¡Cielo santo! Fue la mejor noche de mi vida

Muy estimados lectores, soy Esmeralda una mujer de 32 años. Soy blanca, poseo cuerpo delgado y bien formado gracias a que siempre he ido al gimnasio. Tengo un culo bien marcado y unas sabrosas piernas suaves que siempre los hombres me han admirado. Soy contadora y trabajo para una empresa bancaria, de hecho, ahí es donde tiene inicio la presente aventura. Soy casada desde hace cuatro años, pero debo decir que siempre he sido muy aventurera. Recuerdo que fui desflorada desde mis quince años y desde ese momento me encanta disfrutar y gozar del sexo libre a mi antojo. También me gusta lucir muy provocativa y me vale un comino que a mi esposo no le guste pues yo así me siento muy bien, el saber que soy objeto de deseo de hombres me hace sentir la mujer más sabrosa del mundo. Siempre voy al trabajo con minifaldas muy cortas, me fascina lucir mis piernas, también luzco mis hermosos pezones con escotes muy pronunciados.

Muy pocas veces mi esposo me ha dicho algo malo, él es un hombre dócil y no tan agraciado. Para el que una mujer como yo esté a su lado lo hace muy feliz y yo nunca le he permitido manejar mi vida. La primera vez que le hice infiel fue unos meses después de casarnos con un muy guapo vecino de nuestra cuadra, ese momento también lo disfrute mucho, pero nada, nada había sido tan intenso y diabólicamente prohibido como esto que les comparto ahora.

Sucedió un 9 de diciembre del año pasado, un día un tanto frio. Aquel día iba celebrarse el aniversario del corporativo. Yo me puse una sensual minifalda rosa, tacones altos, blusa escotada y por el frio me puse un abrigo blanco. En la fiesta no para de bailar y tomar con Adrián y Ramiro, dos hombres muy masculinos que me volvían loca, ellos eran gerentes bancarios que habían entrado hace un par de meses al corporativo, siempre me gustaba coquetear con ellos, día con día hacía de todo para calentarlos mucho y dejarlos con las ganas. Debo decir que eso es algo que me excita mucho hacer siempre, hasta que llego el día que al fin me hicieron totalmente suya. Mientras baila con ellos los dos aprovechaban para agasajarse conmigo, más de una ocasión sentí sus manos tocarme el culo y Ramiro el más atrevido hozo de tocarme mi intimidad bajo la faldita ¡No saben lo cachonda que me puso ese toque! Casi todos se dieron cuenta de mis cachondeos con ellos, pero yo soy una mujer liberal de mente abierta, así que me importa un comino los chismes de la gente.
Sabía bien que esa noche iba a ser la puta de alguno de los dos. Pero nunca pensé que ambos me gozarían esa noche, la fiesta paso entre discursos, tragos y comida. Los dos se habían atascado de vodka y champan, estaban muy borrachos y yo no era la excepción. Al fin llego la noche y movidos por el alcohol me valió todo, recuerdo que apagué mi teléfono y me fui con ellos en el auto de Adrián. Fuimos rumbo al departamento que Ramiro tiene a las orillas de la ciudad. Durante todo el camino ambos siguieron tocándome a su antojo, ya tenía la faldita bien subida y sus manos se perdían entre mis piernas.

Al llegar al fin al departamento entramos tocándonos, besándonos, yo estaba ansiosa de que me lo hicieran. Sentía mi vagina muy mojada, me cosquillaba demasiado. Entre sus brazos enloquecía de lujuria. Al fin Ramiro inicio a saciarme las ganas, el levanto mi falda y me rompió los pantis de un golpe dándome nalgadas muy fuertes que me dolían, pero al mismo tiempo me ponían más cachonda. Yo continuaba comiéndome la verga de Adrián ¡Ho cielos! Me encantaba su sabor, era un macho muy masculino que me volvió loca siempre. Ramiro me puso un poco de cocaína en mi vagina e inicio a lamerme mi rajita. Su lengua me enloquecía al sentir como me succionaba toda y me la comía muy rico, con sus manos tocaba mis muslos a su antojo e introducía sus dedos en mi ano, en ese momento me estaba sintiendo como toda una PUTA exclusiva para los dos y estaba hambrienta de que me follaran, me gozaran, me hicieran lo más sucio que quisieran.
Adrián me tomo del cabello y rempujo mi cabeza contra su pene, ¡Dios! Casi me ahogo al sentirla toda dentro hasta mi garganta.

