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Cita a ciegas

Relato enviado por : elenacuevasdiez el 06/09/2017. Lecturas: 5721

etiquetas relato Cita a ciegas   Amor filial .
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Resumen
Me meti a una de esas paginas de contactos sexuales y sin saber me contactò un primo que coincidentemente me gustaba y se que yo le gustaba. En nuestros juegos de niños nos buscábamos y ahora de grandes se cumplio nuestra curiosidad.


Relato

Amanecí como todo domingo, muy tarde, vi el reloj y ya eran las 7:30 de la mañana, enseguida me levanté, prendí el calentador de agua y encendí la televisión pero no encontré algo bueno que ver, así que le dejé en Chabelo y me metí a bañar. Al salir, me entretuve cortándome las uñas de las manos y de los pies, pues por lo húmedas, es más fácil pero al estar haciéndolo, vi que mi panochita estaba algo velludita, enseguida me depilé con crema.

En eso estaba pero amanecí algo cachonda, me vestí de ropa deportiva y salí a comprar al mercado, donde encontré a una vecina que también se dirigía hacia allá y le ofrecí llevarla en mi auto, lo que aceptó. Regresamos y nos despedimos, seguí con mi rutina normal y al medio día, tenía todo listo y me metí a revisar mi correo a la computadora; al hacerlo, vi que tenía varios mensajes de hombres que se ofrecían a ayudarme a hacer un trío HMH y me reí un rato, de lo tonto de las propuestas.

Luego de borrarlos, vi que había un mensaje de un primo que no veía desde hacía año y medio, así que lo leí y resultó que también se ofrecía a ayudarme a tener un trío, pues había leído mi relato y me escribió; creo que no reconoció mi e-mail pero le contesté pidiéndole algunos detalles de cómo le gustaría hacerme el amor en trío. Seguramente, él estaba conectado porque a los 30 minutos, me respondió y la forma de describirlo me calentó pensando en que mi primito me daría una sesión de sexo, incluso mi conchita se excitó de una forma perversa y cachonda, pues me imaginaba coger con mi primo que la verdad, no esta tan mal.

Le contesté preguntándole si tenía tiempo en ese momento, me respondió que sí y le di mi número de teléfono celular; a los dos minutos me llamó y procuré cambiar la voz, para que no me reconociera. Pensé en citarlo en mi departamento y dejarle la puerta abierta, para que no supiera quién soy pero me di cuenta que eso le causó desconfianza y ya de plano, lo cité en un café, ubicado a una calle de mi casa en dos horas más y hasta le pedí una foto para reconocerlo, me la mandó por mensaje. Él no sospechaba algo de mí, no sabía que yo era su prima con quien jugaba al doctor cuando éramos chicos.

Ya cerca de la hora, me di un baño y me arreglé para salir al encuentro de mi primo, llegué al café antes de la hora y vi que no había llegado, entonces me mandó un mensaje diciéndome que se había equivocado de camión pero que ya no tardaría en llegar. Cuando vi que se bajó del transporte, salí a recibirlo en la esquina, incluso simulé un encuentro fortuito y nos saludamos, mostrándole sorpresa al verlo por allí. Enseguida le pregunté a dónde iba, me contestó que a un café llamado “X”, le comenté que yo también y pasamos al café pero él estaba algo nervioso, pues esperaba ver a su conquista sexual del día y me di cuenta que volteaba para todos lados.

Al momento, le pregunté si tenía alguna cita allí, me respondió que sí, que acababa de conocer a una chica y que se habían citado allí, le señalé que era una casualidad que se citara cerca de mi casa, que sería un buen momento de que la conociera. Luego de pensarlo unos instantes, me respondió que lo haría, si le daba tiempo, luego le pregunté si era una chica de su trabajo o algo así, me confesó que era una cita a ciegas, que la acababa de conocer por Internet, advirtiéndole que tuviera cuidado con cosas así, adicionándole que en una de esas aventurillas, podría encontrarse a su propia madre.

