CALIENTES Y CAPTURADOS POR TODAS.
Habíamos ido hasta el estanque los siete chicos varones de nuestra pandilla barrial, a nadar desnudos como era costumbre en nosotros.
Escondidas tras la espesura vegetal ahí contigua a la orilla, esa tarde...estaban ellas..!
Relato
Una cosa por demás gorda, sería la cochina suerte en la que iríamos los siete juntos a caer aquella tarde.
Los siete varones que integrábamos aquella masculina pandilla, éramos adolescentes a cual de todos más poseídos en las más ardientes calenturas sexuales propias de esa edad, y ya acostumbrados a ir hasta aquel estanque en el cual nos bañábamos no sin agregar extensas prácticas exhibicionistas así entre nosotros, sabiéndonos libres de extrañas miradas aprovechando la natural soledad de aquel agreste lugar,solíamos desde masturbarnos, hasta estirar al máximo nuestros empinados miembros peneales orgullosos de exhibir nuestros inmensos falos.
Pero aquella tarde,un grupo de muchachas que habían descubierto aquélla nuestra costumbre, habiéndose previamente muy bien organizado para hacernos una muy gorda cosa, allá escondidas en la cercana espesura vegetal allí a escasísimos metros del estanque, nos estaban esperando a que llegáramos, y cuando llegamos, obviamente no sabíamos que estaban ellas ahí, y como de costumbre...iniciamos nuestras acostumbradas prácticas.
Luego de un buen rato en el cual desplegamos la más extensa gama de prácticas exhibicionistas y obscenas, en un momento en el cual retomamos nuestras prácticas de inmersión en el agua nadando felices, salen corriendo y nos capturan las ropas llevándoselas corriendo hasta la espesura del inmenso monte para esconderlas valla a saberse dónde, como primer paso de un plan que ya muy bien, todas ellas lo habían perfectamente trazado.
Sin ninguno de nosotros haberlo advertido cuando nos agarraron las ropas, vuelven todas a esconderse, pero ahora, sus risitas y exclamaciones se hacían oír en exprofesas intenciones de que las oyéramos.
Obviamente, apenas advertimos esas risas ahí desde la espesura, inmediatamente todos salimos raudos y chapaleando agua hacia la orilla en donde habíamos dejado nuestras ropas, y al llegar y notar que ya no estaban, desde la espesura surgieron de todas ellas, las más estridentes y socarronas carcajadas femeninas festejando en regodeantes mofas, nuestra sorpresa.
Al instante, comprendimos los siete, que habíamos caído en aquella cosa de la cual aún no imaginábamos la gordura de su magnitud total.
Oíamos sus carcajadas de femenina sonoridad todas, y comprendimos que eran mujeres las que nos habían éso hecho, y desnudos los siete ahí expuestos a la visión de todas desde su escondite, unos y otros comenzamos a gritar reclamándoles, nos devolvieran las ropas. Otra vez, las carcajadas estallaron potentes, haciéndonos saber entre risotadas y frases, que deberíamos "negociar" con ellas, si queríamos recuperar nuestras ropas.
-"Dónde están..? Háganse ver, cerdas inmundas..!" -les gritábamos, y, lentamente y riéndose con las más sornásticas risas, unas y otras iban apareciendo desde la espesura, mostrándose a nosotros mientras las veíamos. Ay..! eran...exuberantes muchachas a cuál de todas más estupendas y robustas! Parecían, como extraídas de esa publicaciones porno vistiendo escandalosas minifaldas y top y exhibiendo sus inmensas piernazas gruesas y anchas y largas y sus cuerpazos de diosa todas.
Entre desesperados por nuestra situación pero a la vez ya encendidos en excitación monstruosa al así verlas, medio reíamos y nos mordíamos al ahí verlas, mientras nuestras vergas ya se empinaban en exacerbadas erecciones calientes. Ellas, soltaban las risas.
Entonces, nos dijeron aquéllo, que ahí sí nos puso los pelos de punta:
-"Todo cuanto estuvieron haciendo ahí en el estanque desde que llegaron, ya está bien registradito en las filmaciones que hucimos, y si no nos obedecen en todo cuanto les ordenemos...es sólo apretar un botoncito aquí...-y nos mostraban el celular-, y todito ésto, queda en internet y en cuánto lugar nos plazca!"
una desesperación atróz nos invadió súbita y como enloquecedora, y comenzamos a suplicarles y hasta llorar casi, y todas ellas ahí nomás ya comenzaron a dominarnos por completo en la discusión, ordenándonos obedecerles y someternos resignados a ellas, cosa que nos costaba similar sin querer aceptarlo, pero astutas y con la sartén por el mango como quien dice, nos amenazaron con marcharse dejándonos allí desnudos y encima subidos a la red en nuestros actos allím por ellas perfectamente registrados, y comenzaron a caminar en marcha rápida alejándose todas. A los gritos y suplicándoles que volviesen y que sí estábamos dispuestos a hacer lo que nos pidiesen, mostrando sus más cochinas risitas victoriosas volvían todas, y la negociación tal cual ellas nos lo imponían en todos los términos por ellas planteados, así, bien así... ay! cedimos!
-"¡De a uno, y viniendo hasta aquí hasta donde estamos todas, deberán ir viniendo para ser maniatados atrás, y les prometemos no hacerles daño pero sí, vamos a divertirnos con ustedes y si son inteligentes, también disfrutarán! Así que...adelante el primero!!!"
