Mi historia empezó ya muchos años atrás, cuando una noche le pedí a mi ex- esposa que se vistiera sexy como a mi me gustaba. Tenía yo en aquella época 24 años, y mi esposa 23. no hacía más de un año que nos habíamos casado. Esa noche no teníamos planes de salir, sólo cenar en casa, pero quería que vistiera provocativa porque tenía muchas ganas de que la cena termine en una noche lujuriosa. Al otro día no teníamos que trabajar, así que era la oportunidad ideal.
Ella me respondió que esa noche quería algo distinto, y me propuso que yo me vistiera sexy para variar. Ingenuamente le pregunté que quería que me pusiese, y ella dijo que lo dejara por su cuenta, que ella iba a elegir la ropa. Y allá se fue contenta, camino a nuestra habitación, mientras yo esperaba tranquilamente en el comedor.
Estaba tratando de imaginar que me pediría; una camisa ajustada para lucir mis músculos, un buen traje, alguna ropa interior especial. Vale decir que en aquella época, hacía mucho deporte y estaba en buen estado físico, cosa que imaginaba que a mi esposa le gustaría disfrutar. Estaba divagando con esos pensamientos, cuando ella apareció muy contenta con una bolsa y me la dio.
Rápidamente abrí la bolsa, y cual no fue mi sorpresa cuando ví lo que había adentro!!! Allí estaban unas medias de nylon negras, que llegan a medio muslo y que se sostienen con ligueros. Unas bragas haciendo juego, con los ganchos para sostener las medias. Un sostén negro muy bonito, junto con unas sandalias negras de tacón alto, un vestido también negro y una peluca castaña.
Yo, obviamente sorprendido, le pregunté que es todo esto? Ella me miró con una cara angelical, y me dijo que hace tiempo que tiene ganas de verme vestido de mujer, y que para ello había comprado la ropa que estaba en la bolsa. Me dijo que había buscado todo del tamaño que ella creía me iba a quedar bien. Si bien no reaccioné violentamente, le dije que estaba loca si pensaba que me iba a poner eso. Y allí empezó a acariciarme y a besarme suavemente. Me dijo que si le daba el gusto, que ella prometía recompensármelo muy bien. Y así estuvo un buen rato, hasta que me terminó convenciendo.
Yo pensé que mas da, estamos sólo, y si me dijo que e lo va a recompensar, seguro que valdría la pena seguirle el juego.
Jamás hubiera imaginado como esa decisión, aparentemente tan sencilla e inocente, iba a cambiar totalmente mi vida.!!!
Ella me dijo que me desnudara, y me ayudo a hacerlo. Yo lo hacía resignado. Cuando ya no me quedaba nada de ropa, me dio el sostén. Me lo puse, y sin experiencia no pude cerrarlo, por lo que ella graciosamente me ayudó a abrocharlo. Me quedaba bastante ajustado. Luego me dio vuelta, y llenó las copas con algodón, hasta que quedaron bastante firmes.
El próximo paso fue ponerme las bragas y las medias. Eso lo hice sólo. A medida que las medias de nylon se iban deslizando suavemente por mis piernas, empezé a sentir una sensación extraña. Luego de terminar de colocarme las medias, mi esposa me ayudó a sujetarlas con los ganchos que estaban colgando de las bragas.
A continuación, me ofreció el vestido para que me ponga. Lo hice ya con más confianza. Me quedaba un poco grande. No mucho, nada que no se pudiera solucionar con algunas de las tiras que tenía para ajustarlo. Eso sí, quedaba bastante coro, tipo minifalda.
Luego del vestido, me puse las sandalias, que tendrían un taco de unos 8 o 9 centímetros, pero que me quedaban de maravillas. Como siempre hice mucho deporte, tengo bastante equilibrio, con lo que no me costó mucho empezar a caminar con esos zapatos. Aunque debo reconocer que de femenino no tendría nada. Sólo que no me caía como he escuchado de otras personas que se ponen tacones por primera vez.
En ese momento, casi sin pensarlo, me di cuenta de cual era la extraña sensación que me había invadido: me estaba excitando!!!. Mis dudas se habían disipado. Para ese momento sólo quería terminar de vestirme. Mi esposa me dijo que ahora era momento de maquillarme. Como nunca tuve demasiada barba, y me había afeitado esa mañana, empezó a hacerlo rápidamente, sin necesidad de que me afeite en ese momento. No le decía nada a ella, pero estaba empezando a disfrutar a medida que ponía cremas en mi cara y cuello, y que empolvaba mi cara. También cuando empezó a preparar mis ojos con
Delineadores y mascar. Por último, me pinto con un lápiz de labios color rojo fuerte, y como disfruté la sensación de sentir ese lápiz labial deslizándose por cada centímetro de mi boca. Finalmente fue el turno de la peluca y el momento de mayor intriga, el que hacía ya rato que estaba esperando: ir a ver como había quedado en el espejo.
