cena de empresa

Otra cena de empresa. Otra ocasion en la que disimular la mala relacion que tiene nuestro matrimonio de cara a los socios de la empresa. Otra ocasion en la que reir las gracias de sus amigos y ponerle buena cara al jefe salido y babosa que no deja de desnudarme con su asquerosa mirada.
Tras quince años de matrimomio, falsedades, monotonia... Ya empiezo a pensar que no merece la pena continuar asi. Pero hoy por hoy, tendre que enfundarme el vestido mas sexy que tengo, arreglarme frente al espejo, y aparentar la felicidad que no tengo. En cierta manera, si tuviera una compensacion economica, seria una especie de prostitucion. Asi ni siquiera tengo ese tipo de compensacion.
Frente al espejo me miro con detenimiento y pienso que, a pesar de mis cuarenta años, me encuentro fisicamente muy bien, seguro que mas de un hombre se fijaria en mi, y, ¿quien sabe? Quiza hasta podria recomenzar mi vida de nuevo. Eva, dejate ya de tonterias me digo a mi misma mientras termino los retoques justos pero necesarios para disimular ciertas arruguillas del rostro.
Termino de maquillarme, y contemplo una vez mas frente al espejo el resultado como el que contempla una pintura en el museo. Nada mal Eva, nada mal.
Resignada nos encaminamos al hotel donde se celebra la cena y ya voy metiendome en el papel, forzando sonrisas que ni deseo. La sola idea de contemplar la cara del jefe mirandome casi me produce una arcada.
Llegamos. Coctel. Nos paseamos como una pareja feliz mientras el va saludando a sus socios y amigos y yo finjo mi mejor sonrisa. A veces pienso que podria recibir un oscar si me dedicara al cine, podria intentarlo, por que no?
Veo caras conocidas, aburridas, nada interesante, y de pronto... Como no? ahi viene el gordo, seboso y salido jefe, casi haciendosele la boca agua al ver mi vestido negro, corto y ajustado con este generoso escote que deja mas a la vista que a la imaginacion. Me rio por dentro porque se que se muere de ganas por tenerme, pero la sola idea de imaginar sus manos sobre mi cuerpo me porduce tan nausea....
Entonces lo vi. Al fondo, completamente solo con una copa de cava en su mano. Era joven, elegante, guapo y un tanto arrogante. Pero su mirada se quedo clavada en mi de una forma que no pude apartar mis ojos de el.
En el mismo instante en que vi como me miraba senti un escalofrio recorrer mi espalda. Esta extraña sensacion me sorprendio por completo porque no entendia a que se debia. Era enigmatica porque me encanto sentirlo, pero a la vez no podia explicarmelo. Me dejo k.o.
Anunciaron que la cena estaba preparada y todos fuimos pasando al gran salon. Colocados en mesas circulares de diez comensales nos dispusimos a sentarnos entre el barullo de las conversaciones. Un tintineo de copas hizo que reinara el silencio y la voz del jefe se hizo clara en la sala. Todos callaron y reian con las bromas absurdas que soltaba por su asquerosa boca. Supongo que todos estaban locos por lamerle el culo pisoteandose unos a otros para poder asi escalar posiciones.
Entonces, si, fue entonces cuando recorde a mi misterioso amigo. Lo busque por todas las mesas, mirando uno tras otro. Queria verlo, descubrir donde se hallaba pero temia que, al encontrarlo, me estuviera mirando y me delatara.
Y justo eso fue lo que ocurrio. Me cruce con su mirada y me quede petrificada, sin saber como disimular. No se si pudo darse cuenta de como mis mejillas se llenaban de rubor al contemplar esos ojos claros y penetrantes que se clavaban en mi alma.
Termino el discurso entre los aplausos y algun que otro viva alocado del mas pelota de todos los que estaban en quella sala y dimos paso a la cena.
Mientras iba comiendo no podia dejar de mirar de reojo a mi amigo, me tenia como hechizada, y el no dejaba de mirar una y otra vez. Era tan insolente, tan descarado... que me estaba gustando demasiado. Apenas podia reconocerme a mi misma, criada bajo la estricta educacion de gente conservadora y chapada a la antigua. Siempre con la moral por encima de todo. Y de pronto, en una noche, en una cena, todos mis principios se estaban yendo al garete.... o tal vez no? Tal vez solo esten despertando esos sentimientos y la forma de ser que siempre ha permanecido dormida dentro de mi. En algun rincon... Quiza sea esa otra persona que ahora esta deseando salir solo por la mirada de un misterioso hombre, al que ni siquiera conozco...
Busque una excusa para levantarme e ir al cuarto de baño para intentar aclarar mis ideas frente al espejo, y de paso, retocarme un poco el maquillaje. Retocarme? por que? para que? Nunca lo habia hecho, por que esa necesidad de sentirme mas bella que nunca, si nunca me ha importado lo mas minimo lo que pudieran pensar los amigos de mi maridito.
Termine enseguida y sali del cuarto de baño. De repente, al pasar frente a una puerta entre abierta algo, o alguien me atrapo y me metio dentro.
