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Mi vida fuera de casa
Hola mi nombre es Ruby, soy una chica de 18 años que ha dejado de vivir con sus padres para dedicarse a estudiar la universidad. Muchos me preguntaron por qué irte a otra ciudad si en donde vives hay muchas universidades. Bueno la razón principal es porque no está la carrera que a mí me gusta y en segundo porque ya me enfade de vivir con mis padres. No es que me la pase mal con ellos, los adoro mucho, pero ya me enfade que siempre estén sobre mí y no me dejen divertirme.
Inicie mis estudios el mes de agosto, la escuela esta de maravilla, no es muy grande, pero tengo muy buenos compañeros, mi nueva ciudad tampoco es muy grande es una combinación de ciudad y pueblo, pero es mas ciudad. Sin embargo no pude encontrar un departamento costeable en esa ciudad, por lo que tuve que rentar un departamento en un pueblito que esta a media hora de mi nueva ciudad. Ahora mi vida es más agusto, puedo llegar a la hora que quiero a mi casa, salir cuando quiera, divertirme y sin pedir permiso. Bueno, ahora permítanme contarles mi historia.
Era un sábado por la mañana, no me regrese a mi ciudad, porque tenía que hacer mucha tarea y estudiar. Abrí la ventana de mi departamento y el día era fantástico, estaba nublado y corría un viento fresco no muchos días como estos se presentan en verano así que decidí ponerme a limpiar e ir un rato a la plaza del pueblo a tomar un raspado.
Termine de ordenar mi departamento y espere a que se me quitara un poco el calor, así que me desnude completamente y me tire en la cama, así estuve por unos cuantos minutos hasta que me levante para meterme a bañar. Al levantarme pude verme en el espejo anatómico que tengo y este reflejaba cada parte de mi cuerpo. Mi cara y mi piel son de color claro y esto me ayuda ya que mi cabello es de color negro y es un poco largo, si acaso me llega a cubrir un poco mis pechos cuando no me lo recojo, tengo unas piernas firmes gracias al ejercicio y a pesar de no ser muy prominente, poseo unos pechos redondos y de talla mediana, ni muy grandes ni muy chicos y unas pompis que si no son muy voluptuosas, me permiten recibir uno que otro piropo cuando salgo a la calle con pantalones ajustados.
Como toda mujer cuidadosa y vanidosa de sí misma, comencé a mirarme en el espejo, observaba cada ángulo de mi trasero y de mis piernas. A pesar de tener 18 años, me cuido muy bien y hago ejercicio. Cuando estaba en el mi ciudad iba a un GYM cerca de mi casa, pero ahora que vivo en este pueblo solamente salgo a correr por las tardes. Y gracias a eso sigo conservando mi figura.
Después de ponerme contenta por ver mis encantos me metí al baño, me cambie y salí de mi departamento. Al ir bajando las escaleras me encontré a mi vecino de piso, el Sr. Raúl un tipo de aproximadamente 45 años, moreno y un poco pasadito de peso, quizás se deba a tanta cerveza que toma, ya que siempre que llego de la escuela, lo veo tomándose una o dos caguamas de cerveza diario, pero a pesar de eso es una persona muy amable, siempre me ayuda cuando tengo un problema en mi casa o cuando no puedo abrir la puerta ya que siempre se atora.
Lo salude y como de costumbre llevaba sus dos cervezas en una bolsa, me devolvió el saludo y me pregunto:
-Hola Ruby, que milagro de verte en sábado, ¿no te fuiste a tu ciudad?
-No don Raúl, me quede a hacer tarea y a estudiar un poco.
-Oh ya veo, está muy bien, que bueno que seas tan aplicada.
-Jejejej, gracias don Raúl.
-No me digas don Raúl, me haces sentir viejo. Bueno veo que llevas prisa, no te retraso mas, ve con cuidado y si quieres esta noche podemos ver una película o tomar un poco.
-Me parece bien, muchas gracias don Raúl.
