Mi nombre es Rosa, estoy casada con Ernesto desde hace varios años, los mismos que en infinidad de ocasiones le he sido infiel. No por gusto precisamente, sino más bien por necesidad. Por lo que en ocasiones he llegado a pensar en visitar un psiquiatra, ya que la necesidad que se me presenta ocasionalmente, no es de dinero, sino de atención. Cosa que Ernesto, desde que nos casamos, en muy pocas ocasiones ha logrado calmar.
Relato
En otras palabras, en ciertas ocasiones, había llegado a pensar que yo era ninfómana, razón por la que durante cierto tiempo pensé seriamente visitar a un psiquiatra. Pero cuando me ponía a pensar en lo que le debía decir, la verdad es que como que no me atrevía. No es que yo fuera, una de esas que andan por ahí abriéndole las piernas al primero que pase, no que va. Por lo general soy extremadamente discreta, pero cuando me fijo en un hombre, digamos que no descanso hasta estar acostada con él.
Pero eso hasta ahora, nunca ha sido un problema para mí. Lo que realmente me mortificaba es que en ocasiones, estando en compañía de mi esposo en ciertas actividades de tipo social, me babeaba por más de uno de los hombres que asistían a la misma, sin importarme mucho que estuviera presente su esposa. Para colmo de males, estando en la cama con mi propio esposo Ernesto, en medio de tórrido encuentro entre nosotros. En más de una ocasión, se me ha escapado el nombre de alguno de mis amantes al referirme a Ernesto. Y así situaciones como esas, eran las que me mortificaban tremendamente.
Un día Ernesto y yo en lugar de quedarnos en nuestra habitación, a él se le ocurrió que tuviéramos un mañanero sexo, en el medio de nuestra sala. Después de que mi marido me dio una tremenda, y sabrosa mamada de coño, yo estaba deseosa de ser penetrada por él, por lo que poniéndome en cuatro patas, le ofrecí mimojado y peludo coño. Ernesto colocándose tras de mí, me tomópor las caderas, y dirigió su sabrosa verga a mi coño. Yo sentí como se fue deslizando divinamente, como dicen en mi tierra, se me deslizó dentro de mí, como banana en boca de vieja.
Ya estábamos los dos de lo más concentrados, en lo que hacíamos, cuando a mí se me zafó llamarlo por otro nombre. Para ser exacta le dije Juancito. Ernesto de inmediato se detuvo manteniendo su verga, hasta el fondo dentro de mi coño. Preguntándome de inmediato como era que yo lo había llamado. Lo único quese me ocurrió decirle, fue. Métemelo todito, y se lo repetí varias veces. Yo se que Juancito no se parece ni remotamente a lo que yo le respondí, pero cuando me lo volvió a preguntar, ¿Cómo era que yo le había llamado? le volví a decir en un tono de voz seductora, al tiempo que no dejaba de mover mis caderas. Métemelo todito. Debido a la manera tan convincente en que se lo dije, seguramente mi esposo pensó que era él quien había escuchado mal.
En otra ocasión estábamos pasando un fin de semana en un lujoso hotel, donde casualmente yo ya había estado acompañada por otro de mis eventuales amantes, llamado Carlos, y justo cuando Ernesto y yo nuevamente nos encontrábamos en lo más ajetreado de nuestra relación, él me dijo algo, y de inmediato yo le respondí, diciéndole.Carlos, estas que me matas. Y antes de yo terminar de decir, me matas. Ya Ernesto me preguntaba quien carajo era el tal Carlos.
Yo sin dejar de mover mi culo le dije, a que Carlos te refieres, yo te acabo de decir que Claro, estas que me matas. Aunque mi marido continuó, clavándome salvajemente su verga por mi culo, noté cierto aire de desconfianza. Lo peor de todo es que cuando, me encuentro con alguno de mis amantes, no les cambio los nombres, y mucho menos los llamó Ernesto. Pero basta que mi esposo y yo comencemos a tener sexo, para que yo no pueda sacarme de la mente el nombre de alguno de mis actuales novios, como yo les digo. Con el tremendo miedo, de que ante la menor provocación, se me escapé nuevamente el nombre de alguno de ellos, cuando estoy acostada con mi esposo. Por lo que asistí a una Psicóloga, y desde el inicio le conté todo, pero le dejé bien claro que mi interés era el no volver a llamar a mi esposo por el nombre de otro de mis hombres.
