Mi esposa JAEL hace tres años que tiene amante de planta, es tan feliz como esposa puta, su papel es ser la puta de otro, que otro hombre se saque la leche con su culo frente a mi y que la domine sexualmente es su rol favorito. El corneador es amigo de mis suegros, ellos ignoran que su adorada hija, recibe totalmente la verga de nuestro amigo en casa, ignoran que soy cornudo, ellos piensan que el escandaloso cuerpo voluptuoso de Jael solo lo disfruto yo, pero se han equivocado, porque comparto su culo con otro hombre que la coge mejor que yo. Acepto que Fabian la ha cogido mas veces que yo, siendo el marido, en tres años el la ha llenado mejor que yo, es su puta, su perra, su zorra.
Relato
COMPARTIENDO EL CULO DE MI ESPOSA JAEL 9 (Fabian amigo de mis suegros, corneador de nosotros)
Hola amig@s seguidores de nuestros relatos! Disculpen la tardanza, pero el trabajo me ha hecho que tenga poco tiempo para escribir y que ustedes sepan la vida sexual de nosotros como pareja liberal. Pero ahora me decidí a contarles algo de lo que ha sucedido. Digo algo porque hay tantas cosas que quisiera decirles, pero me gusta saber que ustedes con lo poco que leen, se enteran de nuestra vida íntima y por sus mentes pasan muchas escenas de sexo prohibido que tal vez, si son casados y se atreven a dar el paso al cornudismo consentido, experimentaran un mar de placeres ocultos, morbosos y extremadamente lujuriosos y excitantes, al grado de volvernos inmorales.
Tener un amante de planta para la esposa, no es cosa fácil, las visitas a menudo a nuestra casa o a nuestro local comercial, es un ingrediente que levanta sospechas de que otro hombre se coge a tu pareja. En mis adentros, deseo que todos los matrimonios sean como nosotros, para poder gozar una vida sexual con libertad y deseo que en el futuro sea normal y legal que tu mujer se la puedan montar corneadores que elijamos. También fantaseo de que un día pueda decirle a mis parientes o familiares: “ Ya me voy, porque ha llegado el amante de Jael y se la van a coger”. Sé que es cosa imposible, por lo tanto debemos actuar con mucha discreción, actuar bajo la complicidad de las paredes que ocultan la forma en que es poseída mi amada esposa; el único camino que tenemos es el sexo clandestino y reconozco que es un ingrediente que le da morbo y excitación a nuestra relación de compartir a mi hotwife, es precisamente esto. Aparentar ser esposos normales, que se aman, que se respetan y que mi suegros piensen que solo yo puedo gozar de la escandalosa anatomía de Jael.
El secreto de pareja, “la complicidad como esposos esta hecho, no hay marcha atrás, el culo de ella, le pertenece a nuestro corneador Fabián. Se lo he dicho cuando me deja su concha inundada con su leche, o cuando brota de forma abundante del dilatado ano de ella.
No me canso de aceptar que Jael, es una puta que nació para ser amante de Fabián, porque la ha dominado como jamás imaginé, pensé que sería un amante temporal, pero me sorprendo cada vez más, lo que ellos pueden llegar a realizar. El ha logrado que ella jure con lágrimas en los ojos que sus soberbias nalgas y todo lo que tiene, solo le pertenecen al corneador, le ha prometido que su intimidad recibirá siempre su semen caliente, no importando si un día la llega a preñar.
El papel de HOT WIFE, ha sido muy aprovechado por Fabián, para ser su único amante de planta hasta ahora. Como marido consentidor, he permitido todo esto y lo seguiré haciendo, estoy satisfecho porque que hace más de tres años que tomó el papel de semental preferido de mi mujer. Sabemos que Fabián, algún, día decida casarse con otra mujer, ya hemos platicado ese tema, Jael lo ha comprendido, pero el tendrá el permiso para hacernos visitas para cornear a mi esposa como sabe hacerlo. No podríamos estar tranquilos sin sus visitas.
Así que verga para ella habrá todo tiempo, sé que Fabián cuando se case, el regresará para evitar que el culo de mi mujer jamás se cierre totalmente, evitar que su esfínter anal pierda su elasticidad que ahora tiene , eso no ocurrirá. Como cornudo, yo mismo le esperaré ansioso e iré abrirle la puerta y ofrecerle las nalgas de Jael para que le empuje ese vergón que tanto adora mi querida mujer.
Ahora les platicaré algo que siempre recordamos y nos hace seguir pecando porque sabemos que volverá a ocurrir. Mis suegros y mi cuñado han desarrollado cierto afecto por Fabián porque sabe que hacemos negocios, se ha ganado la confianza de ellos, porque los a llevado a su casa cuando se retiran o les compra algunos encargos en la ciudad de Oaxaca. También saben que él es en ocasiones un chofer de confianza que trae las mercancías de mi esposa, así que con ellos ya hay terreno ganado y evitamos sospechas del porqué de sus visitas a menudo a nuestra casa o local comercial.