Enseguida, él se carcajeó y nos reímos un buen rato, luego le pedí detalles de cómo había sido que se contactaron, me explicó que leyó una historia de esas eróticas en una revista de Internet, entonces le mandó un mensaje a la chica que envió la historia y se citaron allí. Luego, le pregunté sobre lo que le escribió pero se negaba a decírmelo, aunque al final, me platicó de su propuesta a detalle; a cada parte que me platicaba, se me iba subiendo más la calentura, incluso me acariciaba la vagina bajo la mesa sin que se diera cuenta y aunque no me contó a detalle sobre su propuesta, fue lo suficiente para excitarme.

Pasado un rato, le comenté que parecía que lo habían dejado plantado pero había una señora como de 50 años que estaba sola, en la esquina del café y se imaginó que ella era su conquista, aunque era un poco gordita y algo descuidada en su arreglo. Cuando me lo comentó, le pregunté que si fuera ella, se aventaría a hablarle, sólo se rió y contestó que no, que mejor se iría a su casa a ver una película porno y a comer chetos, ambos nos reímos y esperamos un rato más, por si llegaba su conquista.

Mientras tanto, empecé a hablarle de nuestras épocas de infantes, recordábamos los juegos del doctor y me reía de una ocasión en que se suponía que me harían una operación entre él y otro primo, para lo que me destaparon el estómago y me ganaba la risa, por lo que el otro primo se enojaba y ya no quería jugar, luego se fue y nos quedamos a seguir jugando al doctor, riéndome a cada frase que recordaba. También le hice mención de la vez cuando descubrimos una maleta bajo la cama de mi tío, o sea, su papá, la que abrimos y vimos un montón de revistas de mujeres desnudas, entonces las abrimos y no las dejamos hasta verlas todas, fue donde supimos lo que era coger.

Él me dijo que eso lo recordaba a menudo y me platicó que después, encontró algunas películas porno en otra maleta de su papa, enseguida le pregunté si le gustaba ver aún esas cosas, me respondió que sí y que en realidad, su cita era gracias a que vio una página erótica de contactos y fue allí donde le escribió, para lograr un encuentro cachondo. Después, le pregunté si tenía su número para llamarle, o algo así, me respondió que sí, luego lo cuestioné si era su primera vez que contactaba a alguien de esa forma, me contestó que antes lo había intentado pero sin respuesta.

Posteriormente, le pregunté si cogía seguido o cada cuánto tiempo y apenado, me respondió que solo lo había hecho con su novia, en la casa de él pero siempre con prisa y con temor a ser descubiertos, pues eran raras las ocasiones en que tenían oportunidad, añadiendo que siempre había usado condón y que su novia se negaba a darle sexo oral. Al saberlo sano y sin riesgo, eso me calentaba más aún, entonces apagué mi teléfono celular y le pedí que le llamara a su conquista, para saber si lo habían plantado o no.

Mi primo llamó pero como no tuvo respuesta, me dijo que al parecer, se habría arrepentido de llegar a la cita, incluso se preocupó que de verdad fuera la señora gordita del café pero no y eso fue un alivio para él. Ante eso, lo invité a conocer mi departamento y aceptó, enseguida él pagó, a pesar de mi insistencia y salimos pero cuando subimos al auto, me di cuenta que me veía mis piernas e intencionalmente las abría más, para dejarle ver un poquito más. Mientras manejaba a mi casa, recordaba que cuando éramos chicos, íbamos juntos al baño, ahí se sacaba su pene para orinar y era pequeñito, así que tenía la curiosidad de saber cuánto le había crecido.

Llegamos en cinco minutos y al bajarme, le dejé ver otro poquito de mis piernas, enseguida pasamos a mi departamento y como había dejado mi computadora prendida, le pedí que me diera el nombre de la página erótica que veía, por si en alguna ocasión, se me ofrecía algún servicio. A continuación, le mostré el lugar y serví frutita picada para botanear, también refresco y seguimos platicando de nuestras travesuras de la infancia.

Me contó que en una ocasión, nuestro primo enojón le dijo que había espiado a otra prima y había descubierto que no tenía pajarito, él le señaló que no porque era niña, ambos reímos y le pregunté de la historia que había leído de su chica de Internet y me la estaba contando pero lo hacía con muchas pausas. Entonces le pedí que mejor me dijera el nombre de la página pero decía que no hasta que le pregunté “¿es Sexshop?” y me contestó que algo así, cuestionándolo sobre cómo se llamaba su aventura y me respondió que no sabía; por mi parte, yo me sentía cada vez más excitada, así que prendí mi teléfono celular y le mandé un mensaje, diciéndole que mi conchita estaba lista para ser acariciada con urgencia.

