Chantejando a mi hermana

Mi nombre es Raúl y tengo 21 años y aunque este mal decirlo, soy un tipo de muy buen porte, muchas chicas gustan de mi compañía y por supuesto yo de la de ellas.

Pero creo que no quieren saber de mi sino de mi hermanita a la que pude disfrutar por medio de un chantaje. No quiero hacer larga la historia así que iremos a lo básico. Desde que mi hermanita empezó a cambiar de cuerpo, de eso hará unos dos años, todos los hombre incluyéndome a mi, nos fijábamos en ella, ella es rubiecita de carita muy agraciada, cinturita, buenas nalgas y mejores pechos. Un autentico bombón. Para andar en casa ella usaba ropa muy cortita y a mi me fascinaba ver sus blancas y bien torneadas piernas, al principio no pasaba de ahí pero con el tiempo me empecé a obsesionar con su cuerpo, nunca hemos sido los mejores hermanos pero tampoco nos la pasamos peleando, será que por la diferencia de edades (yo soy mayor casi 5 años) pues tenemos gustos e intereses diferentes, no compartíamos muchas cosas y nunca habíamos sido compañeros de escuela, y salvo las reuniones familiares que era obligatorio y alguna que otra vez que tuve que ayudarle con los deberes escolares, no compartíamos casi nada.
Pero con el tiempo eso cambio, mi fijación por ella me hacia pasar mas horas en la casa, trataba de acercarme a ella pero me trataba con cierto desden, buscaba sus braguitas en el cesto de la ropa sucia y las olía fuertemente hasta quedar impregnado de su aroma y casi todas las noches me masturbaba pensado en cogérmela.
Hasta aquí todo era un sueño guajiro, algo que yo sabia bien no se haría nunca realidad porque yo sabia que si trataba de hacerle algo y ella se los decia a mis padres, acabaría en la calle, sin dinero, ni coche, ni tarjeta de crédito y hasta sin herencia.
Pues ahí me tenían quemándome de deseo por mi hermana menor, creo que el destino o mas bien el demonio nos pone las cosas en bandeja de plata y lo que nunca pensé que sucedería…!sucedió!
Un día que mi hermana no estaba, entre a su cuarto buscando su ropa interior para imaginar como se vería con ella puesta, y en el primer cajón de su gaveta estaba un predictor, lo mas grave era que la prueba era positiva y ahí caí en la cuenta de que mi hermana estaba rara desde hacia dias, mas que rara estaba preocupada y como no habia de estarlo, ella sabia muy bien que si mis padres se enteraban de que estaba embarazada se cabrearian tanto que la mandarían lejos para ahorrarse vergüenzas con los familiares y vecinos. Amen de los miles de castigos que le impondrían.
A mi no me importaba realmente lo que sucediera si la descubrían, lo que realmente me importaba era poder sacar un beneficio de esta situación, si jugaba bien mis piezas podría tener lo quisiera con ella. Espere a que llegara y le espete en la cara su conducta libertina.
- ¿Cómo has podido manchar el nombre de la familia? ¿Qué piensa hacer una mocosa de 17 años con un bebe? Mataras a mis padres de un disgusto.
- por favor Raúl, me decía, no les vayas a decir nada.
- ¿Y como se los piensas ocultar? ya vi el resultado del predictor, estas embarazada y con esa cinturita que tienes no tardara en empezar a notarse.
- Mira, he hablado con una amiga y ella conoce a alguien que me puede ayudar, solo necesitamos conseguir dinero.
- ¿Dinero?, ¿Cuánto?
- Son cinco mil pesos, tal vez si ahorro lo de mis gastos y ella me presta un poco en un par de meses lo podamos juntar.
- Ah pero como serás pendeja, en dos meses ya tendras barriga y no sera tan facil deshacerte de tu paquete.
En ese momento se puso de rodillas y tomando mi mano me suplico ayuda. Por un momento me dio lastima, pero el deseo pudo mas que los buenos sentimientos y al saber que la tenia justo donde yo quería, di el primer paso para poder tenerla, la abrace la hice levantarse y le dije que tal vez yo podría ayudarle a solucionar su problema.
Ella me decía que si la ayudaba, me lo agradecería toda la vida. A mi me bastaba con que me lo agradeciera un par de horas, pero a mi manera.
Le dije que yo había juntado un dinero para comprarle unos rines a mi carro y que se los podría prestar para que le quitaran ese “peso” de encima, y al estar diciéndole esto al oído me acerque hasta sus labios y la bese, tal vez por el estado emocional en que se encontraba no reacciono de inmediato, pero cuando lo hizo, lo hizo con furia.
Me aventó y me abofeteo - ¡que estas haciendo imbecil! - Me grito –
- Te voy a ser sincero, me gustas desde hace tiempo, te deseo mucho, es mas no hay noche en que no me masturbe pensando en ti. Y lo que te ofrezco es sencillo, te presto… no, te regalo el dinero que necesitas y aparte te prometo que nadie se enterara de la situación a cambio de que estes conmigo.
Su cara era un rictus de coraje, impotencia, frustración y tristeza.
- ¿Pero es que tu estas enfermo? – me decía – ¿no te das cuenta de que somos hermanos? –
- no, no somos hermanos, yo soy un hombre y tu una mujer, y estas buenisima –
- Vete Raúl, me estas poniendo enferma con lo que me dices, yo sola solucionare mis problemas y si no puedo ni modo -
- Pues piensa bien en lo que decides, la prueba la tengo yo y se las mostrare a nuestros padres y entonces si sabrás lo que es tener problemas -
-
No dijo mas nada, cerro la puerta despacio, cuando creyó que me había alejado, aventó algo contra la pared y se echo a llorar. La moneda estaba echada, si soltaba toda la verdad ella acabaría en un lugar lejano y recibiría severas reprimendas y yo… no quiero ni pensarlo, mi padre era muy violento, seria capaz de golpearme y echarme a la calle.
Por otro lado si se entregaba a mi, ambos tendríamos lo que queríamos, ella dinero para practicarse un legrado y yo podría poseerla como tantas noches lo había deseado.