Cuando Fabián viene a casa, nos cercioramos que mis suegros no lleguen, incluso hemos inventado salidas fuera de Ocotlán, pero ha ocurrido que nos visitan sin avisar, ya lo platicado en otro relato y hemos logrado poder simular que minutos antes su adorada hija, estaba rebotando en la vergota de Fabian y yo masturbándome con la vista perdida viendo cómo se traga semejante vergón grueso o ayudando a mamar los huevotes mientras ella le come la enorme cabezota. Una tarde de este mes de marzo 2019, ella me masturbaba haciéndome recordar que la verga del corneador me superaba en todo, en esa plática íntima de pareja decidimos invitar a nuestro corneador a comer unas carnes asadas que Jael sabe preparar muy bien, aparte de buena puta, es buena cocinera. Esa tarde terminé derramando buena cantidad de leche en las manos de ella, pero aún en ese momento me dijo mi mujer que Fabián se corría de forma más abundante y que sus chorros salían con más potencia que los míos. También que su semen olía más fuerte, más a macho, más a semental. Creo que ella disfrutaba haciéndome sentir menos y se que termina con la vulva muy inflamada y goteando por la excitación, pero esa calentura sería apagada por la verga del corneador, no por la mía. La masturbación o chaqueta hecha por la propia esposa, es una práctica común de parejas cornudas.
Como siempre para esas visitas prohibidas tengo cervezas o algo bueno para beber y lo hago por Fabián, porque adora las cervezas. Ese día mi esposa lucia espectacular, la verdad todo le queda muy bien, aunque vista sencilla o elegante. Su inclinación por usar ropa pegada a su piel, pone a temblar a todos, pero ese medio día solo nosotros dos gozaríamos de su anatomía, con una licra beige y una blusa negra pequeña asaba la carne, la tanga negra se le notaba demasiado, podía distinguir como su culo se tragaba la delicada tela, la vulva se le notaba claramente, su cabello rizado se lo amarró hacia un lado, quien la viera pensaría que ella no es mujer para cocinar, sino solo para cogerla a cada rato y sin descanso.
Cuando el llegó a casa, abrí la puerta y lo primero que hace es besarse con ella, manosear su voluptuosa anatomía y repegarle la verga a sus nalgas, es un ritual a que me he acostumbrado a ver. Mientras el la manosea, yo le ofrezco una cerveza y veo como el vergón que se carga, se le inflama bajo la tela, de igual forma me excito y siento que mi verga me pide masturbarme un poco. Me acerco para brindar y decirle que habrá tiempo para gozarla a manos llenas.
--¡Pero que culo se te forma mi reina!-- ¿sigues en el el gim de siempre?-- Dice Fabián mientras la besaba en el cuello. --¡Tremenda mujer que tienes, nunca dejaré de decirlo!-- Con una sonrisa coqueta ella le dice: --¡Espera a que termine y después nos comemos! –Jajajaja!-- …¡y me haces lo que que quieras!--¿Estas de acuerdo cornudo? Me pregunta. Solo vuelvo a brindar con el y una sensación corre por mi espalda.-- Pero déjame terminar esto, amor.-- El le da una nalgada y se retira, viene conmigo a una mesa en la sala. Yo le confieso que Jael quiere atenderlo como se merece, que fue ella la de la idea, que desde hace días ella planeó la comida, pero le aclaro que la comida es solo un pretexto para vernos, porque que ya tiene siete días sin sentir esa verga que se carga. Desea ser sometida a sus sesiones de sexo duro que solo él le ofrece.
¡He venido a romperle el culo!—Sabes que me gusta demasiado ensancharle el culito. –Ya sabes como te la dejo. ¿No te la has cogido verdad cornudo?—
¡No, no, no ! Balbuceo de lo excitado que me pone hablar del tema. Le confieso que lo que más disfruto es verla como se la coge, que yo no podría satisfacerla como lo hace él. En ese momento le confieso mi rol cornudo: Que yo soy el esposo quien la cuida y protege y quien mantiene bella para él, tal vez, suene humillante pero es el macho semental que tiene la exclusividad de proveer de sexo mi mujer, que nuestra cama matrimonial puede ser usado para cogerla como ella quiere, que adoro escuchar los gemidos de ambos en nuestra cama, que me gusta oír crujir la cama donde la somete analmente y el sonido que hace su verga al abandonar el culo de ella de golpe.
Como corneador, sabe que gozo demasiado observar las montas en el lugar que ellos decidan: cama matrimonial, sala, comedor o incluso en jardín o garaje y también aprovecha de su posición dominante para decirme que le excita verme comer su leche que le inyecta a los delicados orificios de mi mujer que disfruta enormemente verme comer su verga con mi esposa.
