro en mi culito, dejando de moverse poco a poco.

Ahora todos estábamos satisfechos, yo más, entonces nos separamos y nos acostamos en mi cama para recuperar fuerzas, luego me toqué mis hoyitos, para sentirlos dilatados, incluso podía meter mi dedo en mi culito sin problema y me tomé una foto así, mi anito estaba realmente dilatado, inclusive vi en mi dedo como pequeños hilitos de sangre; además, mi panochita también estaba bien satisfecha. Luego de un rato, me levanté, me metí a bañar y al salir, ellos estaban platicando sentados en mi cama y ya me secaba cuando les pregunté si les había gustado, Beto me contestó que sí y muchísimo y Luis me comentó si era posible repetirlo pronto, les dije que si se portaban bien, lo haríamos pero yo les avisaría.

Luego, Beto me preguntó si era pariente de Tatiana y me reí por la pregunta, pues muchos me dicen que me parezco a ella, le respondí que no pero que ella sí cobraba por cogérsela, ambos se rieron mucho y se vistieron, Luis comentó que la diferencia era que soy más alta que ella; para entonces, ya eran las dos de la madrugada, así que les di más botanitas y se retiraron. Por fin, había cumplido mi deseo de tener una doble penetración y se siente delicioso, espero poder repetirlo pronto pero con otros menos aguantadores, pues la verdad, sí me duró lo adolorida como tres días más.

Felices orgasmos a todos, bye.