Por decir un nombre, diré que me llamo Alicia, realmente ya llegué a los cuarenta, aunque modestia aparte hay quienes piensan que luzco como de treinta. Y aunque trabajo como ejecutiva de una firma, ocasionalmente me las arregló, para tomarme un día libre de vez en cuando, por lo que me quedo en casa, por una parte, para organizar, y por otra parte para descansar.
Relato
Bueno recientemente en una de esas ocasiones que me quedó en casa, ya había reubicado los muebles de la sala, cuando comenzó a caer la tarde, se desprendió una fuerte tormenta, con mucha lluvia, grandes, y oscuros nubarrones, truenos, rayos, y centellas. En fin aunque había leído en el pronóstico del tiempo que, había un 80% de posibilidades de que lloviera, como que no lo tomé en serio. Por lo que cuando comenzó a llover fuertemente, y las fuertes ráfagas de aire, le dieron un aspecto de lo más emocionante. Todo eso hizo que me acordase de cuando era niña, y me encantaba jugar bajo la lluvia, por lo que me provocó de momento, bañarme bajo esa fuerte tempestad, con todo y ropa. Por lo que salí al patio trasero de casa, y comencé no tan solo a disfrutar de la fuerte lluvia, dejando que me cayese sobre todo mi cuerpo, sino que además justo en el centro del ventanal que da al patio, se forman dos o tres chorros, del agua que es recogida en el techo de la casa. Bueno yo me sentía feliz como cuando era niña, brincado en el gran charco que se formó en el patio, y dejando que el agua que caía del techo me callera encima.
No tengo idea de cuánto tiempo estuve saltando y dejando que el agua callera sobre mí cuerpo, hasta que me di cuenta, que del otro lado de la pequeña cerca de madera que separa nuestras propiedades, estaba Julito. El hijo de nuestros vecinos, un chico de unos 18 años más o menos, alto, bien moreno por no decir que algo negrito. Observándome fijamente, aunque él al igual que yo también se encontraba bajo la lluvia, quizás por estar bajo el alero de su casa, no estaba tan mojado como lo estaba yo, ya que toda mi ropa por lo mojada que estaba se me pegaba al cuerpo, transparentándose lo suficiente como para que cualquiera se diera cuenta que bajo la camiseta que tenía puesta, al igual que bajo mis cortos pantalones blancos de algodón, no llevaba más nada puesto, por comodidad. Yo misma me di un rápido vistazo, y fue cuando me di cuenta de que mis tetas, y pezones se notaban bastante, y que entre mis piernas, se notaba el oscuro triangulo de mi coño. Yo haciéndome la distraída, tras saludarlo, y preguntarle por Mary su madre, mi vecina. Julio me dijo que no se encontraba en casa, y que probablemente debido a la fuerte lluvia llegaría después que escampase.
En ese momento le hice señas que se acercase, y saltando sin dificultad la cerca, en cosa de pocos segundos estaba frente a mí. Julio preguntó por Wilfredo, mi esposo, quien quizás por la misma razón seguramente no llegaría hasta que terminase de llover. Fue cuando comencé a sacarle conversación diciéndole que mucha gente no sabe lo que se pierde, al no bañarse bajo la lluvia, o como en mi caso, bajo el fuerte chorro de agua que caía del techo. Julio que estaba casi a un paso de mí, no dejaba de a cada rato de darme la razón, sin quitar sus ojos de encima de mí, mientras que yo seguí con el tema del choro, y hasta lo invité a que se metiera bajo el mismo chorro conmigo, cosa que hizo de inmediato, sin pensarlo mucho.
Fue en esos momentos, que comencé a imaginarme a Julio y a mí, teniendo un ardiente encuentro bajo la lluvia. No es que yo sea una asalta cunas, pero el chico a pesar de sus 18 años, se veía que estaba más que bien desarrollado. Además como Wilfredo, desde que le dio una fuerte infección de la próstata, nada de nada con migo, y que, porque su médico no lo había autorizado. Yo decidí ver, hasta donde podíamos llegar Julio, y yo en esos momentos. Por lo que ya a menos de 20 centímetros entre nosotros dos cayéndonos ese fuerte chorro de agua, le pregunté. Julio no te gustaría quitarte esa camisa, y dejar que el agua caiga completamente sobre tu piel, además como masaje, eso es bien efectivo.
Julio de inmediato apenas y si se desabotonó par de botones, fue mucho. Ya que comenzó a quitarse la camisa como si fuera un suéter, o una camiseta. Pero apenas se la terminó de quitar, yo al mismo tiempo me había quitado mi camiseta, quedando con mis paradas tetas al aire, o mejor dicho bajo el fuerte chorro de agua. La cara que puso fue, aparte de graciosa, bien elocuente, ambos nos quedamos viendo directamente a los ojos, y aunque la verdad es que yo no sentía nada por él, y seguramente tampoco él por mí, el solo deseo nos hizo unir nuestro labios y de manera casi salvaje comenzar a besarnos, bajo la lluvia, y el fuerte chorro de agua que aun continuaba cayendo del techo de mi casa. Al sentir como su lengua entró dentro de mi boca, y jugueteaba con la mía, no me quedó la menor duda de que Julio, y yo disfrutaríamos de algo más que de la lluvia en esos momentos.
A medida que continuó besándome, fue acariciando mi cuerpo, y bajándome el pequeño pantalón que yo cargaba puesto, para luego que los tuve a la altura de mis rodillas, yo misma moviendo mis piernas me los terminé de quitar, quedándome únicamente con las sandalias que tenía puestas, las que al poco rato también me quité, para quedar completamente desnuda, entre los morenos y fuertes brazos de Julio.