Deje a don Raúl en las escaleras y seguí bajando las escaleras, salí del edificio, cruce la calle y llegue a la plaza. Como ven no me queda muy lejos. Me compre un raspado de fresa con media crema y me senté en una de las bancas a disfrutar del hermoso día y del viento que corría tan agradablemente. Mientras disfrutaba de mi helado muchas personas pasaban por enfrente de mí, en su mayoría personas mayores y a pesar de ser un poco viejos, podía notar que de vez en cuando se me quedaban viendo o que de lejos me miraban y murmuraban cosas. Yo solo me reía y no los culpo ya que en esa ocasión Salí con un short de mezclilla cortito, una blusa de color café sin tirantes, una botas tipo botines de color café con medias negras trasparentes que me llegaban por debajo de la rodilla, un collar de plata y además deje mi cabello suelto.
Me quede toda la tarde ahí sentada, hice mi tarea ahí mismo y además me sentí tan bien que muchos se me quedaran viendo. A pesar de venir de una familia bien, donde me cuidan mucho y no me permiten portarme mal, no impide que sea un poco coqueta y que me guste vestirme bien para que me vean. Quizás por reprimirme tanto mis padres ocasiono que me gustara ser así.
Al cabo de las 7:30 pm regrese a mi edificio, subí las escaleras y llegue hasta mi piso, como de costumbre don Raúl tenía su puerta abierta y estaba tomando frente al televisor. Trate de hacer el menor ruido posible para que no me viera, metí la llave a la perilla y trate de abrir, pero esta vez, la suerte no estaba de mi lado, la puerta se había atorado otra vez y no podía abrirla, de repente don Raúl se percato que había llegado y desde adentro me hablo.
-Ruby que pasa ¿no puedes abrir la puerta?
-Noo… se atoro otra vez… y no la puedo abrir.
Cuando termine de contestarle don Raúl llego hasta donde estaba y se me quedo viendo por un momento, pude notar que me miraba de arriba abajo lentamente, evidentemente andaba un poco borracho y tratando de que no siguiera le dije:
- don Raúl me podría abrir la puerta
-Claro que si Ruby, ya sabes que yo siempre te ayudo en lo que sea
Basto unos cuantos empujones y la puerta se abrió.
-Ahí esta pequeña, puedes entrar
-Gracias don Raúl, no sé como agradecerle. (GRAVE ERROR)
-Oh pues podrías pasar un momento por mi depa y ver una película conmigo Ruby, eh estado muy solo este día y me gustaría platicar con alguien, que dices.
Desgraciadamente no me gustaba la idea de estar con él en el estado en que se encontraba, así que decline su invitación. Pero seguía insistiendo y yo por no ser mala persona acepte de mala gana. El hecho de aceptar es que el me ha ayudado mucho cuando tengo problemas y me pareció mal de mi parte no aceptar su invitación. Al fin y al cabo seria un rato el que estaría con él.
Empareje la puerta de mi depa para no batallar al querer abrirla, al fin y al cabo estamos en el último piso casi nadie sube en la noche, pase al departamento de don Raúl y no era muy diferente al mío en tamaño pero si en el orden, mientras que el mío esta ordenado y limpio el de don Raúl está un poco descuidado, los platos se apilan en el lavado y en la mesa ahí un montón de bolsas de papas fritas o botes de cerveza.
-disculpa por el desorden Ruby, hoy no tuve ganas de limpiar
-No se preocupe don Raúl a mí a veces también me da flojera limpiar
Nos reímos por un momento y me invito a sentarme en el sillón.
-Entonces Ruby que tipo de películas te gustan
-pues de todo un poco don Raúl, ponga la que quiera
-Oh vamos te dije en la mañana que no me llamaras don Raúl, dime Raúl simplemente.
-Ok Raúl…
Puso una película de terror y en lo que comenzaba preparo un plato con frituras y me pregunto:
-Ruby ¿quieres soda o cerveza?
-mmm… cerveza está bien.
-Oh, no sabía que tomabas Ruby
-Sí, de vez en cuando, cuando salgo o hacen fiestas mis amigos.
-Que bueno, así no soy el único que toma cerveza
Comenzó la película y don Raúl se sentó a un lado de mi, la primera media hora de la película estuvo todo muy bien, platicamos de ciertas escenas y una que otra cosa mientras corrían escenas aburridas, pero don Raúl ya estaba más ebrio que al principio y era cada vez más notorio.