Cuando hablamos así, me domina y me pregunta si quiero ver la verga que se comerá Jael, en cuanto terminemos de comer, me pongo nervioso, lo veo masajearse inquieto el tremendo bulto—Le pregunto: ¿Me quieres volver gay? --El se ríe y aprovecha nuestra privacidad, Jael está asando la carne en una galera de nuestro jardín y está a punto de terminar y llamarnos a comer.
--¡Acércate y sácame la verga!--¡Dime si te sigue gustando para tu mujer! Sabe la respuesta, pero solo lo hace para calentarme más. —Me levanto y nervioso veo a su verga, le bajo el cierre con cuidado de su pantalón y sin más demora busco su grueso garrote con mis dedos. Quedo asombrado por su grosor, estaba muy caliente, casi me quema los dedos, su gruesa verga es como una botella de coca cola, siento sus venas y con dificultad lo extraigo de su bóxer…¡Santo cielo, es verdaderamente gruesa y cabezona!—Inmediatamente siento respeto por su gran verga, me intimida, sus huevotes también se mueven, lo veo palpitar y sacar gruesas gotas de lubricante y aprovecha mi asombro para decirme que Jael se la aguanta toda y entonces me ordenó lubricarle la cabeza… estoy muy caliente y le masturbo el vergón, tomo la otra mano y toco sus huevos cargados de semen, estoy a punto de lubricarle la cabeza y en eso, escuchamos la voz de mi esposa que nos llama a comer.--¡Amor, Fabián, vengan está servida la mesa!
--¡Guárdate la verga, que es para Jael!---¡También para ti cornudo, se que lo deseas!—Me toma del hombro y con su mirada me dice que también mamaré su verga esa tarde. Me pongo rojo y nervioso, siento que de mi verga salen unas gotas de semen y rápidamente me dirijo al baño, mientras se dirige a la mesa con mi esposa para rodearla por detrás y le hace sentir que desea su cuerpo, su culo, su concha. Antes de entrar al baño que está en nuestro jardín, los volteo a ver y observo que se besan de forma apasionada y le acaricia las piernas y las tremendas nalgas, puedo ver como le jala la tanga y queda muy estirada y enterrada en el culo y panocha de ella. Ella no hace nada, sino que ella misma se sube la blusa para que le mame las tetas y masajea su vergón como lo haría una autentica esposa puta.
En el baño sentí deseos de masturbarme , pero me contuve, sabía que con tres jalones brotaría mi leche, pero hice un esfuerzo sobrehumano y noté que de mi verga semi erecta, escurría un hilo de semen, lo unté en mis dedos y probé mi propia leche, en ese momento sentí necesidad de probar la deliciosa concha de Jael con los mecos de su amante, de nuestro corneador, y como real cornudo que ya soy salí dispuesto a verla rebotar otra vez en ese fierro que la hace bramar de placer, era cuestión de minutos para rendir culto a la verga que satisface las necesidades sexuales de mi esposa.
Salí del baño y llegué con ellos, ella sentada en las piernas de él, le masajeaba la verga a Fabián, su pequeña mano lucia como de una niña, ante el grosor del vergón. Ella con cara de puta me dice:--¿Que le has dicho que lo pusiste muy caliente?—Como siempre le conteste: ¡Vino por tu culo, adora tu culo y te lo va a romper!---¿En serio Fabián?—El se rio y dijo:
Bueno…¡Vamos a comer!-- Mi esposa se acercó a mí para besarme y ponerme su mano en mi cara, note el olor a verga, pero se confundía con la carne asada, ella tomó un pedazo y me dio a probar y me dijo: ¡No sabes lo cornudo que serás hoy amor!-- Creo que no vendrá mi mami.—Dijo como gata en celo. Lo sé, espero que tus padres no se les ocurran venir y les interrumpan. Pude decirle al oído. Como en todas las ocasiones, comprobaba que realmente mi esposa es una puta, que nunca se cansaría de dejarse coger por mi amigo, que ahora superaba esa faceta y pasó convertirse en corneador privado de nosotros.
Comimos como reyes, Fabián halagaba la comida hecha por mi esposa que agradecía con besos de boca. Pasaron como 20 minutos y después vino lo que tanto deseábamos los tres. Jael puta en celo, deseosa de calmar el fuego de su mojada vagina, tomó la mano de él y lo condujo hacia el lugar donde deseaba ser montada, lo llevaba a la sala. El culo de ella, por la forma de menearlo, le hacía saber que necesitaba una buena monta.
