Como perdi mi virginidad a manos del hijo de mi nana.

Después de aquella noche con León, yo pensé que las cosas entre nosotros serian interesantes, pero parecía que a el ya se le había olvidado todo. No me trataba como antes, no intentaba acercarse a mí y acariciarme, me trato como si nada, solo me dirigía la palabra cuando mi nany lo mandaba a preguntarme algo. Me sentí tan mal, sentí que me había utilizado y después desechado. Había pasado una semana, cuando una amiga me recordó de la invitación a su casa por motivo de su cumpleaños, yo la verdad no tenia ganas de nada, pero creí que seria la mejor manera de olvidar por un momento la indiferencia de Leo.
Me arregle lo mejor que pude, me puse un bra sin tirantes de color blanco y un bóxer pequeñito de encaje del mismo color, un vestido blanco de tirantes que se ajustaba a mi cintura y hacia resaltar mi busto, deje mi cabello suelto y solo me puse un brillo en los labios. Baje para buscar a mi nany y decirle que había decidido asistir al cumple de mi amiga. Mi nany estaba en la cocina, y cuando me vio entrar sonrió y me dijo:
-mi niña, que bonita te ves. Vas a ir a casa de tu amiga Sara?
-si nany, me quiero distraer un poquito, me acompañas?
-mi niña, tengo una noticia que darte, no te había dicho nada por que te veía muy triste
-que es nany, me asustas.
-que tu papá contrato a mi hijo como chofer de la familia hace una semana¡¡¡
-que?? Pero como fue?
-tu papá hablo dos días después que León llego, y yo le dije que mi hijo había llegado a verme y que estaba buscando trabajo en la ciudad para estar cerca de mi
- y papá que dijo?
- me dijo que quería hablar con León asi que se lo pase, no se muy bien de que hablaron, pero mi hijo me dijo que desde ese día seria el chofer de la familia y que en cuanto tus papás llegaran de viaje, firmaría el contrato
-me da mucho gusto por ti nany, era lo que tu querías
-si hija, voy a decirle a León que te lleva a casa de Sara
-gracias nany.

Mi nana salió de la cocina y yo me quede parada sin saber como reaccionar, creí saber por que Leo se portaba asi conmigo. Escuche que mi nany me llamaba, asi que volví en mí y salí de la cocina y me dirigí a la puerta principal de la casa. Vi a Leo vestido con el uniforme de chofer, y sentí que mis rodillas temblaban, se veía mucho mas guapo antes de que mis piernas fallaran mi nana me dijo:
-Vi, hija, ya le di la dirección a Leo, también te va a recoger. Cuídate mi niña y diviértete.
-Gracias nany, te veo en la noche.

Le di un beso en la mejilla y me acerque al auto, Leo de inmediato me abrió la puerta, le di las gracias y entre en el asiento del pasajero. Cerro la puerta, se despidió de su mamá y entro al auto. No sabia que hacer o decir, asi que me quede callada todo el camino, y Leo parecía sentir lo mismo, por que no hablo. Cuando llegamos a casa de mi amiga, Leo repitió el gesto de abrir la puerta, baje del auto y le di las gracias nuevamente. Y hasta ese momento se dirigió a mí:
-A que hora quiere que pase por Ud. Señorita?
-Que te su… ok. Pues creo que será a las once.
-Bien, a esa hora volveré por Ud. Señorita, diviértase.

No le conteste nada y comencé a caminar hacia la puerta de la casa, donde la nana de Sara me esperaba para recibirme. Pasamos a la sala donde estaba Sara y otras amigas. La mañana trascurrió entre la piscina, viendo películas y comiendo cualquier tipo de golosinas. Ya que empezó a caer la noche, Sara nos invito a su cuarto donde brindaríamos por su cumpleaños. Creo que bebí demasiado al igual que mis amigas, por que no nos dimos cuenta de la hora y las 4 botellas de licor de menta que había en el piso. Ya estábamos las 4 acostada en la cama de Sara cuando su nana entro para avisarme que el chofer tenía más de media hora esperando que bajara. Me levante con algo de trabajo y le pregunte la hora:
-Ya es casi media noche señorita Violeta, parece que se divirtió mucho.
-Si asi fue, gracias.

