CLAUDIA Y YO

Claudia es una mujer menuda 1,52 de estatura, delgada, nalgas planas pero unos senos adorables, cabello largo, ojos pequeños y una boca adorables, rodeado de unos labios rosados hermosos. Todo comenzó por casualidad y continuo por muchos años. La primera vez que tuvimos relaciones fue días después de conocernos, fue más bien sin mucha trascendencia, nos besamos y poco a poco el ambiente se fue calentando, sin más preámbulos estuvimos metidos en la cama, tuvimos sexo al terminar ella baja la cabeza y me dice esto nunca me había pasado, no pienses que soy así, no e estoy cuidando y cosas de esas; la abracé y guardé silencio mientras pensaba: logré mi cometido, pero mentiras ella había logrado su cometido. Días posteriores seguimos así sexo cada vez que ella venía. Un día ella me dijo, prepárete que te tengo una sorpresa, me emocioné; nos pusimos cita y fuimos a una residencia, compramos cerveza y vino; entramos, tomamos una cerveza, un vino, nos besamos, y empezamos todo el calentamiento previo, poco a poco, prenda a prenda nos fuimos desprendiendo, estaba con un brasier resaltador lo cual le hacía ver unos senos redondos, sexis, provocativos y ansiosos de que yo pusiera mi boca en ellos, se despojó de ellos, sus senos saltaron, el derecho tenía dos pezones, el otro normal, esos dos pezones me llevaron a un lugar inimiganible y gritaban que los succionará, y así fue, un beso largo, profundo con lengua y acariciándo constantemente ellos, bajé por su cuello, llegué a sus senos a donde quería llegar desde el principio, tomé con mis manos el seno derecho y empecé a acariciarlos, luego a besarlos y a chupar esos dos pezones, abiertos, botoneados pidiendo a gritos que los hiciera míos, un placer un bocatto di cardinale, largo rato me quedé en este, pasé al segundo seno y la misma acción empecé la faena, mientras bajaba mi mano a su sexo, acariaciar sus labios vaginales, e introducir un dedo, luego el otro, y escuchar sus gemidos, lentos al principio, rápidos al tiempo que introducía y sacaba mis dedos, no aguantaba más y me decía hazme tuya poséeme, hazlo, antes ella acariciaba mi pene, despacio, lento se lo metió en su boca y con su lengua me hacía llegar al extasis, pasaba su lengua por el glande, lentamente, besaba mis bolas, las comía, todo el pene en su boca y mis fluidos dentro de ella, bajé, introducí mi pene en su vagina y empezó sus gemidos, hazlo, hazlo, no termines gritaba, hazlo, que ya me vego, hazlo, gemía, y yo aguantaba hasta que ella llegue a su primer orgasmo, yo me resistía a terminar y continué seguí vino el primer orgasmo, luego el otro, y el otro, yo ya no aguantaba más, y por fín todo lo que tenía retenido fue a dar en su sexo, abundante, y ella recostada con sus senos al aire, gemía, cambiamos de posiciíon, se sentó encima y continuamos, movía sus caderas adelante, atrás, izquierda y derecha hasta que vino otro orgasmo al tiempo, nos abrazamos, nos besamos, rozando su cuerpo y sintiendo el latido de su corazón a mil... Bajé a su sexo, besé sus labios, su clitoris estaba al rojo vivo, pasé mi lengua por toda su raja y pasé a su culo, cerrado y virginal decía entre gemidos, no, no, no, y yo seguía en mi labor, pasando mi lengua constantemente, todos los fluidos estaban en el mismo sitio, saladitos y sabrosos, en la misma posición introduce mi dedo en su ano, me detenía pero a la vez me lo empujaba, cuando ya estaba dilatado, metí mi pene en su culo, lentamente, poco a poco, lo iba teniendo adentro, al principio gemía, del dolor que le producía, posterior del placer, rozaba su vagina al introducir mi pene, hasta que llegamos al climax, disfrute al máximo, llegó otro orgasmo, la besé, abrazado y cubierta por mis brazos gemía, solo repetía malo, eres malo, me heriste, pero no sabes cuanto lo he disfrutado, te amo, te amo repetía. nos quedamos en silendio y yo contemplaba mi faena, una diosa en la cama, una diosa para el sexo. Se puso sus tangas y eso aún más me exitaba y nuevamente empezamos hasta nuevamente llegar al climas final, un sexo bien