Ya lo habíamos planeado y ese día lo pudimos realizar, fue un viernes, yo había acudido a un curso así que salí temprano del trabajo te vi en un lugar donde nos habíamos quedado en ver.
Ese día habíamos decidido ir a un motel, estábamos nerviosos así que tomamos el auto y nos dirigimos para allá, era la primera vez que iríamos a un motel, llegamos y después de que nos designaron cuarto nos dirigimos a el y nos preparamos.
Tú vestías una falda verde y una blusa blanca de corazoncitos con un escote que permite ver muy bien tus bellos pechos, yo al llegar al lugar tuve que tomar una rápida ducha para quitar el exceso de sudor ya que el curso al que fui me había hecho sudar.
Al salir estabas del otro lado de la cama, te habías quitado ya tu sostén negro y tu tanga negra pero no tu blusa ni tu falda, estabas muy nerviosa o así parecías, sacaste algunos de los objetos que habíamos llevado para la ocasión.
Fuiste al baño para poder mojar uno de los artículos que llevaste, en lo que tú hacías eso yo saque los preservativos que llevaba para la ocasión, saliste y lo dejaste sobre el buró, para esto ya habías prendido el televisor y sintonizaste una buena programación.
Te moviste de nuevo a donde yo estaba te abrace por la parte de atrás, te comencé a besar el cuello mientras que con mis manos acariciaba, primeros tus pequeños y firmes pechos y posteriormente tu entre pierna.
Intente quitarte la blusa pero se me dificulto un poco hasta que desate los listones de la misma, alcé tu prenda hasta despojarte de ella, te pedí que te levantaras y antes de que intentara quitarte la falda tu lo hiciste sola.
Te pedí que te sentaras nuevamente y continúe besándote el cuello mientras mis manos tocaban dulcemente tus pechos y mis dedos jugaban con tus ya duros pezones, baje mi mano para buscar tu entrepierna.
Al sentir mi mano separaste tus piernas para permitirme llegar a lo mas intimo de ti, introduje por primera vez uno de mis dedos en tu intimidad mientras te comenzabas a retorcer de placer.
Me subí a la cama y te comencé a besar mientras mis dedos jugaban en tu intimidad, pero antes de que intentara hacer algo mas te tuviste que levantar, termine por despojarme de la ultima prenda que tenia y me levante tras de ti.
Al salir del baño llegue y te tome por la espalda, tu preguntaste si pasaba algo pero te conteste que no. Al sentir mi pene en tu trasero comenzaste a gemir tímidamente, después de esto te tome de la mano y te lleve hasta la cama.
Te acosté en la cama y yo a un lado, ahí comencé a besarte y con mi mano comencé a jugar con tus labios vaginales, posteriormente baje mi boca hacia tus pechos y comencé a lamer y chupar tus pezones.
Lamia tu piel con dulzura, pero poco a poco tenía que ser más agresivo, así que te sujete los pechos con mas fuerza, mientras mordía tus pezones, mi mano aun jugaba con tu intimidad y mis dedos entraban uno a uno dentro de ti.
Al sentirte excitada me detuve y fui por tu consolador y comencé a penetrarte con el, lo introduje lentamente y te comencé a masturbar con fuerza mientras mi boca succionaba tus delicados pechos.
Al estar en esta posición decidí usar el primero de nuestros juguetes, así que tome las esposas y te las puse delicadamente, para estos momentos ya te llamaba puta, así como a ti te gusta que te llame.
Una vez que te tenia sometida intente llegar con mi boca a tu intimidad pero me pediste que no lo hiciera, así que decidí ser más agresivo y me subí arriba de ti, puse mi gran pene a la altura de tus pechos y comencé a restregarlo en contra de ellos.
Tus gemidos eran cada vez más y más fuertes, te realizaba preguntas constantemente como:
-¿te gusta la verga de papi hijita?-
-si papi, me gusta mucho tu verga –respondías-
-es hora que chupes la verga de papi hijita-
Al terminar de decir esto puse la punta de mi pene en tu boca y tu comenzaste a cubrirlo con tu lengua intercalando el movimiento realizando chupadas al mismo, en ocasiones mordías tímidamente mi glande.
La sensación de sentir nuevamente mi pene dentro de tu boca fue increíble, y más la forma en la cual me dabas placer, tu lengua al enredar mi pene se sentía caliente y esa sensación la trasmitías a mi hombría.
Te pedí que lamieras toda mi hombría desde la base por la posición no lo favorecía, así que te levante, ahí tome el ultimo juguete, y te lo coloque en tu cuello delicadamente.