Al recibirlo, le pregunté si era ella, me comentó que sí y que al parecer, ya había llegado al café y que debía irse, enseguida le sugerí que ahora la hiciera esperar, que mejor me contara lo que le haría a ella si la veía y apenado, sólo me decía que muchas cosas. No obstante, le insistí que como qué cosas y me dijo que no me podía decir, pues le daba pena, añadiendo “son cosas íntimas” pero ya más impaciente, le propuse “llámale y dile que en un minuto llegamos, para que te la cojas rico”. Enseguida, él marcó el número de teléfono que tenía y sonó el mío, diciéndome que me llamaban, entonces agarré mi teléfono celular pero él colgó, pensando que entraría el buzón; al ver que mi primito era un poco pendejito, abrí la historia que escribí y se la empecé a leer, notándolo que estaba como tímido y nervioso.

Luego, le empecé a leer su propuesta y al fin, me preguntó si era yo la del correo, le contesté afirmativamente, esperando que me dijera algo pero se quedó mudo y lo cuestioné si le gustaría terminar de jugar al doctor conmigo o no, me respondió que no sabía, comentándole que por mí, no había problema alguno, que era como una inquietud de mi pubertad el ser cogida por uno de los primos y que todo quedaría en familia. Aún incrédulo, me preguntó si de verdad era yo la amiga misteriosa, entonces le marqué a su teléfono celular y vio mi número llamando, enseguida le pregunté “¿ves?, ¿otra prueba más?” y añadí “¿a poco no reconociste mi e-mail cuando escribiste?”, me indicó que me había borrado de sus contactos, pues nunca nos escribíamos y afirmé “ah, pues por eso fue la confusión y al leer lo que me proponías, de inmediato vi que eras tú, por eso acepté a hacer una cita”.

En ese instante, crucé mis piernas y me veía casi el muslo completito mientras le decía “pero si no quieres que te trate como a mi primito consentido, pues ni modo, de lo que te pierdes”, luego bajé mi pierna y parece que me alcanzó a ver un poco más de mis piernas, pues me comentó que sí le gustaría pero que si no le diría algo a sus papás. Al instante, le contesté que eso dependería de él, si me atendía bien, no lo diría y lo recibiría cuando quisiera cogerse a una pariente, enseguida se levantó de su silla, me tomó de la mano y me la besó, confiándome que siempre me había deseado pero no creía que fuera posible algún día coger conmigo, siendo primos.

Rápidamente, le pregunté si me haría lo que había dicho en su correo, me respondió que sí y le reclamé que cuánto tiempo más iba a esperarlo. Con timidez, él se puso detrás de mi silla y me tocaba los senos abrazándome, luego se inclinó y me dijo al oído que estaba bien buena, que era como un sueño tocarme los senos; como respuesta, comencé a desabrocharme la blusita para que me los pudiera ver mejor, además de que mi panochita deseaba ser acariciada con urgencia. A continuación, me quité la blusa y me los agarraba de una forma brusca, al parecer no tenía mucha experiencia en el arte del sexo, entonces le enseñé cómo me los acariciara y así lo iba haciendo.

Después, me levanté de la silla y le pedí que me bajara el cierre, dejando caer mi falda para mostrarle mi tanga roja de hilo dental, rápido él se agachó y me besaba las nalgas, diciéndome que olían rico, a perfume, luego le pregunté si le gustaban y respondió que sí, pidiéndole al momento que se las acabara, pues eran todas para él. En esa posición, me besaba las nalgas y de repente, me pasaba la lengua entre ellas, además me acariciaba los senos mientras yo pasaba mi mano a mi panochita, que ya estaba empapada de mis jugos.