Quise dar un grito pero una mano me tapo la boca. La poca luz que habia dentro del cuarto me dejo ver claramente a mi atacante. Era el hombre misterioso de los ojos claros y profundos.
Estaba frente a mi, retiro su mano lentamente de mi boca mientras no dejaba de mirarme a los ojos. No se por que muy bien, pero ni siquiera pense en la posibildad de gritar cuando tuve mi boca libre de su mano. Me quede petrificada, casi sin conciencia de lo que estaba ocurriendo. Mi corazon latia desbocado, pensaba que saltaria de mi pecho en cualquier momento y entonces, sin tiempo a nada mas, me beso. Senti sus labios en los mios, su lengua se movia lenta y suavemente dentro de mi boca buscando mi lengua. Cuando pude darme cuenta de lo que estaba ocurriendo, le tenia abrazado y respondi a su beso tan dulce y apasionadamente como me fue posible. Sus brazos rodeaban mi cuerpo manejandome a su antojo. Mis piernas rodeaban las suyas queriendo atraparlo para siempre junto a mi.
En mi mente montones de sensaciones e ideas chocaban unas contra otras, pero no quise ni hacerles caso, solo queria vivier ese momento. Sin pensar en lo que hacia o por que lo hacia.
Sus manos bajaron por mi vestido levantandomelo lentamente. Y mientras sus labios descubrieron lo facil que era llegar hasta mis pechos desnudos, sus manos tiraron de mi pequeña tanga rompiendola y quitandomela. No podia creer lo que estaba ocurriendo pero menos aun podia creer todo lo que estaba sintiendo. Era casi una violacion pero entonces... porque estaba tan excitada?
Por que me sentia mas humeda de lo que jamas habia sentido en toda mi vida?
Se fue agachando mientras sus manos subian mas y mas mi vestido. No se por que lo hice pero separe mis piernas todo lo que pude, o si lo sabia? Si, claro que sabia por que, lo deseaba tanto....
Quise morir en el mismo instante en que su lengua atraveso mi sexo y empezo a jugar con el. Mis manos apretaban su cabeza contra mi como queriendo introducirla dentro de mi.....
Me retorcia de placer, a la vez que me sentia la mujer mas sucia de la tierra. Y la sensacion era... tremenda, increible.
No pude evitar lanzar un gemido al sentir como un orgasmo atravesaba mi cuermpo como un cuchillo afilado. Entonces se levanto. Se levanto y me beso. Y, al besarlo pude notar el sabor de mi propio cuerpo. Lo hice sin pensar, sin dudar lo mas minimo, nada me hacia reparar. Estaba haciendo cosas que jamas hubiera imaginado, y en ese mismo instante, mientras aun estabamos besandonos, me penetro con fuerza. Su virilidad se clavo en mis entrañas una y otra vez cada vez con mas violencia, con mas potencia. No podia pensar, solo sentir un mar de orgasmos se sucedian uno tras otro sin parar y tuve que morder mis labios para evitar lanzar un grito. Queria morirme, no! me estaba muriendo! Jamas vivi algo tan intenso y tan placentero. No queria que acabara nunca, pero a la vez estaba deseando terminar de sentir un placer tan intenso, tan vivo.
Entonces salio de mi cuerpo y senti como un manantial caliente de derramaba entre mis piernas. Yo jadeaba agotada mientras aun no tenia claro ni donde estaba. Estaba aturdida, me temblaban las piernas y tenia la sensacion de que seguia sintiendo orgasmos. Abri los ojos para decir cualquier cosa... y no estaba.
Se habia marchado. Me quede quieta, sin saber reaccionar, no se el tiempo que estuve asi, hasta que tome conciencia de donde me encontraba y que mi marido estaria esperandome en la mesa.
Ni siquiera se el tiempo que estuve en ese cuarto oscuro. Cuando reaccione, busque algo con lo que limpiarme, me atuse el pelo, me coloque el vestido y me dispuse a volver junto a mi querido esposo. Llegue, me sente a su lado y ni siquiera se volvio a mirarme.
Entre las mesas busque a mi misterioso amante. Al que me arrebato de un golpe todo lo que habia sido yo y me devolvio a la vida.
Pero no lo vi. Transcurrio el tiempo, termino la cena. Nos dispusimos a salir y no habia manera, no lo veia por ninguna parte. Un rayo de tristeza cruzo mi mente. Sera posible que no vuelva a saber de el?
Nos dirijimos a la salida, nos trajeron el coche. Mi marido se introdujo en el y cuando abri la puerta me gire y alli estaba, de pie, mirandome con esa mirada penetrante. Saco una mano del bolsillo de su pantalon. Tenia algo en ella. Una prenda pequeña y rota, mi tanga. Me guiño un ojo y a mi se me dibujo, sin querer, una sonrisa en los labios a la vez que mis mejillas se ponian de un rojo intenso.
Desde aquel mismo instante, deseo que llegue el dia de la cena de navidad de la empresa de mi marido. Y cuando me arreglo, ya no me arreglo para mi, ni tan siquiera para mi maridio. Lo hago pensando en mi misterioso amigo. Esperando y deseando encontrarme con el.