Te jale de la correa hasta que quedaste sentada, ahí puse mi pene nuevamente entre tus pechos e hice que con tus pechos me comenzaras a masturbar, te mencione que si era posible que se hiciera la cubana pese a que las tuvieras pequeñas, ahí mismo comenzaste a mamarme el pene nuevamente.
Te levante de la cama y te lleve hasta una mesita y una banca que estaba dentro de la habitación, y te agache para que me ofrecieras tu culo, tú te quedaste ahí hasta que fui por el consolador nuevamente y con el te golpee las nalgas.
Tus gemidos salieron de tu boca casi de inmediato, y me suplicaste que te metiera la verga en ese momento así que me prepare para hacerlo, tome la correa e hice que levantaras más tu trasero y comencé a pasar la punta de mi pene por tu intimidad.
Me llamaste papi por primera vez al oír como le decía a mi hijita si quería que le metiera la verga, así lo hice lentamente te metí mi gran pene hasta lo mas profundo de tu ser, tus gemidos eran fuerte y te pedía que no los ahogaras.
Tome la correa y como una perra te lleve hasta la cama ahí te ordene que subieras a la cama a gatas. Así lo hiciste y desde ahí te volví a penetrar solo que en esta ocasión las embestidas eran más profundas y agresivas.
Subí también a la cama adelantándote como la perra que eras en ese momento, aunque también te nalgueaba sabiendo que eso te gusta, al estar mas adelante me también me subí y volví a meterte la verga.
Te sujetaba fuertemente las nalgas y también te nalgueaba, en ocasiones aplicaba todo mi cuerpo sobre el vaivén para hacerlo mas placentero para ti, a cada embestida pedias mas llamándome papi o amo.
Te deje de penetrar y me acosté para que subieras sobre mi, así lo hiciste sin perder tiempo, me cabalgabas como una zorra en celo, con tus manos sobabas tus senos mientras yo disfrutaba el momento.
Busque jugar con tu clítoris pero no me lo permitiste, me pediste que me subiera en ti y así te complací, tu acostada te la volví a meter hasta que tus gemidos inundaron la habitación.
Ahí mismo me pediste que terminara sobre ti, así que después que te metiera la verga con todas mis fuerzas saque mi pene y después de despojarme del preservativo me coloque frente a ti para jalármela hasta que termine sobre tu cuerpo.
Me levante al baño a limpiarme el sudor de la cara mientras tu hacías lo mismo con el semen que había sobre tu piel, al terminar de limpiar mi cara me acosté nuevamente a tu lado y comencé a besarte nuevamente.
De la misma forma te masturbaba pero quería cambiar las cosas, te tome de la correa y te levante y te hice saber mi deseo para que tu eligieras la forma en que querías que te metiera la verga.
Dudaste algún tiempo ya que lo único que querías era que te metiera mi verga, pero comenzaste a ver posibilidades y una de ella fue salir a la cochera pero era muy riesgoso, así que te sentaste sobre la banca y abriste las piernas ofreciéndome tu pucha.
Al estar ahí sentada tome el consolador y comencé a jugar con tu pucha, tu sostenías tus piernas con tus manos, separe tus labios después de haber sacado el consolador y lleve mi boca a tu intimidad, al principio no querías pero posteriormente estabas deseosa de sentir mi lengua en tu interior.
Pediste que te metiera la verga desde esa posición pero era muy difícil hacerlo así que te levantaste y me dijiste que me acostara y así lo hice, me pediste que cerrara los ojos y obedecí.
Te sentaste sobre mí dándome la espalda ofreciéndome tu culo, comenzaste a cabalgarme, ahí te tome por las nalgas y las separe para ver tu pequeño orificio el cual es rozado y muy lindo.
Te acostaste y pediste que te penetrara aplicando todo mi peso sobre ti, así que te penetre y comencé a realizar embestidas profundas, te tome de tus piernas y las subí a mis hombros, así podía llegar mas dentro.
Estando en esta posición te puse de lado así podía nalguearte al ritmo de mis embestidas, tu pedías cada vez mas así que aplicaba cada vez mas fuerza, después te acomode para poder realizar una tijera, después de unos momentos nos pudimos acomodar y de esta forma te penetraba mientras veía todo tu cuerpo.
Me separe de ti y me acosté un rato para tomar aire, tu quedaste a un lado mi, me voltee y comencé a besar uno de tus lindos pechos y tomaba con fuerza el otro, comencé a lamer toda tu piel hasta que llegue a tu ombligo.