Acto seguido, me recosté en la mesa para permitirle a mi primito lengüetearme mis rinconcitos, pidiéndole que se fuera quitando la ropa mientras lo hacía y así lo fue haciendo, primero se quitó la camisa y al bajarse el pantalón, no aguanté más y me abalancé a su trusa, para bajársela y descubrir la verga de mi primito, que ya estaba babeante. Rápido, me la introduje a mi boca para chupársela, casi me entraba toda, mi primo era de dotación regular, cosa que me gustó pues con ese tamaño, podríamos durar cogiendo más tiempo, ya que con una grande, solo duro alrededor de una hora y media, por la fricción que me provoca.

Enseguida, le pregunté si aguantaba mucho o poco, me contestó que mucho y lo cuestioné “¿cuánto tiempo?”, me respondió que 40 minutos, a lo que comenté que eso apenas era para mí como ir prendiéndose, que yo cogía de dos a tres horas y le pregunté “¿me aguantas el paso o traigo negros?”, él se rió y continuamos. Ahora, me subí a la mesa y le dije que era tiempo de mostrar lo que me había propuesto, pues me mantenía tapada mi panocha con la mano, pues mi tanga ya me la había quitado el primito, entonces se acercó y me besó en los labios, jugueteando con las lenguas y le pedí que mejor me lo hiciera en mi rajita.

A continuación, me chupó mis senos un momento y se bajó para sentarse en la silla, pues yo me encontraba sentada en la mesa, así me besó mi ingle y dejé verme mi panochita depilada totalmente, comentándome que le encantaba ver puchitas así, depiladas. Al momento, me empezó a meter la lengua, acariciándome mi clítoris y recorriéndome hasta debajo de mi rajita mientras yo sentía deliciosa su lengua pasando por allí.

En eso estaba cuando sentí llegar mi primer orgasmo y le presioné su cara a mi panocha, luego le dije que olvidaba decirle que acostumbraba sentir varios orgasmos cada vez que cogía y esa vez, por ser una ocasión especial, deseaba sentir más. Rápidamente, me bajé de la mesa y le chupé la verga, así, sentado en la silla mientras me veía cómo lo hacía y le besaba los huevos, al menos era limpio y olía a perfume también, incluso le pedí “si sientes que te vienes, me avisas, para mamártela y comerme tu lechita” y de repente, me preguntó si me gustaba, le contesté que era mi bebida favorita.

Para entonces, me empezaban a incomodar las piernas por estar en cuclillas, así que le propuse que nos fuéramos a la cama, a continuar con lo que seguía. Ya ahí, me acosté en la cama y abrí mis piernas, él se acercó a mi panocha al instante y me empezó a chupar el clítoris hasta que le dije que yo también quería comer algo, que me pasara su platanito a la boca, entonces se acomodó y empezamos un “69”, él arriba de mí. En un momento dado, le toqué su ano pero él se retiraba de mi dedo, enseguida le pregunté si era virgen de allí, me contestó que sí, entonces le aclaré que yo no y que me pasara su lengua también por el culo, por si lo deseaba usar.

De inmediato, empezó a pasar su lengua por mi culito y sentí un cosquilleo rico, luego cambié de posición e hicimos el “69” pero ahora, él acostado, para darle más libertad de mamarme mi anito, así lo hicimos y qué rico era eso. Transcurrido un rato, le comenté que ya deseaba ser penetrada con su verga, pues mis mejillas ya se habían cansado, así que se acomodó como de misionero pero le propuse que mejor se parara a la orilla de la cama, acercando mis nalgas a la orilla y levanté mis piernas, para posarlas en sus hombros.

En ese instante, me preguntó si me la podía meter sin condón, le respondí que sí, pues no había riesgo alguno, adicionándole “¿te coges a tu novia con condón o no?”, me respondió que sí y le platiqué que yo solo había cogido una vez sin condón y fue con alguien sano también, además de aclararle que no había riesgo más que de embarazo pero que con mi parche, no me ocurriría. Rápido, me coloqué la punta de su verga en mi entrada y me la metió toda de un solo empujón, es mediana pero sí sentí la embestida de su verga y dejé escapar un gemido cuando empezó a meter y a sacar su verga de mí, de una forma rápida. Les confieso que me gustaba cómo me lo hacía, me tomaba de los senos y me los acariciaba, de vez en cuando, me abría mis piernas para que me penetrara más profundo.

