Cómo conseguí mi herencia… ( CON fotos)

Al verme mi padre, me pareció ver que sus ojos se le aguaron, aunque yo mantuve al principio una postura, distante, y bien seca con él, ya que a pesar de habían transcurrido unos cuantos años, yo no le perdone nunca, que después de que yo cumplí los 18, y me hizo su mujer. Después de cinco años de estar viviendo juntos, como marido, y mujer. De la noche a la mañana, y sin tan siquiera informármelo, se casó con su actual esposa, y madre de una parejita que son mis hermanitos menores.
Yo arme un tremendo berrinche, en la boda, pero sin llegar a decir, la verdadera razón de mi manera de actuar. Ese mismo día me fui de casa, y aunque mis hermanos y hermanas mayores, trataron de interceder por él, hasta el día que lo fui a visitar a la casa no lo había vuelto a ver.
Ya más cerca de su lecho de enfermo, comenzó a pedirme perdón, por todo lo que me había hecho. Pero sobre todo por haberse casado con su actual esposa, sin decirme nada previamente. Además también me pidió perdón, por no buscarme personalmente, que él entendía que de haberlo hecho, no me hubiera tocado meterme a trabajar como dama de compañía, que es una manera glorificada de decir puta, para sobrevivir. Yo la verdad ignoraba, que él estuviera al tanto de esos detalles de mi vida. Pero sin dejar de llorar, y de pedirme una, y mil veces, perdón, me pidió que me acercase a él.
Al verlo tan débil, y desvalido, se me arrugó el corazón de tristeza, por las condiciones en que se encontraba. Así que tomé asiento a su lado en la cama, y finalmente después de estar escuchándolo decir de lo mucho que se arrepentía, de haberme dejado partir, sin aclararme nada. Continuó diciéndome, la combinación es está y me entregó un pequeño papel, y luego me dijo. Pero antes de que te marches, quisiera volver a sentir tus cálidos labios contra los míos.
En ese instante, como que mi papá me agarró con la guardia baja, y sin mucho esfuerzo de su parte, y sin que yo se lo impidiera comenzó a besarme como cuando fuimos marido, y mujer. Fue cuando me dijo, que su matrimonio había sido, por conveniencia. Sin dejar de besarme, y comenzar acariciar mis piernas, continuó diciéndome. Me casé con Luisa, porque ya estaba quebrado, y gracias a su padre, pude recuperar todo lo que había perdido.
Las cosas me fueron tan, y tan bien, que finalmente después del fallecimiento de mi suegro, todo quedó a nombre mío. Pero a medida que mi papá continuaba contándome todo, sentí sus temblorosas manos, como fueron recorriendo mis piernas, y muslos, hasta encontrar mi coño. En ese instante pensé en ponerme de pie, y dejarlo tendido en su cama. Pero de manera tan convincente me continuó hablando, diciéndome. La única manera que tengo de pagarte todo el sufrimiento que te he producido, es nombrándote mi heredera mayoritaria. A tus hermanos, tanto a los mayores, como a los menores, así como a la que pronto será mi viuda, les dejó lo suficiente para que sigan viviendo como lo han hecho hasta ahora, pero a ti te dejo casi todo.
Ya en ese instante, mi padre, prácticamente me estaba desnudando en su lecho de muerte. Yo la verdad es que estuve a punto de ponerme de pie, y dejarlo tendido en su cama. Pero algo en su manera de mirarme me dijo que todo eso era verdad, que realmente deseaba reconciliarse conmigo, pero de la única manera que él sabía hacerlo. Aparte de nombrarme su mayor heredara.
Sus delgados, y temblorosos dedos alcanzaron mi vulva y sin dejar de hablarme, y acariciar con su otra mano mi rostro, me dijo. Claro que siempre y cuando tú me perdones, de lo contrario no quiero, que te sientas presionada por mí. Yo totalmente convencida de que todo lo que me decía era cierto. No dudé ni por un instante, en retirar la blanca sabana que cubría su cuerpo. Sabiendo que lo encontraría completamente desnudo, según era su costumbre cuando se acostaba.
Sin presión de ningún tipo, acerqué mi rostro a su adormecido miembro. Tal, y como le gustaba, que yo lo hiciera. Lentamente comencé primero a lamer y luego a mamar su verga, y a pesar de lo delicado de su condición sentí como dentro de mi boca, se fue poniendo bien dura, y erecta. La orgullosa sonrisa en su rostro, me indicó que llevaba tiempo que no disfrutaba de una erección como esa. Por lo que seguí por un corto tiempo mamándosela. Hasta que él mismo me indicó su interés en penetrarme, como cuando nos vivíamos juntos.
Mi papá sin dejar de acariciar mis parados senos, aduras penas se pudo incorporar para luego dirigir su miembro a mi coño, y penetrarme. Lo que me sorprendió fue que a pesar de su débil estado físico, actuó con mucha energía. Yo por mi parte, fui disfrutando de todos, y cada uno de los fuertes embates, que le dio a mi coño. Yo lo sentía entrando, y casi saliendo, como cuando vivíamos juntos. Por mi parte restregaba mis caderas, una y otra vez contra su huesudo y famélico cuerpo, buscando sentir más y más dentro de mí, su viril miembro.
Yo perdí la noción del tiempo, disfruté como una verdadera loca, los múltiples orgasmos que me produjo. Al terminar nos volvimos a besar, tiernamente. Pero apenas me puse mi ropa me dijo. Ahora agarra la combinación que te di, abres esa caja fuerte, y de todos los sobres que encuentres, deja el que tiene tú nombre, los demás cuando llegues a tú casa, quémalos, que no quede rastro de ellos. Yo hice todo al pie de la letra, es más esos sobres los quemé y después desaparecí en casa de una amiga.
Como a la semana me llamó el abogado de mi padre, indicándome que había fallecido, que su cuerpo según él mismo lo dispuso sería cremado. Y que el próximo lunes después del rápido entierro, pasaríamos a la lectura del testamento.
Si el entierro fue rápido, la lectura del testamento, fue más corta. Ya que al parecer el mismo abogado les fue indicando a mis hermanos, y a la viuda, de la existencia del testamento, y de lo que mi padre, les había dejado, a ellos y en particular a mí. De paso mi papá no tan solo me ha dejado una excelente herencia, sino que también me ha dejado preñada.