Pero ahí no me detuve pese a que lo pediste, comencé a lamer tu linda puchita, separando tus labios para poder llegar a lo más intimo de ti con mi lengua mientras que con mis dedos jugaba con tu botón de rosa.
Me coloque de frente para poderte apreciar mejor, fui por el consolador y comencé a jugar con el, la saque y comencé a masturbarte con mis dedos, metiendo uno, dos y hasta tres, tu te retorcías al sentir esto y preguntabas cuantos dedos estaba usando.
Después de esto me coloque de lado con la única intención que mientras yo lamía tu intimidad tú chuparas y lamieras mi verga, así que te pregunte como te gustaría estar diciendo que querías estar arriba.
Me acosté y posteriormente tú tomaste tu lugar, comencé a lamer tu pucha al mismo tiempo que tú hacías lo propio con mi verga, la mordías y chupadas de una forma magistral, mientras yo jugaba con tu pucha y estimulaba tu culito.
Estuve a punto de terminar en tu rostro y por ello me pediste que nuevamente te penetrara, me levante y fui al baño ya que tuve problemas con el preservativo, no es por alardear pero no he encontrado de mi talla, los comunes son muy pequeños y no me quedan bien.
Al salir del baño vi el espectáculo mas grandioso, estabas boca abajo y bajo tu cadera tenias dos almohadas que hacían que se levantara tu gran y precioso culo, ofreciéndomelo solo para mi.
No dude en llegar hasta la cama te bese las nalgas y comencé a masturbarte con el consolador y mis dedos para que tu pucha se lograra lubricar nuevamente, una vez que tu pucha estaba lista, comencé a penetrarte nuevamente.
Tu gritabas por las embestidas que te proporcionaba ya que como una puta pedías cada vez mas fuerza, tuvimos que quitar las almohadas para poder penetrarte mejor, para ello ya estabas a cuatro patas.
Después de unos 15 minutos mi cuerpo me pidió descanso así que me tumbe sobre la cama y te dije que me montaras, como una fiel esclava me obedeciste, pero tuvimos problemas ya que no estabas bien lubricada.
Te acostaste a un lado mío y te comenzaste a masturbar, ese fue el espectáculo mas grande que he visto, tu ahí mismo te dabas placer, tu cara estaba llena de excitación y erotismo.
Yo te ayudaba tomándote de la mano y chupando tus pezones, mientras tú continuabas tu trabajo, después de esto te pusiste de rodillas y con una de tus manos jugabas con tu entre pierna mientras que con la otra masajeabas uno de tus senos
Te pedí que lo hicieras con el consolador y te lo lleve, me dijiste que te daba pena pero aun así lo hiciste, eso fue una visión que jamás olvidare y que me gustaría volver a ver.
Te seguiste masturbando quedando en cuatro patas, ahí aproveche y me levante y mientras jugaba con tu culo tome el consolador y era yo quien ahora te masturbaba, ya estando en esta posición saque el consolador y lo remplace por mi verga.
Te tome de las caderas y de una sola embestida la metí, mis fuerzas habían regresado y pude aplicar fuerza en las embestidas, de la misma forma al penetrarte te ofendía llamándote puta o zorra, y pediste que terminara sobre tu culo.
Una vez que sentí que terminaría saque mi pene me quite el preservativo y termine llenadote de leche todo tu culo, parte de tu espalda y hasta tu cabello, al terminar caí rendido bañado en sudor.
Después cada uno se metió a bañar y estando ya listos emprendimos nuestro viaje de regreso, tú me comentaste que nunca lo habías hecho así y que te había encantado, lamentablemente esta seria la última vez que estaríamos juntos ya que semanas después tú te casaste, pero aun así no voy a olvidar esas ocasiones en las cuales tu me quitaste la virginidad y todas las demás ocasiones en las cuales te hice mía.
A mis 12 años, con unas chavas de 12 13 y 14, algo nuevo para mi, mi iniciacion hacia el sexo, practicamente una orgia con ellas y con mis amigos, simplemente algo que recordare por el resto de mis dias.
Relato erótico enviado por Anonymous el 08 de June de 2004 a las 09:55:40 - Relato porno leído 465087 veces
La lleve a su recamara dentro los aposentos de la iglesia, ella repetía que era una locura pero también ya estaba caliente, lo note por su humedad que tenía ya en su vagina, ella me dijo que nunca había estado con un hombre y que no sabía ni como se hacía el sexo más yo le dije, “No te preocupes mamacita yo te guio” le subí totalmente su vestido y le abrí sus sexys piernas.
Relato erótico enviado por reycolegial el 07 de September de 2009 a las 16:44:00 - Relato porno leído 201055 veces