Cogiéndome a mi golosa madre segunda parte

Hola amigos de nuevo, hoy les relatare mi nueva aventura morbosa con mi madre, espero les agrede y excite como me la tire.

Como ya les conté la vez pasada mi madre es una mujer muy golosa y siempre ella misma se resbala para que un hombre cualquier le haga el amor, pero desde esa noche que me la cogí ya no había vuelto a provocarme ni yo a desearla y desde esa vez todo entre yo y mi mamá va normal por lo menos sexualmente hasta la semana anterior y antes que se me olvide les diré que mi madre tiene cuarenta y un años pero a diferencia de otras mujeres a mi madre no se le nota la edad al contrario no sé cómo le hace para que sus piernas sigan muy sexis y sus nalgas bastante grandes y como antes sigue utilizando minifaldas muy cortas o escotados que permiten apreciarle sus lindas tetas y sus ricas piernitas.

Y como ya os dije que la relación con mi madre y yo era normal pero un buen día cuando salía con ella al llegar a una esquina encontramos a un señor al cual mi madre saludo sonrientemente y como todos los días estaba con una minifalda roja y zapatillas provocativas pero como estaba ahí no izo nada, así que me mando a comprar a la tienda unas galletas y como me imaginaba que mi madre ya era tranquila no sospeche nada, pero como estaba abierta una tienda cerca no me fui más lejos y volví en poco tiempo y para mi sorpresa antes de llegar donde ellos de tras de una casa descubrí a mi madre abrazada con ese señor y mientras la abrazaba y besaba metía su mano entre sus piernas y le levantaba su falda muy discretamente y por supuesto no me aparecí luego para ver a mi madre que me estaba calentando bastante y deseaba ser yo quien le estuviera acariciando sus ricas piernas y recordé el sabor de su vagina, pero a los dos minutos unas personas se acercaban y tuvieron que soltarse por discreción y en ese momento me deje ver que claro mi madre y el señor pensaron que apenas había llegado y no me fije de nada pero yo ya estaba muy caliente que todo el camino de regreso a casa solo le estuve viendo sus piernas.

Y al llegar a casa descubrí que mi madre seguía siendo la misma golosa de siempre pues de inmediato se alzo su minifalda en mi presencia bajándose su calzón y se abría las piernas enseñándome su vagina llena de pelitos como antes pero me resistí un poco haciéndome que no veía, pero desde esa ocasión ya me provocaba seguido. Una noche mi madre se acostó en el sofá de la sala totalmente desnuda y se metía en su raja un palo para masturbarse y excitarme a mí pero la ignore como antes hasta el día siguiente que salimos de compras y al llegar a casa ella se izo que quería orinar y se levanto su vestido en mi presencia y yo estaba observando como en lugar de orinar se acariciaba su concha furtivamente y yo no soporte más la levante acariciándole sus piernas y nalgas con mucho fervor pero por mala suerte los vecinos salieron en ese momento y solo quedamos en eso pues tenemos que ser discretos ya que en la sociedad es un grave delito que los hijos se follen a sus madres y nos retiramos dentro de la casa pero no seguimos. Y a la media hora más u menos se desapareció y decidí buscarla por lo cual la encontré con el señor de la esquina de la vez pasada y al igual que la vez pasada la estaba besando apasionadamente mientras le subía el vestido y le metía los dedos en la zona de la vagina. Yo estaba totalmente masturbado viendo esa escena erótica que mi madre le estaba gustando mucho puesto que gemía como loca.

En cuanto entro inmediatamente la empecé a manosear diciéndole “Mamacita linda, deseo cogerte de nuevo y meterte mi verga en tu deliciosa vagina”, lo cual inmediatamente acepto como estaba caliente, le subí su vestido, le quite el calzón y la acosté en la cama con las piernas abiertas y lentamente le metí mi verga como la vez pasada en su vagina llena de pelitos, e inmediatamente que la penetre ella grito como loca diciéndome que más y más al fondo le metiera hasta que me vine dentro su raja al escurrir mi semen de su vaginita ella se trago toda mi leche y como ya estaba saciada me agradeció por cogerla de nuevo.