Yo los seguí, ella quiso sentarse en el sofá, pero Fabián se lo impidió; le ordenó y casi empujándola a que se recargara en el sillón, adoraba verle el culo en esa pose semi inclinada mientras se relamía de gusto, como siempre le empezó a decir palabras obscenas de excitación y sus pupilas no dejaban de ver el par de nalgas macizas mientras se sacaba la verga; acomodado atrás de ella, le bajo la licra beige a los tres intentos, sus potentes caderas dificultaban que se lo bajara de un solo jalón, pero finalmente apareció un culote espectacular adornado con una tanga negra enterrada entre las nalgas
--¡Puta mía!--¿Porque la naturaleza te doto de este gran culo que tienes?--¡Eres mucha mujer para tu marido!--¡Por eso lo haremos cornudo hoy otra vez! –Si, ¡Hazlo cornudo mi rey! --¡Dame tu verga que la necesito ya!--Y comenzó dándole besos y chupetones a las nalgas de mi mujer, se las abría para buscar su caliente concha, ¡UUyyyy! –¡Que rico te huele el culo mami!--Jael inclinada en el sillón, como otras tantas veces, recibía placer de la boca de su amante, ella, con la boca abierta y la mirada perdida de excitación abría más las piernas para que el pudiera acceder a su cerrado culo. Entonces en silencio me acerqué a ellos para ayudar a abrir las grandes nalgas de mi mujer y que Fabián se la comiera completa, el alternaba las caricias orales; unos minutos para mamar su ano y otros más para comerle su concha que lubricaba demasiado, la prueba era que Fabián tenía la boca y la nariz lleno de los líquidos que extraía de la concha de mi esposa.
--¡Ummm mami, pero que delicia de concha!, mira cómo te escurre todo y culiaré con el permiso de tu marido.--¡Siii,siii,siii! --Dame verga, que te tardas demasiado!
¡AAAGGHH! ¡aagghh! Eres único cabrón! --¡Que rico mamas!,-- ¡Dame, dame! –Que puta es tu mujer cornudo!--¡Tu la hiciste puta!—Contesté mientras mi mano bajaba y subía por mi verga y tratando de contener la eyaculación para disfrutar cada escena del enputecimiento, pero me correría en cualquier momento—Total, tenía toda la tarde para disfrutar una y otra vez.--¡Haz dejado que me convierta en una zorraaa!! ¡aagghh! Gemia Jael en voz alta!--¡Cornudooo!--¡Cornudoo!—balbuceaba de vez en cuando. ¡Grítale que es un cornudo tu maridito!
--¡La has calentado demasiado, ya dale ese vergón! –Solicité a Fabián, Mientras me masturbaba velozmente buscando eyacular. ¿Está rica la chaquetota no cornudito? --¡Sabes que si cabrón!--El se detuvo un momento para desvestirse totalmente y Jael aprovecho para hacer lo mismo. Se masturbaba y mientras Jael se tendía en la alfombra, me ordenó: --¡Ven y elige tú mismo por donde se la meto a tu puta mujer! Con las piernas abiertas, ella lo esperaba, se tocaba la concha y se apretaba los senos mordiéndose los labios pero sin dejar de mirar la gruesa verga que su amante le ofrecía, ella quería solo sexo y era la oportunidad de gozar en casa.
¡Dale primero por la concha, te necesita sentir desde hace días!--¡Acábala, mátala bien, apuñaléale bien la concha con esa verga que tienes! –Mientras Fabián se acomodaba para penetrarla en el suelo, le pase dos almohadas a mi esposa para que se lo acomodara bajo sus nalgas y quedara levantada y expuesta su caliente y lubricada vulva y facilitar la penetración. Una vagina grande, abultada, sus vellos apenas crecían como 2 milímetros por la afeitada que se había dado, los labios de su vagina eran como pétalos de flor en primavera, pero en breve sería hecha pedazos por el grueso fierro que se hundiría sin piedad.
Fabián la hacía sufrir, ella se desesperaba por sentir la gruesa verga, lo hacía a propósito, sabía que ella era su puta y le pertenecía aún estado yo presente como esposo. Mi esposa casi le rogaba con una respiración agitada que ya se la clavara de golpe.
¡Ya cabrón que esperas clávame!—El jugaba con sus labios vaginales y le exploraba que tan profunda tenía la concha con sus dedos, haciéndola lubricar y desesperar más. No soportaría más esa tortura, se retorcía en la alfombra desesperadamente sintiendo como tres dedos de Fabián se hundían en su intimidad de forma constante y cuando estaba a punto de venirse, él se detuvo sacando sus dedos y los llevó a la boca de mi mujer para que probara sus propios jugos vaginales. ¡Uuummm!--¡Uummmm!—
Enseguida puso la enorme cabeza en la entrada de su concha, mi esposa gimió y se retorció de placer.--¡Vamos métela, dámela!—Gemía a punto de volverse loca de placer. Entonces vi desaparecer de un empujón la enorme cabeza y mi esposa puso sus ojos en blanco, sus manos buscaban para agarrarse de algo, pero estaba en el suelo, jadeaba con la boca abierta esperando recibir toda la verga completa, el en ocasiones se la clavaba de golpe, porque decía que así se cogía a una puta como mi mujer. Pero tal parecía que esa tarde su plan era hacernos sufrir, porque en vez de clavarla de golpe, enseguida se la sacó y le daba masajes con la cabeza a lo largo de la abultada vulva y en el inflamado clítoris de ella.--¡No me hagas sufrir más, te ruego me la claves toda!--¡Méteme hasta los huevos!—Pronunciaba Jael con los ojos cerrados--¡Me harás correr con solo masajearme la concha, pero ya clávame por favor!—Suplicaba mi mujer como vil puta.