Creí que se vendría pronto, así que le pedí que se subiera en mí, para hacerlo de misionero, eso hizo y nos besábamos en las bocas, jugando con nuestras lenguas como en esa ocasión en que éramos chicos, cuando nos escondíamos debajo de la cama y allí nos dábamos besos en las bocas, a escondidas de todos. Recordaba eso cuando sentí mi segundo orgasmo y presioné a mi primo hacia mí, enseguida me dijo que mi panocha chupaba rico su verga cuando me venía, que parecía aspiradora y le pedí “pues métemela más, papito” y así lo hacía cuando sentí que me llenó mi panochita de leche.

Naturalmente, pensé que ya habría sido toda la acción para ese día y le pregunté si había echado su leche en mi cuevita, me contestó que sí, entonces le pedí que me la diera a chupar y rápidamente, se bajó de mí y me dio su verga para chupársela, de manera que le lamí todo rastro de leche pero ya empezaba a bajarle de dureza y sabía que era todo. La verdad, yo deseaba ser cogida más tiempo, incluso me cuestionó si era multiorgásmica y le contesté que sí, enseguida me dijo que era solo un momento para seguir y que luego duraría más; la verdad, no le creí.

Mientras tanto, platicamos de sus experiencias en el sexo y que solo había cogido con su novia dos veces, entonces le pregunté “¿o sea que es la primera vez que coges sin condón?”, me respondió que sí y le señalé que me daba gusto de haberle quitado lo virgen a mi primo, ambos reímos un rato y estiré mi mano, para agarrarle su verga, que estaba dormida y flácida. A continuación, lo acosté y me metí su verga en la boca, se la succionaba y poco a poco, le empezó a crecer y se le ponía cada vez más dura, eso me excitaba mucho y deseaba ser penetrada un buen rato más, solo llevábamos 30 minutos cogiendo y mi primo ya se había vaciado en mi panochita.

Seguí mamándole la verga y ya estaba lista para la segunda parte, entonces me subí a mi primo para cabalgarlo y me metí su verga en mi cuevita, luego subía y bajaba mientras él me tomaba de la cintura y me acariciaba los senos. De repente, me inclinaba para ofrecerle mis senos y que me los chupara, pues me decía que me movía muy rico, que movía mi cadera para que me entrara su verga en mi rajita. Cuando me cansé, le indiqué que me cogiera de “a perrito”, para lo que me bajé de él y levanté mis nalgas a la orilla de la cama, poniéndome en cuatro y se acomodó detrás de mí, pasándome su glande en mi ano y por mi panocha, pero le dije que lo hiciera por mi rajita, que mi culo sería para más tarde.

No sé pero cuando me la metió, sentí que me friccionaba más mi vagina, pues me penetraba de forma rápida y luego lento, así le di otro orgasmo más y apretaba mi panocha para que no me sacara su verga. Después de eso, me acosté a la orilla de la cama y me levantó mi pierna, para penetrarme de ladito, eso me calentó más, además el cuarto ya olía a sexo y luego de un rato, me acomodé su verga sin sacarla de mí y le coloqué mis piernas nuevamente en sus hombros. Así duramos 30 minutos más hasta que tuve otro orgasmo, más intenso que los anteriores, hasta creí que me desmayaba.

Pasado esto, él me sacó la verga y me mamaba la rayita, de manera que el rozar de su lengua me prendió otra vez, además de que deseaba dejar bien atendido a mi primito, para que regresara otra vez a visitarme. Pasado un rato, me incorporé y le mamé la verga por un rato más hasta que le pregunté ahora cómo me quería coger, me contestó que de “a perrito”, entonces me acomodé en cuatro y me la clavó de forma ruda, cogiéndome con fuerza y eso me gustaba, incluso me arqueaba para que me penetrara más a fondo y le pedí que me diera una nalgadita en mi culo, así lo hacía y me gustaba mucho.

Posteriormente, se dio cuenta que mis brazos se cansaron y me pidió hacerlo de cucharita, para lo que me acosté de ladito y se acostó atrás de mí, acomodándome su glande en mi panochita y me la metió un rato más, así descansaba y sentía rico sus cogidas, también me tomaba de los senos y me besaba la espalda, diciéndome que siempre soñó con cogerme así y le dije “pues dale más duro”. Así lo hizo cuando tuve otro orgasmo intenso y mi panochita apretaba tanto su verga que era difícil el mete y saca, entonces le pregunté si seguía caliente y respondió que sí, ya llevábamos tres horas cogiendo.