Sara me pidió que me quedara a dormir como las otras chicas, pero yo no le había avisado a mi nana, asi que rechace la invitación y camine a la puerta del cuarto, intentando no tambalearme demasiado. Baje las escaleras casi colgándome del pasamano, y todo a causa del alcohol que había bebido y que yo no acostumbraba a tomar nada. Cuando llegamos a la puerta de salida, le agradecí por todo a la nana de Sara y salí de la casa. Creo que Leo debió verme en muy mal estado, por que de me miro entre asustado y sorprendido, salió deprisa del auto y casi corrió para tomarme del brazo y llevarme hasta el auto. Abrió la puerta y me ayudo a entrar en el, me puso el cinturón de seguridad y me pregunto:
-Se siente bien señorita?, parece que tomo demasiado.
-Me siento un poco mareada, eso es todo.
Cerró la puerta del auto y corrió para entrar en el asiento del conductor. Se puso el cinturón y arranco el auto. Ya en camino a casa me dijo:
-Violeta, como se te ocurre tomar, si se nota que no lo acostumbras.
-Ahora te importo León? Te haz portado indiferente conmigo.
-Las cosas han cambiado, trabajo para tu padre ahora y es mejor que…
El resto de lo que dijo no lo entendí por que me estaba quedando dormida. Minutos después escuche que Leo hablaba con mi nana y le decía que no se preocupara, que nos habíamos atorado en el trafico, que fuera a dormir y que el iría a su habitación en cuanto llegáramos.

Al llegar a casa, Leo estaciono el auto e intento despertarme, como no lo logro, se subió de nuevo y metió el auto a la cochera, bajo del auto, abrió la puerta y me hablo muy despacio para intentar despertarme, pero no funciono, asi que me dio un tierno beso en la frente y me tomo en sus brazos, entramos a la casa y me llevo a mi habitación. Me acostó en la cama, me cubrió con una cobija y acaricio mi rostro, camino hacia la puerta, salió y cerro la puerta tras de si.
Desperté justo antes de que Leo cerrara la puerta, pero no dije nada y fingí dormir. Tenía mi cabeza hecha un nudo, tal vez por el alcohol o por la preocupación que Leo demostró por mí. Me levante de la cama y salí de mi habitación sin hacer ruido. Fui al cuarto de mi nana y ver si Leo estaba ahí. Encontré la puerta entre abierta y me asome. Leo estaba sentado en la orilla de la cama platicando con su mamá, como pensé que se tardaría la charla, volví a mi habitación y deje la puerta entre abierta y me recosté en la cama. No se cuanto tiempo pasó, pero parecía que Leo tardaría mucho mas, asi que cerré los ojos para tratar de dormir y despejar un poco mi cabeza. Pero cuando me estaba acomodando en la cama escuche unos pasos que se acercaban a mi cuarto, se acelero mi respiración y fingí estar dormida.
Los pasos se detuvieron en mi cuarto, se abrió la puerta y entro al cuarto, se acerco a mi cama y se sentó. De inmediato supe que era Leo por que pude percibir el aroma de su loción. Se inclino frente a mi y me beso tiernamente, le correspondí y entonces nos besamos apasionadamente. Se separo de mí y me miro a los ojos, acaricio mi rostro mientras decía:
-Pensé que seguiría fingiendo señorita.
- Pensé que no regresarías, y por que me hablas asi?
-Por que ahora trabajo para Ud. Y sus padres, ya nada es igual.
-Para mi si, tu eres el primero en mi vida Leo, eso nadie lo va a poder borrar, y la verdad creo que me enamo...
-No lo digas, por favor. No soy más que un empleado de tu familia.
-Creo que no me conoces, no me importa nada de eso Leo, por favor créeme.

Leo me miro por un instante, no parecía nada convencido asi que mejor se levanto de la cama y fue en dirección a la puerta. Sabia que si salía de ahí, jamás volvería a ser de el, me levante rápido y le impedí que saliera de la habitación cerrando la puerta y poniéndome en medio. Puse mis manos alrededor de su nuca y parando me la punta de mis pies lo bese, perecía que se resistiría, pero después me puso sus manos en la cintura y respondió a mi beso. Me besaba de una forma diferente, ansioso y temeroso al mismo tiempo, como si el estuviera cometiendo un crimen. Suavemente lo fui empujando hacia la cama, se sentó en la orilla y yo encima de el. Sin dejar de besarnos, acaricio mis pechos, espalda y mi trasero, mientras yo intentaba desabrochar su pantalón y tener acceso a su pene. Me levanto y coloco a un lado de el como si fuera yo una pequeña muñeca, se levanto de la cama y comenzó a desabrochar su pantalón, pero yo quería hacerlo, asi que sin decir palabra alguna, me puse de pie y me acerque al, tome sus manos y le dije al oído:
-Déjame hacerlo a mí…