Entonces el dijo: --¡Vamos cornudo, si me la comes un poco, puedo complacer a tu mujer!
Mi esposa respondió--¡Cómele la verga para que pueda cogerme mi amor!---¡Hazlo , no lo pienses mucho cornudo¡--Me arrodillé junto a el y apenas y metí parte de esa gruesa verga en mi boca, sentí que me sobrevenía una eyaculación--!Mama un poco cornudo, sé que lo disfrutas!—Decía Fabián en voz baja. Mientras mamaba la verga, sentí que me salía la leche por chorros sin apenas tocarme, no sé de donde me salía tanta leche, pero no dejé de mamar al corneador. Comprobé que mamar y venirte, es un placer fuera de este mundo y solo lo pueden experimentar cornudos como yo. Por fin le solté la gruesa verga para que ya se cogiera a mi esposa. Me derrumbé satisfecho al lado de mi esposa y la bese para compartir el sabor de la verga de Fabián. Y mientras la besaba, el le acomoda de golpe hasta llegar a su útero, su gruesa verga con empujones profundos y después con movimientos de cadera más rápidos, sin piedad, su cadera empujaba con toda la potencia de macho corneador toda la virilidad que la naturaleza le proporcionó para complacer sexualmente a mi mujer.
Plaf,plaf,plaf! ¡AAAGHHHH,AHHGGGG!--¡AAuuuu! Gemía y bramaba Jael con las piernas bien abiertas, vi como ella se aferraba al cuerpo de mi amigo, que pistoneaba sin descanso, apuñaleaba la concha de mi mujer con furia. ¡Esto merece tu mujer por putaaa!—Repetía constantemente.
Jael con la mirada vidriosa hacia el techo bramaba de placer, nuevamente la vi llorar de felicidad, gruesas lágrimas salían de sus ojos, su amante la hacía feliz, la llenaba completamente. Fabián era una máquina de sexo, la tomó de las piernas y se las acomodó en los hombros, su verga salía por mitad y se hundía con potencia en la mojada concha de Jael que hacía mojar los huevos de el y la almohada que tenía debajo. Mi verga quería más, y me la empecé a jalar nuevamente, me acomodé para ver como la gruesa barra de carne desaparecía en la intimidad de mi mujer. Tomé algunas fotos para el recuerdo y verlas en los momentos que quisiera masturbarme.
Escuche que el le decía muchas palabras obscenas--¡Perra, te la comes toda frente a tu marido!--¿Verdad puta?—Mi esposa solo movía la cabeza para afirmar, estaba concentrada gozando de la barra de carne que le ofrecía mi amigo.--¡Dame más!—Dame másss!
Con verdadera maestría, la acomodó con ambas piernas juntas y la puso de lado, la masacre a su concha no tenía descanso, ni piedad, ella no soportó más ese tormento sexual y gritó como perra que se venía.--¡Me vengo, que delicia, me vengo, así, así, aghhhhhhh!! Él le empujaba toda la verga hasta quedar solo los huevos por fuera mientras esperaba que ella se corriera a gusto. El cuerpo de Jael, se sacudía en cada embestida y el sonido que hacía el choque de la pelvis del corneador con las nalgas de ella, era totalmente espectacular y excitante a mis oídos, ella estaba vencida, sometida, conquistada e indefensa ante los embates que recibía, su culo a pesar de estar grande, se sacudía con violencia hacia adelante y regresaba para recibir otro potente embate con la verga incasable de Fabián --¿Viste cornudo como se vino tu mujer?—Sentado en un sillón me chaqueteaba la verga en silencio viendo la espectacular monta.
Ella al terminar de correrse dijo muy agotada--¡Deja pararme un momento que me duelen las caderas!--¡Me cogiste como animal!—
Sabía que el, aun quería su culo, eso faltaba y se la iba a culiar.