Seguimos viendo la película tranquilamente, cuando de pronto note como don Raúl pasaba su brazo por detrás de mí, (típico movimiento que hace un chico para abrazar a una chica en el cine), me incomode un poco ya que solo los chicos con que eh salido hacen eso y nunca me había pasado lo mismo con una persona mayor.
De repente en la película empezó una escena de sexo entre los protagonistas y me empecé a sentir más incómoda, como cuando pasa algo similar, pero con tus padres. De repente la muchacha comenzó a gemir y yo no sabía qué hacer, quería salirme de ahí.
De pronto don Raúl apago la tv y me dijo:
-Como que es un poco incomoda esta parte verdad
-Jejejej si algo… jejeje
Nos quedamos en silencio un rato y don Raúl me pregunto
-Ruby alguna vez has tenido relaciones
No me esperaba algo así, me quede petrificada
-n...noo… aun noo…
-Oh ya veo… discúlpame si te incomodo la pregunta, solo que por la escena que vimos y así, se me ocurrió preguntarte.
-No se preocupe, está bien…
-y dime ¿no te gustaría tener relaciones?
Cuando termino de la pregunta, mire de reojo y pude notar que me estaba viendo fijamente los pechos.
-estee… si... nonononoo… lo que pasa es que no estoy lista para tener sexo.
(La verdad no es que no esté preparada, siempre eh tenido curiosidad de saber que se siente, muchas de mis amigas ya lo han hecho y dicen que es algo fantástico, pero al estar viviendo con mis padre, siempre sentía una cadena en mi cuello y no tenía mucho valor para hacerlo con mi ex novio.)
-Oh ya veo, así que eres virgen…
En eso me puso su mano en la entre pierna y trato de besarme, me pare de inmediato, agarre mi bolso y me fui directo a mi departamento. Entre y cerré la puerta con el candado y el pasador. Me quede de espaldas a la puerta y me resbale por ella hasta caer sentada en el piso, me había pegado el susto de mi vida don Raúl y mi respiración era muy rápida. Del otro lado de la puerta podía escuchar como don Raúl tiraba unas botellas y estas se rompían al caer y de repente se escucho que azoto la puerta. Me levante y abrí un poco la puerta y al parecer había cerrado la puerta del pasillo.
Cerré lentamente mi puerta y me metí a bañar para meterme a dormir. Mientras me bañaba a mi mente llegaban los recuerdos de lo sucedido, cuando me trato de besar y me puso su mano en la entrepierna, era algo que no me podía sacar de la cabeza, no entiendo porque.
Al salir del baño me puse mi pijama para dormir un pans de tela delgada de color blanco con algunas figuritas y una blusa de rayas de color azul celeste sin botones y con un escote un poco prominente.
Prendí el aire de mi cuarto y cuando estaba a punto de meterme a la cama, tocaron a la puerta, un poco quitada de la pena y sin saber quién podría ser, quite el pasador y abrí la puerta. Era don Raúl. Rápidamente trate de cerrar la puerta pero metió medio cuerpo y empujo la puerta para abrirla. La empujo con tal fuerza que caí sentada en el piso.
-Ruby, lo siento, yo solo quiero hablar contigo y disculparme por lo sucedido hace unos momentos, no sé lo que me paso, simplemente me deje llevar por el momento y…. espero me puedas perdonar.
Pude ver en sus ojos que no había mentiras en lo que decía, pero también podía notar que me miraba de la misma forma que hace rato.
- don Raúl está bien, se que usted anda un poco pasado de alcohol y quizás eso fue lo que hizo que usted se comportara de esa forma, pero aun así trato de hacerme algo y me asuste, así que le pido que salga de mi departamento y me deje descansar-
Me levante e invite a que don Raúl saliera de mi departamento, este se quedo un momento sin moverse y salió de mi depa, cuando iba saliendo pude escuchar que me llamo zorra, no le quise decir nada y cerré la puerta molesta, puse el seguro de mala gana y me metí a la cama para poder dormir y descansar de este día. Por suerte no tarde mucho en conciliar el sueño y caí rendida en un sueño profundo.
