Mi nombre es Ángela, quiero contarles lo que me sucedió ayer sábado cuando fuimos invitados mi esposo y yo a una fiesta de campo por el aniversario de bodas de un compañero de trabajo de mi marido que se llama Antonio y su esposa Rebeca, quienes cumplen cinco años de casados y se ve que se la llevan de maravilla...
Relato
La fiesta tuvo lugar en una pequeña granja a la orilla de un precioso río de agua muy limpia , aunque lleva poca agua, Antonio hizo una represa y quedó un pequeño lago como de veinte metros de largo, unos 8 de ancho y no más de 1.50 de hondo. Sólo asistimos a esa fiesta siete parejas que más o menos coincidían con nuestra edad y fuimos hospedados todos en una especie de bodega en cuyo piso se pusieron varias colchonetas en línea y ahí dormimos todos desde el viernes. Todos fuimos citados el viernes por la tarde para empezar la fiesta desde temprano el día sábado. Ninguno de los invitados ni los festejados trabajaría en la preparación de alimentos o bebidas. Antonio y Rebeca lo prepararon todo con antelación y para el efecto contrataron persona... Así qe todo sería festejo y alegría para todos. Nosotros, mi esposo y yo llegamos casi a las 9:00 de la noche pues de la ciudad al lugar de la fiesta queda algo retirado y los otros invitados vivían muy cerca poreso ya estaban todos.
Al llegar, todos estaban en en jardin tomando tragos, bailando y contando chistes.Lamúsica era discreta y muy selecta a mi gusto, quiero decir. Fuimos presentados y nos mezclamos en el grupo. Mujeres muy bonitas y bien presentadas con plática interesante hicieron que el rato se pasara rápidamente, bebiendo, bailando y escuchándo música fue fabuloso.
Los hombres hacían corro y platicaban alegremente contando chistes y haciendo ademanes como son las formas de mujer y el tamaño del pene, todos reían maliciosamente y volteaban a vernos. Así sucedió como hasta las 11:00 de la noche en que ya un poco pasados de copas, decidieron ir a la orilla del laguito y vimos como se retaban a cruzar nadando.Temerosa de que mi esposo fuese hacer algo inconveniente, me acerqué y le pedí que no participase, pues me daba pendiente por el estado etílico de todos esos machos que tratan de mostrar su hombría o fuerza delante de las mujeres. Y era cierto, allí estabamos todas temerosas y ellos envalentonados por el alcohol pero nadie se animaba a tirarse al agua. De pronto, Pablo se despojó del saco, camisa, pantalón y truzas y se lanzó al agua, como si eso hubiese sido la señal, en un momento quedaron todos en pelotas y todos al agua. Las esposas reíamos de verlos jugar como niños encuerados, unos razurados y otros tan peludos que hacían a la vista que mi pucha se mojara y mis jugos resbalaban por mis piernas y pienso que todas las espectadoras sufríamos de igual manera porque se produjo un silencio sepulcral roto de vez en cuando por suspiros apagados o discretos. Cada vez que alguno salía de lagua, todas clavábamos la vista en su verga y hubo alguna atrevida que dijera algo relacionado al tamaño de la verga o los huevos. Aquello no duró mucho rato, me refiero a las espectadoras, pues el festejado nos invitó a sumarnos al grupo y nuestros maridos lo secundaron. Como estabamos de calientes, no dudamos un instante, volaron las ropas y todas encueradas nos lanzamos al agua en busca de nuestros esposos y algunas nos llevamos agradable sorpresa pues nos abrazamos del hombre equivocado y éstos no dudaron en hacernos algunos tocamientos de nalgas, chiches o pucha, según se podía y nosotras, ni tardas ni perezosas, agarramos la verga onos repegamos para sentirla entre las nalgas. Toda esa confusión se hizo entre una gritería de mujeres que buscaban cubrir las apariencias buscando a nuestros hombres y parecer asustadas por tantas vergas flotando.