Tras estar en terapia como por un par de meses, mi psicóloga lo que me dijo fue. Rosa usted subconscientemente, quiere contarle todo a su esposo. Fue cuando me di cuenta, de que aparte del incidente de los nombres, en ocasiones cuando salgo con mi marido, me pongo a coquetearle, casi de forma descarada a otros hombres. Además de que en muchas ocasiones fantaseo despierta, con ser descubierta por mi esposo, justamente cuando estoy, ya sea teniendo sexo del tipo que sea con otro hombre.
Mi cabeza en ocasiones me parecía que quería estallar, hasta que una noche en una fiesta familiar, a la que asistimos Ernesto y yo. Vi a un lejano primo mío, con el cual mucho antes de casarme con Ernesto, me acostaba con él. Nada más lo vi, y de inmediato prácticamente fui yo quien lo sacó a bailar. Lo dejé tocarme por todas partes, mientras bailábamos, y cuando me propuso que de manera discreta nos desapareciéramos de la fiesta, y que para hablar de cuando éramos más jóvenes. De inmediato supe que lo que deseaba mi primo era acostarse conmigo, seguramente en el viejo garaje, en el que por muchas ocasiones, tuvimos sexo.
Yo con la excusa de ir al baño, comencé a dirigirme al viejo garaje, cuando de momento Ernesto, agarrándome por el brazo me detuvo, y me dijo. Rosa por favor contrólate, trata de ser más discreta, mira que la gente se va a dar cuenta, de que quieres acostarte con tu primo. Yo al escuchar sus palabras quedé prácticamente paralizada. Eso quería decir, que Ernesto se había dado cuenta, de nuestras intenciones. Y cuando haciéndose el disimulado me dijo, bueno aprovecha ahora que nadie te ve, que seguramente tu primo te espera en el viejo garaje. No me quedo la menor duda de que mi esposo estaba al tanto de todas mis pequeñas travesuras.
Por lo que continué caminando de manera discreta, en dirección al viejo garaje, donde en efecto mi primo me estaba esperando. Apenas cerré la puerta tras de mí, nos comenzamos a besar como locos. Y casi de inmediato, a medida que mi primo me besaba, y acariciaba toda, me fue despojando hábilmente de la mayor parte de mi ropa. Mientras que yo sumamente confundida, por lo que me dijo mi esposo, y por su manera de actuar, me sentí mucho más excitada y caliente que de costumbre. Fue cuando pensé que quizás se debía, precisamente a eso de que mi esposo estaba al tanto de lo que yo estaba haciendo.
No fue hasta que sentí la dura verga de mi primo, penetrando mi peludo coño, que realmente me di cuenta de lo que estaba haciendo, lo que a su vez me excitó muchísimo más. Esa noche en el viejo estacionamiento, mi primo, hizo conmigo lo que le dio su real gana. Y después de casi una hora revolcándonos en el asiento trasero de su auto, mamando su verga, y hasta permitiendo que me diera por el culo. Al terminar, como pude me vestí, opor lo menos comencé hacerlo. Cuando de momento me doy cuenta de que mi primo se había retirado, y regresado seguramente a la fiesta, y en su lugar parado ante mí estaba Ernesto, observándome felizmente.
No hizo falta de que él me dijera nada, apenas lo vi comencé a contarle todo lo sucedido entre mi primo, y yo momentos antes. Ernesto en esos momentos no me llegó a tocar, pero después de regresar a casa, y darme una buena ducha, encontré a mi esposo, tomándose un trago y esperando que yo entrase a nuestra habitación, para contarle con lujo de detalles todo lo sucedido, al tiempo que me daba sabrosamente por mi peludo coño. Ya después de eso, la ansiedad que sentía de que se me escapase el nombre de alguno de mis amantes, desapareció, y hasta dejé de fantasear con ser descubierta por mi marido siéndole infiel.
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 312203 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 212263 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 149874 veces
Si te ha gustado Como se me quitó la ansiedad, de ser descubierta por mi esposo. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
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narrador
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Comentarios enviados para este relato
laponee
(12 de June de 2014 a las 20:28) dice:
Muy bueno me encanta tu forma de contar cada historia Muy Bien sogue de esa forma
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