Tomó asiento a mi lado y me dijo--¿Me prestas el culo de tu esposa?—Es toda tuya, lo sabes.—Viendo como su verga no dejaba de palpitar-- Le dije: --¡Su culo te pertenece!. --Entonces él se relamió, estaba algo cansado, pero necesitaba el culo de mi mujer para vaciar la carga de semen de sus huevos, se la meneaba preparando la barra de carne que se comería mi esposa por el culito, su respetable verga estaba como poste de concreto, del ojo de la tremenda macana brotaba un manantial de lubricante --¡Vamos puta, cómeme la verga y muestra a tu marido como se debe mamar!
--¿quieres ayudarme?—Estoy algo agotada Me dijo ella. No respondí pero mi silencio fue la respuesta. Mi mujer sin esperar más y como como vil zorra hacia todo lo posible por mamar y meter ese vergón en su garganta, aunque toseaba, ella continuaba y después de unos minutos la verga de Fabián estaba super ensalivada, la baba que produjo jael, escurría hasta por sus huevos y cuando ella volvió a meterse la cabezota a su boca, me solicitó participar y jalándome de mi nuca me llevó a la gruesa verga de su amante, aproveché para mamarle los huevos y limpiarle la saliva que tenía, mi mujer tomó la verga de Fabián con su mano izquierda y me empujo a mamar esa boa completa que tanto placer le ha dado por tres años y ahora conocía su sabor y le rendía culto y respeto a admirable pija.
En eso estábamos, cuando sonó el teléfono de la casa y solté la verga para ir a contestar, era su madre que avisaba que abriéramos el portón de la calle, que llegaba en 5 minutos. Tuve que decirle a mi esposa que paráramos o sus padres sabrían lo puta que era su hija. Fabián deseaba su culo y se quedaría con la ganas de penetrarlo y eso no le gustó, vi su molestia y la de mi esposa. --¡Ni modos papi!, si ellos se retiran pronto, puedes quedarte y cogerme en cuanto ellos se vayan.—Espero y no se tarden mucho, porque te deseo demasiado y no puedo irme así, porque así.
No quedó otra cosa que hacer, cuando suena el timbre, mi esposa corre al baño y Fabián terminó de vestirse rápidamente. Vi que la verga se le quedó muy inflamada. Trate de calmar su molestia y le expresé que Jael era suya, que se calmara, que tal vez en dos horas mis suegros se irían de la casa y que yo estaba dispuesto a inventar algo con tal que se fueran para que Fabián terminara de cogerle el culo como todas las ocasiones.
Lo dejé en la sala molesto y me fui abrir la puerta para que mis suegros entraran, se saludaron con Fabián, por suerte ya lo conocían y sabían de nuestro trabajo que realizábamos juntos. A los 5 minutos llegó Jael, bien bañada y perfumada, su ropa holgada cubría su voluptuosa anatomía y así evitar que sus padres le dijeran algo por la presencia de nuestro amigo. En la alfombra de la sala, aún había rastros de mi semen eyaculado, se distinguían las manchas en el suelo, las almohadas que uso Fabián para cogerse a Jael aún estaban en los sillones y mi suegra tomó una para ponerla en sus piernas y descansar sus brazos.
Ella jamás imaginaría que la almohada que tenía en sus piernas, se había utilizado para ponerlas en las nalgas de su hija para recibiera toda la vergota de nuestro amigo. Tampoco imaginaban que Fabián acababa de cogérsela en la alfombra de la sala donde estábamos platicando y que el culo de su hija estaba en espera de recibir estocadas con la gruesa verga de Fabián que disimulaba su molestia con risas forzadas.
Tráele algo de beber a tus papás, dije a Jael. Y se fue a la cocina. Mientras platicábamos largo y tendido con mis suegros--¡Amor ven ayúdame! Dijo y fui inmediatamente. Era solo un pretexto para preguntarme--¿Será que mi papás se irán pronto o inventamos que saldremos un mandado?—Pobre Fabián se quedó con toda la leche en los huevos, por eso está molesto.-- Si, si, lo está, puedo sentir su impaciencia y su molestia. --¡Tienes que hacer algo! Me pidió mi esposa y se fue a la sala con agua de Jamaica.
Regresé a la sala y después de platicar otros 10 minutos con ellos, les pedí a mis suegros que los dejaría por media hora, mientras subiría a la planta alta con Fabián a checar unos pedidos de mercancía que hacíamos por internet.--¡Vayan, no tengan cuidado!—Dijo mi suegro, mientras veo “Animal Planet” y tu suegra ayuda a Jael a lavar los trastes de la cocina. Fabián sorprendido me siguió a la habitación de arriba. Una vez que entramos le dije:
-- Sé que te quedaste con las ganas, por eso estás molesto, te pido disculpas por la llegada de mis suegros, le dije.-- No sabes cómo moría por ver cómo le romperías el culo a Jael, sabes que lo disfruto ver.-- Para mi sorpresa, el se sacó la verga que todavía estaba semi erecta, pero se la jaló un momento, se le puso durísima, muy hinchada, palpitaba nuevamente.