Cuando todas estuvimos con su pareja comenzó la fiesta, elos, nos acariciaban las tetas, las nalgas o metían sus dedos en la puchita y los jadeos comenzaron a subir de tono. No creo que alguna se haya quedado sin coger allí en la charca. Cuando salimos, nadie se inhibía, todos aquellos cuerpos desnudos a la vista de todos y todos felices. Recogimos la ropa y nos fuimos a la bodega para dormir y estar frescos para el día siguiente en que nos esperaba la fiesta. Pero, Nadie quiso dormir, trajeron más vino y música y comenzamos a bailar de nuevo, todos encuerados, nadie se puso ni un calcetín. De pronto, Antonio propuso que cambiásemos de pareja, sólo para bailar, prohibido cachondear y besar. Curiosamente los hombres accedieron y ellos mismo buscaron la mujer que más les apetecía, andaban tan tomados que dos escogieron a sus esposas y éstas los despidieron a buscar otras porque ellas querían esa noche bailar en cueros con otro hombre. Rápidamente nos pusimos a bailar y las reglas quedaron en el olvido al momento. Todos se abrazaban a la mujer en turno, la besaban y tallaban su verga en la entrada de la pucha o de las nalgas y ninguna nos opusimos. De pronto, las parejas se fueron separando y nadie bailaba, todas se dedicaban al sexo infiel, mamaban la verga de su hombre como si fuese la propia. otras abrían sus piernas para que la verga entrase sin dificultad y eran gritos frenéticos, risas y pujidos, baños de semen en nalgas chiches o caras. cuando todos terminaron de coger, decidimos ir a lavarnos al lago, y sin soltar a nuestro hombre en turno, entramos de un brincoy nos abrazamos besándonos con frenesí. Quiero decir que Antonio, el festejado, tiene tres huevos, esto es verdad, y su acompañante se los contó delante de todos y su esposa Rebeca lo corroboró diciendo que avienta chorros de semen que es un contento para la pucha. Ese fue un motivo para que todas quisieramos tocarlos y lo hicimos entre risas y sorpresa. Genaro, es eldela verga más gruesa, Vicente el dela verga más pequeña y delgada pero Filiberto ganó el premio por la verga más larga pero delgada. Héctor De una verga regular con una gran cabeza y sus huevos muy grandes, de veras. Todos exhibieron sus genitales delante de todas y enseguida pasamos cada una a posar y modelar nuestros atributos, pechos grandes, de varias formas, al igual que las piernas pero a los hombres les gusta vernos la pucha y las hubo depiladas como la mía, al gusto de mi marido, las hubo peludas y recortadas. al terminar la pasarela,seguimos bailando y cachondeando, nadie sabía dionde andaba o con quien su pareja. En eso, se me prendió el foco y le pedí a Antonio quellegado el momento se fuera a dormir muy cerca de nosotros. Y no tardó mucho rato en suceder, nuestros hombres y algunas mujeres andaban pasaditos de copas. Nos fuimos a Dormir cada quien con su pareja de verdad, pero eso sí, encuerados todos.
Llegó Antonio y se recostó junto a mí que me tenía desesperada por tener para mí solita esos tres huevos y su verga. Mi esposo se quedó dormido de inmediato y roncaba muy fuerte al igual que otro se escuchaban a distancia. Rebeca también se durmió y entonces comencé mi labor, bajé mi boca hasta su entrepierna y lamí con fruición aquella verga que me quitó el sueño y resuello. Sin dejar de mamarla, con una mano tomé el racimo de huevos y los apretaba con cuidado de no lastimarlo, quería hacerlo terminar para sentir su leche en mi boca pero el alcohol también hizo su trabajo, no lo dejaba eyacular por más chupadas de verga que le di. en eso se me ocurrió meterle un dedo en el ano y él se estremeció de placer pronto eyaculó con fuerza en mi boca y sentí aquella deliciosa leche caliente resbalar por mi garganta y sin dejar de chuparla o succionar lo dejé bien limpio cuando se quedó dormido el infeliz. Me sentí frustrada pero alguien llegó al quite, era Héctor que me cogió como yo deseaba y estabamos por terminar cuando mi esposo se despertó, vio a Hector metiéndome la verga en la pucha, no se inmutó y quiso participar en mi cogida,pidió que le dejasen mi pucha y Héctor pasase al culo, así lo hicieron dos vergas me acometían deliciosamente y en esollegó pablo con su verga estilando y me la ofreció en la boca, casi al mismo tiempo, las tres vergas llenaron mis orificios de leche tibia...
A la mañana siguiente todos nos despertamos muy tarde, fuera de lo convenido pero con muchas ganas de desayunar y otros de curarse la resaca. Yo sentía mi culo y pucha adoloridos por tanta verga que tuve en la noche. Mi esposo de despertó con una regular erección, llevé su verga a mis labios y lo hice terminar rápidamente.
Acabada la fiesta, y ya en casa, comentamos lo sucedido y se sintió contento que yo haya tenido otras vergas, es decir, los cuernos le gustaron y le quedaron a la medida, pues Antonio y yo pensamos seguir cogiendo con muchas ganas. Me encanta coger
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513556 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299796 veces
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Comentarios enviados para este relato
tejones
(20 de September de 2010 a las 20:22) dice:
es buenicimo hasta corto seme hiso katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:21) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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