Aun dormida comencé a sentir que me movían o me empujaban, sentía como que me estaban jalando algo y de pronto comencé a sentir frio en mis piernas, me hice bolita y con mi mano buscaba el cobertor para taparme pero no lo encontraba, después sentí que algo me apretaba la pompis y me desperté confundida, estaba dormida boca abajo así que trate de darme la vuelta pero algo me lo impedía.
Estaba muy confundida y aparte muy dormida para saber lo que pasaba, cuando de pronto alcance a ver gracias a la poca luz que entraba por la ventana a un tipo en mi cama y era quien me impedía voltearme. Estaba a punto de gritar cuando con su mano me tapo la boca y se subió encima de mí, comenzó a besarme la espalda y a manosearme con su otra mano.
Yo trataba de algún modo quitármelo de encima o voltearme pero era imposible, era muy pesado. De pronto escuche que me dijo algo:
-Quédate quieta nenita, trato de acomodar mi verga parada en tus nalguitas.
Al escuchar eso sentí un vacio en el estomago y me desespere aun más. De pronto con su mano libre me hizo a un lado el cabello y comenzó a besarme y a morderme el cuello de una forma desesperada.
-Ah mi amor como me moría por tocar y acariciar tu piel.

Podía sentir como su boca me humedecía el cuello con sus besos y como desesperadamente trataba de acomodarme su verga en mi trasero. Yo trataba de quitármelo pero cada vez que intentaba zafarme podía sentir como su paquete se acomodaba más y más en medio de mis nalguitas.
Mientras seguía besándome el cuello con su mano libre comenzó a subirme la blusa azul hasta lograr destapar mis pechos, habiendo logrado esto metió su mano por debajo de mi pecho derecho que se encontraba aplastado por mi peso y comenzó a apretarlo. Yo estaba completamente asqueada por lo que me estaba pasando, no sabía cómo es que estaba pasando esto.
De pronto dejo de besarme el cuello se quito encima de mí y en ese momento aproveche para voltearme y tratar de golpearlo con mis manos, (que por estar boca abajo no podía utilizarlas) pero se adelanto a mí y con una de sus manos me tomo de las muñecas evitando así el que pudiera defenderme. Era increíble que con solo una mano me haya inutilizado mis manos.
Ya volteada, mis pechos quedaron al aire y a la vista de mi agresor, pude ver la cara de mi agresor con la tenue luz y pude identificar quien era, se trataba de don Raúl, estaba como hipnotizado viéndomelas mientras estas botaban de un lado a otro debido a mi lucha por zafarme. Entonces si no podía defenderme con mis manos lo haría con mis piernas, empecé a tirar patadas para defenderme pero rápidamente don Raúl metió su pierna por en medio de las mías, trate de zafar mis piernas pero todo lo que logre es que mi calzón se hiciera a un lado.
Al parecer don Raúl había logrado acomodarse ya que no podía moverme y rápidamente comenzó a besarme los pechos de una forma desenfrenada, en eso comencé a sentir el rose de su verga en la entrada de mi conchita y no sabía si gritar o que decirle estaba sorprendida.
Salí del pequeño transe en que me encontraba y comencé a gritar pero en eso puso su boca sobre la mía y ahogo mi grito con su lengua, era asqueroso, podía sentir como su lengua entraba hasta el fondo de mi boca y la recorría completamente buscando la mía. Trate de zafarme una vez más, pero al moverme hice que la cabeza de su verga rosara mas mi conchita, era algo que nunca me imagine sentir, era dura y golpeaba la suavidad de mis labios vaginales.
Comencé a sentir lo que solo sentía cuando me masturbaba en el baño, no lo podía creer, me estaba excitando y aunque no lo deseara comencé a sentir más placer. Podía sentir mis senos aplastados por el cuerpo de don Raúl y poco a poco mis fuerzas iban disminuyendo, con tantas cosas que me estaba haciendo.
-Por dios putita que rica estas, como me moría por tenerte así mi amor, todos los días pensando, imaginando la forma de colarme a tu departamento para cogerte o invitarte al mío para hacerte el kamasutra completo, pero gracias a que se te olvidaron tus llaves en la mesa de mi departamento mi sueño se ha hecho realidad.
No podía creer lo que me estaba diciendo, yo tenía la culpa después de todo, había olvidado mis llaves en su departamento y como castigo, estaba perdiendo mi virginidad con un tipo viejo y borracho.
-Ruby que tetitas tan ricas tienes, están sabrosas, caben perfectamente en mi boca cada una.
Rápidamente metió mi pecho derecho a su boca y comenzó a mamármelo rápidamente, yo solo me disponía a gritar y suplicar.
-don Raúl… ahhh… déjeme… por favor…. Ahhh…
-estas pendeja mi amor, después de ver tu escote con esa blusita azul, no quiero otra cosa más que sentir tu piel y probar el sabor de tu miel.
En eso paso mis brazos por detrás de mi cabeza y con su mano libre empezó a sobarme los pechos y a pellizcarme los pezones, el dolor que ocasionaba al pellizcármelos era doloroso, ya que mis pezones son muy sensibles. De pronto comencé a sentir como estos comenzaban a pararse y mis pechos se hinchaban un poco.
-noo por favor don Raúl deje de hacerme eso… ahhh…
Pero ese era el menor de mis problemas, el rose de su verga con mi vagina ocasiono que me humedeciera y comencé a sentir el calor que normalmente siento cuando me excito en mi vagina.
Con su mano libre comenzó a bajarme lentamente mi calzoncito pero para cuando me di cuenta este ya estaba por debajo de mis rodillas, trate de zafarme pero lo único que logre fue bajarme completamente el calzoncito y quitármelo de las piernas. Al tener mi vaginita libre don Raúl recargo su verga en la entrada de mi conchita y sentí como entraba un poco la cabeza de su verga en mi vaginita.
Así me tuvo por lo menos 10 minutos, besándome los pechos, rosando mi vagina con su verga y tocándome toda. De pronto solté uno o dos gemidos, cuando capte quede sorprendida y peor aun con los roces de su verga comencé a sentir la humedad den mi vagina.
De repente afloje mis manos y deje de resistirme un poco, cerré mis ojos y abrí un poco la boca, no sabía si decirle que para y me dejara en paz o que le siguiera, estaba cayendo en el mar del placer. Mis caderas se movían al ritmo de su verga que pasaba de arriba a hacia abajo en mi vagina, mientras el seguía chupándome los senos por todos lados.
Sin esperármelo don Raúl encontró la entrada de mi vagina y me metió su verga hasta adentro. Entro fácilmente pues aunque no quiera ya estaba un poco húmeda. El dolor fue insoportable sentía como me abría la vagina completamente y como su verga me llenaba toda.

Comenzó a darme lentamente, su verga entraba y salía con dificultad de mi vagina, ya que como era virgen nunca nadie me había abierto de esa forma, pero poco a poco fue abriéndose lentamente haciendo que su verga entrara y saliera más fácilmente. Poco a poco el dolor de mi primera penetración iba disminuyendo y el placer se hacía presente aun más.

En eso se me escapo un ligero gemido de alivio pues ya estaba bien húmeda, de pronto don Raúl saco su verga por completo, abrí mis ojos un poco extrañada y en eso me la metió hasta dentro de un jalón. Don Raúl comenzó a metérmela sacármela fuertemente, la sacaba casi por completo y me la metía rápidamente.
Cada vez estaba mas húmeda, instintivamente o por causa del placer quería tocarlo, pero él no aflojaba mis manos, aun me las tenia agarradas. En eso me don Raúl me dijo:
-que hermosa cara tienes ruby, que ricos labios, que ricas tetas y tu vagina se siente tan rica… ummm me complace ser el primer hombre que te penetra y te la abre por primera vez.
don Raúl seguían entrando y saliendo cada vez mas fuerte pero con la misma velocidad, yo por mi parte gemía lentamente para que él no se diera cuenta, y debido al sonido que hacían nuestros cuerpos al chocar en cada embestida mis gemidos quedaban apagados.
En eso don Raúl volvió a salirse, en eso con sus manos y como si fuera una muñequita, me voltio boca abajo, tomo mis manitas y las puso debajo de mi cuerpo para inmovilizármelas, me tomo de las pompis y me las levanto un poco, de tal forma que quedara semi hincada y con mi cara pegada a la almohada.
