Esta es la primera vez que fallo a mi marido entregándome a un amante, mi marido se entera nos mata y además eres compañero de mi hijo
Relato
Voy en mi camioneta que no la dejaba por nada con mis recién obtenidos pase de conducir dado por el municipio, bueno a lo que iba transitando por la feria veo un tumulto en la esquina y al acercarme reconozco a la que está en el suelo como madre de un compañero de curso Gabriel.
Ella me reconoce y me llama, oye me dice me resbale y tengo hinchado el tobillo no puedo caminar hasta la casa y menos con estas bolsas de compras, me compadezco y la subo a mi camioneta llevándola a su casa en ella me sale a recibir su esposo un tipo bastante viejo para ella y me agradece que la ayudara y solicita si le puedo ayudar entrándola a casa…, con nuestras manos hacemos una silla y la alzamos llevándola a su cama, con tan mala suerte de ella que mi mano derecha queda entre sus pliegues vaginales y con los movimientos al ingresarla en casa le sobo continuamente su vagina, sintiendo al entrar al dormitorio como esa zona está húmeda por el roce de mis dedos.
Dos días después me recordé de ella y fui de visita a su casa salia su marido y me dice que su hijo andaba en busca de la hermana de él en el otro extremo de la ciudad y él tenía que irse al trabajo, pero que ingresara a visitar a su mujer.
Entre y ella al verme se alegro y me dice si puede solicitarme un favor.
Ayúdame y acomódame el vendaje que no puedo sola, comienzo a acomodar el vendaje en su pierna y para ello debo sacarle la media de esa pierna, con que cubrió los vendajes, para ello levanto las sabanas y la dejo solo cubierta con una delgada camisa de dormir y sus piernas al aire mostrándome unos preciosos calzones blancos, al sacársela rozo con intención su sexo, suspira y bufa al ser sobada, quedando su respiración entre cortada, mirándome con unos ojos abiertos como esperando mis próximos movimientos, continuo con unos masajes al acomodar las vendas y acercándome a su sexo se lo rozo varias veces y cada vez ella se agita y suspira…, apetecía ser manoseada por un macho, su respiración cada vez es mas irregular y agitada, me solicita acomodar su almohada, eres un joven muy servicial me dice, al acomodar su almohada estoy sobre sus labios y los besos con delicadeza y firmeza. No dice nada permitiéndome besarla nuevamente, esa mujer madura de unos 40 años madre de uno de mis compañeros de colegio y a quien recién dejo su marido para ir al trabajo no reclama, ahora aprovecho de recorrer su sexo y abriéndole su camisa de dormir saco uno de sus senos chupándolo con fervor y complacencia mientras me acomodo en la cama tratando de sacar mi ropa, saco su calzón y como había visto en las revistas y en películas prohibida metí mi mano en su entrepiernas, su sexo estaba jugoso y uno de mis dedos se deslizó al interior de su vagina como grito y se remeció…, le manoseaba su sexo con tanta fuerza que ella deseaba gritar como loca de placer pero tuvo que contenerse. Así que únicamente se limita a morderse sus labios, por este mismo motivo su vagina ya estaba completamente mojada por los flujos vaginales que manaban como miel de un panal, yo compañero de su hijo inicio mis movimientos de lamer su vagina y a tomarme como jugo cada gota de sus líquidos vaginales. Y finalmente ahí fue donde con todas sus ganas me grita ¡Métemela por favor! ¡estoy caliente y desesperada! ante esto me acomodé sobre ella y mi pene estaba tan extendido, rígido y deseoso de probar su vagina por primera vez y ella tan mojada en su sexo que este se resbala escurriendo sin oposición al interior de este, Dios que placer sentir como arrullaban a mi miembro e inmediatamente inicio los movimientos para penetrarle, pero lógicamente como no era mi primera vez aguante como comprimían a mi pene entre los pliegues de su vagina, lo soltaba y lo volvía apretar no se cuanto tiempo estuvimos en compostura de entra, sale, aprieta, suelta, solo se que desesperado besaba boca, senos, hombros, cuellos y finalmente en una desbocada carrera arroje en el interior de su vagina chorros tras chorros de semen que ella recibía locamente moviendo sus caderas en un vaivén maravilloso, esto necesitaba un buen macho me dice, mi marido es de eyaculación precoz, al finalizar nuestro coito ambos nos abrazamos y besamos con desesperación enterrándome sus dedos en mi espalda ella y yo chupando con desesperación uno de sus senos dejándolo marcado.
Tenía antojos de pertenecer a un macho joven, me comenta, con mis 40 años ansiaba ser estremecida enérgicamente, su marido diez años mayor no era como en el inicio de su matrimonio ahora era más reposado, y su eyaculación precoz la trastornaba. Lo que ahora me preocupa es que lo hemos realizado en estos días que estoy en mi ciclo fértil y en estos días ella no permitía a su marido que la tocara por que podría dejarla embarazada y conmigo no le había importado y se entrego con toda fogosidad. Por su religión evangélica ella no tomaba nada para impedir ser preñada.
Esta es la primera vez que fallo a mi marido entregándome a un amante, mi marido se entera nos mata y además eres compañero de mi hijo, ella estaba desesperada y quería tranquilizarse al comentar este episodio. Esta mujer era una doña hembra, no podía ser ignorada, sino que cortejada y galanteada, además deberían tenerla carnalmente satisfecha de no ser así, sin macho que la monte compensando a ese cuerpo y estos inmensos senos los cuales lo único que piden es oprímanme, bésenme, acarícienme, chúpenme…, era una fiera desesperada y ansiosa de ser poseída
Yo estaba desesperado por una buena refregada erótica y aunque la mamá de Gabriel era entrada en carnes sin ser gorda con una estatura no alta, su rostro no era de los mas bellos, pero sus senos maravillosos de grandes, claro que la había sacudido con pasión que casi le sacaba uno su sexo cuando estaba en plena labor de erótica de cópula con mi miembro clavándola con fuerza y ella entre gemidos vibraciones y estertores de sus orgasmos me entregaba su cuerpo sin ningún problema diciéndome soy tuya…, este es el macho que necesito, soy tu hembra, mi cuerpo es tuyo, ocúpame cuando quieras, claro que mi hijo tu compañero de curso no debe enterarse que soy tu amante, te pertenezco soy tu hembra, tu mujer, tu señora. Así entre remezones, vibraciones dados por sus eróticos comportamiento carnal se entregó a mí sin términos ni prohibiciones. Como la maltrataba en mis cópulas, como la complacía, como la satisfacía carnalmente y ella se entregaba feliz recibiendo mis chorros de semen en sus entrañas reclamándome en mis oídos dame mas…, quiero mas de ti…, me estoy entregando a un chiquillo por lo que debes satisfacerme sin dejar de disfrutarme, debes consumar como un insuperable macho mis enajenaciones sexuales quiero ser tu amante y quiero que tú me recompenses cuando no este mi marido. Soy tuya, soy tu mujer, soy tu puta, soy tu hembra me decía entre jadeos y respiraciones alteradas por la fogosidad de las llegadas de sus espasmos producidos por los orgasmos.
Desde ese día la visitaba casi a diario para saber de su estado de salud y su marido ni se entera de nuestras relaciones y Gabriel aprovecha mis llegadas para ir donde sus amigos a corretear un poco por el barrio, dándome amplias garantías para empotrarme a su madre y nos apareábamos todos esos días.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces