Las chanclas hawaianas la hacían ver mas Sexy, sensual, bajita y con un cuerazo que te lo encargo.
Relato
Ella era la hija del administrador del gim donde me entrenaba en ese tiempo. Tendría 15 y no mas cuando la veía trabajar con su padre luego de regresar del cole; ordenando, limpiando y mas tarde entrenando en máquinas y pesas, siempre calzando unas hermosas chanclas hawaianas lila.El año siguiente después del verano la volví a ver; simplemente creció, el buzo le sentaba mas ajustado y la remera casi no contenía un par de gomas tremendas. Varios le hacíamos gesto disimulados y no tanto, hasta que ella finalmente decía que bueno, a escondidas de su padre y nos repetía; chicos, me falta un año para ser mayor de edad, espérenme para no cargar con la joda de mi viejo. Así fue, la esperamos y al año siguiente fue impresionante, mundial, había crecido un tanto, encaramándose en el metro y 60, mas apretada y con unas curvas de miedo, en sus piecitos siempre variados modelos de hawainas multicolores. Anselmo, rubio canchero fue el primer agraciado; le dijo sin mas, no te preocupés, ya cumplí 18, dale no más; en resúmen casi lo mató, el pibe salió medio mareado del gym y casi no le salía el habla; me dijo, esa chica es una fiera, me sacó el aire del alma; no le creí; al poco andar me insinué y sin mayor esfuerzo me llevó a uno de los camarines dle fondo y me tumbó en la colchoneta, me dijo como querés quedar papito, cocinado entero o medio punto; no esperó la respuesta, se quitó la remera de donde brotaron las enormes gomas con piercing en los pezones y bajó el pantalón de buzo dejando a la vista una panocha gigantesca bien rasurada y con piercing en el clítoris; lo que no se sacó fueron las hawaianas. No supe como me la devoré, pero terminé devorado, succionado, casi ahogado, ell ame dijo: durate menos que un candy papito y tan bravito que estabas, luego se vistió y se alejó haciendo chasquear las hawaianas al contonear su caminar. Fuimos varios, todos íbamos por lana y salíamos trasquilados. Al verano siguiente, cada vez mas mina, se comió a un chico de 16 que recién se incorporaba, pobre muchacho, hizo puré con ese pibe y notamos que con el tiempo, sus dedos de los piés se abrían, se separaban cada vez mas al andar siempre con chanclas lo que la hacía mas sensual. Me fui del gym porque me cambié de barrio por el trabajo y no volví en diez años. Luego supe que el padre había muerto infartado y ella se hizo cargo; seguía tan hermosa y esbelta como siempre, mas musculosa, mas mujer,ahora con shorts en vez de buzo y peto en vez de remera, tatuada con motivos griegos y siempre en hawaianas, cada vez mas sofisticadas, a veces tan delgadas que era como verla descalza, sus dedos muy abiertos, muy mina. Le pregunté si me recordaba , me relató la historia que les narro y me dejó boquiabierto; esta vez duré menos que la vez anterior, fue una masacre, me trituró y se sonrió picaramente; no has cambiado papito, te falta entrenamiento, quedate por acá y te pongo al día. La verdad, no volví, fue demasiado, aunque la sensualidad de sus pies me embrujaba, preferí perder una aventura pero conservar el aliento.
Le dije ¡esto! He inmediatamente le subí la falda metiendo mi mano entre sus piernas tocando su zona vaginal, puso resistencia y trato de gritar pero yo le dije severamente que o me entregaba su cuerpo o la denunciaba.
Relato erótico enviado por reycolegial el 30 de July de 2009 a las 12:08:52 - Relato porno leído 100019 veces