En eso pude ver como agarro su verga y la coloco entre mis nalguitas, lentamente las fue abriendo con su verga, sentía como pasaba por mi ano y seguía bajando hasta llegar a mi conchita, en ese instante y por un acto reflejo pare un poco mis pompis y sin ningún problema me la metió de nuevo.
El placer era aun más fuerte y comenzaba a gemir, pero me daba pena que don Raúl se diera cuenta así que ahogue dos gemidos en la almohada, sin embargo no podía seguir evitando gemir así que me quite la pena e hice a un lado mi cara y comencé a gemir vivamente.
Don Raúl al escuchar mis gemidos comenzó a darme más fuerte, podía sentirla dura y gruesa dentro de mi…
-veo que te gusta zorra, ¿sabes?, tú me provocaste amor, siempre vistiendo ropa muy sexy y escotada, utilizando falditas o putishorts como el de esta mañana o la blusita escotada de hace unos momentos. Me calientas un montón Ruby…
Yo mientras seguía gimiendo más y más y trataba de parar aun mas mis pompis para sentir tu paquete más adentro, me había entregado al placer y por fin pude saber que era aquello que mis amigas contaban cuando hablaban de sexo.
Cansada por la posición en que me tenia don Raúl me incorpore un poco hasta ponerme de perrita. Mis mi pechitos quedaron colgando y rápidamente fueron tomados por ambas manos de don Raúl, me los sobaba y me los pellizcaba y sumado a la penetración, el placer aumento de golpe.
-ummm… ummm… ahhh… ahhh…
Era lo único que decía cada vez que me embestía don Raúl. En eso, con voz fuerte don Raúl me pregunta:
-¿te gusta pequeña? ¿Te gusta cómo te cojo?
En eso don Raúl soltó mis pechos y coloco sus manos en mis pompis, me clavo sus uñas en mis nalguitas y me dijo:
-Que ricas nalgas tienes putita, redonditas, carnositas y suaves como me gustan.
Siguió dándome así por un tiempo, mis pechos se movían al ritmo del entra y sale y en eso don Raúl me empezó a embestir mucho más fuerte, sentía como mi humedad escurría y esto provocaba que su verga se deslizara más fácilmente y llegara más adentro de mi.
En eso sentí que me embarraban algo líquido y frio en mi culito, sorprendida quise quejarme pero mis gemidos no me lo permitían. De pronto cada vez que sentía que su verga entraba en mi, sentía que algo entraba por mi culito.
-Bueno nena ya tengo la virginidad de tu pushita, ahora quiero la de tu culito.
Y con su dedo comenzó a penetrarme por mi culito, abrí mis ojos sintiendo un poco de dolor pero sorprendida por sentir dos cosas dentro de mí. Me comencé a quejar y quise quitármelo de encima, pero no me dejaba, mientras él seguía con su trabajo, el penetrarme por mi conchita y por mi anito, de pronto el dolor se convirtió en placer una vez más y comencé a sentir más rico que antes.
Sentía muy rico al tener muy abiertos mi culito y mí conchita, como entraban y salían rápido de mi, estaba que me moría, en eso don Raúl hizo que inclinara mi cadera hacia arriba y que de esa forma quedara bien expuesta mi conchita, mis pompis y sobre todo mi culito.
Me tomo de las manos y pude sentir la cabeza de su verga en la entrada de mi culito, me quise mover pero no podía.
-Noo por favor noo…
Le suplique desesperada, pero no le importo y comenzó a meter su verga por mi culito, el dolor fue instantáneo…
-NOOO pliiiiissss, Noooo…. Me dueleeee…
Pero no me hacía caso, seguía metiéndomela más y más adentro y pude sentirla el doble de dura y gruesa hasta que por fin me la metió completamente de golpe. Mis fuerzas se fueron y el dolor era inmenso, la saco completamente y la volvió a meter de golpe. Mis lágrimas comenzaron a caer por mi rostro, estaba siendo penetrada muy fuerte y no aguantaba más.
-jajaja ¿nunca habías sentido una verga en tu culito amor? Descuida así de dolorosa es la primera vez, pero después no sentirás más que placer.
Empezó a jalarme de las manos para que yo misma me hiciera hacia atrás, hasta que por fin el dolor comenzaba a pasar y empiezo a sentir un gusto. Así estuvo dándome lentamente hasta que dejara de dolerme y comenzara a gemir lentamente, sorprendida abrí al máximo mis ojos, cada vez comenzaba a gemir más y más.
