Como todos saben Monique es mi nombre que usaba cuando me vestía de mujer, Estaba por cumplir 40 años y me mantenía en forma, es decir con un cuerpo delgado sin vientre plano, totalmente depilado con una suave piel por las cremas qué a diario uso y con un cuerpo moldeado ya que hacía ejercicios para mantener glúteos firmes y cintura delgada. Inclusive me aplique laser para remover cierta zonas de mi cuerpo y quedar liberado de bellos, tenía un cutis suave pero siempre batallaba con la barba para tratar que se notara cuando me maquillaba. Cuando usaba ropa de mujer acentuaba mucho mi perfil y parecía realmente una hembra con un culito parado aunque con poco chichi o senos.
Cada día me perfeccionaba más en el uso del maquillaje, prendas de vestir, caminar con tacos altos y ponerme adecuadamente las pelucas que escogía para la ocasión.
Me vestía dos a tres veces por semana dentro de casa y pasaba un par de horas diarias chateando con chicas, travestis y hombres usando mi web Cam donde muchas veces me pedían que les mostrara como estaba vestida y que tenía abajo. Mostraba la lencería que te tenía puesta y muchas veces me pedían que enseñara mi paquete porque les gusta a las chicas, chicos y a los otros también. Sin embargo, yo quería tener aventuras face to face, es decir cara a cara y no a través del ciberespacio o computadora.
Lograba contactar a chicos y a otros travestis, pero muchos de ellos estaban en otros estados e inclusive en otros países. Era difícil encontrar a un partner que viviera cerca o que coincida con tus horarios. Había muchos que me querían coger, pero a la hora de concretar tenías que ser selectiva y cuidadosa por seguridad y por salud.
Decidí de aceptar proposiciones de ejecutivos que vinieran de paso a la ciudad y que después de sus visitas de trabajo quieran pasarla bien. Así fue como conocí a James un persona de 45 años aproximadamente que me dijo que vendría a mi ciudad por trabajo dentro de 2 semanas y que estaría en un hotel céntrico de la ciudad. Llego el día y me dijo que vaya a su hotel a las 8pm y que vaya directo a la habitación 609 ubicada en el sexto piso y que tocara la puerta. Para no levantar sospechas tenía un abrigo largo negro de lana importada que cubría totalmente como estaba vestida. Tenía una minifalda negra, medias de nylon negras, zapatos de tacos aguja negros, hilo dental negro, una blusa transparente negra que dejaba ver mi sostén negro con una chompita negro de hilo porque era invierno. Toda de Negro, uno de mis colores favoritos, llegaba en mi carro lo cuadrada en el parking del hotel y caminaba por el lobby hacia al ascensor y nunca tuve problemas de que alguien te dijera que a donde ibas o que hacía. Ya en la habitación Janes me recibió y me dijo que no podía creer que viniera vestida así, pero le dije que mi abrigo cubría todo y que no tuve ningún problema. James emocionado me ofreció un vaso con vodka mientras que él prefería cerveza. El estaba con una camiseta y en ropa interior blanca pero con una bata, me acarició tiernamente y me besó con fuerza y metiendo su lengua en mi boca, yo lo abrasé y le correspondí, mientras que sentía como sus manos jugaban con mis nalgas subiéndome la mini para palpar mi carne y rozar mi piel, baje mi brazo derecho y con mi mano toque su bulto por encima de su calzoncillo y note que lo tenía semi parado. Me baje la mini y la deje caer por las piernas quedando solo en hilo dental, me arrodille y empecé a lamer sus huevos y chupar su pene que empezaba a crecer, pasaba mi lengua por la punta de su pinga que a estas altura estaba en todo su esplendor siendo de gran tamaño pero no muy gruesa. Me llevo a la cama y me quito la blusa y comenzó a besar mis pezones, el cuello, la oreja que es mi punto débil y luego mi boca. Tocaba mi paquete por encima de mi truza y yo le agarraba su miembro y lo masturbaba lentamente. Me volteo, me puso una almohada debajo y empezó a sobar su pinga contra mi culo sin lograr meterlo, solo para sentir la sensación del roce de su pichula. Saque culo, como dándole señas de que estaba lista para que me penetre y así lo entendió y procedió poco a poco a introducir tan rica pinga dentro de mi culito. Le encantaba que fuera estrecho y lo ponía más arrecho. Luego me llevo a la silla donde hizo que me sentara dándole la espalda para que pueda ver él como yo me movía de arriba abajo. Me puso en la punta de la Cama con las piernas al hombro y me la metía como todo un maestro, se notaba que tenía mucha experiencia, recordé que en la fotos de su perfil tenía varias con diferentes chicas y cuando leí su información nada hacía presagiar que también les gustaban las “chicas” como Yo.