- ¡Puta, puta, así chúpamela! Aahh que ricos labios putita-
El me quito el abrigo violentamente y apretó mis pezones bajo mi escotada blusa. Al fin llegó el momento del más exquisito placer; sentí como Ramiro puso su verga contra mi culito y empujo con fuerza, en segundos sentí toda su verga bien metida hasta el fondo de mi ano, mi culo se la apretaba y el disfrutaba al máximo, era su puta en esos momentos. Yo deje de comérsela Adrián por unos minutos, él y yo nos besábamos con mucha pasión mientras Ramiro seguía haciendo suya de pie. Yo a prisa fui directo a su miembro, se lo tomé y ya estaba muy durito y mojado por mi saliva. Adrián se acomodó estratégicamente delante de mí y sentí su pene contra mi vagina ¡Que rico! Estábamos a punto de hacer un sándwich. A él no le costó nada por la lubricación que tenía, rápidamente me estremecí al sentir su verga adentrarse en mi vulva, ¡No se imaginan el placer inmenso que estaba sintiendo al tener dos miembros dentro de mí! Ramiro dentro mi culo y Adrián dentro mi vagina, los dos me bombeaban muy rico y no podía saber quién de los dos disfrutaba más. Al mismo tiempo Adrián tomo una botella de vodka y derramo el licor en mis pezones, en todo mi cuerpo.
Para ese momento estaba totalmente desnuda ante ellos. Ramiro dejo de follarme el culo y fue a inhalar más cocaína, mientras Adrián me puso de perrito sobre la cama y ahora el me penetro analmente. Por unos minutos Ramiro se quedó viendo como Adrián me rompía el culo con todas sus fuerzas y el sonido del vaivén lo ponía más caliente. Luego me acerco su verga, yo lo tome en mis manos y me lleve a la boca, le olía un tanto extraño por haber estado dentro mi culo, pero eso mismo me excito mucho. Se la chupaba tan rico que no aguanto más y se vacío totalmente. Casi me ahogo al recibir toda su leche en mi boca, quise escupirlo ¡pero era demasiado! todo me lo bebí y él le encanto.
Adrián me la saco del culo y me puso en posición de misionero. Se posó sobre y sentí su verga volver a entrar en mi vagina, ambos nos besamos como locos sedientos de lujuria, su lengua entraba hasta mi garganta, en ese momento noté que Ramiro comenzó a grabar la escena con su teléfono, pero contrario a enojarme me gustó mucho. Era una sensación indescriptible, estar ahí con las piernas al aire, la verga de mi amante entrando y saliendo de mi vagina, yo goce de miles de orgasmos y al fin Adrián tuvo el suyo. El tenso su miembro y dejo salir su inmenso liquido caliente que desbordo mi vagina, aun después de haber terminado el continúo moviéndose suavemente dentro mí y después de un tiempo la saco.

Para este momento ya se me había quitado los efectos del alcohol, prendí mi teléfono aun desnuda ¡Dios mío! Eran más de la 1:00 am y tenía cientos de llamadas perdidas de mi esposo. Ramiro al ser su departamento ya se había ido a dormir así que Adrián se ofreció a llevarme a casa, pero estaba muy drogado, supe que no era buena idea dejarlo conducir. A toda prisa me cambie, me limpie mi zona vaginal y salí como loca a la calle, tome el primer taxi que vi camino a casa. Lo que en una parte me hizo sentir culpa es que mi esposo me estaba esperando muy preocupado, le invente que había ocurrido un percance en la empresa y por eso llegaba tarde, el como siempre me creyó sin armarme ni un lio, pero me ponía muy cachonda pensar que haría si supiera que su mujer tenía la vagina y culo bien mojados del semen de otros.