En eso don Raúl me soltó una de mis manos y me ordeno que me sobara mi pushita, sorprendentemente y sin dudarlo le hice caso y comencé a masturbarme de la misma forma cuando me baño. Sentía un placer delicioso, cuando introduce mis deditos en mi conchita, rápidamente quedaron bañados por mi humedad y eso hizo que me calentara aun más.
En eso don Raúl me pregunta en un tono muy agresivo:
-¿Te gusta putita? ¿Te gusta que te cojan así?
-Siiii… Siiii… me gustaaa… respondí sin siquiera pensarlo
Don Raúl seguía penetrándome mas y mas, sentía como sus testículos chocaban con mis pompis y como a su vez mi mano rozaba sus testículos, en eso me metí dos deditos en mi conchita y los sincronice con la verga de don Raúl. Ahora si estaba siendo doblemente penetrada y abierta.
Sentía un placer que nunca había sentido antes, ni con mis dedos ni con mis vibradores (dildos) estaba encantada con lo que sentía en ese momento y lentamente empecé a sentir como venia llegando el orgasmo.
Don Raúl me la metía sin piedad y yo me masturbaba más y más rápido, mi cuerpo comenzaba a temblar y empecé a gemir y a gritar…
- don Raúl NO PARE por favor… cógeme mas y mas…
Ya no controlaba mis movimientos solo quería sentirme más llena, estaba desesperada ya cada vez sentía como me recorría ese orgasmo por todo mi cuerpo hasta que grite con un gemido que se escucho por todo el cuarto.

Mi cuerpo se tenso completamente y en mi excitación tire mis nalguitas hacia atrás, mis dedos se quedaron quietos pero la verga de don Raúl seguía penetrándome, así que el orgasmo duro más de lo normal, lo disfrutaba al máximo, nunca había tenido un orgasmo tan intenso. Poco a poco mi cuerpo se fue relajando, don Raúl saco su verga de mi anito y me dio vuelta.

Puso su verga en mi cara y a mi ya no me importaba, al contrario, me gustaba, estaba totalmente relajada, en eso abrí los ojos y pude ver el tamaño de su verga, estaba sorprendida por lo gruesa y grande que era, con mi manita la toque y por fin la agarre, eso me había hecho disfrutar tanto, no lo podía creer, instintivamente comencé a jalársela rápidamente. Saque mi lengua y lamí la puntita de su verga, don Raúl soltó un gemido profundo, instantáneamente sentí como salía el semen calientito y me llenaba toda la cara.

A mí no me importaba, solo seguía chupándole la puntita y se la seguía jalando, después cerré mis ojos y se la empecé a chupar, los gemidos de don Raúl eran cada vez más fuertes, me tomo de la cabeza y comenzó a gemir mas fuerte aun. Cuando por fin su verga quedo flácida, la saque de mi boca y me recosté en la cama, don Raúl me saco la blusa azul que aun traía, dejándome completamente desnuda y con ella me limpio los restos de semen que habían quedado en mi cara y u otro poco que se había escurrido hasta mis pechos.

Se acostó a un lado de mi y así desnuda me abrace de él, sin que nada mas me importara, nos quedamos en silencio todo ese momento hasta que lentamente me fui quedando dormida.

A la mañana siguiente desperté con unas fuerzas y una tranquilidad que nunca antes había sentido, con mi mano trate de buscar a quien me había robado la virginidad, pero ya no se encontraba, me levante para ver si lo encontraba en la sala o en la cocina pero nada, no me importo, al fin y al cabo me dio lo que quizás buscaba desde hace tiempo y me regrese a mi cuarto. Pase por enfrente del espejo y me detuve a verme.

Mi cuerpo no era el mismo que vi ayer, mis pechos habían aumentado un poco más y se sentían firmes, mis caderas se había enchanchado más y mis pompis se notaban más prominentes, estaba encantada con mi nueva figura y todo se lo debía a don Raúl, me despedí de mi imagen en el espejo y me recosté desnuda en mi cama y lentamente me quede dormida.