Después, le pregunté si se había cogido un culito alguna vez, me contestó que no, entonces le pedí que me lo mojara con su glande y me lo pasaba por fuera de mi culo, luego me coloqué en cuatro y le di mi culito para que me lo penetrara. Yo ya tenía mucho tiempo de no coger por el culo y mi primito lo ameritaba, de pronto me preguntó si para esto quería dos vergas, le respondí que sí, uno para que me lo metiera por la panochita y el otro en mi culito y le dije “perfóramelo ya, es todo tuyo, primito, dale hasta adentro”.

Obediente, él puso su glande en la entrada y ¡qué sorpresa al sentir que me dolía mucho!, me provocaba mucho placer el que su verga no pudiera entrar en mi anito, así que me lo pasaba alrededor de mi culo hasta que hizo otro intento, empujándomelo y me entró su glande en mi culito apretadísimo. En instantes, me hice hacia atrás para que me entrara más, hasta la mitad de su verga en mí, luego me la retiraba y me la volvía a meter mientras esa sensación de cagar se pasaba, el dolor se había ido y ahora sí, le dije que mi culito ya estaba listo, entonces me metió el resto de su verga de un empujón y entró hasta adentro de mí, comenzando a moverme, ya era placer lo que sentía y además, mi primo me acariciaba la panocha con una mano, sintiendo delicioso.

Luego de un rato, le pregunté si ya casi terminaba y me contestó en un rato más, así que me dio por el culo como media hora más pero mi panochita ya deseaba ser penetrada también, entonces le dije que ahora me cogiera por mi panocha nuevamente. Enseguida, me sacó su verga del culo y le pedí que se lavara su pene en el baño, para evitar meter bichos en mi cuquita, lo que hizo rápido y regresó, entonces la revisé y efectivamente estaba limpia, así me la metí a la boca y se la mamé por un rato, diciéndole que ahora sí me quería tomar su leche cuando se viniera, señalándome que trataría de dármela.

Para ello, lo acosté en la cama y me subí en él pero viendo hacia sus pies, entonces me metí su verga en mi panochita y cogimos así otro rato más, diciéndole que me metiera un dedo en mi culo, eso hizo, ¡qué delicioso tener los dos agujeritos ocupados!. Esto porque me metía un dedo y luego, dos por el culo, hasta adentro, al tiempo que lo cabalgaba de forma rápida para hacerlo venir, tan rápido que logré otro orgasmo y mi conchita apretaba la verga de mi primo más duro aún.

Repentinamente, me sacó los dedos del culo y me tomó de la cintura, dándome cuenta que se vendría, entonces sentí que me llenó nuevamente la panochita con su leche y me recosté sin sacarme su verga, continuando moviéndose dentro de mí, pues aunque me hubiera avisado, no tenía fuerzas para tragarme su leche pero le reclamé que no me la haya dado en la boca. Al momento, él se disculpó y le dije que no se preocupara, que eso era buena razón para que me visitara nuevamente, entonces descansamos un rato hasta que luego de un rato, me metí a bañar.

Después de que salí, él se bañó también y cuando salió, me dijo que ya se había resignado a irse sin coger a su casa pero que le fue mejor de lo que se esperaba, luego le pregunté si me ayudaría a realizar mi fantasía de cogerme a dos vergas, me respondió que sí, enseguida le propuse que si para la otra vez, yo invitaba a un amigo a coger y los tres lo hacíamos en mi departamento, me respondió que con mucho gusto pero con la condición de que publicara nuestro encuentro en eliterelatos y si lograba convencerlo con mi manera de escribir, lo haría.

Así, espero te haya gustado, primis, me gustó coger contigo, sabía que no me quedarías mal y espero para la próxima, sí exprimirte con mi boca hasta la última gota de leche, también quiero invitar a Memo, el del relato que leíste primero, espero que sea esta semana.

Saludos a los que leen esta sección, besitos en sus vergas deliciosas…

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:00) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:31) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

sementalx (10 de September de 2017 a las 20:42) dice: a la prima se le arrima


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