Los dos nos encontrábamos, como que no sabíamos que hacer. Si seguir besándonos intensamente, o tirarnos en charco de fango en que nos encontrábamos parados, fue cuando maliciosa y seductoramente separando mis boca de su gruesos labios, le pregunté ¿Julio quieres hacerme el favor de bajar al pozo? De seguro al principio como que no entendió mi indirecta, pero como si no le importase que fuera eso, me respondió de manera afirmativa, moviendo su cabeza.
Yo me separé un poco de su cuerpo, y al tiempo que jalé una cercana silla de jardín que tenía a mis espaldas, coloqué mis manos sobre sus anchos hombros, y presionándolo ligeramente, hice que comenzara arrodillarse frente a mí, así que cuando me senté con mis piernas bien abiertas frente a él, no tuve que decirle, ni hacer más nada, ya que de inmediato, mi joven vecino, colocó su rostro sobre mi coño, y comenzó no tan solo a pasar su gruesa y larga lengua por dentro y fuera de mi peludo coño, sino que también se dedicó a chupar, y mordisquear divinamente todo mi clítoris, por un buen rato. Mientras que yo, disfrutaba placenteramente de ese delicioso masaje bucal que me daba. En mi vida había disfrutado de no sé cuantos húmedos orgasmos, múltiples que Julio me produjo magistralmente con su boca, y dedos.
Llegó un momento en que yo quedé completamente agotada, pero sumamente satisfecha, pero con muchas ganas de seguir, disfrutando de la juventud, y fortaleza de Julio. Por lo que cuando él se puso de pie, yo misma comencé a bajar sus cortos pantalones, e interiores. Lo cierto es que no lo había juzgado mal, su erecto miembro de inmediato sobre salió de la tela que lo ocultaba, largo, grueso, cabezón, y bien venoso. No pude menos que compararlo mentalmente con el de mi esposo, que por mucho, salió perdiendo en la comparación.
Casi de manera impulsiva, lo tomé entre mis manos, y tras medio juguetear con su cosa entre mis dedos, levantando mi mirada, y viéndolo sensualmente, me lo llevé a la boca, para primero ponerme a lamer su morada cabeza, y a los pocos segundos completamente introducirlo dentro de mi boca, dedicándome a chupárselo completamente. Hasta que el mismo Julio me detuvo, diciéndome que deseaba hacer algo más. Saqué su verga de mi boca, y dando un vistazo alrededor, de inmediato localicé dentro de mi sala, nuestro sofá, al que recién y había cambiado de lugar, temprano en la mañana. Agarré a mi joven amante por la mano, y sin pensarlo dos veces, lo llevé dentro de mi casa.
Algo me decía que Wilfredo no llegaría en esos momentos, por lo que sumamente confiada me recosté sobre el sofá abriendo mis piernas, y ofreciéndole todo mi coño a Julio, que en cosa de segundos, comencé a sentir como me penetraba con su caliente, y bien dotada herramienta. Yo pienso que de nada más saber que le estaba siendo infiel a mi esposo con mi joven vecino, hizo que nuevamente yo de manera bien morbosa, volviera a disfrutar de otro sin número de orgasmos, a medida que Julio, no cesaba de meter, y sacar con fuerza, su sabrosa verga de mi peludo coño.
Quizás de no haber sido por la lluvia, los truenos y relámpagos que continuaban cayendo con fuerza, seguramente media urbanización se hubiera enterado de lo que estaba sucediendo dentro de mi casa. Ya que los gritos, y gemidos de placer que yo estaba dando en esos momentos, probablemente se hubieran escuchado claramente, hasta dentro del cercano Centro Comercial.
Julio en esos momentos me hozo ser la mujer más feliz sobre la faz de la tierra. Y cuando finalmente se vino dentro de mí, sentí sus fuertes brazos apretándome contra su cuerpo, haciendo que nuestros cuerpos prácticamente se convirtieran en uno solo. Cuando Julio y yo finalmente nos separamos, él se me quedó viendo, como preguntándome cuando volveríamos a tener sexo. Yo de manera bien coqueta, y besando su verga le dije. Cuando veas mis pantis secándose en el patio, ya sabes que me encuentro en casa, completamente disponible para lo que tú desees. Y si tú mamá o tu papá están en casa, en lugar de entrar por el patio, das la vuelta a la manzana, y entras por el garaje o la puerta principal, la que encuentres abiertas.
Esa noche cuando Wilfredo regresó a casa, muy alegre me dijo que su urólogo le había dicho que ya se encontraba completamente bien. Así que se lo pueden imaginar, después de haber disfrutado de aquel buen trozo de carne, me tuve que comer una especie de pequeño aperitivo. Pero les digo, Julio sin falta, cada vez que pongo a secar mis pantis en el patio, aparece en casa.
relato verdadero de como conoci a una nena de 12 años y en una noche en que su madre la deja sola, ella se convierte en una mujer, y le queda gustando!
Relato erótico enviado por Pezebre el 01 de November de 2005 a las 06:21:07 - Relato porno leído 578731 veces
Hola mi esposa y yo llevamos 5 años de casados y tenemos un hijo de 3 años ella tiene una hija de su antiguo matrimonio, de ella es de quien les voy a hablar ,
Todo comenzó un día que mi esposa tuvo que ir a su trabajo y yo tenia descanso
Relato erótico enviado por Anonymous el 02 de July de 2008 a las 16:37:40 - Relato porno leído 204112 veces
Relato erótico enviado por Anonymous el 27 de October de 2009 a las 10:37:19 - Relato porno leído 112126 veces
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Comentarios enviados para este relato
Jose19901230
(3 de February de 2015 a las 23:27) dice:
La verda es que heres una experta me encantaría tener unas fotos reales para imajinar cono estacada cogiendo en la lluvia katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:27) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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