--¡Mira cómo se me quedó!--¡Tengo los huevos cargados de leche y no quiero que me duelan!--¿Crees que tus suegros se vayan pronto?--¡Has algo, necesito el culo de tu mujer!--. Dominado y con tal de complacerlo dije:--Solo que llame a Jael con un pretexto, está con su madre en la cocina, pero… tendría que ser rápido, si tú crees que son suficientes algunos minutos para vaciar la leche de tus huevos, nos arriesgamos.—Dije nervioso y excitado sin dejar de ver como su gruesa verga clamaba por el culo de mi esposa, palpitaba y palpitaba pero tampoco quería que el se fuera sin descargar sus huevos.
--¡Si no sube, tú me vas a sacar la leche tu cornudo! –se bajó los pantalones a la rodilla y se acercó a mí, tomó mi mano para ponerla en su verga, ¡Dale! Me dijo. Y apreté su verga, estaba caliente, muy caliente, gruesa e imponente. –¡Lo que Jael no terminó, lo terminaras tú!—Dijo en voz baja, me empujó a la silla y su verga lo tenía centímetros de mi cara. En silencio abrí mi boca todo lo que pude y atrapé la enorme cabeza, como cornudo, complacía al amante de mi esposa. Deseaba tranquilizarlo con esa mamada, pero sé que sufría por penetrar el culo de ella.
Lo empujé y le dije: --¡Iré voy la puta de mi mujer, te la cogerás estando su madre en casa!—Solo te pido seas rápido pinche vergón! –Y salí, dejando la puerta semi abierta y Fabián con la verga en la mano y los pantalones a la rodilla.
Excitado le dije a mi suegro que veía la tv.--¡Ya casi bajamos, solo quiero que Jael nos explique sobre los pedidos!—Tomen su tiempo, arreglen sus cosas y acá espero, no te preocupes. Me contestó. Inmediatamente entré a la cocina y le pedí mi mujer si podía subir unos minutos para explicarnos algunos detalles con los pedidos, ella con toda naturalidad dijo a mi suegra que le ayudaba a lavar trastes y asear la cocina.--¡Madre te dejo unos minutos, veré que quieren saber estos hombres, porque sin mi no pueden terminar su trabajo como siempre!
--¡Sí hija, explícales lo que quieren mientras termino de asear tu cocina!—¡Fabián tiene unas dudas! –Dije cuando pasamos junto a mi suegro. Mi corazón latía de prisa, en las escaleras le dije a ella que Fabián la necesitaba, sino, no se iría tranquilo.
--Lo imaginé desde que se lo dijiste a mi padre.—
Entramos y no cerré la puerta, la deje semi abierta y ahí estaba Fabián impaciente, el muy cabrón solo estaba con bóxer y su playera, su verga casi se le salía de su interior por lado de su ombligo. Apenas nos vió y se la sacó, se dio dos golpes con su pesada verga en su abdomen.--¡PAF, PAF! Sonó como latigazo.
Mi mujer sabía a qué subía con nosotros, todo era complicidad, un plan rápido para que el pudiera desfogarse al menos de esa manera. Ella se puso de cuclillas frente a la gran verga y le vio a los ojos, la tomó con ambas manos de la nuca y le empujó toda su verga en su garganta, vi como Jael abría la boca para abarcar toda esa carne. ¡AAHHGGRRR! Se atragantó y tuvo ganas de vomitar, era demasiado gruesa, pero no permitió que la sacara.
Todo era en silencio, bajo nuestra complicidad de pareja, no podíamos dejar que su amante se fuera sin descargar su preciado néctar en ella. Fabián dejó que ella sintiera su verga en su garganta, pude notar que debajo del cuello de ella se expandía. La saliva salía de forma abundante por las comisuras de sus labios y el no la dejaba ni respirar, imaginé que podía ahogarse de tanta verga, pero como buena puta complaciente soportó todo.--¡Eres la mejor puta de toda la ciudad!—¡Y tú el mejor marido cornudo!--¡Quedamos que sería rápido, le dije, asomándome por la puerta y vi a mi suegro viendo tv en la sala.
Le sacó la vergota de la boca y le pidió ponerse de pie, ella sabía lo que él deseaba: SU CULO. Se dio vuelta y se lo ofreció abriendo sus piernas, no sin antes bajarse la ropa holgada que traía puesta.--¡Vamos, dame esa leche, pero que sea rápido mi amor, sabes que mi madre me espera en la cocina!—Estaba listo con el lubricante, yo mismo le unté a la verga que rompería a mi esposa, al imponente culo de mi mujer le puse otro poco. Como todo un amante experto, llevó su verga directo al esfínter anal de ella y gracias al lubricante, la enorme cabeza desapareció frente a mis ojos.--¡Dale, sácate la leche vergón!—Dije en voz baja, mientras me sacaba la verga para hacerme otra soberana chaqueta, mis piernas temblaban, mi corazón casi se me salía del pecho. El le mordía el cuello y le dijo: ¡Te mandaré con tu mami repleta de leche puta!--¡Hazlo que esperas!—Contestó ella mordiéndose los labios.
