CASADAS Y CALIENTES: UNA NOCHE CON DALIA

CASADAS Y CALIENTES: UNA NOCHE CON DALIA



A Dalia la conoci en una fiesta a la que fui invitado por un familiar a pesar de ser casada y de tener dos hijos casi adolescentes, conserva aun una figura envidiable ademas de que es bastante guapa y sabe sacar partido de su belleza, durante la fiesta estuvimos platicando bastante a la cual acudio sola pues sus hijos se encuentran fuera de la ciudad y su matrimonio esta en problemas ya que su esposo viaja constantemente dejandola sola.

Pude suponer que sus quejas tambien se referian al plano sexual, pues se notaba que Dalia es una hembra de sangre caliente, discretamente empezaron los rozones y los toques de mano de ella hacia mi, señal inequivoca que queria algo mas, incluso hubo un momento en que discretamente estuvimos platicando tomados de la mano.

Ya tarde ella se despidio pidiendome la compañara a su auto pues estaba ya obscuro, caminamos juntos hacia su vehiculo, ya cerca de el me dio un papelito con su direccion diciendome me esperaba al dia siguiente para que le ayudara en algunas cosas que necesitaba en su casa, iria por la tarde segun lo acordado, sin decir nada nos besamos de una manera exquisita, ella con su mano sobo y apreto mi pene, dejandome paradisimo.

Es obvio decir que en la noche la emocion no me dejaba dormir, pues Dalia es todavia una hembra de esas que le gustan coger hasta acabar rendidos y a mi me gusta tambien coger hasta ya no poder mas.

Como sabia lo que sucederia a la noche siguiente prepare una maleta con ropa, algunos condones y otras cosas que crei necesitar, una vez que llegue a su casa, ya me esperaba complacida y con ansias, se emociono mas al saber que pasaria la noche con ella.

Fuimos directo a su recamara donde caimos entrelazados en su cama, ella encima de mi me regalaba besos, mordiscos y caricias, ademas de apretar su cuerpo contra el mio como si quisiera que nos fundieramos, yo por mi parte apretaba sus nalgas encima del pantalos y la pegaba mas a mi sintiendo el tamaño de sus senos en mi pecho.

Traia un sueter que le quite dandome cuenta que abajo traia un bra color marron que resaltaba el color de su piel ya que es muy blanca, impulsivamente me beso de nuevo con pasion y tuve que hacer malabares para poder quitarselo.

Ya sin el bra pude observar unos senos paraditos y de muy buen tamaño, me pegue a ellos como becerro y Dalia con sus manos me acercaba mas ellos, los mamaba despacio, pasandoles la lengua y despues succionaba los erectos botones, Dalia gemia con los ojos cerrados, diciendo que era delicioso y que hace mucho no sentia tan rico.

Mientras le mamaba sus senos, me quito el sueter y la playera pasando sus manos por mi espalda, cosa que me calienta sobremanera, me empezo a desabrochar el pantalon tambien que me quito junto con la trusa.

Mi miembro estaba erecto sobremanera y ya pedia accion, Dalia con pasion empezo a mamar mi verga dandole suaves mordiscos a la cabeza que me hacian suspirar de placer, con los ojos cerrados me abandonaba a las caricias que Dalia me estaba dando con su boca, con sus manos acariciaba mi pecho dandome masaje en circulos, me enloquecia que en ocasiones bajaba hasta mis testículos para meterse uno en la boca y después el otro, sobra decir que es una experta mamadora y lo disfruta.

La jale hacia mi para besarla y le pude quitar el calzoncito empapado que todavía tenia puesto, besandonos le empece a acariciar su boton erecto y la escuche gemir placenteramente al contacto con mis dedos en su cueva intima.

Le propuse un 69 y me dijo que si con una sonrisa, pero con la condicion de que ambos nos provocaramos un orgasmo cosa que me fascino, ella encima de mi con su rica hendidura en mi boca y a su vez mi palo en la suya, el sabor de su cosita era delicioso y yo la chupaba con bastantes ganas.

Los dos nos dabamos chupadas bastante ricas Dalia ademas de mamarme acariciaba mis huevos regalandome exquisitas sensaciones, al igual que ella mientras la mamaba le empece a meter un dedo en su orificio trasero, en ocasiones dejaba de mamarme para gemir placenteramente.

Lo delicioso de las caricias pronto nos hizo acabar, fue Dalia la que primero tuvo su orgasmo, su miel escurrio delicioso por mi cara y mis mejillas, trague lo mas que pude y después le limpie su hoyito hasta dejarlo seco.

Dalia pronto encontro la manera de hacerme venir, me daba unas mamadas deliciosas con su boca y con sus manos acariciaban tanto mis huevos como la base de mi miembro, rendido ante esas caricias me vine en su boca tragandose ella toda la leche que me salio.

Estuvimos descansando un rato sin movernos, Dalia sin embargo seguia sobando mi miembro que se fue parando poco a poco, se quito de encima de mi pero cuando me iba a parar me detuvo con brazo, poniendome el condon se coloco encima de mi otra vez, apunto mi miembro a la entrada de su deliciosa cuevita y poco a poco se fue sentando encima de mi hasta hacer desaparecer mi miembro en su cuerpo.

La cogida la disfruto hasta lo mas intimo de su ser, pues el rictus de su cara al estar empalada asi me lo hacia saber, lentamente empezo a subir y bajar de mi miembro y a apretar sus manos en mi abdomen, la sujete de la cadera para ayudarla a subir y bajar de mi miembro.

Para que estuviera mas comoda le pedi se acostara encima de mi y asi nos movieramos, con mis manos le abria sus nalgas para que le entrara la totalidad de mi miembro y tambien me movia para bombearla delicioso.

Asi estuvimos moviendonos delicioso, en ocasiones nos besabamos y eso acallaba los gemidos de la preciosa Dalia, hubo en un momento en que la abraze de la cintura para sentirla mia nada mas, la calentura hacia estragos en nosotros y nos deciamos palabras cachondas entrecortadas por el placer.

No se cuanto tiempo estariamos en esa posición, pero después de un rato Dalia se bajo y acostandose boca arriba me invito a volverla a ensartar, ahora me rodeo con sus piernas apretandome mas hacia ella, yo me movia con firmeza arrancandole de nuevo suspiros a mi amante, tambien me abrazaba por la espalda con placer.

Mi miembro le llegaba hasta el fondo con facilidad pues Dalia estaba empapadisima de las venidas que habiamos tenido, se volvio a derramar ella y a los pocos minutos yo, para entonces ya ambos jadeabamos y estabamos sin fuerzas, nos acomodamos en la cama y nos dispusimos a descansar.