Descansamos un rato y luego siguió penetrándome por todos lados del cuarto y me pidió que regresara al día siguiente para continuar ya que su partida estaba programada para las 6 am del subsiguiente día. Como me sentí tan a gusto, le dije que sí.
A la noche siguiente, fui con una minifalda cuadrada tipo colegiala, medias de nylon blanca con zapatos de taco alto blancos y con blusa de hilo blanco y siempre con mi abrigo que tapada todo a la vista de cualquier transeúnte.
Me abrió la puerta y me dijo lo hermosa que estaba, tenía puesto un calzoncillo tipo pinocho, es decir chiquito por atrás y por delante lo necesario para cubrir su garrote, muy parecidos a los que usan los strippers masculinos. Yo me sonreí y dulcemente me quito el abrigo me rodeó por atrás y empezó a besarme el cuelo y acercarse para que sienta su miembro y sobar con sus manos mis tetas y mi cintura, me desabrochó la falda y la dejo caer y luego me llevó a la cama donde me beso toda por todos los rincones de mi cuerpo y por alrededor de mi hilo dental hasta que saco mi miembro y se lo llevó a la boca, me puse en posición para hacer un 69 y continuar disfrutando de sus caricias. Luego hicimos un 66 es decir se puso echado de costado atrás mío y me metía su rica pinga por detrás y yo ponía hacia atrás mi cabeza y volteaba el cuello para alcanzar sus labios mientras que el seguía penetrándome. A pesar de tener un miembro grande por la excitación que tenía no tenía ninguna molestia y el lograba introducirlo todo hasta el fondo. Después me llevó a la puerta del balcón de la habitación y hizo que apoyara mis manos en el vidrio previamente había corrido las cortinas para que me penetrara por detrás mientras yo apoyada con mis manos veía las luces del centro de la ciudad. Me cargo por detrás con sus brazos y me ensarto en el aire y tuve que sujetarme a su cuello para que no me traspasara tremenda herramienta, luego se sentó en el sofá donde pude cabalgar libremente. Después de una hora se vino en mi boca y se echo a descansar y lo abrace por detrás mientras que el dormitaba un rato. Lo besaba por el cuello, espalda, lo masajeaba lentamente y acariciaba suavemente. Como dos tortolos descansando después de una buena faena de sexo. Me dijo que cada tres meses regresaría y que me quería volver a ver. Fue una de mis más dulces experiencias porque me trató con dulzura y respeto.
Yadira y yo que me llamo Luis, llevamos varios años de casados, pero no nos consideramos una pareja común y corriente, ya que desde que éramos novios nos dimos cuenta que tanto ella como yo somos personas de mente abierta, ella no se considera dueña de mi cuerpo, ni yo tampoco me considero dueño del suyo, por lo que si nos place en algún momento llegar a tener relaciones con otra persona, las disfrutamos abiertamente, sin que por ello el amor que nos sentimos mutuamente se vea lesionado o disminuido. En ocasiones tanto ella como yo también le damos rienda suelta a nuestras fantasías, con la completa colaboración tanto mía como de parte de ella.
Relato erótico enviado por narrador el 13 de March de 2011 a las 21:45:11 - Relato porno leído 120893 veces