Comencé por el saco del uniforme, botón a botón, lo deslice por sus hombros y cayo al suelo, después la camiseta blanca que se ajustaba a su cuerpo dejando ver que lo tenia trabajado, la levante lentamente y la fui subiendo, Leo levanto sus brazos y la pase por encima de su cabeza, la arroje al suelo y me arrodille para terminar de desabrochar su pantalón.
Lo baje hasta el piso, el se lo quito por completo al igual que los zapatos y calcetines, los arrojó y se volvió hacia mi de nuevo. Tenía puesto un bóxer blanco ajustado, que parecía reventar por la presión que ejercía su pene contra la tela. Lo baje lenta mente, dejando libre al fin su miembro grande y erecto, Leo hizo lo mismo que con el pantalón y cuando se volteo, tome su pene con una mano mitras metía lo mas posible a mi boca y con la otra acariciaba su abdomen. Movía mi cabeza suave y lentamente al mismo tiempo que mi mano el la bese de su pene, cuando escuche que su respiración se acelero, aumente el ritmo y pasaba mis dientes en la punta de su pene de una forma muy delicada, esto lo éxito mucho, y tomado mi cabeza con ambas manos, empezó a follarme.
Cuando estuvo a punto de eyacular, se detuvo y fue al baño que había en mi cuarto para venirse en el lavamanos. Me puse de pie y lo seguí, y cuando llegue junto a el lo bese al tiempo que tomaba su miembro y empezaba a masturbarlo, eyaculo y su pene se puso algo flácido. Me separe de el y espere que su respiración se normalizara. Se volteo hacia mí y dijo:
-Vi, fue increíble, pero creo que yo te había dicho que la próxima vez seria mejor…

No me dio tiempo de contestar, y me tomo de la mano, me llevo a la cama y me acostó en la orilla, abrió mis piernas y espeso a lamer mi clítoris, lento y suave mientras su mano buscaba uno de mis pechos. Subió la intensidad, era casi imposible no hacer ruido cuando empezó a morder de manera muy delicada mi clítoris al tiempo que apretaba un poco más fuerte mis pechos. Arquee la espalda y apreté mis puños mientras gemía, y tuve el orugazo mas maravilloso que jamás he tenido. Leo se puso de pie y me miraba, cuando empezaron a relajarse mis músculos, Leo me pregunto:
-Vi quieres más? Por que yo podría follarte toda la noche…

Quería responder, pero todavía no podía, y Leo pensó que yo había tenido suficiente por esa noche, asi que avanzo a la puerta para recoger sus cosas, yo lo detuve:
-Leo, si quiero, quiero ser solo tuya…

Se acerco de nuevo, y sin decir nada me levanto, me puso arrodillada en la cama y me dijo que no me moviera, salió de la habitación dejándome jadeando aun. Regreso a la habitación con un enorme pene de juguete en la mano, cerro la puerta detrás de si y se acerco a la cama. Se coloco detrás de mi y fue metiendo lentamente el juguete en mi vagina, no costo mucho trabajo por lo lubricada que estaba. Cuando termino de metérmelo, puso su pene en la entrada de mi ano, presionando suave pero firmemente, entraba poco a poco, y el dolor no tardo en aparecer, no estaba dilatado y no tenía lubricación. Gemía a causa del dolor, asi que Leo encendió el juguete, que tenia una vibración suave pero constante, entonces Leo comenzó a empujar mas fuerte en la entrada de mi ano. Ya no me importaba el dolor que sentía, el placer era mas fuerte y mis gemidos se volvieron mas fuertes, pero Leo logro meter su pene en mi sin ninguna delicadeza, haciendo que lanzara un pequeño grito de dolor y sorpresa, me temblaron los brazos y las piernas, ya no pude sostenerme y me deje caer en la cama, pero Leo me tomo de la cadera, evitando que su pene se saliera de mi ano.
Después de unos minutos, Leo me dio un pequeño tirón del hombro, me levante y quede como al principio, en cuatro patas. Al principio me penetraba suavemente, haciendo que mi ano se acostumbrara a tenerlo adentro, pero después aumento la intensidad, haciendo que mis pechos se movieran al compas de sus embestidas, con una mano me tenia sujeta de la cadera y con la aumento la velocidad del juguete, me tomo de nuevo con las dos manos y acelero el ritmo y la fuerza de la penetración, ya no sentía ningún tipo de molestia, gemía, apretaba mis puños y trataba de mantener el equilibrio. Todo era mejor que la primera vez. Me vine en medio de un fuerte orgasmo que hizo que perdiera toda la fuerza de mis brazos, ya no gemía, sino que gritaba a causa del placer, me recorría todo el cuerpo y parecía que no iba a terminar, me deje caer en la cama y quede empinada, a merced de Leo, que seguía penetrándome, ahora mas fuerte y mas rápido, y de pronto eyaculo en mi, sentí como su semen me recorría las entrañas, al tiempo que se dejaba caer sobre mi. Mientras yo quería que el juguete se apagara, ya no soportaba más las vibraciones, sentía que mi vagina iba a explotar. Pero Leo seguía sobre mí, con su pene en mi ano y su respiración seguía agitada, yo gemía más y mas, quería que se detuviera, pero otro orgasmo me sorprendió haciendo que todo mi cuerpo se sintiera acalambrado, ya no era tan placentero, intente moverme pero era inútil.