Cuando por fin me ví, no lo pude creer. Allí delante de mí había una mujer. No voy a mentir y decir que la mujer frente mío era despampanante, pero sí quedé sorprendido de que parecía ser muy real. Y era yo!!!.
Luego de ello, mi esposa me invito a ir al comedor, porque la comida ya estaba lista. Cenamos y ella me iba enseñando como sentarme y como moverme en la mesa, para parecer toda una dama. Me preguntó si lo estaba disfrutando, y yo le decía que me gustaba darle el gusto a ella, y que si ella lo disfrutaba, entonces era bastante para mí.
No me animaba en ese momento todavía a decirle que estaba excitadísimo, y que me encantaba la sensación de las medias de nylon, el sostén y el vestido en mi cuerpo.
Al terminar de cenar, levantamos juntas la mesa. Sí, dije juntas. La sensación de sentirme mujer me estaba invadiendo. Luego de dejar los platos y los cubiertos para lavar, salimos a la terraza a ver la ciudad desde nuestro balcón. Era de noche, y todavía recuerdo la excitante sensación de sentir como el aire fresco de la noche subía por debajo de mi falda hasta mi zona genital. La sensación fue indescriptible. Estaba caliente como pocas veces en mi vida. Y era obvio al ver como se levantaba el vestido en esa zona. No aguanté más. Di vuelta a mi esposa, y allí mismo la empezé a besar apasionadamente. Ella correspondió mis besos. Luego de un momento, se separó para decirme que estaba contenta de ver como me había gustado vestirme de mujer, que era obvio que lo estaba disfrutando, y nos empezamos a besar nuevamente, pero en ese momento ella empezó a acariciarme la cola por debajo de la falda del vestido, de la misma manera que yo había hecho tantas veces. Pasaba su mano por detrás de mi cuello, y me atraía hacia ella, tomando control de la situación. Y yo sólo me dejaba hacer.
No pasó muchos hasta que fuimos a la habitación y nos tiramos en la cama. Ella se desnudó, y cuando yo quise hacerlo, me dijo que no, Que quería hacerlo conmigo vestido de mujer. Saqué mi miembro de dentro de la braga, que apenas podía cubrir su erección, y por primera vez en mi vida follé a una mujer vestido de Tamara. Por ser la primera vez, fue una de las noches más excitantes y lujuriosas de mi vida.
Desde esa noche, se volvió habitual que de vez en cuando apareciese Tamara en nuestros juegos. Y hay muchas historias para contar de lo que ha pasado a través de los años con Tamara.
De hecho, han pasado más de 20 años. Mi esposa se fue, pero me dejó una adicción que jamás he podido superar: Sigo siendo un hombre hecho y derecho. Sólo me gustan las mujeres y jamás he tenido deseos ni he querido siquiera intentar estar con otro hombre.
Pero por las noches o los fines de semana, al igual que el hombre lobo o los vampiros, en mi casa ocurre una transformación: Oscar se va a descansar y le da lugar a Tamara.
Si les ha gustado mi relato, les ruego que me lo hagan saber a cdtamara@hotmail.com, y entonce escribiré el resto de los capítulos de la vida de Tamara. O si sólo quieren conectarse conmigo, pueden hacerlo.
Yadira y yo que me llamo Luis, llevamos varios años de casados, pero no nos consideramos una pareja común y corriente, ya que desde que éramos novios nos dimos cuenta que tanto ella como yo somos personas de mente abierta, ella no se considera dueña de mi cuerpo, ni yo tampoco me considero dueño del suyo, por lo que si nos place en algún momento llegar a tener relaciones con otra persona, las disfrutamos abiertamente, sin que por ello el amor que nos sentimos mutuamente se vea lesionado o disminuido. En ocasiones tanto ella como yo también le damos rienda suelta a nuestras fantasías, con la completa colaboración tanto mía como de parte de ella.
Relato erótico enviado por narrador el 13 de March de 2011 a las 21:45:11 - Relato porno leído 120895 veces