Mi vida había cambiado…, ahora tenía un amante maravilloso… yo gemía y gritaba con sus penetraciones…,
Relato
En su grupo de mujeres en que se reunían una vez al mes constituidos por Carolina 36 años ahora con dos hijas, Mercedes de 43 años, dos hijos…, Soraya 39 años, dos hijas…, Claudia 35 años una hija y ella formaban un cerrado grupo a fines y fieles unas a las otras, donde se contaban todo hasta sus secretos y así estas se enteraron de que dos de sus integrantes habían sido recorridas por un mismo macho y ambas había sido preñadas por este juvenil, poderoso y sobresaliente macho, donde ninguna de las dos presentaba quejas solo encantadores y placenteros momentos de gozo con este semental.
Claudia quien pasaba por delicados momentos de su matrimonio solicita a estas hembras conocer a este tierno, considerado y apasionado macho, a lo mejor solucionaba sus problemas matrimoniales con un agradable encuentro con este semental.
Ambas se comprometieron a tratar de corresponderle con su solicitud, Carolina debido a su post parto estaría dos meses sin visitarlo, recién había parido y Vilma con sus abultados ocho meses de embarazos se fatigaba al ser poseída por su maternidad. Que mejor que Claudia para que cuidase de Leo, su macho impetuoso y semental delicioso.
Dos días después un lunes, Claudia y Carolina van de compras a un supermercado y se encuentran con Leo, Claudia inmediatamente fija sus ojos en él y mide sus potenciales de macho comparándole con sus ímpetus de ser poseída por un macho goloso, poderoso y apasionado. Las continuas discusiones con su marido eran por que este no la saciaba cada vez que tenían sexo y Claudia quedaba alterada por días deseando un macho impetuoso para descargarse. Hoy justamente andaba con su genio alterado debido a que su marido había abusado de ella sexualmente, donde él se sació vaciando sus leches, pero Claudia quedo comprimida ye insatisfecha hasta hoy de la pésima cohabitación con el pésimo semental de su marido…, ver a Leo encendió el fuego de la pasión y se encendían los apetitos de deleites sexuales, necesitaba a ese macho…, tanto lo habían ensalzado que su vagina al verlo comenzó a humedecerse de ardientes deseos carnales.
Los acompañó hasta la casa vecina a la suya y antes de entrar Carolina le da el pasé a su amiga, Leo por que no acompañas a Claudia a su casa y me traes el hornito que por lo pesado no me lo a traído, sorprendida Claudia la mira y comprende la indirecta…, yo me quedo con las niñas mientras van y vienen les dice.
Salimos a casa de Claudia en ella no hay nadie…, ingresamos a casa Claudia piensa que es su oportunidad de saciarse y tener una infidelidad no podía perder la oportunidad… deje que me tocara y me acariciara cuanto quería, con disimulo pero sin vergüenza. Yo por mi parte me dejaba, y me sentía halagada cuando lo sorprendía desnudándome con la mirada, y me humedecía al fijarme que su paquete parecía estar en una constante erección, sentía un estremecimiento de emoción en la entrepierna, la cual no se humedece sino que se encharca de tanto líquido que manaba por mi vagina, me dice que era una mujer muy atractiva y que me deseaba... y me plantó un beso en la boca. Me quedé algo sorprendida, pero cuando me volvió a besar le correspondí con pasión, juntando nuestras lenguas.
Mientras nos besábamos Leo me subió mi blusa liberándome los pechos, los acarició y luego los chupó con tanta maestría que me sentí totalmente húmeda. Yo por mi parte no me quedé atrás. Le agarré el paquete y pude comprobar que estaba bien duro. Le desabroché los pantalones y con su colaboración le saqué el pene.
Era sensacional su pene gordo y duro, con la cabezota rosada, eso no se porque me excitó aún más. Tenía que agradecerle este torrente de emociones que estaba viviendo y sin más contemplaciones me agaché y me metí ese pene en mi boca. Mientras se la mamaba él se había recostado en el sofá, me acariciaba el pelo y me decía lo bien que lo hacía esperando ese momento de poseerme, me comenzó a masturbar con rudeza encima de la tanga, y con la otra mano, me agarro los senos encima del vestido. Me paralice! Aprovecho y comenzó a besarme, yo mareada, trataba de seguir de pie, pero sin fuerzas para frenar el movimiento de sus brazotes y manos, hasta que oí su bragueta, le rogué que no me haga nada, que soy casada. Pero el estaba hecho una bestia, de pronto, sentí que me puso a un lado la tanga, me abrió mi vagina con sus dos dedos y comencé a sentir el calor de su tremenda verga. Me llenaba. Yo arrimada al sofá, comencé a recostarme por el peso Hasta que entro completa, que bestia Ya para no mas Ay, mm, mm, de pronto, recibí varias raciones de ese maravilloso pene con tanta fuerza que me dolía la espalda por el movimiento pero, sentí por primera vez unas cosquillas intensas, mi primer orgasmo Gemí como una puta… Le rogué más verga… Enloquecí El seguía dándome verga con brutalidad, me tiraba el pelo con fuerza, me daba monotonazos, me dolía, pero sentía un placer único Hasta que sentí su leche entrar en mi vagina… nos recostamos en el sofá y nos acariciamos besándonos no menos de media hora, luego me deslice hasta su pene y lo mamé hasta tenerlo nuevamente tieso y duro lo conduje con mis manos su pene hasta mi vagina y otra vez fui penetrada sin compasión, rápido con dureza.. Entraba y salía me agarraba duro del culo con ambas manos, yo, gritaba como hembra deseando sentir de nuevo ese cosquilleo, salía entraba, me pegaba nalgadas. Hasta que al sentir un orgasmo mas fuerte que el anterior a la vez, sentí su leche entrar a borbotones, como gemía parecía una perra en jauría…, ya no podía mas, lo besaba, el muchacho era mi dueño, de pronto, suena el celular y mi marido, me dice donde estas voy a casa a buscar unos apuntes, en casa le digo vino a buscar el horno...espérame dice. Llega a casa me dice estoy apurado y como me ve solo en ropas interiores me toma, me monta como siempre apurado, termino rápido y yo miraba angustiada hacia la cocina donde Leo observaba por una rendija, salió tan raudo como entro mi marido, ni se enteró que en esa casa su mujer le había sido infiel y él remata ese adulterio vaciando sus leches combinándolas con las ya recibidas del macho juvenil, que si había sabido compenetrarme y me había satisfecho haciéndome gritar de pasión y de dulce entrega tranquila y feliz... Mi vida había cambiado…, ahora tenía un amante maravilloso… yo gemía y gritaba con sus penetraciones…, no como mi marido que apenas lo mete ya lo saca por que es de eyaculación precoz.
Cité nuevamente para mañana a Leo en mi casa temprano para que no despierte mi hija y ser nuevamente destrozada por su pene en mi matriz y gritar con pasión mis entregas de orgasmos, Leo es el primero en sacarme esos deliciosos orgasmos que le entrego con pasión entre gemidos y gritos.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 784594 veces
Si te ha gustado Claudia una impetuosa y ardiente mujer vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Claudia una impetuosa y ardiente mujer.
learcu
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:28) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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