Fabián buscó su entrada anal, acomodó y empujó, el ano de Jael se tragó la cabeza del grueso garrote.—¡Dámela toda de golpe!—El ruido que hizo sus nalgas al recibir toda la verga de mi amigo, pudo haber sido escuchado por mi suegro. ¡¡PLAF!!---¡Aaahhh! Ella se estremeció tratando de no hacer ruido y como vil zorra, ella se comenzó a clavar sola, empujando sus nalgas para estrellarse en la pelvis de Fabián. El gozaba con la mirada perdida, observando como el esfínter de ella se tragaba toda su verga. Su molestia se transformó en gozo. Entonces mi mujer se detuvo para decirle:--¡Termina ya por favor, te lo ruego! Ya es demasiado tiempo.
Fabián la sacó de la mesa donde ella se sostenía y sin sacarle la verga, la condujo junto a la puerta del cuarto de trabajo, desde ahí ella podía ver a mi suegros viendo tv, sus movimientos de cadera eran profundos, Jael casi se caía a cada empujón y apagaba sus gemidos, sostenida por mí, evité que eso pasara. Atrás de la puerta, a unos 15 metros de distancia la hija amada de mis suegros, le reventaban el culo, y no era su marido, si no su amante que demostraba ser capaz de todo y demostraba una vez más el dominio que tenía sobre nosotros cuando esta excitado.
Tal vez tardamos como 10 minutos, suficiente para que mi leche fuera expulsada directo a la puerta, era demasiado placer para mí, no soportaba y descargaba en el vacío, mientras Fabián descargaba con gruñones apagados, su leche en lo profundo del culo de mi mujer. Mi esposa soportó muy bien todo, su culo quedó lleno de semen. Fabián lo abría, sosteniendo ambas nalgas para ver cómo le había quedado de roto. Recuerdo que vi el enorme hueco que su verga había hecho, mi verga no podría hacerlo jamás, pues no es tan gruesa. Ella agitada y en silencio se subió la ropa y sin decir nada bajó con sus padres con el culo recién culiado, roto y rebosante de la leche de nuestro visitante.
En esa ocasión no pude probar su culo con nectar, ya no había tiempo. Yo estaba sorprendido por la culiada rápida a Jael. Esa leche se la sacaría más tarde cuando sus padres se retiraran, o le diría a Fabián que lo volviera a llenar para probar ese sabor que su leche de macho tiene y que me vuelve loco de placer como cornudo que soy.
¿Satisfecho? Le pregunté.—¡Eres un ben cornudo, gracias por traérmela, porque de lo contrario, era tu culo quien me sacaría la leche jajaja! Me quedé observando como su verga no perdía fuerza, entonces, me ordenó limpiarle la verga, obedecí por su gran dominio que ejercía en mí, le limpie la leche que aun goteaba, su gruesa verga olía a culo, me gustaba su olor y mame un poco de esa verga, ¿Me estaba volviendo gay o descubriendo mi lado bisex? No lo sé.
Bajamos y en la sala nos esperaban los tres con unas botanas de totopitos con queso. –Prueben la botana de tu suegra dijo mi suegro.—Ellos ni se imaginaban que Fabián se había botaneado a su hija minutos antes haciéndome crecer más los cachos estando ellos de visita en casa. No sabían que el culo de su hija estaba roto y que la llevaría al baño para sacarle toda la leche a chupetones que el corneador le había inyectado. Lo necesitaba hacer, ese era mi trabajo y no estaría tampoco tranquilo si no lo hacía.
Fabián ya es parte de la familia, se ha ganado el culo de mi esposa a pulso y la confianza de mis suegro aumenta, así que si ya habíamos hecho esa locura estando ellos en casa, lo volveríamos hacer si fuera necesario, pero lo mejor es estar sin la visita de ellos para poder gozar con calma las delicias de Jael centímetro a centímetro.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513554 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299794 veces
Si te ha gustado COMPARTIENDO EL CULO DE MI ESPOSA JAEL #9 (Fabian amigo de mis suegros, corneado vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar COMPARTIENDO EL CULO DE MI ESPOSA JAEL #9 (Fabian amigo de mis suegros, corneado.
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:24) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato COMPARTIENDO EL CULO DE MI ESPOSA JAEL #9 (Fabian amigo de mis suegros, corneado.
Vota el relato el relato "COMPARTIENDO EL CULO DE MI ESPOSA JAEL #9 (Fabian amigo de mis suegros, corneado" o agrégalo a tus favoritos