Pataleábamos desesperados así golpeando nuestros pies en el mismo lugar en impotencia desesperada, y hasta nos tirábamos los cabellos y llorisqeábamos como chicos mañeros, pero el primero...salió hasta ellas.
Ya, todo lo tenían calculado: sogas para el amarre de cada uno, y las destinadas a esa tarea, esperando al que venía, para amarrarlo. Todas...reían.
Veíamos esa humillante tarea de cómo lo amarraban, y también, unían sus tobillos con otra soga, uniéndolos con un segmento que permitiría caminar, pero no intentar dar puntapiés.
Ya atado el primero, gritaron:
-"Adelante el siguienteeeeeee!!!" y reían cochinamente burlonas.
Otro, salió hacia ellas, como el primero. Ya, sogas en la mano y riéndose, unas lo estaban esperando, y al llegar...lo mismo se repitió que con el anterior.
Riéndose y con un dedito moviéndolo burlona, llamaban ahora al siguiente.
Una extraña excitación erótica nos invadía sin poder nosotros evitarla, pues nos sabíamos ya atrapados por aquellas estupendas mujeres que habían sabido capturarnos de manera tan insólita, e iban a usarnos como objeto sexual en cosas que irían a hacernos a su más absoluta voluntad. Sí! : habíamos con ellas perdido, y comenzábamos a asumirlo!
Todos, corrimos la misma suerte: nos amarraron a los siete, y alli, en aquel paisage agreste de monte y soleda, comenzó la más lujuriosa orgía en la cual siete chicos calientes como burros, desnudos y atados, comenzaban a ser el juguete de chicas que habían sabido capturarnos y ahora, se divertían con nuestros cuerpos calientes.
Manoseos, cosquillas de todo tipo, mamadas, nos enloquecían haciéndonos sentir las cosquillas más monstruosas y debíamos lamerles los pies y de los pies hacia arriba todo, y nos follaban atados.
Gritábamos en expresiones mil de desesperación y exagerado placer monstruosamente atróz así por ellas continuamente dominados, y nuestros orgasmos eran avalanchas enloquecedoras que nos arrancaban hasta alaridos, y a ellas, carcajadas y risas por demás enervantes para los siete.
Sí: en aquel lugar agreste y natural, se estaba dando la más intensa orgía en la cual siete calientes varones adolescentes, estaban siendo intensamente ultrajados por un grupo de astutas y hermosas michachas que habían sabido lograr así atraparnos para éso hacernos.
Nos montaban desnudos por todo el monte, haciéndonos con ellas andar así en nuestros hombros acaballadas.Risas y mofas en ellas...obediencia en nosotros.
Sus descalsas plantas masturbaban nuestros empinados penes en aquella monta en la que en nosotros andaban, y nos hacían llegar los orgasmos haciéndonos eyacular a chorros y a los gemidos y gritos, mientras ellas largaban las carcajadas.
Todo aquéllo, era una cosa insólitamente humillante para nosotros. Ellas nos habían capturado en una trampa que nos habían tendido con total éxito, y ahora, la cosa así se daba.
Nuestras masculinas calenturas viriles parecían multiplicarse en aquella situación, y ellas aprovechaban aquéllo prolongando la fiesta que disfrutaban.
-"¡Los tenemos bieeeeeeennnn calientes, bichos varones!!!" -nos gritaban burlonas, y tenían razón...
Sabíamos que estábamos siendo así monstruosamente humillados por todas ellas y que no podíamos mermar nuestras calenturas que nos hacían experimentar orgasmos tras orgasmos, mientras ellas reían sádicamente gozosas remarcándonos de contínuo que así nos tenían, sin nosotros poder evitarlo y cayendo una y otra vez en esas cosas que más las hacía reír y de nosotros burlarse.
-"Burros!!! Machos calientes!!!Bestias!!!Brutos!!!Calentones!!!" -nos decían entre carcajadas y sornas mil.
Sólo por breves momentos amainábamos en nuestra fertilidad, pero enseguida volvíamos a excitarnos y reponder a sus haceres excitantes, y otra vez volvían ellas a hacernos caer en nuestros orgasmos y acabadas de bestia que tanto disfrutaban viéndolas,con sus risas y sornas contínuas.
Por fin ya extenuados y los siete ahí tendidos cual víctimas de una cruel batalla, nos retorsíamos gimientes con ellas a las risas entre todos nosotros bailando brazos en alto y chocando victoriosas sus manos en lo alto entre todas.
Con desesperación vimos arribar un camión con una amigota de ellas que a las carcajadas venía manejando, y una nos gritaba a voz en cuello:
-"Los vamos a llevar hasta una finca donde los vamos a inyectar con un poderoso excitante sexual para cerdos, y ahí sí que van a sentir cosas miyones de veces más cachondas que las que les hicimos sentir aquí!!!"
No! no podíamos creer, aquéllo! Exaustos y tendidos en el pasto, nos retorsíamos gimientes y suplicantes entre sus carcajadas y aplausos y saltos eufóricos.
Desesperados y poseídos por sensaciones de calenturas desconocidas en esa intensidades que ahora sentíamos, comenzaron a agarrarnos a todos subiéndonos uno a uno al camión aquél, y todos cargados por fin, ay! marcharon con nosotros llevándonos!
Salíamos raudamente del lugar aquél, en un coro de súplicas y gemidos de nosotros siete, y las carcajadas y sornas de todas ellas. (continuará)