Después de el este orgasmo, Leo se puso de pie, apago el juguete y me dio la vuelta, dejándome bocarriba y aun temblorosa, se arrodillo y lentamente saco el juguete provocando que me estremeciera aun mas. Por fin lo saco todo y lo dejo en el piso, se puso de pie y me contemplo por unos minutos. Estaba algo pálida, mi respiración era bastante agitada, mi cuerpo temblaba y estaba cubierto por pequeñas gotitas de sudor. Leo se alejo de la cama y entro al baño, busco una toalla y volvió a mi lado, se sentó y con gran delicadeza seco todo mi cuerpo, primero mi vientre y fue subiendo poco a poco, llego a mis pechos y mientras los secaba les daba un suave masaje, mi cuello y al final mi rostro. Cuando termino arrojo la toalla y me beso en la frente, en una mejilla, después la otra y por fin en los labios, era un beso suave casi infantil, al tiempo que con su mano acariciaba mi rostro. Se alejo un poco y me miro de nuevo. Estaba cansada, pero disfrutaba de eso. Leo se puso de pie y me tomo en sus brazos, me acostó de nuevo en la cama, pero poniendo mi cabeza sobre la almohada. Se sentó el la orilla y solo me miro, pero no de la misma manera, algo había cambiado, pero no sabia que era.
No se cuanto paso y Leo se paro, me deseo buenas noches y cuando comenzaba a alejarse, lo tome de la mano y lo jale hacia mi, Leo no puso ninguna resistencia y se sentó de nuevo, me senté y lo bese rodeando su nuca con mis brazos, mientras el me abrazaba.
Lentamente me acosté sin dejar de besarlo, el se inclino sobre mi, y con una rápido movimiento se acostó sobre mi, y sin decirnos nada me penetro de nuevo, pero era diferente, era muy suave y delicado, nos besábamos, y sus movimientos eran lentos, sin ningún tipo de prisa. Cuando no me besaba acariciaba mi rostro, mis pechos o pasaba su dedo sobre mis labios. No se cuanto tiempo pasó, pero cuando los dos estábamos apunto de venirnos, Leo intento separarse de mi, yo quería que eyaculara dentro de mi, quería sentir su semen llenar mi vagina, asi que lo abrace al tiempo que le rodee el cuello con mis brazos. Entonces Leo acelero el ritmo, pero sin dejar de ser delicado, y los dos llegamos al clímax al mismo tiempo. Se dejo caer sobre mí y me abrazo, permanecimos asi durante unos minutos, después el se dio la vuelta y se acostó a mi lado, me acurruque entre sus brazos y le dije:
-Cumpliste con tu promesa, fue mil veces mejor que la primera vez…
-Si… por que no dejaste que eyaculara fuera Vi? Puedes quedar embarazada de al quien como yo.
-No me importaría tener un bebe tuyo Leo, es mas, creo que lo deseo
-No lo digas, Vi. No te conviene alguien como yo, un simple chofer…
-A mi no me importa eso Leo, Te amo…
-Vi… yo también Te amo, desde el primer día que te vi…

Se acerco a mi y me beso dulcemente, comenzó a acariciar mi cabello y me quede dormida. No se a que hora se fue, pero al despertar estaba vestida y mi cuarto estaba en orden, como si nada hubiera pasado.

Desde ese día, Leo y yo comenzamos una relación en secreto, no se lo diríamos a nadie, por lo menos hasta que el terminara su carrera, le faltaba año y medio para terminar, asi que estuve de acuerdo. Pero después de un año, cuando estaba a punto de cumplir la mayoría de edad, sucedió algo que cambio el rumbo de nuestras vida. Leo arriesgo su vida por mi y mi padre al evitar que me secuestraran…
Pero eso lo contare en otra ocasión. Espero disfruten del relato y perdónenme por tardar tanto en subir la segunda parte… dulces sueños….