Espere hasta el día siguiente para ver su reacción, en cuanto mis padres se fueron me llamo a su habitación
- y bien ¿Qué has pensado hermanita?
- ¿Qué has pensado tu? No te das cuenta de que lo que pretendes es horrible, como puedes desear a tu propia hermana, eso es pecado.
- Mira antes de que me sueltes todo un sermón acerca del incesto, te voy a decir que si lo he pensado y que me importa un cuerno. Me estoy enfermando de tanto desearte y lo que te pido no es algo que no hayas hecho, es mas por haberlo hecho es que estas metida en este problema.
- Es que si hacemos lo que me pides me sentiré sucia toda la vida y tu también tendrás ese cargo de conciencia
- Veras que no es tan malo como lo piensas, si te esfuerzas un poco también lo podrás disfrutar

Mientras le decía esto ultimo, la abrazaba y sentía su piel trémula, la besaba en la mejilla, el la oreja y trataba de besarla en los labio pero ella se giraba, aun me pidió un par de veces que no lo hiciera pero yo seguí en lo mío, con suavidad desabroche su falda y baje el ziper lentamente mientras besaba su cuello, la escuchaba sollozar y eso me encendía mas. Los botones de su blusa tampoco opusieron resistencia y en un segundo esta abierta para permitirle a mi mano deslizarse sobre su vientre, baje sobre su cuerpo y al pasar mis labio por el nacimiento de sus senos la sentí estremecerse, no se si aun por aflicción o por estar sintiendo placer, de cualquier forma me daba lo mismo, yo estaba pagando por disfrutarla y no me importaba si gozaba o sufría.
Puse mis manos sobre su brasiere y presione sus pechos mientras mi cara llegaba hasta su vientre, era un vientre liso, firme y delicioso; tome su bikini en mis manos y lo fui bajando sin prisa acariciando descaradamente sus nalgas.
- Por favor Raúl, no…

Fue la ultima suplica que escuche de sus labios, puso mi boca en su vulva y le di unas lengüeteadas que la hicieron temblar, tenia las piernas cerradas así que la obligue a acostarse en la cama, la abrí de piernas y contemple un par de segundos su rajita expuesta, era blanca como toda su piel y rosada por dentro, era como tantas noches la había imaginado, y como la había imaginado estaba brillosa de jugos, era inevitable que se mojara, con los años había desarrollado una técnica mamando vaginas que ahora era un cabronsisimo experto comiéndole la almeja a las mujeres, y mi hermana ahora disfrutaba de esa habilidad. No cooperaba, estaba resignada a entregarme su cuerpo contra su voluntad pero no por eso dejaba de disfrutar, mi lengua rozaba cada rincón de su vagina y pasaba una y otra vez por su botoncito inflamado en magnitud hasta que la hizo terminar, no emitió ningún sonido es mas casi ni se movió, solo un leve alzamiento de su pelvis y su respiración contenida me hicieron saber que había tenido un orgasmo. Me puse de pie y me quite la camisa, me baje los pantalones y abriéndole de nuevo las piernas me puse sobre ella.
- Ponte un condón – me suplico
- ¿Qué? ¿Tienes miedo de que te embarace?, pero si ya estas embarazada, no me vengas con esas cosas
- Por favor Raúl, …

No la deje terminar de hablar, ya tenia mi verga en posición y sin mas aviso se la deje ir dentro, ella la recibió cerrando los ojos y apretando los labios, levante sus brasiere y tome con atrevimiento sus pechos, los amasaba, los mordía y lo chupaba con todo el deseo que tenia acumulado, en su interior la humedad de su conchita hacia una delicia estármela cogiendo, sacaba mi verga en su totalidad y la empujaba con fuerza haciendo un delicioso “splash” en cada metida. Y también en cada metida mi hermanita gemía, estaba gozando y no lo podía evitar, sus pechos bailaban al ritmo de mis embestidas y yo infructuosamente buscaba sus labios, siendo rechazado una y otra vez. Me canse de esa posición y le di vuelta, la acomode doblada sobre la orilla de la cama y me puse detrás de ella.
- No Raúl, por ahí no…nunca lo he hecho
- Tranquila no te lo voy a hacer por “ahí”

Con estas palabras se volvió a someter y dejo caer la cara en la cama, yo la penetre desde atrás fuertemente y me sentía en la gloria cuando mis bolas chocaban en sus nalgas, volví a escuchar gemidos de su boca y entendí que estaba disfrutando mucho, acelere los movimientos y ella también se pegaba a mi cuerpo. Sentí su vagina cerrarse alrededor de mi miembro en un nuevo orgasmo y en ese momento acabe dentro de ella.
Aun permanecí un poco de tiempo dentro de su cuerpo sudoroso.

Me levante despacio, me subí los pantalones y fui a mi cuarto a traer el dinero prometido, por ninguna puta hubiera pagado tanto dinero, pero tampoco ninguna puta me hubiera dado el placer que me dio mi hermana. Cuando volví la encontré llorando, de rodillas en la alfombra y con la cara en la cama.
- aquí esta lo prometido le dije, ¿sabes hermanita? – le dije – eres maravillosa, lo tendremos que repetir.

Levante su cara con ternura y le deje un ultimo beso en los labios, no fui capaz de seguir viendo esos ojos llorosos y aventando el dinero en la cama me retire de ahí.